A ojos vista

MAESTROS DE RODILLAS

Mario Mamani Morales

Ha sido noticia el hecho de que los maestros que acataron la huelga general de COB en las pasadas semanas, fueron obligados a ponerse de rodillas y recorrer el trayecto hasta la escuela si querían volver a su fuente de trabajo, so pretexto del control social ejercido en algunas comunidades del norte de Potosí.
En otras comunidades y en voz de las organizaciones sociales se exigía la declaratoria de profesión libre del magisterio, con duros ataques a los trabajadores en educación que son los profesionales peor pagados, menos valorados y reconocidos en la sociedad actual y el reciente pasado.

Lo que extraña es que estos hechos precisamente surjan en los sectores donde hasta hace poco, tener una escuela y un maestro era un privilegio porque en el campo sus habitantes eran sometidos a la explotación, el pongueaje, la servidumbre y excluidos de todos los derechos.

Hasta mediados del pasado Siglo, las masas indígenas estaban lejos de ser tomados en cuenta en el sistema educativo que vaya por cuenta del Estado. En algunas comunidades se crearon las escuelas clandestinas perseguidas por el patrón, porque el hacendado creía que la escuela era un atentado a la fuerza de trabajo gratuito, se creía que el indígena nunca debía soñar a ser letrado, sólo campesino, en un sentido despectivo de calidad humana.

Cuando se dio la Revolución del 52, las escuelas paulatinamente fueron expandiéndose al campo, era un verdadero acontecimiento en la comunidad la llegada del maestro para iniciar la clase y otra fiesta para la evaluación y despedida del mentor al final de la gestión escolar. El maestro tenía la misión de demostrar que el niños indígena no era “huraño, hosco, desconfiado y triste”, que además “no era un retardado mental”.

El maestro recibía el respeto, cariño y protección de la comunidad. Se ponía a disposición una acémila para recogerlo de la ciudad hacia la comunidad y viceversa; se intentaba tener el mejor alojamiento y la Junta Escolar era responsable de proveer lo necesario para su manutención: leña, carne, alimentos y seguridad para el maestro que enseña. Eran tiempos en que de verdad se le consideraba un Apóstol de las letras.

Hoy, después de casi 50 años de la apertura de las escuelas en el campo, el maestro es calificado de flojo, huelguero, irresponsable y otros adjejtivos que asoman al desprecio más que la consideración a su labor, tarea que acrecentó la idea de la lucha social, educación entendida en que Bolivia todos somos iguales basado en el respeto a los demás. Fueron los maestros quienes fueron la punta de lanza para entender la interculturalidad, la descolonización, la propuesta de hermanar a la “mayoría de la población de habla originaria y la minoría castellanizada”.

No es cierto que Bolivia sea el Estado Libre del analfabetismo; sería bueno hacer un estudio serio sobre el caso; pero fueron los maestros que aportaron a la campaña del “Yo sí Puedo” para reducir los índices de los iletrados; ¿pero había sido para que sus alumnos se conviertan en sus enemigos? ¿Son ahora sus patrones a chicote y huasca? ¿Los líderes sociales deben recibir la reverencia de los maestros? ¿Son realmente los indígenas quienes humillan a los maestros o simplemente algunos serviles que no entendieron las lecciones en la escuela? ¿No es el maestro quien enseña la lucha por la justicia, el derecho a la tierra, la vivienda y la salud?

En un sistema socialista, de aquellos que avanzaron en la historia de la humanidad y todavía quedan, el profesional más valorado y reconocido es el maestro, junto al médico: el primero vela por la cultura y sabiduría del pueblo, el segundo por la salud de la población y sobre esta base se construye una sociedad donde se “vive bien”.

Hay errores que los gobernantes están dejando hacer y están dejando pasar y si no se controla y reorienta, puede tener consecuencias fatales en el Estado que se quiere construir. Parecen hechos insignificantes y aislados las denuncias de que los maestros han sido echados de las comunidades y otros, puestos de rodillas por haber acatado la huelga, condicionados a no abrir la boca para hacer un reclamo; caso contrario, quedan en la calle. ¡Despedidos…!
¿Ironías en este proceso de cambio?

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FALSAS MOVILIZACIONES

Mario Mamani Morales

Las movilizaciones de los últimos días ocurridos en el país nos recuerdan a los tiempos cuando los trabajadores afiliados a la Central Obrera Boliviana, COB, y los campesinos marchaban enfrentados: los primeros en contra de las dictaduras y las reivindicaciones para el pueblo, los otros defendiendo el Pacto Militar Campesino que era rechazar toda ideología con tendencia izquierdista, entonces liderado por Barrientos en el poder.

Las movilizaciones convocadas por la COB tenían un objetivo salarialista con la propuesta de “salario mínimo vital” y se mantenían incólumes los principios de la nacionalización de las minas, de los ferrocarriles,  profundización de la reforma agraria y la independencia política, lucha contra el imperialismo e inclinación al pensamiento de izquierda que estaba en boga luego de la Revolución armada en Cuba.

Los campesinos estaban al lado del poder, esto decir, junto a las dictaduras militares de entonces. Barrientos, que por su origen hablaba bien el quéchua, una vez sentado en Palacio, sedujo a los campesinos con su discurso anticomunista, por lo tanto, los “rojos” del sindicalismo obrero eran los enemigos. La historia de Bolivia recoge cómo muchos líderes del agro se convirtieron en acérrimos enemigos de sus hermanos convertidos en obreros porque ya no tenían tierras.

Cuando se recupera la democracia en 1982 y durante casi 20 años siguientes, obreros y campesinos marchan juntos por las reivindicaciones para el pueblo. Los mineros, como sustento de la COB, logran la “cogestión obrera mayoritaria” en las minas administradas por la COMIBOL; por su parte los campesinos, a través de la CSUTCB, participan en la Corporación Agraria Campesina, CORACA. ¿Triunfo o fracaso? ¡Vaya uno a saber!

Como en la vida todo cambia, resulta que hoy se presenta a la COB como defensora de quienes ganan igual o más que el Presidente, por encima de 18 mil bolivianos, pues sólo en Huanuni cifras oficiales señalan que cerca a 400 trabajadores perciben estos haberes; mientras que la mayoría del pueblo boliviano lucha por alcanzar el mínimo nacional que hoy es de 1.200 Bs mes o lo que es el haber básico de un maestro que sobrevive con Bs. 1.800, esto con el último incremento del 8%.

Es que las movilizaciones actuales han permitido desnudar la mentira de que el salario máximo en el Estado de Bolivia había sido del Presidente. Con razón los rectores de las Universidades públicas exigieron que el primer Mandatario se suba sus haberes, así lo hizo al elevarse sus ingresos de 15 mil a 18 mil bolivianos mes.

Si bien es cierto que se habla hoy de la mina de Huanuni y los salarios de los trabajadores: ¿cuánto más se oculta a los bolivianos? ¿Son sólo estas 400 ó 500 personas que ganan estos montos en el país? ¿Qué en ENTEL o YPFB? ¿Se maneja con transparencia los haberes que se perciben en las empresas del Estado? ¿Es esto reducir la distancia entre pobres y rico?

A convocatoria del gobierno, la multitud de campesinos que hacen a las organizaciones sociales, salen a las calles, junto a otros sectores del pueblo,  marchando en contra los dirigentes de la COB y sus jugosos sueldos. En los hechos se quiere demostrar que los izquierdistas de ayer, que luchaban por las reivindicaciones de la mayoría, hoy son los enemigos. Cosa más falsa; pues los afiliados a la COB siguen siendo obreros, aquellos que venden sus fuerzas de trabajo al patrón que es el Estado, ellos no tienen tierras y ni son dueños de los medios de producción.

Si el gobierno actual ratifica su posición de tener una visión socialista en el manejo del Estado y tiene el apoyo de la mayoría del pueblo boliviano, son estas brechas de desigualdad que debe erradicar, no es malo que un trabajador aspire a tener mejores ingresos; pero no puede dejar de mirar atrás y ver el conjunto de la clase trabajadora y el pueblo. Es cuestión de formación y principios que debe ser profundizado en su discusión entre quiénes se dicen ser el sustento del instrumento político.

Si en un tiempo los campesinos fueron utilizados en contra del socialismo y el comunismo, los mineros y la COB a favor de la izquierda, no puede hoy querer mostrarse posiciones a la inversa. El pueblo boliviano sigue ávida de mejores condiciones de vida, por lo tanto, discursos en falso no tienen cabida.

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OBREROS Y JUBILACIÓN

Mario Mamani Morales

La historia de los mineros en Bolivia está marcada con la lucha por la sindicalización que fue respondida a bala por parte del gobierno de Enrique Peñaranda, (1942), precisamente en Catavi y Siglo XX, Departamento de Potosí, hoy su lucha es por recibir la mejor renta de jubilación a esta clase obrera, propuesta en 8.000 bolivianos.

Durante el primer gobierno del MNR, presidido por Víctor Paz E., los mineros, junto a otros sectores de trabajadores, formaron parte de la Junta de Gobierno; pero se dan cuenta que no era un pensamiento de izquierda que había llegado al poder con la Revolución de de 1952, al sentirse traicionados, se alejan de Palacio; pero se constituyen en la principal fuerza sindical en la Central Obrera Boliviana, COB, a cuya cabeza siempre está un minero, hasta hoy.

En los mejores tiempos de la COMIBOL, empresa estatal minera creada bajo el gobierno del MNR, los mineros constituyen una fuerza sindical importante, identificada como la poderosa Federación de Trabajadores Mineros de Bolivia, FSTMB, cuya movilización hacía temblar presidentes, hasta que otro gobierno del MNR, en 1985, los desbarata con la aplicación de todo un paquete neoliberal impuesto en el país y que lleva a la relocalización de más de 20 mil obreros de las minas, echados a la calles.

De esos obreros, los relocalizados, hay experforistas que apenas reciben una renta de jubilación de menos de 1.500 bolivianos con más de 25 años de trabajo entregados al Estado. Cuando se afirma que los mineros pelean por una renta de jubilación de ocho mil bolivianos, sería muy esclarecedor señalar con precisión a qué minero se refieren. En el lenguaje de la COMIBOL, hay trabajadores en interior y exterior mina.

Seguramente se descarta la posibilidad de que un obrero de exterior mina se quiera jubilar con 8.000 bolivianos; pero también en el socavón existen diferencias de obreros: perforistas, matapalos, carreros, maquinistas y otros que no cumplen la misma labor sacrificada. Hay gente que escupe sangre para ganarse merecidamente lo que le corresponde.

El minero de verdad no es al que se ve en la televisión, con guardatojos flamantes, todo de lujo con la imagen del Comandante “Che” Guevara, con insignias y reluciente; el verdadero topo humano tiene su casco de seguridad bañado en sudor y copajira, olor a dinamita, cigarro y coca que es una necesidad dentro la mina, su ropa hecha jirones y la botas que le permiten caminar apenas dentro de los oscuros parajes donde se puede sentir el aliento del “tío”.

¿Será este obrero que gana hasta 50 mil bolivianos mes que muestra el gobierno? ¿Estará comprendido entre los que llegan a ganar hasta 35 mil o al menos hasta 20 mil mensuales? ¿Estará dentro del grupo de los 400 mineros cuyos haberes están por encima del Presidente? ¿Es éste minero que escupe sangre para que los bolivianos vivamos mejor? ¿Los ocho mil bolivianos que reciba de renta de jubilación le devolverán los pulmones destrozados por la silicosis? ¿Qué tanto sabemos los bolivianos del trabajo en la mina?

Las injusticias llegan a extremos, no aparecen en el discurso sindical ni del gobierno: hay no pocos miles de personas en el país que reciben rentas superiores a los ocho mil bolivianos; seguramente algunos con merecimientos; pero  los más sólo fueron serviles a los gobiernos de turno o tuvieron un buen padrino en el poder para hacerse de un cargo jerárquico sin merecimiento alguno. Eran otros tiempos en que se quería llegar a viejo y a jefe para acogerse a la jubilación con el total ganado.

Esto de las rentas de la jubilación no es cosa sencilla, lo cierto es que debe ser sostenible para garantizar el futuro de los trabajadores que vienen por detrás; pero al margen de la discusión de sectores de obreros a jubilarse debe consensuarse en algo vital: jubilación que permita vivir con dignidad los últimos años de la vida.

Si la oferta del gobierno es de hasta 3.200 bolivianos para quienes trabajen  35 años, se puede colegir que la jubilación será para las personas mayores de 55 años. ¿Cuánto es el promedio de vida calculado para Bolivia?

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DESIGUALDADES SOCIALES

Mario Mamani Morales

Los hechos más importantes ocurridos a lo largo de la historia de nuestro país tienen su explicación en la desigualdad social. La brecha entre pobres y ricos se mantiene incólume pese a las promesas de buscar el vivir bien y la aplicación de una política económica con membrete de socialismo. Es que si no se toman decisiones verdaderamente revolucionarias, sólo se trata de administrar en el gobierno el viejo esquema donde se ahondan las diferencias.

La intención no es suficiente para cambiar una sociedad donde sólo pocos se llevan la mejor parte de la riqueza que se genera en el país, o visto de otra manera, se deja caer más migajas de la mesa del banquete; pero insuficientes para atender a una población a la que se deja soñar con mejor educación, salud, condiciones de habitabilidad, empleo permanente y en mejores condiciones, seguridad ciudadana y la corresponsabilidad de asumir decisiones por el país.

Si bien es cierto que nos alejamos de las épocas negras de las dictaduras;  el sistema democrático conquistado por el mismo pueblo, aún no se profundiza para alcanzar una ciudadanía plena donde se tomen en cuenta las ideas y propuestas para el bien común. Lo que tanto se criticó en el discurso, el neoliberalismo, sigue vivito y coleando.
La economía del país se muestra en estadísticas con ascensos importantes y se halaga la nacionalización de varias empresas que ayer fueron entregadas a manos privadas, en la realidad de mejorar las condiciones de vida de la mayor parte de los bolivianos no se siente de manera significativa, especialmente en la clase media, esto decir que no se produce excedente.

La ciencia y tecnología, la investigación que se encarga a las Casas Superiores de Estudio, no aportan a las soluciones de los problemas que se vive en el pueblo: la educación marcha por un lado y la realidad del pueblo por otra diferente. En las universidades no siente la apropiación de las ideas revolucionarias que se pregonaban en los inicios de la Autonomía que se defiende a raja tabla, sin entender su verdadera esencia.

La relación con el comercio exterior continúa siendo de dependencia, la balanza se inclina más hacia las importaciones que las exportaciones, éstas últimas siguen siendo de expoliación de nuestras materias primas; la propuesta de comer nuestro propio pan está lejos de ser alcanzada. La seguridad alimentaria no había sido sólo cuestión de gobierno, sino también del pueblo.

En la búsqueda innata de buscar mejores condiciones de vida, la migración sigue siendo un fenómeno incontrolable para una población cada vez más en ascenso, no sólo interna sino el éxodo es hoy hacia los países vecinos, sino es Argentina es Brasil o Chile. Los que vuelven de Europa por la crisis que allá se vive no es a su país, sino a otras partes de América donde se puede encontrar trabajo.

La tensión que se vive en los días actuales se debe a que el sistema social ahonda el desequilibrio antes que la armonía y la justicia. El neoliberalismo impuesto desde 1985 en el país tenía el objetivo de acabar con el poder de los sindicatos y lo logró, ahora el objetivo es destruir la unidad de los trabajadores y el pueblo con ofertas de jubilación diferenciada: a unos con el cien por ciento de sus haberes, a otros hasta con ocho mil bolivianos y a los más con rentas menores al 50% de sus actuales ingresos. La cuestión es que hasta en la vejez los bolivianos no somos iguales.

Uno de estos sectores menos privilegiados es la clase media, aquella donde se encuentran los profesionales, no pocos se quemaron las pestañas en noches de estudio, de sacrificio, de dedicación y esfuerzo y que hoy no se reconoce. ¿Deben migrar a otras partes del mundo? ¿Necesariamente deben ser del “Instrumento” para ser parte de las decisiones en su país? ¿Su formación fue un gasto o una inversión? ¿No deberían ser corresponsables del sistema administrativo donde se conciban propuestas de disminuir las diferencias y dentro de la premisa de las autonomías municipales y departamentales? ¿Es que no aprendieron a hacer ciencia en sus años de estudio?
Estas diferencias  hacen  que los bolivianos estemos enfrentados: el gobierno que reprime y castiga las movilizaciones de descontento del pueblo, otros que se alegran porque añoran el pasado.

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LAS CUOTAS DEL PODER

Mario Mamani Morales

Si nos ponemos a pensar en la historia nos convencemos que en todas las épocas Bolivia fue motivo de cuotas de poder. Las pugnas políticas no tienen otra orientación que captar poder para repartirse las riquezas que genera como Estado y en el fondo no les interesa la búsqueda del desarrollo y progreso para el bienestar del pueblo.

Con algunas peculiaridades de que en algunos gobiernos dejaron caer más migas del banquete para los pobres, (el pueblo),  de manera general, sólo se trata de obtener el mayor beneficio del poder, logrado ya sea por la vía de la votación o de facto.

Por asirse del poder ya se advierten movimientos políticos, tanto en la denominada oposición y también en el oficialismo, se anticipan las angurrias de los avezados politiqueros y otros nuevos que aparecieron en el escenario y que afilan discursos para ser ofertados a millones de ciudadanos quienes no hicieron una forma de vida el ganarse el pan en base a la demagogia.

En las épocas de las dictaduras, en la década de los 70 del pasado Siglo, se repartieron el territorio nacional, millones de kilómetros cuadrados fueron adjudicados a los leales militares que sustentaron los golpes de Estado, aparecieron haciendas florecientes en el oriente boliviano gracias a la mano de obras de conscriptos que al estilo de los esclavos, trabajaron en el algodón, el arroz, la caña o desmotaron hectáreas para el pastoreo del ganado. ¡Vaya riqueza obtenida con el sudor de la frente ajena…!

Muchos civiles también se prestaron a servir el poder de facto, se beneficiaron con el cuoteo, algunos se mantuvieron en los pasillos palaciegos y otros siempre pelearon por dejar su foto en las paredes del Parlamento, sean en Diputados o Senadores. Hasta hubo politiqueros de esos tiempos que se hacían llamar “decano” del Legislativo. Cumplieron muy bien el papel de “doble cara”, estando con los militares y también con los débiles gobiernos civiles que emergieron en la coyuntura. ¿Quedan algunos de ellos?

Una vez lograda la “democracia”, se vivió la época de las alianzas, las coaliciones y las megas coaliciones, los pactos y las “juntuchas”. El voto del pueblo no alcanzaba a consolidar un poder a un solo candidato. En el Parlamento se hacían gobiernos a quiénes no habían obtenido más del 25% ó 30% de los votos. Los acuerdos versaban sobre la repartija de los ministerios, no importaba que en los hechos entre las “ideologías” hubiera ríos de sangre que los separen. Así hubo ministros que juraban ser de tendencia comunista, socialista, falangista, de la derecha más acérrima: dictador ayer, perseguido y exiliados antes, luego juntos en la mesa palaciega, ofreciendo discursos como “sacrificio” por el bienestar del pueblo.

El cuoteo así abarcaba ministerios que significaba el botín de guerra, los puestos quedaban reducidos frente a los cientos de acólitos que les tiraban el saco para aferrarse de un puesto público. Las empresas productivas eran adjudicados a los politiqueros más hábiles para negociar: YPFB para tal partido, Entel para este otro, Comibol allá, Educación aquí, Trabajo… y así. Las reuniones de gabinete de Ministros no eran para delinear el bienestar del país, se discutía más bien más cuotas a cambio de lealtades y de sustentar el sistema.

Hoy la situación parece no haber cambiado. Antes eran los partidos políticos que buscaban el cuoteo, sumaban más de 20 para una población votante de no más de cuatro millones: izquierdas para todos los gustos, derechas al por mayor, he ahí la habilidad de los tránsfugas para aparecer siempre en el gobierno. Principios e ideología, sólo para el discurso.

El cambio hoy es que ya no son los partidos políticos quienes pugnan por la cuota de poder, son las agrupaciones sociales, especialmente aquellas surgidas “del pueblo”, -dicen- que reclaman el derecho de controlar un determinado sector, exigieron ministerios, propusieron candidatos para este y otro puesto en el poder; en caso de no ser atendidos se volvieron contra el Instrumento Político; pero se alistan para las elecciones del próximo año para no perder la costumbre.

Visto en el fondo, las tempranas propuestas de unificación de los partidos que dejaron el palacio hace menos de una década, lo que buscan es asirse del poder y el cuoteo. A su vez, las organizaciones sociales, hoy en palacio, también luchan por lo mismo. ¿Hay otra realidad?

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SUBASTA DE ÍTEMS

Mario Mamani Morales

La semana pasada, en Sucre, se vivió una experiencia inédita en educación: se puso en subasta algo más de 150 ítemes docentes de nueva creación al mejor postor. No se ofertó dinero por el cargo sino la mayor cantidad de años de servicio, certificados en participación de cursos, especialidad de formación y otros requisitos expresamente contemplados en un reglamento.

La subasta de ítemes se realizó en una plaza pública, al estilo de la oferta de esclavos y esclavas que se hacían en el pasado, al mejor pujador se entregaba en propiedad la vida de una persona; en este caso se trató de un cargo en educación ya sea para el Distrito de Sucre u otro cercano. La justificación reiterada fue que se demuestra así la transparencia de las designaciones. No hay cobros en dinero sino se premia al mejor currículum.

Visto de otra manera, este hecho fue una muestra de humillación al maestro y la maestra, profesión que una vez más se mella en su dignidad porque a falta de algún documento, la nerviosidad de no poder manejar bien el expediente en el momento de la puja llevó a recibir el abucheo, la silbatina, el trato despectivo y humillante de quien se constituía en el tribunal calificador, todo esto en público y en plena plaza.

Los grandes perdedores en la subasta, sin lugar a dudas, fueron los y las docentes jóvenes, aquellos que abrazan el magisterio con la esperanza de tener un cargo; pero que desde años buscan y no la encuentran. Se afirma que en Chuquisaca, donde existen tres Escuelas Superiores de Formación de maestros y Maestras, hay no menos de mil 500 desocupados, muchos con título en mano, buen currículo… y nada, no pueden tener un puesto en educación.

Es honesto mencionar que algunos no aceptan la designación en lugares alejados de la ciudad, quieren que la escuela esté a la vuelta de la esquina de su casa. Es anecdótico que en ocasiones preguntan si en el lugar ofertado hay pensión, vivienda y karaoke. Si estos requisitos no se cumplen, entonces no aceptan el cargo.

La tarea de profesor, de maestro, siempre fue motivo de menosprecio en la sociedad, considerado como lo último de la escala profesional. “Profesorcito” era la palabra despectiva, entonces se optó por las licenciaturas a la carrera, sacrificando el paupérrimo haber el educador ingresó al mundo de las ofertas comerciales de las universidades públicas y privadas. Hoy casi ya no quedan los “profesores”, los “maestros”; exigen que se los llame: “licenciados”. Pronto el mercado del magisterio estará copado por este grado académico, recuérdese que hoy se forman sólo licenciados.

¿Deberán estos profesionales someterse a la subasta de cargos? ¿Recibirán siempre el trato humillante y despectivo en plena plaza pública? ¿Las autoridades no serán capaces de hacer un estudio de mercado ocupacional y previsión de cargos futuros? ¿Los ítemes de nueva creación no deberían ser asignados directamente a los recién egresados? ¿No pueden ser administrados todos los cargos a través del uso de NTICs? ¿No hay un banco de datos en base a la venta de formularios de solicitud de cargo?

La administración educativa recibe críticas por las designaciones en cargos que se realizan para la ciudad o distritos cercanos, hay docentes que nunca fueron a provincia; pero se inician en la ciudad; otros con pocos años de servicio están en la capital y en nocturno. Lo cierto es que no se trata de transparentar los ítemes de nueva creación; sino aquellos que están ya consolidados. Ejemplo: ¿Cuántos maestros y maestras se jubilan, piden su cambio de distrito o departamento, se retiran del magisterio, solicitan licencia indefinida y por quiénes se les sustituye? ¿No estará aquí el negociado del que se menciona como secreto a voces?

La subasta pública de ítemes, en plaza pública, es una humillación a la profesión de maestro y maestra, así no se practica la democracia, la equidad y la justicia social, no es un aporte a considerar que la educación es “la fuerza del futuro”  y el instrumento de liberación y medio poderoso para realizar el cambio. Así no se tapará nunca el sol cuyo brillo alumbrará siempre el lugar infecto.

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AEROPUERTO SOSTENIBLE

Mario Mamani Morales

Ya se ha perdido la cuenta de cuántas veces se inauguraron vuelos desde Potosí hacia el interior del país; pero también tantas veces fracasaron los intentos de convertir al aeropuerto “Cap. Nicolás Rojas” en terminal aérea sostenible y permanente.

En el afán de contar con este servicio,  Potosí hasta tuvo su propia “Línea Aérea Imperial” LAI, dos aviones concorde de poca capacidad; pero modernos en su tiempo, adquiridos con dinero del propio pueblo, administrado entonces por la Corporación de Desarrollo, CORDEPO, finales de la década de los 70 y parte de los 80. La empresa fracasó porque su administración fue pésima por la injerencia política y sobre todo por el uso irracional del servicio para los familiares y adeptos al gobierno de turno.

En esos años la Empresa Unificada del Cerro de Potosí, EMUCP, se encontraba en bonanza, tenía miles de obreros y empleados tanto en Pailaviri, Caracoles y el ingenio Velarde, además los mineros se abastecían de víveres, pan y abarrotes a través de dos pulperías, precisamente de Pailaviri y Velarde, entonces el aeropuerto potosino frecuentemente recibía vuelos directos desde el Beni, aviones del TAM transportan carne fresca para los mineros que recibían 30 kilos mensuales a través del “avío”.

Alguna que otra vez se presentaban accidentes o emergencias con los aviones que aterrizaban con dificultades en el “Cap. Rojas”. Siempre se decía que la operabilidad era difícil y los pilotos tenían que ser osados y experimentados.
Potosí siempre quiso tener un aeropuerto operable y de servicio permanente. Durante el gobierno del MNR, presidido entonces por Víctor Paz Estenssoro, el ministro de Aeronaútica Gral. Jaime Zegada, anunció que fuerzas militares de Estados Unidos se harían cargo de aplanar el cerro Pati Pati de tal manera que se amplié la pista de aterrizaje para lograr mayor maniobra de los aviones, esto ocurría en noviembre de 1988, precisamente como anuncio del gobierno en el aniversario cívico.

Al año siguiente llegaron los militares estadounidenses, con equipo sofisticado, motorizados altamente equipados y comunicación satelital; pero pocos volquetes, tractores y algunas palas mecanizadas que movieron alguna tierra en el Pati Pati. Hicieron su cuartel en la comunidad de Santa Lucía, herméticamente cerrados a toda comunicación con el pueblo, ninguna información sobre el trabajo que realizaban; pero los politiqueros de entonces hicieron lo suyo para ofrecer al pueblo como una gran cosa.

Entonces surgieron algunas voces de denuncia que sugerían que los militares norteamericanos no tenían como principal objetivo la explanación del cerro mencionado, sino más bien convertir a Potosí en un basurero nuclear; pero nadie hizo caso, lo cierto es que hoy existen algunos lugares específicos muy bien delimitados, tanto en cercanías a Santa Lucía como en el mismo aeropuerto, cuyo contenido nadie sabe.

¿Se convirtió al aeropuerto “Nicolás Rojas en operable”? ¿Pueden aterrizar aviones comerciales a toda hora en Potosí? ¿Creemos que EE.UU gastó un buen montón de dólares sólo en remover la tierra del Pati Pati? ¿Qué aprendimos de esa experiencia? ¿No será que hay “gato encerrado” en este asunto? ¿Algún gobierno o autoridad local hizo una investigación seria sobre la llegada de los soldados norteamericanos a Potosí? ¿Fue de verdad una gentileza de los gringos?

La segunda fase de la ampliación del aeropuerto fue otra épica para Potosí. Sólo la construcción de la actual terminal área tuvo un costo de cinco millones de dólares provenientes de un crédito de FONPLATA, de un total de 10 obtenidos, según informes del mismo gobierno del MNR de entonces. Durante años se tuvo dos “elefantes blancos” en Karachipampa, el grande el metalúrgico y otro pequeño el aeropuerto, sólo servía como nido de palomas.

Hace semanas una empresa privada inauguró operaciones Potosí-La Paz-Santa Cruz, pero las tarifas son altas, según los usuarios, oscilan entre Bs 800; ahora se anuncia que el TAM realizará dos vuelos semanales también en estas rutas. ¿Qué tiempo durarán estos servicios? ¿Por qué del aeropuerto potosino se habla de vez en cuando?
Hoy que está de moda hacer aeropuertos en todas partes, inclusive con peleas cívicas por la nominación, vendría muy bien que Potosí, a través de sus instituciones y autoridades, logre tener una terminal aérea sostenible y completamente operable.

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PATRIMONIO DE LA IGLESIA II

Mario Mamani Morales

Hace algunas semanas nos anoticiamos sobre el robo del Siglo producido en Potosí. Los malhechores se llevaron un tesoro fácilmente superable al medio millón de dólares de la iglesia de La Merced. Sería interesante conocer cuánta riqueza se guarda en templos, iglesias o capillas existentes a lo largo y ancho de nuestro Estado y para qué sirven.

Los feligreses solemos visitar los lugares santos y admirar estas riquezas que se custodian en museos y otros lugares donde están las donaciones de los fieles. Los Santos Patronos y las Vírgenes que se veneran reciben desde oro, plata, diamantes, rubíes y otros metales preciosos por gratitud a un favor recibido o el cumplimiento de una promesa. También se encuentran infinidad de vestuario que van desde túnicas, capas, mantos, sombreros y muchas otras cosas, que valuados en dinero, seguro que suman muchos millones de pesos.

En Potosí, donde la historia recoge que se edificaron hasta 32 templos desde los tiempos de la llegada de los españoles, quienes impusieron a capa y espada la Biblia y la cruz a los aborígenes, luego les hicieron trabajar en la construcción de estas iglesias, precisamente en los mismos lugares donde los indígenas tenían sus sitios sagrados. Si nos preguntamos: ¿de quién fue la mano de obra? Seguro que este trabajo no era voluntario ni remunerado, mientras otros de sus hermanos, millones por cierto, dejaban sus pulmones en la Mita de las minas, salían sólo a morir, no había misericordia de Dios que los salvara.

Los nativos edificaban templos; pero ni podían ingresar a escuchar misa en estos lugares que se alzaron como monumentos, de riqueza incalculable, con paredes doradas, altares atestados de mucha cera, de oro y plata. Es que se dudaba si ellos tenían alma. En los inicios de la cruenta colonización no era el propósito predicarles el evangelio sino sólo explotarlos, acabar con sus creencias y convertirlos en pongos, mit’anis, servidumbre de fácil disposición.
Luego de que en España los teólogos y sabios determinaron que sí tenían alma, entonces recién se les construyeron templos o iglesias; pero en la periferia, lejos del centro; es decir, el evangelio de Cristo no se compartía en el pan y el vino que Jesús bendijo con los humildes que lo rodeaban cuando cumplía su misión en la tierra.

Hoy nos damos cuenta que en esas iglesias están acumuladas riquezas inmensas, producto de donaciones de esa misma gente, pues los pasantes o prestes de las grandiosas fiestas que se inventaron en el pasado y que se observan hoy, provienen de la gente que tiene raíces indígenas, las donaciones se hacen precisamente por ese grupo social. Antes lo hacían los grandes acaudalados, especialmente mineros, que lucraron precisamente con el sudor de los más pobres. La historia está abierta y se puede probar.

¿Qué haría Jesús hoy con esas riquezas que se encuentran en los templos e iglesias erigidos en su nombre? ¿Viviría, aquel humilde del pesebre de Belén, en las mansiones y palacios que habitan hoy sus discípulos? ¿Aceptaría que el perdón de los pecados sea retribuido con donaciones en oro y plata para adornar sus templos? ¿No diría otra vez que “tu fe te ha salvado”? ¿Bendecirá Jesús las ceremonias pomposas, llenas ostentación y esplendor donde se levanta su Nombre y se gastan millones de dinero mientras existen sus hermanos que no tienen pan ni cobijo ni escuela? ¿Pasarán estos días Santos y volveremos a ser siempre los mismos pecadores?

Quizá sería interesante repensar en la función de la iglesia en relación a los caudales de riqueza existentes en su seno y antes que sigan siendo motivo de codicia de los amigos de lo ajeno, porque de éstos también hay quienes comparten en la mesa del Señor y en muchas partes ya se vaciaron los objetos suntuosos y no valuados en dinero.
En algunos lugares ya no quedan templos o iglesias, sólo vestigios, ruinas e historia. Con esas riquezas, antes que desaparezcan, bien podrían ser reconstruidos pero no como un templo aislado, sino con escuela, hospital o centro productivo que vaya en beneficio de la misma comunidad, de tal manera que se conviertan en iglesias vivientes.

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COLGANDIJOS

Mario Mamani Morales

En la jerga de los medios de comunicación se utiliza este término para señalar al que “caza noticias”, es el que grabadora en mano está detrás de los hechos o los “hechos” lo buscan. Generalmente tiene su oficina en la plaza principal de la ciudad, es ahí donde aparece la gente “importante” que hace noticia y sólo hay que colgarse al enjambre de los micrófonos para grabar en “bruto” para ser enviado a la sala de prensa o departamento de noticias, si es que hay.

Hace pocas décadas no había tantas emisoras de radio ni televisión como las que existen hoy, por lo tanto, no existían los “muchachos de la grabadora y las cámaras” que hoy son multitud, así como ya nadie sabe cuántas emisoras ocupan el espacio etéreo y el dial. Ahora con la tecnología del celular, la “primicia” está inmediatamente en el aire, se emite y más de las veces sin ninguna edición, valoración, equilibrio ni el aporte de construir una sociedad donde más bien se destruyen imágenes en fracción de minutos.

Sin embargo el trabajo del “colgandijo” es importante. Los políticos, autoridades, dirigentes, y otras personas que siempre aparecen para la entrevista, suelen tratarlos con respeto mentiroso y adulador cuando hablan con ellos, luego “rajan” y comentan las debilidades del hombre de la grabadora. Es mejor tenerlos como amigo que como enemigo, dicen.

Cuando se lanza una “pepa” o primicia, generalmente no se busca la otra cara de la medalla, esa es una gran debilidad, no existe la otra parte sobre quien se habla o se convierte en noticia, no se va a la fuente del hecho que no siempre está en la plaza. La información se da por cierta, cuando en realidad está muy alejada de la verdad.
Sea como fuere, el muchacho de la grabadora está en la calle o la plaza en busca de la materia prima para los medios de comunicación masiva, son pocos quienes luego de pasar por esta etapa se hicieron y se hacen grandes, con opinión influyente, respetados, reconocidos y valorados por la sociedad a la que ayudaron a construir con un sello de responsabilidad.

Hoy existen otro tipo de colgandijos, son aquellos que se “cuelgan” al fácil recurso del internet para bajar la noticia. Sin ningún estupor leen las noticias que están en ciberespacio sin mencionar la fuente, leen los sucesos vertidos en los periódicos digitales o reciben de gentiliza la edición del día y buscan lo más importante, los sensacional, aquello que para la agencia noticiosa o la empresa editorial ha costado investigar, pagar recursos humanos, editar, gastar tinta; pero además el colgandijo moderno añade su propia cosecha sobre el asunto, aparece como suyo el trabajo de obtener la noticia. Es comentarista y periodista.

Una definición básica de la función de un medio de comunicación masiva es que ésta educa, entretiene e informa. Si la educación e información se mediera en base a la cantidad de medios, entonces nuestro Estado Plurinacional tendría la población más educada, informada y culta. Con un contenido educativo, equilibrado y constructivo a través de los medios de comunicación la inseguridad ciudadana dejaría de ser noticia en la dimensión que hoy existe.

Los medios masivos de comunicación están inmersos en nuestra sociedad, no sobre ella, por lo tanto, es imperativo pensar que el contenido que ofrecen, desde aquel que recoge la materia prima hasta el editor final, consideren que la población va perdiendo valores propios para asumir otros ajenos, actitudes de evadir la realidad, ocuparse de lo banal y destrucción de imágenes, un comportamiento acrítico y conformista que es lo que se consigue cuando la población todavía piensa que aquel que tiene el micrófono posee la verdad.

Dentro de la corresponsabilidad que significa construir la sociedad de este Siglo, los medios masivos de comunicación tienen que retomar el concepto de que están siendo sometidos a observación sistemática y análisis crítico (R. Beltrán), y por tanto, no son un poder aparte.

En todo caso, siempre es bueno considerar la otra cara de la medalla, lo contrario es ratificar que la transparencia informativa  sigue siendo una utopía.

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HISTORIAS

Mario Mamani Morales

COMPETENCIA

El negocio más próspero en los últimos años es la venta de ropa usada. En todas las ciudades y poblaciones del país los espacios son más grandes y se advierte que seguirán copando más calles, aceras, tiendas improvisadas y ocasionales carpas donde se puede encontrar de todo y a todo precio. En Sucre este mercado ya rebasa la plaza del Reloj, o barrio Obrero.

Es una señora de mediana edad, con mirada temerosa que con un saco de nylon y otra bolsa de mano. Se sienta en una de las bancas que allí existen y un grupo de personas la rodean inmediatamente para solicitarle la mercadería: zapatos usados a diez pesos, una que otra chompa ya raída a cinco, unas botas para dama que una señorita pide medirse, una falda, un pantalón para varón y la señora se confunde, ya no sabe quién paga o no. Se asusta porque otro grupo de personas se aproxima en actitud amenazadora. ¡Tienes que retirarte, aquí sólo estamos los del sindicato! La increpan.

Recibe insultos, gritos de: ¡fuera…! ¡Hay que quitarle su bolsa! La señora no dice palabra, demuestra susto. Una joven que la acompaña, de unos 14 a 15 años, con voz de ruego clama: ¡Vámonos mamá…! Aparece el agente municipal y grita: ¡Aquí está prohibido vender! El otro grupo, conformado más por mujeres que hombres, se calma y vuelven a las aceras donde tienen sus puestos cuyo derecho de venta otorga el sindicato. ¡Vaya competencia…! Sabe Dios si la niña tuvo recreo para ir al colegio.

OTRO NEGOCIO

Es la Plaza Cochabamba en la misma ciudad. Son cerca a las cinco de la tarde cuando muchos padres de familia esperan la salida de los niños y niñas que se cobijan en un Kinder que allí existe. Es admirable ver el encuentro de la madre, el padre o el abuelo con el retoño que sale alegre e inocente sonrisa al encuentro familiar. Niños bien vestidos, rebosantes y la sonrisa en los labios. Son felices.

De pronto sorprende otra niña cubierto casi de harapos, tendrá uno o dos años más que aquellos que salen del kínder.  Se entretiene con cualquier cosa que encuentra en el piso. Calza abarcas de goma y sus piececitos casi ya no caben porque además la niña juega, corre y brinca a gusto. En las bancas se hallan personas de toda edad, jóvenes enamorados, otras entretenidas con el celular, charlas amenas.

La niña parece despertar a la realidad y ofrece un manojo de manzanilla que tiene en sus manos: ¡Un pesito!, dice con su voz inocente. Pasa de banca en banca, nadie muestra interés en comprar la mercancía. Vuelve otra vez a su mundo de niña, juega y da vueltas de aquí para allá. Quién sabe qué fantasía tiene en su cabecita. Otra vez ofrece ahora una bolsita de nylon que contiene cuatro o cinco limones: ¡Un pesito…! Vuelve a clamar. Ya la noche se aproxima y quién sabe dónde estará la madre  y cuánto de venta habrá tenido la niña del negocio.

EN EL AEROPUERTO

En la terminal aérea “Juana Azurduy de Padilla” hay horas tope en el tráfico de la Capital hacia el interior y viceversa. Gente que llega y gente que se va. Las líneas que hacen el servicio están atestadas de gente luego del cierre de AeroSur. Se advierte que esta terminal  genera movimiento porque además los pasajes en avión ya no son tan caros como antes.

Citadinos, pasajeros en tránsito hacia Potosí y turistas que arriban a la ciudad son abordados con la mano alzada de una viejita que pide: ¿Regalame?…! Ante la indiferencia de la gente, insiste: ¿Regalame…?  Una que otra persona saca una moneda que pone en las manos de la anciana. Ella vuelve a pedir y camina hacia otro grupo de personas que siempre están entretenidas ya sea con la bienvenida o la despedida.

De pronto el grupo es abordado por otra anciana que igual pide: ¡Regalame…! Así son varias ancianas que parece que conocen el movimiento de la gente. “Si das a una tienes que dar a todas”, dice una joven a su padre que la acaba de abrazar como signo de bienvenida. Al finalizar la hora tope, las viejitas salen hacia la avenida Navarra, se despiden en quechua y parecen alegres, seguro que el día fue bueno.

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