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En Educación sumamos el fracaso durante muchos años, no podemos asumir una política de Estado porque sólo llegamos a una política gobierno y esto se traduce en perjuicios serios para el país porque no alcanzamos calidad, profundidad ni tenemos un instrumento de liberación como es entendida la educación para los pueblos.
En 1994 sepultamos lo que fue el Código de la Educación Boliviana, concebida en la mitad de la década de los 50 del pasado Siglo y asumimos la Ley 1565, más conocida como Reforma Educativa. Ambas nunca fueron aplicadas a cabalidad porque primaron los intereses económicos, sociales y principalmente políticos.
El 2006 se realiza el Congreso Educativo Nacional, en Sucre, donde se delinean los pilares de lo que hoy es la nueva Ley, en este evento no participan hasta el final los maestros Urbanos, la Iglesia y otros sectores, es decir, las decisiones del congreso no fueron en consenso.
Durante cuatro años siguientes la Educación fue dejada a su suerte: en algunas escuelas se aplicaba el modelo de constructivismo de la Reforma Educativa, en otras se tendía hacia el cambio y en muchas se dejaba al criterio del maestro, es decir: sin horizonte definido, situación caótica que dura hasta diciembre de 2010 cuando se promulga la Ley 070 bajo el actual régimen de gobierno.
Hoy surgen voces de oposición, rechazo y cuestionamiento al sistema educativo, inclusive con marchas de maestros y padres de familia en contra de la Ley “ASEP”, otra vez no encontramos acuerdos definitivos para llevar a cabo la “Revolución Educativa” y parece que no existen muchos cambios significativos, por lo menos en la forma, veamos:
Con la Ley 1565 existían maestros “polivalentes” de aula, un solo docente hacía todo, ahora un maestro igual puede enseñar física, música, idiomas o matemática, es decir, no hay pertinencia en las designaciones porque no se respeta la formación del docente en la aplicación del nuevo horario, según los trabajadores en educación.
Antes existían los “asesores pedagógicos” quienes eran los orientadores, colaboradores y hacían el apoyo al trabajo del maestro de aula, muchos improvisados, ahora esa tarea se responsabiliza al director de la Unidad Educativa, además con un plus sobre su haber mensual, es juez y parte.
Antes se pusieron de moda los “módulos educativos”, publicaciones editadas en el exterior a costo millonario pero ni siquiera en primaria se llegó a completar; ahora se habla de “las campos de saberes y conocimientos” que la mayoría de los docentes no llegan a entender, menos aplicar; pero preparan los planes semanales y bimestrales, total, el papel aguanta todo.
El Reglamento de Evaluación fue severamente criticado por los docentes porque consistía en la consideración cuantitativa y cualitativa y con la Ley 070 se afirma también que “no es adecuado a la realidad del alumno” porque se califica sobre 100 puntos bimestralmente y también contiene subjetividades dejadas al maestro que con 40 ó más alumnos en curso no puede llegar a individualizarlos.
Con la Ley 1565 la deserción escolar era elevada, especialmente en los dos primeros ciclos, porque era prohibido aplazar, entonces sólo era cuestión de edad para estar en un determinado curso, hoy este es uno de los aspectos que se supera porque el bono “Juancito Pinto” es un atractivo para mantenerse en el curso, lo reconocen los propios padres de familia.
La estructura curricular se decía que era contradictoria, excluía las materias técnicas; pero apuntaba a una formación técnica, formar mano de obra calificada y que no enseñaba a pensar, crear, razonar y reflexionar, se decía que no desarrollaba las aptitudes y potencialidades. ¿Ahora qué se dice del Nuevo Diseño Curricular del Sistema Educativo Plurinacional? ¿Entienden los trabajadores en educación, los padres de familia? ¿Las mismas autoridades que la dirigen?
En cuanto a las estrategias empleadas por el gobierno para poner en marcha las leyes, parece que no existen diferencias: Antes (1565) regía la imposición, no se consultaba al maestro ni sus organizaciones; hoy se oferta licenciatura gratuita y las organizaciones sindicales a nivel nacional están junto al gobierno; pero las bases en varios departamentos sienten que están siendo impuestos. (La Paz, Oruro, Potosí, Santa Cruz, Chuquisaca, entre otros)
Con este escenario urge un nuevo Congreso de Educación para intentar consensos.
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