A ojos vista

DESPOBLAR EL CAMPO

Mario Mamani Morales

El censo de población y vivienda (2012) ha demostrado que los bolivianos vivimos más en áreas urbanas que en el área rural. 67,3% en ciudades y apenas el 32,7% en el campo. Conclusión: el campo se está despoblando.
Hace apenas 64 años, es decir en 1950, la población en el campo alcanzaba al 73,8% y apenas el 26,2% vivía en las ciudades, claro que en esos años los bolivianos apenas sumábamos a 2,7 millones y ahora pasamos los 10 millones de habitantes.

Antes de 1955, la población campesina, que eran los hombres y mujeres sin derechos, estaban pegados a la tierra, eran los sometidos al patrón, trabajaban la tierra a punta de látigo y tenían para sí un pedazo que los fines de semana o en horas que no exigía el hacendado, sembraban y cosechaban. No sabían leer ni escribir y por tanto, no tenían participación en las elecciones nacionales, después vino el derecho al voto universal.

Con el gobierno del MNR viene la Reforma Agraria y los campesinos vuelven a tener derechos sobre la tierra, se abren escuelas en el campo y se adquiere la categoría ciudadana,  aunque la servidumbre todavía perdura en varias partes del país hasta finales de l TITULARES LA PAZ 1.- Tribunal Electoral debate mapa electoral que disminuye circunscripciones en ciudades y opositores dicen que eso beneficia al MAS (JESUS ALANOCA) 2.- Movimiento Sin Miedo descarta por completo reunión tripartita con el Frente Amplio y Demócratas, y representantes de Unidad Nacional insisten en la búsqueda de una sola candidatura (JESUS ALANOCA) 3.- abogada de presunto autor del robo de 130 mil dólares de las bóvedas del BCB, denuncia que su cliente fue acusado sin pruebas debido a que en lugar no existe cámaras de seguridad. (EDDY ANDRADE) 4.- SIN Detecta a 1000 gremiles q no pagan impuestos y uno con capital de 12.000 bs paga 258 y con capital de 37.000 bs 1200 bs al año (FREDDY)a década de los 90.

Como la Reforma Agraria no se aplica en plenitud ni hubo profundización en el tema, con los años, las tierras quedaron reducidas a parcelas que no alcanzaron para los hijos, por tanto, la migración campo-ciudad se hace imparable. En la década de los 80’ los bolivianos igualamos la población de quiénes viven en el campo y quiénes viven en las ciudades, luego la disminución de habitantes en el área rural se hace constante.

Hoy la situación difícil de la vida en área dispersa parece haber cambiado: se ven edificios escolares modernos, con tinglado incluido; se publicita que el gobierno de Evo entrega cada año tractores al agro, la energía eléctrica casi está al alcance, se escucha eso de “mi agua” y luego el de “riego”, se comenta de telecentros educativos y la matrícula escolar, especialmente femenina, ha mostrado un crecimiento significativo; pero igualmente la población del campo se viene a la ciudad o centros urbanos. ¿Por qué?

¿Será que no conviene vivir en el campo? ¿Cuánta inversión se destina al área rural? ¿Se han ampliado las hectáreas de cultivo o más bien se abandonan las tierras? ¿Los tractores llegan a beneficiar al verdadero campesino? ¿Eso del seguro agrícola llega al hombre de agro de verdad? ¿Qué incentivos existe para la producción de trigo, maíz, tubérculos y otros? ¿Se ve con ojos de industria al área dispersa o sólo es propaganda?

En el país, en los últimos años se incrementa en 20% al salario mínimo nacional y entre 8% a 10% al resto de la escala salarial, casi al triple de la inflación acumulada; pero los asalariados en el país son pocos, entonces, ¿qué se hace por el hombre y la mujer que se queda en el campo? ¿No tiende a multiplicarse en proporción geométrica la economía informal?

Cuando estamos a semanas de iniciar el bullicio de las propagandas electorales, se hace imperativo que los “políticos” esbocen una idea de propuestas de una política de Estado para el agro. Está demostrado que superar los asientos de adobe en las escuelas, maestros improvisados, regalos de palas y picos, electricidad en la mayor parte…no había sido suficiente para que la población se quede en su lugar de origen, entonces hacen falta otras propuestas.

No sólo es cuestión de tener cables de energía eléctrica a las comunidades, sino es proponer cómo usar esa energía para mejorar las condiciones de vida; los índices de desarrollo humano no se miden con la cantidad de población rural que ve televisión y qué canal, sino cómo esto mejora su condición humana, esto sin desmerecer sus raíces, porque si no, sin querer, es colonizar. Invitar a que la poca gente que todavía queda en el campo mire ansioso el horizonte de lo urbano.

El 2005 la inversión pública era de 600 millones de dólares y el 2013 el gobierno anunció que se alcanzó a 6 mil millones de dólares, multiplicado por 10. ¿Cuánto se destinó al campo?

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CLASES Y OFICIALES

Mario Mamani Morales

Cuando pasé mí tiempo vistiendo el uniforme del ejército boliviano, adolescente y sin todavía conocer el mundo en su plenitud, a fines de la década de los 60 del pasado Siglo, la vida militar tenía sus peculiaridades: una cosa era estar en el cuartel y otra estar en la calle.

En el cuartel la vida era dirigida a través del toque de corneta. Ésta era odiada en la madrugada cuando tenías que levantarte y vestirte hasta contar diez; pero tan esperada cuando tenías que formar para el rancho: todos a correr para llegar primero a la fila y recibir la “lagua” con un poco de kerosene, decían que esto te hacía más fuerte, igual te parecía deliciosa porque tenías que sobrevivir junto a la tropa.

En la calle, tiempos en que la vida en Bolivia corría difícil por las revoluciones, las protestas del descontento popular, las manifestaciones de mineros que sumaban miles, los universitarios que eran vistos como nuestros enemigos y los uniformados éramos tratados como “gorilas”, salidos del “arca de Noé”, “abajo la bota militar…” se escuchaba por doquier. Civiles y militares eran declarados enemigos, los primeros no podían caminar de dos en las noches porque había que controlar el toque de queda, nosotros siempre en escuadras para controlar la tranquilidad. Luego vinieron los años de “orden, paz y trabajo”, tiempos difíciles en el cuartel y en las calles.

Los tiempos hoy son diferentes, ya no se come lagua en los cuarteles ni hay más odio entre los que visten uniforme y los civiles, es más, ahora marchan juntos, inclusive se confunden entre ponchos y abarcas, qué lejos ha quedado eso del “pacto militar campesino” que era una treta política para mantener el poder bajo las dictaduras y el testamento bajo el brazo. El tiempo y la democracia ha hecho el abrazo de paz en el pueblo,  que entre militares, policías y civiles hoy caminemos por la misma acera. Ojalá para siempre.

En esos tiempos, la subordinación y constancia era férrea. Un superior no siempre era respetado sino temido. Una cosa es la obediencia y otra diferente el respeto: la primera se impone, la segunda se gana. Eran pocos los de graduación superior que se ganaban el respeto de la tropa y los subordinados, quizás era la doctrina y los aires que corrían en el tiempo y la historia.

Las diferencias en la graduación eran marcadas: un clase, sargento o suboficial no podía sentarse a la mesa de los oficiales, peor al de los jefes, ni asomarse siquiera. Los oficiales para arriba tenían sus fiestas en el Comando o el casino, con guardias de seguridad por la graduación de abajo, eran ocasiones especiales cuando se lucían los uniformes de gala, a veces se interrumpían estos plácemes porque había que acudir a las calles para controlar las rebeliones, ahí todos vestían por igual, los oficiales y jefes se sacaban los grados y no siempre estaban a la vanguardia que eran lugar para los soldados. Los abuelos contaban que esto era igual en la guerra del Chaco.

Para ir al Colegio Militar era requisito ser bachiller, aunque esta regla se rompía por el poder político y las influencias de “familias”. Hubo promociones que no necesariamente eran bachilleres, pero se decía que llegar ahí era cuestión de casta.

Para llegar a la máxima graduación de suboficial no era requisito ser bachiller, se iba a la Escuela o al Politécnico desde tercero de secundaria. Ahí se marcaba la diferencia de por vida: la puerta de los oficiales para arriba totalmente cerrada para los suboficiales para abajo.

Hoy que Bolivia ya no es más República, soplan vientos de cambio en un Nuevo Estado, hay necesidad de discutir la carrera uniformada. La casta queda en el pasado, tienes que ser bachiller para emprender una carrera técnica superior o licenciatura y una vez dentro de la institución, áreas o especialidades, capacitación y ascenso por méritos de estudio y proposición deben ser analizados y dejar de lado la historia de soldados de primera y segunda clase.
¿Las movilizaciones de sargentos y suboficiales no cambiarán nada? ¿Las FF.AA quedarán al margen de los tiempos de cambio? ¿No son ahora parte del pueblo?

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FRAUDE A LA MERITOCRACIA

Mario Mamani Morales

En algo que no nos hemos descolonizado es la presentación de nuestras hojas de vida o el “curriculum vitae” que se nos exige para algún trabajo y la suma de “cartones” que hacen la meritocracia de la formación y la carrera profesional.

Las denuncias sobre posibles ventas de certificados e ítems en educación que son actualmente investigados por la fiscalía en la Dirección Departamental de Educación en Chuquisaca, es una seria llamada de atención para que la forma de calificar expedientes tenga otra modalidad y que la meritocracia sea valorada en base a la verdad.

En estos tiempos existen varias formas de sumar los cartones: por un lado están los adelantos tecnológicos para clonar o escanear documentos, que a simple vista parecen originales. No pocas personas logran asirse de un cargo con esta documentación  donde sólo se ha colocado, hábilmente, el nombre del interesado y que sin ningún desparpajo se presenta ante alguna convocatoria. Hay experiencias en el país sobre la falsificación de títulos profesionales y que luego de la evidencia de la verdad sus detentadores fueron a parar a la cárcel, después de ser destituidos del cargo que lograron con esta mentira.

Otra forma de tener certificados es el comercio que abunda en ofertar toda clase de cursos, seminarios, talleres, congresos, hasta con validez internacional y que nadie controla. En este mundo de vivos también hay “pajpacus” que saben muy bien el negocio, existe toneladas de propaganda sobre éstos en los postes de luz, edificios públicos, calles y avenidas cuyos inmuebles son casi forradas con estos anuncios: los busca cartones son presa fácil del comercio, no importa el contenido, calidad, validez científica ni quiénes son los facilitadores, lo que interesa es tener el cartón aunque nunca se haya asistido, ¡se paga el costo y ya!

Añadido a lo anterior son los “certificados” que se dejan en blanco, es decir, sin nombres. No faltan los vivillos que proceden a ofertar a quienes necesitan coleccionar documentos que luego serán calificados en su expediente y en más de las veces pasan como si hubieran asistido horas sobre un tema específico, para sumar méritos, se añaden como “facilitadores” del curso en cuestión. Entonces se tiene mayor puntaje o se califica en otra casilla.

 ¿Quién le pone el cascabel al gato? ¿No abunda la venta de certificados de toda laya en el negocio para la meritocracia? ¿Las ofertas de cursos, postgrados y otros no deberían ser controladas, registradas, foliadas y validadas por alguna institución pública o privada? ¿En esto de los títulos y certificados no tiene que ver el Ministerio de Educación? ¿No sería bueno descolonizar este sistema y negocio? ¿Se pronunciaran las autoridades del ramo sobre este particular?

Según las investigaciones preliminares en la DDE de Chuquisaca, se ofertaban “cartones” que eran la clave para ganar una compulsa para acceder a un cargo docente, los precios en dólares.

Otra investigación que corre es la posible venta de cargos, ítems docentes que fueron logrados irregularmente para trabajar en la ciudad, sin haber hecho provincia y cero años de experiencia en aula a costa de otros docentes que están por más de diez años en el campo; pero que no pueden acercarse a la ciudad porque no tienen “padrino”.

Según las autoridades de la fiscalía general del Estado, esta investigación abarcará todo el país, además que se hará una auditoría de los cargos o ítems de los últimos años, resguardando la identidad de las personas que denuncien o coadyuven al esclarecimiento de certificados falsos o adulterados y las designaciones no claras, fuera de la normativa.

¿Cuánto cuesta un curso de postgrado a las personas que de verdad quieren superarse? ¿No es dinero, tiempo, dedicación de horas al estudio y hasta descuido de la familia? ¿Debe venir otra que nunca jamás estuvo en un curso y todavía ganar el concurso de méritos? ¿Los certificados que el Ministerio de Educación entrega por algún curso, trabajo o mérito bien ganado, tienen registro y la foliación correspondiente? 

Existen otras carreras profesionales, además del magisterio, que califican por méritos, no es malo en sí, lo que está mal es cómo se suman los mismos y hay necesidad de transparentarlo.

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APLAZADOS EN MINERIA

Mario Mamani Morales

Bolivia, un país tradicionalmente minero; hoy su mayor debilidad como Estado. El último conflicto con los mineros desveló que no tenemos juristas entendidos en la materia ni las Universidades forman técnicos en el ramo: sencillamente nos aplazamos.

A esa conclusión llegó el presidente Evo en ocasión de la posesión del nuevo Ministro, a quien se encomendó aceptar los retos que significa la minería del Siglo XXI.

La historia de las últimas décadas nos permite diferenciar  dos realidades: la minería estatal y la cooperativizada. Desde la nacionalización de las minas en los años 50 del pasado Siglo, el rubro descolló con la Corporación Minera de Bolivia, COMIBOL. Tenía trabajando en los socavones no menos de 20 mil obreros, eran verdaderas empresas que además tenían profesionales, técnicos cuya responsabilidad era dirigir la mina con criterio y productividad. Esto duró hasta el famoso decreto 21060 de 1985.

En ese tiempo, las Universidades eran famosas por sus carreras de ingeniería de minas, geología y otras afines a la explotación del subsuelo, sus egresados tenía trabajo seguro; en las facultades de Derecho era una materia que se tomaba con seriedad, precisamente la minera; luego de la relocalización también estas carreras se vinieron abajo, hoy casi nadie escoge esa área porque las posibilidades de trabajo son mínimas.

El neoliberalismo dejó un ejército de desocupados de las minas, pronto se adscribieron al sistema cooperativizado, no pocos de sus dirigentes ahora son los defensores de las Cooperativas Mineras y, según las estadísticas, suman más de 30 mil obreros bajo ese sistema.

La verdad es que los verdaderos socios cooperativistas no pasan de cinco mil o menos, el resto son peones, sino todos tendrían autos de lujo, casas, empresas privadas, inversiones en diferentes rubros. Sencillamente aquí se presenta la explotación del hombre por el hombre. Los socios son los adjudicatarios de parajes o concesiones, son los dirigentes, cabecillas; pero los miles son peones, jornaleros. Campesinos que por temporadas encuentran ocupación en la mina, ni entienden lo que es la Cooperativa.

Los mineros de la Comibol, en tiempos de las dictaduras luchaban junto al pueblo por mejores condiciones de vida, no sólo para ellos, sino para todo el pueblo; pregonaban la mejor distribución de la riqueza en el país para acortar la distancia entre pobres y ricos; en las cooperativas la riqueza se lleva el socio, el dueño de la cooperativa, esa es la diferencia.

La mina en tiempos de la Comibol era bien atendida: sistema de refrigeración, ventilación, seguridad ante todo, emergencia para salud, drenaje, sistema de medición de avance, cambios permanentes y sistemáticos de los callapos, prospección y orientación geológica, allí se requería técnicos, ingenieros y otros profesionales.

En las últimas décadas, desde la relocalización, hemos vuelto a la entrega de nuestras riquezas mineras al mejor postor; se hace noticia de que se hacen millones por concepto de regalías; pero no se sabe dónde se invierte, qué se hace o dónde están. Sería bueno que cada “cooperativa” desvele cuánto aporta al país por cada tonelada que explota y cómo se distribuyen los dividendos al interior, entre cuántos y a cómo.

En la Comibol se trabajaba en interior mina, ahora se hace a rajo abierto, así desaparecen cerros enteros, paragógicamente en el Cerro Rico de Potosí se procede a rellenar con cemento, en otros lugares a nadie le interesa conservar la naturaleza y el entorno.

De manera peligrosa el Estado ha dejado crecer un ejército de peones de las cooperativas, que con dinamita en mano y sin priorizar el raciocinio, a tal punto que sus patrones reclaman para sí haber puesto en el poder al gobierno actual y que también puede bajarlo. Es decir, sólo ellos suman el 64% de los votos en este país.

La historia de la minería nos ha dejado un tendal de miseria, silicosis, pueblos fantasma, acumulación de riqueza en pocas manos, hombres que escupen sangre para que otros vivan mejor, añadido a la naturaleza destrozada, irrecuperable, devastada; entonces en estos tiempos bien haría el nuevo ministro de minería proponer que la riqueza de esta patria es de todos, por lo tanto la nueva ley tendría que ir en consulta a todos los sectores de los bolivianos.

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IGLESIA, NARCOTRÁFICO Y CORRUPCIÓN

Mario Mamani Morales

Cuando Jesús estuvo en la tierra, junto a sus discípulos y rodeado de gente pobre a la que amaba (y ama) dijo algo categórico: “dad a César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”, añadió además que “no se puede servir a dos señores; o amará al uno y odiará al otro”. Esas palabras divinas siguen siendo una verdad  (siempre lo fue) para estos tiempos.

Fue noticia en días pasados la opinión de la jerarquía de la iglesia católica  sobre el “narcotráfico creciente y la corrupción pública” en el gobierno actual, La historia recoge que muchos gobiernos, de facto o electo, transitaron de la mano con el narcotráfico, se escribirían páginas escribiendo sobre el caso. De la corrupción, ni qué se diga. Esta última data desde la organización social del hombre, en toda época, nunca se pudo superar; pero existen muestras de que se combatió y se lo hace; pero la debilidad humana es más fuerte, incluida la cúpula religiosa.

¿Quiénes son los corruptos y narcotraficantes? ¿Dónde están? ¿Ellos no va a la iglesia, sea católica o evangélica? ¿No son creyentes en el mismo Dios que creemos? ¿No serán quienes dan ofrenda mayor y hacen aportes significativos para las arcas religiosas? ¿Ellos nunca comulgan? ¿Son personas especiales que no se juntan con los que estamos a pie? ¿No tienen conciencia del daño que se hace a la humanidad?

Según las encuestas confiables, en Bolivia no menos del 70% de la población es católica, protestantes evangélicos van alrededor del 19%, las otras, (Bahí, Testigos de Jehová, sabáticos, mormones, pachamamistas, etc.) apenas suman el 4%. ¿En cuál de los grupos están los narcotraficantes y corruptos? ¿En el 7% que falta y que no son religiosos?

En términos generales, el 90% de la población boliviana cree en Jesús de Nazareth, es decir tiene para sí le Buena Nueva de Jesucristo, ama a su prójimo, es más, con su ejemplo (de católico o evangélico) cumple el mandato de: “id y predicad el evangelio a toda criatura…”. Aquí viene la pregunta: ¿Son los creyentes ajenos a la corrupción y el narcotráfico?

Es fácil deducir que aquellos que están en la práctica de lo ilícito están junto a nosotros: comulgan, participan de la Santa Cena, ofrendan, comparten el abrazo de la paz; pero el evangelio ingresa por un oído y sale por la otra, su práctica es para otros, no para ellos.

Entonces la iglesia tiene su corresponsabilidad en el tema: no se llega a cambiar corazones, son nuestros “creyentes” que están en el pecado que se juzga. El mensaje divino sólo se presenta desde el altar o el púlpito;  no llega al hogar, la familia, el centro del corazón. El pastor (sacerdote) ya no hace las visitas familiares, no tiene seguimiento de las “ovejas”, sólo les reclama “el por qué no vinieron a misa (o culto) del domingo”, el resto de los días la mies o rebaño está entre las espinas o las montañas.

Según estudios de la realidad del narcotráfico se demuestra que está presente más en las ciudades del eje central del país; paradójicamente la mayor concentración de católicos está entre Santa Cruz, Cochabamba y El Alto. Los católicos están más en los centros urbanos que el área dispersa, en ésta última crecen en número los no católicos. Ahora bien, ¿los que están en el gobierno (también los que estuvieron), no son parte de nuestra iglesia? ¿Sólo son los pachamamistas? Si esto es así, entonces, cumpliendo el mandato de Jesús, vayamos a ellos y les prediquemos el evangelio, porque según la cúpula de la iglesia católica, es allí donde se incrementa el narcotráfico y la corrupción pública.

¿No serán ellos los hijos pródigos que relata la Biblia? Entonces no sólo les esperemos con los brazos abiertos, sino vayamos hacia ellos, no levantemos el dedo índice acusador. Dios odia el pecado, pero ama al pecador. Sucede que a lo largo de la historia de la humanidad, en la era cristiana, los de la jerarquía eclesial siempre anduvieron  con el “Cesar y con Dios”, lo otro significaría tener en la iglesia “cristianos fieles con Dios y ciudadanos honrados para con la patria”.

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UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA

Mario Mamani Morales

Bolivia es un país que se precia de tener una buena cantidad de Universidades. Las públicas llegan alrededor de 17, de las privadas nadie sabe cuántas son; existen al por mayor y para todos los gustos. Ahora se ha hecho noticia de la creación de otra Universidad: la Pedagógica.

Queda para la historia la respetable Escuela Normal “Mariscal Sucre”, de donde egresaron una pléyade de maestras y maestros que fueron las y los responsables de educar a muchas generaciones de bolivianos y bolivianas que ahora miran con azoro lo que ocurre en el campo de la educación.

Nadie puede negar que la educación se ha venido a menos desde las últimas décadas, vinieron reformas y contra reformas, leyes y decretos que en vez de profundizar la calidad e importancia significativa para el desarrollo del país, la fueron ahondando en crisis, politiquería y botín partidario para los cargos que se generan en el magisterio y todo el sistema complejo.

Se ha venido a menos la formación de Maestros en la verdadera expresión de la palabra. Se trocó por los técnicos superiores que fueron encargados en su formación a las Universidades públicas o privadas en el marco de la ley 1565, recuérdese que hasta hace poco fueron precisamente los Institutos Normales convertidos en segundo patio del sistema universitario que lanzaron varias promociones de docentes que actualmente prestan sus servicios en educación.

Posteriormente vino el boom de las licenciaturas, licenciaturas a la carrera, sólo de fin de semana y la palabra “profesor” quedó como ofensiva, lo menos valorado en el mercado de  la globalización y la meritocracia de los “cartones” y no pocos centros de Educación Superior ofertan maestrías para captar el interés de los educadores.

¿Así la educación ha mejorado? ¿Tenemos calidad en relación de los títulos de docentes de escuela y colegio? ¿Se ha comenzado a producir material bibliográfico por doquier para la educación? ¿La calidad docente es alta hoy? ¿Quién se ha beneficiado con la oferta de los títulos? ¿Los estudiantes de bachillerato son competitivos con sus pares de países vecinos? ¿Logran ingresar en forma masiva a nuestras Universidades, previo examen? ¿Es la educación mejor que antes?

Dentro de la nueva legislación, la Ley 070 ASEP, en pocos meses tendremos un ejército de Licenciados para el modelo educativo sociocomunitario productivo para el sistema educativo plurinacional. Se supone que el centro de su formación consiste en el currículo base de la nueva ley y su aplicación debe ser en el todo el territorio del Estado; pero hoy surgen voces de oposición al modelo, por tanto rechazo con movilizaciones ya anunciadas. ¿Entonces de qué sirve la oferta académica de licenciatura?

Siempre en sentido ascendente de la cualificación docente (no de Maestros), se crea la Universidad Pedagógica, precisamente para avalar el título de Licenciatura que se desarrolla desde hace un poco más de un año a través del PROFOCOM, esta nueva Casa Superior de Estudios, además de acreditar las licenciaturas se dedicará exclusivamente a la formación de postgrado para los trabajadores en educación: diplomados y maestrías.

De pronto, a pocas semanas de haber sido aprobada la legislación correspondiente para crear la “U” Pedagógica, surgen voces de nepotismo político partidario, nombramientos a dedo, sólo por el color “azul”, si esto es así, entonces se advierte que será un nuevo fracaso, un traspié que no será un aporte a la ya tan decaída educación que tenemos en el Estado.

Lo menos que puede hacer el gobierno es lanzar una convocatoria a nivel nacional para los cargos jerárquicos y docentes, deben llegar allí los más idóneos, maestros que todavía quedan con carisma, visión de país, entrega a la educación antes que el discurso partidario, finalmente los gobiernos pasan siempre, lo que queda es la formación ciudadana y ésta es responsabilidad de la escuela, es decir, cuestión de Estado.

Esto del currículo base para la educación sólo está siendo observado por el magisterio; pero la educación debe ser tarea de toda la sociedad, entonces es necesario discutir en todos los niveles y esta labor bien puede ser iniciada por la flamante Universidad Pedagógica que además de hacer investigación y docencia, asuma ser punta de lanza para la extensión, es decir llegar al pueblo.

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ELECCIONES

Mario Mamani Morales

El tiempo se acorta. Quedan un poco más de seis meses para las elecciones nacionales. Los partidos políticos se aprestan a ganar militantes y simpatizantes; pero lo que no hacen es plantear propuestas para gobernar al Estado Plurinacional; la situación es clara: o se profundiza el actual sistema que se orienta hacia la distribución de la riqueza entre los marginados o se revierte a que se quede en pocas manos y se ensanche la brecha entre los pobres y ricos.

Por un lado el actual gobierno del MAS-IPSP se dedica a inscribir militantes en todas partes. Se afirma que ya son cientos de miles que tienen su registro y portan el credencial con los colores del Instrumento. Por su lado, los grupos más visibles como los “sin miedo”, los “demócratas”, los “unionistas” entre otros, también trabajan en ganar adeptos. Una cosa es cierta: ya no se podrá contar con credenciales de varios colores porque ahora todo está computarizado.
Antes, una persona podía inscribirse en varios partidos a la vez y sacar el color que sea necesario en el momento oportuno para sentirse cobijado en la línea gobiernista; ahora la militancia tiene registro en el Tribunal Supremo Electoral, por tanto, la pertenencia política está registrada.

Poseer un credencial no significa convicción con los principios, ideología, método de lucha y aspiraciones que busca la tienda partidaria; lo que se hace es cálculo político para tener suerte y parte en el gobierno. Una vez en el poder, exigir derechos, decir que se aportó y trabajó en la campaña, que se dedicó esto y aquello para ser beneficiado con la repartija de las cuotas que tiene asirse en la administración de la cosa pública.

Hay gente experta y acierta en el cálculo; por ello siempre está en el gobierno, no importa principios, ideología, visión de país; lo que interesa es vivir de la oportunidad. Es aquí donde se debe trabajar en estos tiempos de cambio.

Los partidos políticos no inciden en la formación política, no se forman cuadros por eso se ha hecho práctica el transfugio, igual es estar en la derecha o en la izquierda. Son pocos quienes pueden decir que “yo soy del PCB, no me vendo ni me alquilo”, otros que abrazaron el falangismo o el menerrismo, son conocidos y por tanto reconocidos en el ámbito político y seguirán su militancia hasta el final de sus días.

Portar un credencial de un partido político no es sinónimo de estar dispuestos a movilizarse, con la moral alta y el nivel de compromiso hacia la consecución de los objetivos trazados; es más fácil que se darán la vuelta a la primera crisis, cuando el barco esté amenazado por la tormenta y desesperados se asirán de otra fuerza; es que no se ha trabajado en las convicciones y el sacrificio que significa abrazar una ideología: para servir, no para aprovecharse de la situación de bonanza momentánea.

El ejemplo claro verificable hoy es la aplicación del nuevo currículo en educación que comprende la ley 070 ASEP, cuando el magisterio rechaza el mismo; pero a la vez es parte del PROFOCOM de forma masiva. Pronto más de 40 mil maestros se graduarán como licenciados en la nueva Ley; pero se niegan a poner en práctica sus conocimientos adquiridos en los cursos complementarios.

¿Qué es lo que falla? ¿Se ingresó a los cursos del gobierno sólo por curiosidad, otros por obligación y los más por el título de licenciado que sale gratis? ¿No se convencieron de la Ley y la implicancia de su puesta en marcha?  ¿Hay que seguir en educación con los mismos moldes organizativos y curriculares? ¿Hay que recibir el título para ser llamados licenciados y nada más? ¿Dónde queda la hipótesis de que una escuela con mejor formación docente está asociada a mejores resultados? ¿No es verdad que el currículo necesita ser consensuado y no sólo imponerlo?
En la politiquería ocurre lo mismo, se puede tener miles de militantes; pero cuando más se los requiere, cuando se necesita una participación activa y comprometida, no están los que deberían estar. Una cosa es hacer el bulto en las concentraciones y proclamaciones, otra diferente sostener ideales, principios que hacen a las convicciones.

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ENTENDER A VENEZUELA

Mario Mamani Morales

Tuve el privilegio de compartir el trabajo de alfabetización “Yo, sí Puedo” con voluntarios venezolanos y cubanos, todos ellos entusiastas, alegría que siempre irradiaba esfuerzo para cumplir bien la tarea, sean el lugar en que se esté. “El Comandante Chávez”, eran palabras bien sentidas y de convicción por parte de los jóvenes venezolanos.
“Somos soldados de la revolución Bolivariana” decían, “estaremos donde se nos necesite para ayudar a la gente”.

Igualmente estaban en lugares fríos, templados o valles de los departamentos de Potosí y Chuquisaca. Cartilla y marcador en mano abrían la mente de muchos hombres y no pocas mujeres bolivianas que no habían tenido el acceso al alfabeto. No necesitaban viáticos para pasajes para llegar al lugar de trabajo, caminaban no importa cuánto, mochila a la espalda y siempre la alegría era la característica.

Cuando se referían a su patria, lo hacían con fuerza, convicción, esperanza de que la Revolución cambiara la realidad de pobreza, abandono, discriminación. “Venezuela será lo que Bolívar quiso, libre”, pregonaban, además que esa libertad se irradie por toda América.

A casi cinco años del paso por Bolivia de los voluntarios alfabetizadores venezolanos, se reciben noticias alarmantes de lo que pasa en esa país: muertos, marchas, enfrentamientos entre jóvenes y la policía, hambre por la escasez de alimentos, dicen que no hay ni papel para el baño.

¿Qué es lo que realmente pasa al interior de la Revolución Bolivariana? ¿No se supone que se disminuyó los índices de pobreza y marginación? ¿No se han construido miles de viviendas para los más desposeídos? ¿No se erradicó el analfabetismo hace ya años? ¿No se distribuye la riqueza en todos los sectores, especialmente en el pueblo? ¿No se controla las ganancias millonarias de los poderosos a costa de las necesidades del pueblo? ¿Qué pasa con la juventud que se supone está con la Revolución? ¿Se deja de lado el internacionalismo? ¿Qué pasa realmente al interior de Venezuela?

De acuerdo a los informes de entendidos en economía, la de Venezuela es mucho más fuerte y consolidada que de Bolivia, tiene tradición de exportador petrolero, realmente una potencia en hidrocarburos, un referente mundial, pero también en agricultura, varios rubros de la industria y se supone, un pueblo educado, culto y mucha juventud, más de la mitad de su población.

En boca de los voluntarios venezolanos que llegaron a Bolivia, se hablaba con entusiasmo sobre salud, vivienda y educación para todos y en todas partes, esa convicción además se quería llevar a otras partes del mundo, “queremos compartir no lo que nos sobra, sino lo que tenemos” decían, Cuba fue el referente en esa visión internacionalista.

La Patria de Bolívar ahora está atravesando una situación difícil, sería bueno entender lo que realmente sucede. Aquí se juegan grandes intereses, millonarios y sobrevivencia política. Por un lado el capitalismo que en Venezuela se consolidó en el colonialismo, cometió genocidios espantosos igual en otras partes del mundo, saqueando los recursos naturales,  inventó guerras entre países hermanos (Ej. Paraguay-Bolivia) sólo en el afán de apoderarse de sus riquezas naturales. En Venezuela traficó con los negros esclavizados traídos como animales desde África para colocarlos en las plantaciones de algodón, sustentó a muchos gobiernos de terror dictatoriales, para continuar con el saqueo y la depredación del medio ambiente, impuso la economía neoliberal, producto de ellos tenemos consecuencias dramáticas del clima y los desastres naturales del que somos testigos.

Frente a esta realidad creció una voluntad de cambiar ese escenario de amos y esclavos, de libertad e igualdad, de considerar que todos somos ciudadanos del mundo y no sólo motivo de sobre-explotación. Esta corriente ideológica, no por las armas sino en el juego de los votos en las urnas llegó al poder en varios países de América, incluido Venezuela, seguramente con muchos errores porque no se tiene experiencia de manejar el poder, a veces hasta el ensoberbecimiento de sus líderes; pero corregible por voluntad del mismo pueblo.

Lo cierto es que una vez más la historia nos demuestra que nada es permanente, nada es eterno, la historia de la humanidad avanza en cíclico, pero debe ser para bien de la humanidad, no para su destrucción y enfrentamiento entre hermanos.

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LA COB EN EL GOBIERNO

Mario Mamani Morales

En casi todos los sectores laborales se realizaron asambleas sectoriales para considerar la posición de la Central Obrera Boliviana, COB, y su apoyo al Proceso de Cambio, es decir, aliarse con el MAS para mantener el sistema de gobierno actual y votar en las próximas elecciones a favor de Evo-Alvaro.

No pocos trabajadores expresaron su opinión en sentido de que en las “planchas” para representantes nacionales, diputados y senadores, se ubicarán los nombres de varios de los dirigentes laborales, sean nacionales o departamentales y que pugnarán por estar en la franja de seguridad.

La propuesta de crear un partido político liderada por la COB no se hizo efectiva porque ya se presentaban pugnas en el liderazgo, es decir, para apuntar a llegar al poder, que es lo que busca una organización política, hay tener clara representatividad, oportunidad en la coyuntura y la capacidad de movilización de recursos; ninguna de las condiciones están dadas a favor de los trabajadores, por tanto la propuesta sólo quedó en eso.

El movimiento obrero, en las épocas de las luchas contra las dictaduras, era el único realmente combativo no sólo en Bolivia sino un referente en el Continente Latinoamericano; su fuerza mayor residía en el proletariado minero, el arma de lucha era precisamente la COB. Todos los dictadores a su turno, los gobiernos de facto después, temblaban frente a un anuncio de huelga de la Central Obrera Bolivia.

El inicio del final combativo de la COB fue el D.S. 21060  promulgado por Víctor Paz Estenssoro, más 15 mil mineros fueron echados a la calle debido a la relocalización, uno de los objetivos era precisamente destruir al movimiento sindical, así ocurrió con los fabriles, ferroviarios, gráficos, entre otros.

Nunca más la COB llegó a articularse como fuerza combativa, más aún a la muerte de su secretario ejecutivo por décadas, Juan Lechín Oquendo. Nadie puede negar que esa organización de los trabajadores se constituyera en una verdadera escuela sindical, seno de pluralismo ideológico, lucha de ideas y propuestas para dirigir a la clase obrera. Los congresos de la COB eran la línea para todos los sectores, su plataforma de lucha la base.

El acabose llega con el surgimiento de las Organizaciones Sociales, sustento del actual gobierno, alentado por líderes que en sus orígenes tenían la escuela de la COB, luego se convierten en sus detractores, aparecen organizaciones campesinas, posteriormente en el seno de los trabajadores a nombre de control social surgen movimientos paralelos al sindicalismo: La COB pierde su representatividad, no hay claro liderazgo ni visión de lo que se quiere lograr, seguidamente aparece como aliado del gobierno del MAS, es decir, se reduce a otra organización social más.

Una de las decisiones tomadas en el MAS-IPSP es la reelección de Evo a como dé lugar, así se garantiza la continuidad del proceso de cambio, si esto ocurre sin ninguna objeción, mejor. Entonces se trata de atraer organizaciones, líderes, hasta opositores. No se olvide que “las inscripciones están abiertas a todos”, por tanto, los dirigentes de los trabajadores no se resisten a la tentación del poder y se advierte que tendrán más oportunidades después de octubre próximo, se corre el peligro de que comenzará la pugna por ubicarse de quién es quién en el aparato que se construya.

¿Qué quedará después de la gloriosa Central Obrera? ¿Sólo será motivo de estudio sindical, social, político para las generaciones venideras? ¿Un recuerdo de la lucha e instrumento de los trabajadores? ¿No seremos corresponsables de lo que ocurra? ¿No debería existir una organización de los trabajadores, fuerte, representativa y capaz de enfrentar a los poderosos en el gobierno de que no siempre hacen bien las cosas? ¿Definitivamente debe haber un solo camino que transitar hacia el bienestar del pueblo teniendo claro el horizonte?

En varias asambleas de los trabajadores se decidió que su sector debe retirarse del seno de la COB, otros aprobaron la licencia indefinida, no faltaron algunos que dijeron que el voto es personal, por tanto, la alianza MAS-COB no era de importancia. Lo cierto es que los trabajadores activos y protagonistas del presente, no deberían olvidar la trascendencia histórica de la organización laboral y dejarla fácilmente en el vaivén de la coyuntura.

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LA NOCTURNA

Mario Mamani Morales

La escuela nocturna, de manera general la educación alternativa, era considerada como el patio trasero del sistema de educación boliviana, tenía que mendigar por otros lados para merecer alguna atención o era refugio para los maestros ya “antiguos” que debían ir a vegetar en la nocturna.

En ocasiones era el puesto de trabajo como preceptor para funcionarios públicos, magistrados, docentes de la Universidad, politiqueros, los “llunk’us” de las autoridades de turno,  otros que además tenían el título de Maestro y debían justificar el ítem, era el lugar de descanso.

Para tener alumnos se ofrecía matrícula gratuita, se compraba algún material escolar como lápiz, cuaderno y hasta se regalaba golosinas para que los chicos asistan a la nocturna. Con raras excepciones, la calidad de enseñanza estaba echada a su suerte.

¿Quiénes asistían a la nocturna? Paralelamente un estudiante podía asistir a la escuela regular en el día e inscribirse en el mismo curso u otro más avanzado. Para éstos era una diversión, una manera justificada para salir de casa y corretear por las calles hasta las nueve de la noche. ¿A caso no advertimos el bullicio a la salida de la Nocturna?
Pero también era lugar de enseñanza para los niños trabajadores, aquellos que no podían asistir de día: aprendices de oficios, ayudantes de albañilería, niños migrantes del campo que se adaptaban a la ciudad, empleadas domésticas, ahora trabajadoras del hogar, los expulsados de las escuelas diurnas; pero también había una población que tomaba en serio sus estudios, ávidos por el saber; pero no siempre tenía a un maestro que llenaba sus expectativas. No pocos de aquellos hoy están triunfando en la vida y sirviendo al país. Ahí la Nocturno cumplió su mi misión.

Al presente las escuelas Nocturnas están disminuidas. Cada vez menos alumnos. Es que el sistema computarizado RUE ya no permite doble matrícula, el bono Juancito Pinto tiene un control estricto y quedaron lejos “las listas fantasmas”. También era anecdótico que cuando visitaba la Nocturna algún supervisor, el maestro era hábil para “prestarse” alumnos de otros cursos u otro turno para mostrar que tenía estudiantes en aula.

Es tan variada la historia del país que antes de la Revolución del 1952, en la década de los 30 las nocturnas eran clandestinas: el obrero, el campesino, la clase marginada y despreciada por los nuevos dueños del país, después de la colonia, no tenían el derecho a aprender a leer y a escribir; sólo eran pongos, servidumbre gratuita, arrinconados a la semiesclavitud.

El concepto de la “Nocturna”, educación alternativa hoy debe cambiar: los mejores maestros, no importa la edad, si son más jóvenes, mejor. Nuevo espíritu, metodología y didáctica pertinente, puertas abiertas y entrega al estudiante obrero, campesino, humilde que está obligado a trabajar de día y debe estudiar de noche. Debe ser la mejor escuela del sistema, dotado con todo lo necesario, ambientes adecuados, si con calefacción, mejor, aire acondicionado en el oriente: la educación no es un gasto, es una inversión.

La educación alternativa no sólo es “nocturna”. El concepto no está siendo bien entendido en la sociedad; es todo un sistema. Aquí la escuela tradicional de noche cambia.

En otros países los niños no van a la nocturna, es más, no existen. No hay niños trabajadores. La misma sociedad se encarga de que toda la población en edad escolar asista a las aulas de día y no sólo cuatro horas.
¿Nuestras escuelas nocturnas están atestadas de alumnos? ¿La matrícula en la nocturna crece o decrece? ¿Necesitamos más escuelas y maestros en la Nocturna? ¿Están los docentes más idóneos en este sistema? ¿Cuántos alumnos por curso se deben atender? ¿Cuánto más nocturnas, más pobreza? ¿Están los docentes asignados por su especialidad, nivel y formación? ¿Sigue siendo la nocturna una cuota política para quienes nos gobiernan? ¿Hay que tenerle miedo al reordenamiento?

En Bolivia ya izamos la “Bandera Blanca”, somos un país libre del analfabetismo, que no debemos pasar del 5% de la población que no sepa leer o escribir, este grupo no siempre está en edad escolar, por tanto, se requiere repensar la educación nocturna, ésta no es sinónimo de alfabetización, es un poco más.

¿Puede ser la Nocturna un parámetro para considerar el Índice de Desarrollo Humano?

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