Desigualdades Sociales

DISCRIMINACIÓN Y DESIGUALDAD URBANA

Mario Mamani Morales

¿Se ha preguntado alguna vez cómo se vive en los barrios de la periferia o periurbanos? ¿Sabe si tienen energía eléctrica, agua, transporte, escuela, acceso a la salud y sobre todo seguridad? ¿Cómo se abastecen de gas, los alimentos esenciales como el pan y otros? ¿Si los niños tienen parques o lugares de esparcimiento? ¿Cuándo llueve en que se convierte la tierra en las calles?

Esto viene a propósito del anuncio de uno de los candidatos a la presidencia de Bolivia para las elecciones de octubre próximo. Afirma que hará aparecer más de 250 barrios en el país, es decir, construirá viviendas para miles de ciudadanos; la cuestión no es sólo levantar edificaciones y listo, es toda una tarea de años. Veamos.

La experiencia demuestra que los barrios se edifican en décadas. Así se han alzado las zonas populares y hasta los denominados “residenciales”  donde habitan familias acomodadas, con jardines, aceras, asfalto y hasta con seguridad privada; pero la mayoría, dejadas a su suerte.

En las zonas que van apareciendo en alrededores de nuestras ciudades se vive una segregación y desigualdad social que es motivo de estudio, la manera en que comienza la vida para las familias que quieren tener algo propio, no es nada fácil.

Primero se endeudan ante quienes localizan tierras vacantes, los loteadores, a quienes pagan cuotas mensuales durante años, zonas generalmente no urbanizadas, por tanto, las construcciones se levantan sin ninguna planificación: rústicas, hechas de cartón, calaminas, madera o nylon, según sea la ciudad y el clima. Las costumbres y tradiciones que se trae del lugar de origen difieren entre los nuevos vecinos, ahí se manifiesta la discriminación social, hasta del idioma porque alguno será aimara, otro quechua, guaraní u otra lengua de las más de 30 que se reconocen en nuestro Estado.
¿Servicios básicos? Nada para comenzar. El agua debe ser abastecido de muy lejos, a veces de favor de alguna familia que llegó hace años y goza de este servicio por tubería; pero será una vez, dos y luego no siempre. Si después de años se instala una pileta, es pública y está lejos de la choza, entonces hay que caminar y hacer fila para coger el líquido vital porque sólo llega por algunas horas y apenas para preparar el alimento y, ¿la ropa?, ¿el aseo personal?, ¿higiene de los hijos?

La necesidad obliga a cavar pozos, es suerte que se halle agua, entonces todos lo hacen, las aguas subterráneas ya no abastecen. Lo peor es que estén contaminadas porque las industrias grandes que están a unos kilómetros vierten sus desechos químicos a la intemperie y son absorbidos por el suelo, ¿alguien controla esta realidad?

El desplazarse es otra situación de sufrimiento. Hay que esperar horas para que aparezca alguna línea de transporte urbano. En horas de la noche, a eso de oscurecer, ya no hay servicio o sólo hasta cierto lugar, el resto del camino debe hacerse a pie con los peligros que implica, en estos barrios también se asienta gente que vive de los ajeno, aunque entre los vecinos se conocen y se cuidan. Existen testimonios de llevarse bien con ellos y no pasa nada.

Energía por tendido eléctrico llega después de años de alumbrase con mecheros a base de kerosene o vela, sólo por minutos; el gas que se vende en garrafas tiene un costo elevado a diferencias de los camiones distribuidores que pocas veces llegan al barrio, justo cuando la familia no está en casa.

La vida de las personas cambia profundamente, ya sea negativa o positivamente en relación a su lugar de origen. El ambiente que se crea en el barrio influye para la vinculación social, el acceso a las oportunidades de trabajo, los servicios sociales básicos como la salud y la educación, los espacios públicos como parques, jardines…

Espiral de producción y reproducción de una forma de vida, proceso de discriminación y desigualdad urbana, expresión del liberalismo. Los estudiosos afirman que es la forma de generar relegación y padecimiento; pero también solidaridades y resistencias, ahí surgen los movimientos sociales, familias que saben del sufrimiento y necesidad

propia y del otro. ¿Es fácil construir barrios o es mero discurso?

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DESIGUALDADES SOCIALES

Mario Mamani Morales

Los hechos más importantes ocurridos a lo largo de la historia de nuestro país tienen su explicación en la desigualdad social. La brecha entre pobres y ricos se mantiene incólume pese a las promesas de buscar el vivir bien y la aplicación de una política económica con membrete de socialismo. Es que si no se toman decisiones verdaderamente revolucionarias, sólo se trata de administrar en el gobierno el viejo esquema donde se ahondan las diferencias.

La intención no es suficiente para cambiar una sociedad donde sólo pocos se llevan la mejor parte de la riqueza que se genera en el país, o visto de otra manera, se deja caer más migajas de la mesa del banquete; pero insuficientes para atender a una población a la que se deja soñar con mejor educación, salud, condiciones de habitabilidad, empleo permanente y en mejores condiciones, seguridad ciudadana y la corresponsabilidad de asumir decisiones por el país.

Si bien es cierto que nos alejamos de las épocas negras de las dictaduras;  el sistema democrático conquistado por el mismo pueblo, aún no se profundiza para alcanzar una ciudadanía plena donde se tomen en cuenta las ideas y propuestas para el bien común. Lo que tanto se criticó en el discurso, el neoliberalismo, sigue vivito y coleando.
La economía del país se muestra en estadísticas con ascensos importantes y se halaga la nacionalización de varias empresas que ayer fueron entregadas a manos privadas, en la realidad de mejorar las condiciones de vida de la mayor parte de los bolivianos no se siente de manera significativa, especialmente en la clase media, esto decir que no se produce excedente.

La ciencia y tecnología, la investigación que se encarga a las Casas Superiores de Estudio, no aportan a las soluciones de los problemas que se vive en el pueblo: la educación marcha por un lado y la realidad del pueblo por otra diferente. En las universidades no siente la apropiación de las ideas revolucionarias que se pregonaban en los inicios de la Autonomía que se defiende a raja tabla, sin entender su verdadera esencia.

La relación con el comercio exterior continúa siendo de dependencia, la balanza se inclina más hacia las importaciones que las exportaciones, éstas últimas siguen siendo de expoliación de nuestras materias primas; la propuesta de comer nuestro propio pan está lejos de ser alcanzada. La seguridad alimentaria no había sido sólo cuestión de gobierno, sino también del pueblo.

En la búsqueda innata de buscar mejores condiciones de vida, la migración sigue siendo un fenómeno incontrolable para una población cada vez más en ascenso, no sólo interna sino el éxodo es hoy hacia los países vecinos, sino es Argentina es Brasil o Chile. Los que vuelven de Europa por la crisis que allá se vive no es a su país, sino a otras partes de América donde se puede encontrar trabajo.

La tensión que se vive en los días actuales se debe a que el sistema social ahonda el desequilibrio antes que la armonía y la justicia. El neoliberalismo impuesto desde 1985 en el país tenía el objetivo de acabar con el poder de los sindicatos y lo logró, ahora el objetivo es destruir la unidad de los trabajadores y el pueblo con ofertas de jubilación diferenciada: a unos con el cien por ciento de sus haberes, a otros hasta con ocho mil bolivianos y a los más con rentas menores al 50% de sus actuales ingresos. La cuestión es que hasta en la vejez los bolivianos no somos iguales.

Uno de estos sectores menos privilegiados es la clase media, aquella donde se encuentran los profesionales, no pocos se quemaron las pestañas en noches de estudio, de sacrificio, de dedicación y esfuerzo y que hoy no se reconoce. ¿Deben migrar a otras partes del mundo? ¿Necesariamente deben ser del “Instrumento” para ser parte de las decisiones en su país? ¿Su formación fue un gasto o una inversión? ¿No deberían ser corresponsables del sistema administrativo donde se conciban propuestas de disminuir las diferencias y dentro de la premisa de las autonomías municipales y departamentales? ¿Es que no aprendieron a hacer ciencia en sus años de estudio?
Estas diferencias  hacen  que los bolivianos estemos enfrentados: el gobierno que reprime y castiga las movilizaciones de descontento del pueblo, otros que se alegran porque añoran el pasado.

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