A ojos vista

BALBUCEANDO EL IDIOMA

Mario Mamani Morales

Como un instrumento de dominación, durante la colonia, los españoles impusieron violentamente su idioma, el castellano. Así se trató de erradicar la cultura nativa, fue un acto de brutal discriminación, un intento de anular los saberes y conocimientos de los pueblos.

En Bolivia, todas las Constituciones Políticas anteriores reconocían como idioma oficial el castellano; el quechua, aimara el guaraní u otros eran lenguas de discriminación, despreciados. Lo primero que se enseñaba en la escuela era el idioma del Estado, sólo el que hablaba el español era considerado ciudadano, podía votar si además pagaba tributo.

Hubieron gobiernos que reconocían un monto de dinero a aquella persona que alfabetizaba al nativo, que era primero enseñarles el idioma español o castellano y les metían en la cabeza algunas letras del alfabeto con las que podía deletrear  algunas ideas, principalmente firmar. Esto duró un poco más de la década de los 50 del pasado Siglo.

Luego se puso de moda el bilingüismo, educación bilingüe que fue la propuesta seria con la Ley 1565 de Reforma Educativa contenida en el paquete de normas que regía el liberalismo aplicado en el país antes de la asunción al poder del actual presidente Evo Morales.

No se puede negar que se gastaron millones de dólares, y se gasta todavía, en esto de la educación bilingüe. Por ejemplo, ahora es aceptable que se enseñe las primeras letras del alfabeto en el idioma nativo, fue así desde 1994, es decir, hace dos décadas.

En el sistema educativo anterior a la leyes 1565 y 070, respectivamente, el estudiante debía elegir llevar inglés o francés dentro de su plan de estudios y habían profesores rígidos, temidos además, en esas lenguas extranjeras que a base de repetir y repetir algunas palabras que no pasaban de reconocer algunos objetos cercanos al alumno, los saludos y frases de algún diálogo aprendido de memoria que no se entendía bien lo que se quería decir, se justificaba pasar de curso.

¿Qué se hace ahora con la educación bilingüe? Además de elegir un idioma nativo hay que pasar horas de una lengua extranjera, lo ideal es que el estudiante boliviano sea trilingüe, por lo menos: castellano, uno extranjero y otro nativo. No hay duda que ser plurilingüe es una ventaja, se beneficia al razonamiento, la agilidad mental, capacidad de discernimiento…

¿Cuál es el idioma que hablamos con fluidez y perfección? Además cada idioma evoluciona, sufre cambios, adopta nuevas palabras o crea, con esto de las nuevas tecnologías de información y comunicación, NTICs, ya nos quedamos cortos, por ejemplo, con el castellano, que además es un idioma impuesto, no es nuestro, salvo que alguien se considere descendiente de los famosos íberos que dejaron de cuidar chanchos en su mundo y se lanzaron a la aventura para llegar aquí.

¿Es el aimara o el quechua de uso cotidiano y normal en nuestra vida institucional? ¿En alguna oficina le atienden en guaraní como algo rutinario? ¿No se compran certificados de haber pasado algún curso de un idioma nativo para presentar en alguna convocatoria? ¿No sigue siendo motivo de discriminación y marginamiento el hablar lo nuestro? ¿Sienten orgullo nuestros estudiantes actuales, de colegio o Universidad, el hablar su idioma materno o lo desprecian? ¿Se escuchan discursos en idioma nativo de nuestros gobernantes? ¿No es una mezcla de palabras y distorsión del idioma?
Otra forma de sometimiento para la explotación y discriminación de los nativos fue la enseñanza de la religión, sólo la doctrina católica a través del catecismo. Los íberos tenían dos armas: su idioma y su religión, así convirtieron a los indígenas en esclavos, discriminados, dominados absolutamente. Ahora ¿cuál es la religión que conocemos, profesamos y practicamos pero con verdad y significación cotidiana que rija nuestra forma de ser?

Sería bueno que en nuestro Estado Plurinacional se dedique un día al año como del Idioma Nativo, así por lo menos en una jornada hablaríamos sólo lo nuestro, desde el Presidente hasta el último ciudadano. ¿Acaso no hay Día del Peatón?

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LOS TITULOS UNIVERSITARIOS

Mario Mamani Morales

En el país sólo los graduados de tres universidades tienen el privilegio de tener empleo seguro: la Policial, Militar y la Indígena, el resto están lanzados a su suerte; mientras tanto más de medio millón de jóvenes actualmente cursan estudios superiores en la esperanza de ser profesionales.

Las Superiores Casas de Estudio Policial y Militar e indígena (quechua, aimara y guaraní) gradúan licenciados y técnicos superiores. La primera promoción de ésta última, 126 en total, de la gestión 2014 ya se encuentran trabajando.

Según las estadísticas de INE, alrededor de 20 mil personas anualmente obtienen sus títulos profesionales de las universidades públicas y algo más de 3.500 en las privadas, incluidas en estas cifras los profesionales de la Universidad Católica y la EMI; esto es reconocer que en Bolivia se lanzan al mercado ocupacional no mes de 25 mil profesionales. Hay que tener en cuenta que el sistema universitario sólo reconoce títulos profesionales, los egresados ya no cuentan.

Según estudios que se conocen, los profesionales que más se gradúan son los abogados, seguido por las carreras de Ciencias Económicas, Financieras y Administrativas, luego viene Medicina, odontología y otras; a su vez éstas son carreras sobresaturadas pero igual siguen teniendo la mayor concentración de matrícula.

Los bachilleres que cada año egresan del sistema educativo se aproximan a los 50 mil y de éstos cerca a los 32 mil logran ingresar a las universidades, sean públicas o privadas. También existe la oferta de los Institutos Superiores Técnicos y Tecnológicos que el pasado año cobijó en sus primeros cursos alrededor de 13 mil estudiantes, según fuentes del Ministerio de Educación.

Después del medio millar de subtenientes, policiales y militares, los 126 licenciados de las universidades indígenas, ¿dónde van a parar nuestros profesionales bolivianos? ¿Se ha hecho un estudio de mercado ocupacional en por alguna Universidad Pública o Privada? Por ejemplo, ¿cuántos médicos, ingenieros y profesionales de otras áreas necesitará el país para el 2020? ¿Cuántos Licenciados en Educación (normalistas) ahora vagan por las calles en busca de trabajo? ¿No hay muchos profesionales, con título en mano, que hacen fila para irse del país? ¿Cuánto cuesta a Bolivia cada profesional universitario? ¿Se está haciendo un gasto o es una inversión la educación superior?

En Chile el 100% de sus graduados universitarios anualmente tienen empleo seguro; la diferencia es que allá la educación superior es privada, mientras tanto aquí nos dejan tener el título de licenciado; pero es el seguro al desempleo.

El 2011 el Ministerio de Trabajo, ejercido por entonces por Félix Rojas, anunció que en el país se crearían 30 mil empleos para los egresados de las universidades bolivianas, esto en las empresas privadas, con pagos entre bolivianos 1.200 a 1.600 mensual durante tres meses y desde el cuarto mes los haberes ya correrían por los empleadores, una manera de generar trabajo para los jóvenes y señoritas que culminan sus estudios superiores. ¿Cuánto de este anuncio se ha cumplido? ¿Están ahora ocupados miles de nuestros jóvenes profesionales en su propio país? Si esto ocurre, sería bueno que también se informe al país.

La mayor cantidad de graduados universitarios está en el eje central del país, La Paz, Cochabamba y Santa Cruz lanzan alrededor de 12 mil profesionales, cada año; Potosí y Chuquisaca  entrega no más de cuatro mil titulados por gestión.

Lo que los candidatos a las gobernaciones y alcaldías es que no han dicho nada claro en sus planes de gobierno para los profesionales, lo que se ve hasta ahora es que gente que jamás ingresó a las aulas de la Universidad tienen posibilidades de empleo en puestos claves de la administración o técnicos. Sólo es suficiente tener aval de alguna organización social o haber pegado o pintado paredes con propaganda electoral.

Uno de los desafíos para los gobernantes es que se genere empleo, seguro, digno y satisfactorio para la pléyade de jóvenes que anualmente dejan las aulas universitarias y se sientan importantes en su país.

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EL RETO DE SER ELEGIDO

Mario Mamani Morales

Después de las agotadoras campañas electorales los flamantes gobernadores y munícipes elegidos no pueden descansar tranquilos porque recién comienza sus preocupaciones, están ahora ubicados en una vitrina y el pueblo estará a la expectativa para fiscalizar que sus promesas predicadas se cumplan.

El votante, según vaya avanzando el tiempo, determinará sus propios indicadores de evaluación sobre la gestión que se haga tanto en la Gobernación como en la Alcaldía, porque a su vez esto significará hacer el control del resultado del voto. Es decir, en política todo cuenta.

La experiencia de los últimos años demuestra que un parámetro de evaluación es la ejecución del plan operativo, incluido en ésta el gasto que se hace durante el año para el cumplimiento de obras que el pueblo ve y toca. Utilizar al máximo los recursos disponibles para la gestión. No llegar a gastar más del 90% de lo programado es un error grave, significa incapacidad para atender los derechos ciudadanos; no importan justificaciones, contingencias o explicaciones al por mayor.

En los últimos años esto ha sido un craso error de gobernadores y ejecutivos municipales que los llevó al declive: el trabajo se mide por la ejecución física y ejecución presupuestaria, es un indicador del trabajo que se hace, nada puede dejarse a lo empírico, esto es algo que las MAEs deben aprender.

Añadido a lo anterior es necesario tomar en cuenta el derecho que tiene el pueblo de ser informado sobre lo que se hace en la administración departamental y municipal: acceso a la información y producción de ella por parte de la entidad específica.

Producción de información no es el anuncio o el spot que se hace en la radio o televisión y que se paga por los segundos difundidos, sino hacer una información a través de un sistema que esté al alcance de la ciudadanía, una plataforma donde estén los presupuestos, obras, avances, empresas adjudicadas para la ejecución y supervisión, control social, desembolsos, materiales que se usan, control de calidad, y tantos otros factores que el votante tiene derecho a saber.

Lo que ocurre actualmente es que se reduce la información a ensalzar la imagen de la máxima autoridad, gobernador o alcalde, como si el dinero saliera de sus bolsillos y que la obra que inaugura o entrega, fuera de favor al pueblo. ¿Sabemos cuánto se presupuesta y gasta en publicitar al jefe? ¿Es información o generación de falsa imagen?

Los gobiernos departamentales y municipales se constituyen un Estado dentro del área de su jurisdicción geográfica, por tanto, están obligados a velar por los máximos intereses del pueblo al que representan, comenzando de los derechos laborales; es decir, generar empleo, digno, elegido libremente  y en condiciones equitativas, pero además satisfactorias para garantizar la salud social de sus habitantes. Esta es una gran debilidad que conlleva a la migración.

Tener trabajo implica llevar al pueblo a tener un nivel de vida aceptable, permitir el Vivir Bien a diferencia del vivir mejor, condiciones estándar pero adecuadas: alimentación, vestido, vivienda, salud y educación. ¿Es o no es responsabilidad de la gobernación y las alcaldías velar por el bienestar del pueblo?

Lo que ha ocurrido hasta ahora es que al elector sólo se lo toma en cuenta para pedir su voto, con mil promesas; luego en el poder, se olvida, se transa y negocia a sus espaldas; pero el pueblo es inteligente: premia o castiga. Está demostrado que esto es así con los resultados de las elecciones del último domingo.

Los elegidos para las gobernaciones y las alcaldías deben tomar en cuenta que se hace imperativo el permitir mejorar los mecanismos de reclamo del pueblo, atender las necesidades que nacen en las bases y no pensar por ellos, convertirlos en actores para la determinación de políticas sociales y públicas, esto es comprometerlos a la corresponsabilidad de llevar adelante el progreso, avance de la comunidad.

Está demostrado que el pueblo elector no obedece consignas anticipadas; sino piensa y decide, es libre pensante, es la marca suprema de la democracia, el resto que lo digan los analistas.

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SUBNACIONALES SIN IDEOLOGÍAS

Mario Mamani Morales

A pocos días de las elecciones subnacionales evidenciamos que no importan los principios, ideología ni convicciones políticas sino sólo el afán de copar cargos en las gobernaciones y las alcaldías. En la mayoría de las candidaturas se advierte que las “planchas” se asemejan al Arca de Noé: de todo un poco.

Una evidencia es común en casi todos: la presencia de los politiqueros avezados. Son ellos los dueños de las agrupaciones ciudadanas, las siglas que se prestan al mejor postor, alianzas hasta hace poco imposibles, los ríos de sangre que los separaban so volvieron cristalinas; la extrema derecha ahora se viste de los colores de la izquierda más radical, como si nada.

Para garantizar la estirpe politiquera los avezados exigieron que en las candidaturas estén sus hijos o parientes y estén dentro de la franja de seguridad, así se convertirán en consejeros departamentales o concejales en los municipios, por ahí  comienza la carrera para vivir de las arcas del pueblo.

Las ofertas también son casi comunes: teleféricos al por mayor en las ciudades, trenes eléctricos, subterráneos y otras obras de “gran impacto” como se los ha venido en llamar, todo para atraer el voto de la gente.
¿Pero cuál es la realidad de la gente que vota? ¿Cómo y dónde vive la mayoría? ¿Tiene agua potable y servicios básicos? ¿Cómo hace para llevar el pan del día para los hijos? ¿No ha crecido la periferia en las ciudades grandes o pequeñas? ¿No hay gente que deambula todos los días en busca de trabajo? ¿Se crean nuevos mercados laborales para los miles de profesionales que anualmente salen de las Universidades?

Hay ciudades en el país donde la atención de la comuna sólo se centra en la plaza principal donde casi cada gestión se cambia de imagen en sus jardineras, luminarias, losetas, estanques o cualquier cosa, la obra dura meses; mientras tanto la gente de la periferia debe tragar polvo de las calles, transitar con miedo en las noches porque no hay iluminación; barrios a los que el transporte urbano no llega después de entrada el sol o debe pagar el doble de pasaje.

Se constata que en la época electoral los candidatos municipales conocen los barrios de la periferia, incluso caminan por las calles de tierra, sin aceras y bordillos, basura por todas partes, aguas servidas sin alcantarilla, lotes baldíos sin amurallar; pronuncian discursos con promesas; pero ¿vuelven a esos barrios poco atractivos una vez encumbrados como munícipes? ¿Qué tanto han mejorado esas nuevas zonas en los últimos cinco años? ¿Se han cumplido las promesas anteriores?

Sería interesante escuchar propuestas sobre descentralizar la administración de los recursos económicos que se generan para las alcaldías. Que haya distritos o sub alcaldías que recauden sus propios impuestos y las inviertan en la zona; actualmente se abren o asfaltan una o dos calles por año, el resto debe esperar décadas o tener suerte que en la avenida habite algún municipal con influencia para exigir alguna obra, mientras tanto las calles de tierra se prolongan siempre.

¿Por qué tanta gente trabaja en las campañas? Tienen la esperanza de asirse a algún cargo, los que ya están en el carro de la administración municipal o la gobernación deben batir banderas y pegar panfletos por continuar con el jefe a la cabeza u otra de la misma camada para tener trabajo, está en riesgo el pan del día, quedarse en la calle; es decir, sin pega.

La gente que vota necesita trabajo, no en la administración pública sino en la generación de riqueza local, entonces los aspirantes a la gobernación deben asumir el desafío de generar empleo, permanente, sostenible, productivo y con ingresos orientados al vivir bien.

Lo que está claro es que en la politiquería se piensa en uno mismo, en hacer dinero fácil de la cosa pública, garantizar que la prole también ingrese a esta forma de vida, no importa que no sepa lo que es “quemar las pestañas” para salir profesional, hoy eso no vale.

No hay sistema de gobierno mejor que la democracia; pero no avanzamos en perfeccionarla.

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CHUQUISACA INVERTEBRADA

Mario Mamani Morales

La noche del 5 de agosto de 1975, en el parque Bolívar de la ciudad de Sucre, los nueve Departamentos del país festejaban al unísono el Sesquicentenario del nacimiento de Bolivia como país ante el consenso mundial. Pasaban los primeros 150 años de la existencia de Bolivia. Muchos discursos, fiesta, abrazos y la emoción se irradiaban desde la Capital de la República.

Al día siguiente, precisamente el 6 de Agosto se hicieron entrega de muchas obras en todo el país. Eran tiempos de la dictadura de Banzer; las noches del toque de queda fueron olvidadas por esos días. La Tricolor flameaba orgullosa a lo largo y ancho del territorio nacional. La economía estaba en auge por los costos históricos del precio del estaño que superaba los seis dólares la libra fina en el mercado internacional.

Chuquisaca, mejor la ciudad de Sucre, estrenaba su primera vía con cemento rígido, desde la ciudad hasta su flamante aeropuerto “Juana Azurduy de Padilla”, actualmente es (era) una avenida. Fue un gran acontecimiento para Bolivia porque hace cuarenta años contar con semejante obra era una novedad. También La Paz se benefició con otra obra similar, precisamente la primera vía que bajaba desde el altiplano hacia la hoyada, El Alto como ciudad era impensable.

Hoy el camino más preciado de Sucre quedó totalmente destruido, maquinaria pesada y unos cuántos obreros levantaron el cemento rígido que fue mudo testigo de la historia de las cuatro últimas décadas, pronto el aeropuerto chuquisaqueño también quedará en el recuerdo ya que se construye otro en el lado opuesto de la ciudad Capital.

¿Qué otras carreteras fueron construidas para Chuquisaca en los últimos años? ¿No será el departamento menos vertebrado del país? ¿Hace cuántos décadas se electoraliza la diagonal “Jaime Mendoza”? ¿No sigue siendo propaganda política llegar al Chaco a través de una carretera asfaltada? ¿Qué avance hay en la vía Sucre-Aiquile? ¿Alguna autoridad departamental o de gobierno muestra alguna preocupación seria sobre esta infraestructura caminera?
Lo evidente es que dentro del territorio chuquisaqueño, a más de las troncales que nunca se acaban de construir, las carreteras, que son calificadas como la vertebración departamental, están dejadas a su suerte.

Trabajando las 24 horas del día Oruro-La Paz tiene su doble vía, Potosí también con el mismo esfuerzo es ahora el departamento más vinculado a través de carreteras de primera, en la actualidad se priorizan los caminos vecinales, todos con asfalto; Santa Cruz invierte millones de dólares en caminos, La Paz, Cochabamba; pero Chuquisaca  continua con sus caminos polvorientos, con el peor servicio de transporte interdepartamental del oriente y el valle hacia la Capital.

Hacia el sur, a más de Sucre con Zudañez no existe vertebración caminera, hacia todos los municipios o se tiene algunas rutas mal empedradas, ripiadas o dejadas a su suerte; sin puentes, alcantarillas, señalización ni nada.

Jamás ni la prefectura republicana ni la gobernación de hoy tomaron en cuenta la integración caminera como una política departamental. La carretera que va de Sucre hacia el Puente Arce, camino a Aiquile (Cochabamba)  totalmente destruida en la cinta asfáltica, derrumbes, baches, berma en pésimo estado es la característica. Más allá, apenas dos o tres maquinas trabajando hace décadas y por algunas horas al día, con personal reducido, la obra varada.

Fuera del eje troncal, Chuquisaca es grande; pero para llegar a sus municipios, poblaciones productoras e importantes, el transporte de pasajeros sigue siendo en camiones, con todos los peligros que esto implica, es suficiente observar que para llegar a Poroma, a pocos kilómetros de Sucre, se tarda un día porque nadie se preocupa por la vía caminera.

En menos de una semana se perdieron 21 vidas en accidentes de tránsito de Tarabuco hacia Icla, hacia el sur. Los transportistas deben hacer verdaderas peripecias para transitar por estas vías que están fuera del eje principal. Cada año se producen estos hechos; pero no se conoce un plan ambicioso para trabajar en caminos y vertebrar Chuquisaca.

Ahora que estamos en una época electoral de las subnacionales ¿habrá alguna propuesta seria, creíble, ejecutable en relación a caminos para Chuquisaca?

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HACIA LA CASA DE LOS RICOS

Mario Mamani Morales

En el grupo humano donde manda la plata, hay explotadores y explotados. Los que pierden siempre son los pobres, aquellos que sólo tienen su fuerza de trabajo para vender en el mercado de la oferta y la demanda, donde el dueño del capital puede hacer y deshacer todo cuanto quiera, inclusive disponer de vidas humanas a su antojo.

Los hijos e hijas de las familias humildes conforman el ejército de los desocupados que por la necesidad buscan empleo, la cuestión es subsistir porque en la casa de los padres ya no queda el pan ni dinero para costear los estudios.

Para las hijas comienza el servicio en las casas de los ricos, con todas las consecuencias que esto implica, otros en bares y cantinas encuentran un acomodo que no es más que la explotación a todo nivel, una forma de ganarse la vida miserablemente, incluido los prostíbulos. Esta fue la característica generalizada en todos los países latinoamericanos, lo sigue siendo pese a los avances que se tiene en lo político, económico y social.

El último informe conocido sobre la pobreza nos echa en cara de que una de cada cinco personas son pobres en Latinoamérica, (BM), ser pobre significa no tener acceso a vivienda, salud y educación, son las demandas insatisfechas en la sociedad de consumo que todavía persiste. ¿En Bolivia cómo vamos? ¿Hay pobres en nuestro país? ¿Qué se está haciendo por ellos? ¿Se puede subsistir con 1650 bolivianos al mes? ¿Cuántos ganan el mínimo nacional? ¿Hay gente que no gana nada? ¿Crece la informalidad en los mercados o se da paso a los peatones en estos espacios donde se mueven capitales? ¿Hacia dónde se expulsan a sus hijos de los pobres? ¿Se está distribuyendo bien la economía?

La realidad de lo que acontece en el país es que hasta hace poco, las familias pobres del campo alimentaban la pléyade de la migración hacia las ciudades con sus hijos e hijas, también de las ciudades marginales los jóvenes no veían otro camino que acudir a las urbes del eje central en busca de trabajo; hoy sucede que la migración abarca a toda la familia, incluido a los animalitos domésticos que son cargados en los camiones hacia los centros urbanos.

Sólo así se explica que Bolivia es un país donde existe una población del 60% urbana y apenas el 40% de gente que vive en el campo, esta realidad demostrada en el Censo 2012 no será revertida. Ahora, ¿se viene a la ciudad para ser ricos o para ser más pobres?

Lo sociocomunitario y productivo, para el análisis de la economía y la pobreza, parece que sólo quedará en teoría porque con la masiva migración del campo hacia la ciudad se pierde la esencia de la realidad histórica, natural y cultural, se adquiere una nueva forma de vida porque se asume un nuevo orden económico y político que da paso a una nueva cultura y civilización. Así vista nuestra realidad, ¿se coloniza o se descoloniza?

Cuando se afirma que el acceso a la escuela supera el 96% de la población escolar, los analistas políticos aseveran que esto se debe al bono “Juancito Pinto”, el desayuno y merienda que en algunos municipios se oferta a los estudiantes. ¿Hasta dónde esto es cierto? ¿No será más bien que la población escolar crece porque las familias han migrado hacia la periferia de las ciudades donde sí es fácil acceder a la escuela? ¿En el área dispersa, crece o decrece la matrícula escolar?
Las desigualdades en las que todavía vivimos los bolivianos y bolivianas hacen que de las familias humildes salgan los más jóvenes a servir a los más ricos, sea en la misma patria o el extranjero; se trata de recursos económicos, de la distancia que hay de la casa a la escuela para continuar en la educación, también es cuestión de género y la incorporación al mundo laboral a corta edad.

¿Pese a la economía en bonanza, no es la mayoría que se raja el lomo para que otros vivan mejor?

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EL BAILE DE LOS MILLONES

Mario Mamani Morales

Donde está fortalecida y en algunos lugares se mantiene intacta la práctica de la vida comunitaria es en Bolivia, con sus usos y costumbres que van desde las festividades totalmente ancestrales, su forma de organización social con veneración a los ancianos y sus saberes que guían la forma de vida, moral y espiritual, del pueblo, con su propia manera de conocer y sancionar hechos que atenten contra esa sana convivencia.

Todavía hay ancianos en las Markas que son sabios. No fueron a la escuela ni la universidad; pero la experiencia de la vida les hace conocedores de la verdad y sabiduría, motivo de consulta de los jóvenes, su orientación y guía para la comunidad. No han sido contaminados con la forma de vida que se adquiere cuando se entra en relación con la sociedad de la competencia y el consumo.

Estas personas en su vida en comunidad practican de manera innata la trilogía del “ama sua, ama kella, ama llulla” , primero está el interés de su pueblo antes que su provecho personal, así han venido sobreviviendo nuestros pueblos ancestrales; pero la corrupción, la politiquería, el oportunismo, la mentira han ido minando a los pueblos y hoy advertimos que también la danza de los millones corrompe como se denuncia en el fondo Indígena Originario Campesino, Fondioc.

Esos hombres sabios de la comunidad no tienen suerte ni parte en los proyectos fantasmas; pero se obró a nombre de ellos, los que solicitaron, administraron, inventaron informes de conclusión de obras, son otros, que tienen esa sangre del anciano, verdad; pero ya contaminada en las venas y la mente con la fácil verba, aprendieron lo peor de la politiquería.

El fondo indígena tiene su razón de ser para permitir la posesión de la tierra, producir en ella no sólo para sí y su familia, sino para la comunidad, el pueblo; tener trabajo que permita la permanencia en el lugar de origen antes que migrar hacia las urbes para la explotación y el engaño; mejorar, fortalecer o crear nuevas formas de vivir bien, por lo tanto, esto implica ser hombre libre.

¿A quiénes se entregaron los millones de bolivianos provenientes del IDH a través del Fondioc? ¿Dónde lo gastaron? ¿No aparecieron con camionetas lujosas y casas en las ciudades? ¿No se apropian dineros que no son producto de su trabajo, sacrificio y la producción? ¿No se volvieron hasta burócratas asumiendo su rol de mediadores caudillistas hacia los poderosos? ¿No son los que tienen bajo la manga el “aval” para los hijos y parientes de los compadres? ¿Y si no les toca parte de la danza de los millones, no van a desgajar el Instrumento?

Hay una distancia enorme entre los verdaderos indígenas, la forma de vida y concepción de la política de aquellos venerables ancianos del pueblo y éstos que aprovechando su acento, su color de piel y raíces se arrimaron al “Instrumento” para hacer de Evo su compadre, ahijado, padrino de boda o de cualquier cosa, adulan, mienten a nombre de las “organizaciones sociales” donde sólo ellos hablan, deciden, se representan.

Si somos más observadores constataremos que ayer militaron por el MIR, MBL, ADN, el Pacto Militar Campesino, fueron parte de los famosos “interventores”, persiguieron a sus hermanos de clase que luchaban contra las dictaduras, estuvieron siempre al lado de las ONGs donde también danzaban millones de dólares, hoy disque manejan “bases” pero a nombre de la multa, el chantaje, el castigo en la comunidad si no se asiste a la concentración o proclamación forzada.

Que hay líderes que heredarán el ejemplo del anciano venerable, seguro sí, pero no se hacen visibles. Estos hombres sí luchan porque el despojo de tierras no vuelva a repetirse, la explotación y la desigualdad se erradique y se fortalezca la vida en la comunidad.

Está demostrado que en todas partes se cuecen habas, los malos ejemplos cunden, viene a la memoria el despilfarro en el Banco Agrícola que sirvió para erigir edificios en las ciudades, acumular capitales y jamás pagar los préstamos. ¿No andan ellos sueltos por ahí?

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EL LLAMADO DEL MAR

Mario Mamani Morales

Se afirma que el capital no tiene patria, esto es decir que no tiene sentido de pertenencia, es asexual, igual puede esta hoy aquí, mañana allá, andar de una mano en otra sin inmutarse; la diferencia con el ser humano es que, el hombre y la mujer, ama el suelo donde ha nacido, añora cuando está lejos de su tierra, se identifica con los colores de su bandera que la da sentido de patria, sólo en el pago bendito se puede respirar profundo y descansar en la eternidad.

Este es un principio elemental que rige la vida, por muy profesional que sea, debe ser más para los que tenemos el privilegio de estar en los micrófonos de la radio, la televisión la prensa o los periódicos digitales, por lo tanto, es natural que cuando se habla de la patria no hay “neutralismo”, la “imparcialidad”, la situación es clara: o estás con tu patria o estás en contra de ella.

Esto viene a propósito del Litoral cautivo, de las costas en el Pacífico con que nació Bolivia como Estado en el consenso mundial. En cada boliviano bien nacido, palpitan cada vez más las ansias de volver al Mar; pero no es cuestión de sentimentalismo, de esperar la dádiva o compasión de alguien sino de exigir justicia con la verdad, sin apasionamientos ni ilusiones falsas; sólo la verdad.

Mientras el gobierno, en el cumplimiento de una política de Estado, acude a instancias judiciales internacionales, en la ciudadanía se advierte una actitud de balcón; más bien hay necesidad de aportar ideas, mejorar las que se tienen, generar propuestas orientados al máximo objetivo, ser parte de las soluciones, también es cuestión de corresponsabilidad generacional.

No se debe jamás creer que Chile está recién mostrando algún interés en la demanda marítima de Bolivia, por el contrario, desde hace décadas se conoce que maneja planes no tan secretos cimentados en una geopolítica expansionista, utilizando diferentes medios que van desde la simple visita turística hasta tecnologías modernas y sofisticadas para tener información precisa sobre nuestro país.

No es ingenuo que empresas turísticas de Chile muestren y oferten como suyo los Lípez de Potosí, adicionado al Lago Titicaca y regiones de Oruro, todo esto en áreas de frontera; lo que se hace es recoger toda información, penetrar centímetro a centímetro cuadrado en territorio boliviano, conocer si hay población, caminos, clima, posibilidades de sobrevivencia, recursos naturales. Desde Chile se ingresa a Bolivia por cualquier parte y a cualquier hora ¿o acaso hay control sostenido en nuestras fronteras?

Otra forma de penetración a Bolivia es a través de inteligencia mimetizada en el contrabando. ¿No entraban los autos chutos por cientos y diariamente por la frontera con Chile? ¿Sólo eran contrabandistas bolivianos? ¿No obtenían fotografías, datos, filmaciones, vías de comunicación, rutas de evasión de control personal de inteligencia chilena camuflada en el contrabando? ¿Conocemos en Bolivia cuántos puntos de acceso se tiene del país Mapocho hacia nuestro territorio?
A propósito, si de algo también sirvió el paso de la competencia del Dakar por esta parte del país, fue para que miles de bolivianos conozcamos nuestro territorio y hayamos bebido las aguas cristalinas del Silala que es Potosí.

Hace algunos años, un Alcalde de Iquique, se dio una vuelta por Bolivia, como Pedro por su casa, lo peor con amplia cobertura de la prensa bajo la oferta de un corredor que una el Atlántico con el Pacífico, pasando por Santa Cruz, parte de Cochabamba, Sucre, Potosí, Uyuni hasta Iquique en Chile; es decir, la política de penetración al país no sólo fue de manera secreta sino también pública ¿o creemos ahora que esa gira fue sólo de buena voluntad y nada más? ¿No recorrieron nuestro territorio con cartografía de carretera provista por propios bolivianos?

En el ámbito político hay mucha tela que cortar. ¿El abrazo de Charaña sólo se redujo a eso? ¿No estaban por detrás intereses económicos empresariales? ¿Y la pretensión de entrega del gas a Chile? ¿Hoy quien maneja el ferrocarril Andina en el sur? ¿No hay grupos de poder interesados en el tema?

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PEGADA A LA TIERRA

Mario Mamani Morales

Hay poblaciones en el país donde sólo quedan ancianas. Los jóvenes y adultos han marchado hacia otros horizontes en busca de trabajo. Generalmente ya no vuelven porque han encontrado mejores oportunidades para ellos y la familia que inician. El pueblo que los vio nacer ha quedado lejos y se convierte en recuerdo.

Esta es una realidad en muchas familias. Cuando los hijos toman el camino a la Argentina, sólo la madre queda en casa, las pequeñas parcelas con algunas plantas y unas  cuantas ovejas o cabras. Ya ancianas están pegadas a la tierra de donde se resisten salir.

Hay ocasiones en que los hijos buscan una mejor situación para la madre anciana, casi a la fuerza las llevan consigo a la urbe. Allí, aunque no siempre en una villa miseria, jamás se acostumbran, añoran volver a su pago, exigen a la hija o hijo que las devuelvan a la tierra, a la casuchita que todos los días la tienen en el recuerdo y la nostalgia.

Doña Josefa ha vivido esa realidad. Su origen está en algún lugar de Nor Chichas del Departamento de Potosí. De estos lares casi todas las personas jóvenes han migrado al país vecino, Argentina, “allí hay trabajo”, dicen. Ella fue a la fuerza al gran Buenos Aires. La ubicaron en una casa con cerámica, cemento y todos los servicios; pero jamás se sintió plena aunque tenía el cuidado de sus hijas que la rodearon de todo: ropa, comida, televisión y cuidados.

“Quiero volver a mis casa, llévenme”, era el reclamo diario y casi a toda hora. Jamás sintió como suya la buena cama, el cuarto de baño con todas las comodidades de ciudad. Pensaba en su ovejitas, sus cerros, la amancaya, sus vecinas, ancianas igual que ella; pero con las que podía hablar en su idioma. En la metrópoli sólo ruido y abandono porque las hijas tenían que salir a trabajar.

A tanta insistencia y cansadas de escuchar el ruego de la madre para volver a su tierra, la traen de vuelta; pero ellas, las hijas, tienen que regresar a su Buenos Aires porque allí ya tienen familia, casa y trabajo. Doña Josefa se queda sola en su pago; pero contenta porque es su mundo, su pueblo, su tierra, su aire fresco y puro. De vez en cuando llega algún encargo de los hijos e hijas, con dinero incluido que ella no sabe en qué o como gastar. Está pegada a la tierra.

Otro de los hijos que hace años se fue hacia Santa Cruz, también ya tiene un futuro labrado: esposa, hijos y casa en un asentamiento tipo colonización donde también planta, tala árboles y recoge los frutos de su esfuerzo en el cultivo de la tierra.

Por asuntos de conciencia y el deseo de estar junto con la madre, también doña Josefa es llevada al oriente. Aunque sea en el campo, más con las temperaturas altas, el aire sofocante, nunca se acostumbra. Tiene el cariño del hijo y los nietos; pero su mente está en su lugar donde ella nació, creció, hizo familia, fue feliz al ver a los hijos hacerse adolescentes, jóvenes; pero tuvieron que partir porque ya la tierra no producía a consecuencia de una rotura de un dique de colas de COMSUR que arrasó con todo en los años 90 del pasado Siglo. Jamás la tierra volvió ser a la misma.

Doña Josefa en Santa Cruz, cerca a la frontera con Brasil donde su hijo tiene su parcela, todos los días pide que la lleven otra vez a su pago. Como duerme en el suelo, temprano cada mañana alista sus prendas y dobla la cama esperando que sea el día para partir a su pueblo. “Aunque sea muéstrenme el camino y me iré caminado”, suplica al hijo.

Finalmente la retornan a su tierra. Ahora ella más anciana, casi sin vista y apoyado en un bastón se cocina, recoge agua de una vertiente y tiene su perro y una gata que son sus compañeras. Respira su aire y de vez en cuando alza la vista hacia el sendero, por ahí llega alguno de sus hijos.

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MANDILITO BLANCO

Mario Mamani Morales

Desde el próximo lunes, 2 de febrero, todas las calles, avenidas, plazas y parques en las ciudades se verán otra vez atestadas de niños y niñas en edad escolar. En el campo, también los senderitos serán hollados por los pies de niños que correrán felices: caminito a la escuela.

Según las palabras del presidente Evo, en el mensaje emitido al país el 22 de enero pasado, el 99,82% de la niñez en edad escolar ha sido matriculada en la pasada gestión educativa, esto en primaria, en secundaria la cifra es un poco menor, 72,15%; se advierte que hay que mejorar esta cobertura en los adolescentes que van entre los 11 a 17 años.

Cuando se observa la sonrisa de nuestra niñez y juventud que asiste a la escuela, se evidencia que hay alegría, esperanza, inocencia que es responsabilidad de la misma sociedad forjar su futuro. En esta época del año, justo cuando se inician las clases, también los jardines en plazas y plazuelas tienen flores, rocío en las mañanas, fragancia que incentiva al placer de los sentidos y motiva satisfacción, ganas de vivir, es lo mejor que puede dar la vida: niñez, juventud, flores y vida.

Una de las políticas del Plan Nacional de Desarrollo, asumido dentro del gobierno actual, tiene que ver con la construcción de una escuela de calidad, que priorice la igualdad de oportunidades, que se sea equitativa; es decir que no existan diferencias étnicas, de género, religión y procedencia. No imaginamos cómo hasta hace décadas la educación era privilegio para pocas familias; los demás niños, hijos de campesinos e indígenas, no podían aspirar a saber leer y escribir, estaban destinados a ser los pongos, los mit’anis, luego la servidumbre gratuita del “niño” de la casa del patrón. Hoy el país ha cambiado: la escuela hasta el bachillerato es obligatoria.

Lo que nos separa a los bolivianos y bolivianas es el poder económico, todavía medimos a nuestros semejantes con el ojo de “tanto tienes, tanto vales”; pero también la Constitución Política del Estado Plurinacional garantiza que el padre de familia puede elegir la educación que quiera para su hijo e hija; esto es: privada o pública, católica, evangélica o laica; ¿la diferencia sólo es económica?

Paradójicamente las escuelas más caras en Bolivia son las que se ofertan a través de la iglesia, generalmente católica, esta es una historia que se arrastra desde tiempos de la colonia. Si usted es observador, se dará cuenta que en las ciudades colonizadas por la cruz y la espada, a lado de la construcción de una iglesia o un convento, está edificada un espacio que es una escuela, administrada todavía por religiosos o religiosas, donde no siempre puede acceder un niño del pueblo; se habla de la élite, de la alta sociedad que puede pagar el costo de una educación de calidad: ingreso previo examen, buen aspecto (blancoide), apellido no nativo (aunque no se hace el seguimiento genealógico), es la tradición familiar, se afirma.

También la inequidad escolar se crea por la mentalidad de padres y madres que consideran que la mejor educación está al centro de las ciudades; he ahí las filas, peleas, reclamos y exigencias por tener una plaza en centros educativos de renombre, porque supuestamente están allí los mejores maestros y maestras. Si ellos y ellas fueran destinadas a una escuela de la periferia ¿igual los padres y madres exigirían que sus hijos sean inscritos lejos del centro? Nótese que en la actualidad las mejores edificaciones escolares no siempre están cerca de la plaza.

Sea como fuere, se trata de nuestra niñez y juventud, lo mejor que tiene un país, cualquier sacrificio que se haga por su bienestar, vale la pena. La escuela debe tener un vínculo directo con la realidad nacional, fortalecer el sentido de pertenencia al país, desarrollar una autoestima que parta de lo psicológico, emocional, de integración a la sociedad, de mirar al otro en la misma dimensión horizontal, nunca de arriba, con desprecio o falsa vanidad que no edifica.
Lo ideal sería vestir el mandilito blanco y caminito a la escuela.

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