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En casi todos los sectores laborales se realizaron asambleas sectoriales para considerar la posición de la Central Obrera Boliviana, COB, y su apoyo al Proceso de Cambio, es decir, aliarse con el MAS para mantener el sistema de gobierno actual y votar en las próximas elecciones a favor de Evo-Alvaro.
No pocos trabajadores expresaron su opinión en sentido de que en las “planchas” para representantes nacionales, diputados y senadores, se ubicarán los nombres de varios de los dirigentes laborales, sean nacionales o departamentales y que pugnarán por estar en la franja de seguridad.
La propuesta de crear un partido político liderada por la COB no se hizo efectiva porque ya se presentaban pugnas en el liderazgo, es decir, para apuntar a llegar al poder, que es lo que busca una organización política, hay tener clara representatividad, oportunidad en la coyuntura y la capacidad de movilización de recursos; ninguna de las condiciones están dadas a favor de los trabajadores, por tanto la propuesta sólo quedó en eso.
El movimiento obrero, en las épocas de las luchas contra las dictaduras, era el único realmente combativo no sólo en Bolivia sino un referente en el Continente Latinoamericano; su fuerza mayor residía en el proletariado minero, el arma de lucha era precisamente la COB. Todos los dictadores a su turno, los gobiernos de facto después, temblaban frente a un anuncio de huelga de la Central Obrera Bolivia.
El inicio del final combativo de la COB fue el D.S. 21060 promulgado por Víctor Paz Estenssoro, más 15 mil mineros fueron echados a la calle debido a la relocalización, uno de los objetivos era precisamente destruir al movimiento sindical, así ocurrió con los fabriles, ferroviarios, gráficos, entre otros.
Nunca más la COB llegó a articularse como fuerza combativa, más aún a la muerte de su secretario ejecutivo por décadas, Juan Lechín Oquendo. Nadie puede negar que esa organización de los trabajadores se constituyera en una verdadera escuela sindical, seno de pluralismo ideológico, lucha de ideas y propuestas para dirigir a la clase obrera. Los congresos de la COB eran la línea para todos los sectores, su plataforma de lucha la base.
El acabose llega con el surgimiento de las Organizaciones Sociales, sustento del actual gobierno, alentado por líderes que en sus orígenes tenían la escuela de la COB, luego se convierten en sus detractores, aparecen organizaciones campesinas, posteriormente en el seno de los trabajadores a nombre de control social surgen movimientos paralelos al sindicalismo: La COB pierde su representatividad, no hay claro liderazgo ni visión de lo que se quiere lograr, seguidamente aparece como aliado del gobierno del MAS, es decir, se reduce a otra organización social más.
Una de las decisiones tomadas en el MAS-IPSP es la reelección de Evo a como dé lugar, así se garantiza la continuidad del proceso de cambio, si esto ocurre sin ninguna objeción, mejor. Entonces se trata de atraer organizaciones, líderes, hasta opositores. No se olvide que “las inscripciones están abiertas a todos”, por tanto, los dirigentes de los trabajadores no se resisten a la tentación del poder y se advierte que tendrán más oportunidades después de octubre próximo, se corre el peligro de que comenzará la pugna por ubicarse de quién es quién en el aparato que se construya.
¿Qué quedará después de la gloriosa Central Obrera? ¿Sólo será motivo de estudio sindical, social, político para las generaciones venideras? ¿Un recuerdo de la lucha e instrumento de los trabajadores? ¿No seremos corresponsables de lo que ocurra? ¿No debería existir una organización de los trabajadores, fuerte, representativa y capaz de enfrentar a los poderosos en el gobierno de que no siempre hacen bien las cosas? ¿Definitivamente debe haber un solo camino que transitar hacia el bienestar del pueblo teniendo claro el horizonte?
En varias asambleas de los trabajadores se decidió que su sector debe retirarse del seno de la COB, otros aprobaron la licencia indefinida, no faltaron algunos que dijeron que el voto es personal, por tanto, la alianza MAS-COB no era de importancia. Lo cierto es que los trabajadores activos y protagonistas del presente, no deberían olvidar la trascendencia histórica de la organización laboral y dejarla fácilmente en el vaivén de la coyuntura.
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