ELECCIONES
By argv.E338951d on Lun, 17/03/2014 - 10:53El tiempo se acorta. Quedan un poco más de seis meses para las elecciones nacionales. Los partidos políticos se aprestan a ganar militantes y simpatizantes; pero lo que no hacen es plantear propuestas para gobernar al Estado Plurinacional; la situación es clara: o se profundiza el actual sistema que se orienta hacia la distribución de la riqueza entre los marginados o se revierte a que se quede en pocas manos y se ensanche la brecha entre los pobres y ricos.
Por un lado el actual gobierno del MAS-IPSP se dedica a inscribir militantes en todas partes. Se afirma que ya son cientos de miles que tienen su registro y portan el credencial con los colores del Instrumento. Por su lado, los grupos más visibles como los “sin miedo”, los “demócratas”, los “unionistas” entre otros, también trabajan en ganar adeptos. Una cosa es cierta: ya no se podrá contar con credenciales de varios colores porque ahora todo está computarizado.
Antes, una persona podía inscribirse en varios partidos a la vez y sacar el color que sea necesario en el momento oportuno para sentirse cobijado en la línea gobiernista; ahora la militancia tiene registro en el Tribunal Supremo Electoral, por tanto, la pertenencia política está registrada.
Poseer un credencial no significa convicción con los principios, ideología, método de lucha y aspiraciones que busca la tienda partidaria; lo que se hace es cálculo político para tener suerte y parte en el gobierno. Una vez en el poder, exigir derechos, decir que se aportó y trabajó en la campaña, que se dedicó esto y aquello para ser beneficiado con la repartija de las cuotas que tiene asirse en la administración de la cosa pública.
Hay gente experta y acierta en el cálculo; por ello siempre está en el gobierno, no importa principios, ideología, visión de país; lo que interesa es vivir de la oportunidad. Es aquí donde se debe trabajar en estos tiempos de cambio.
Los partidos políticos no inciden en la formación política, no se forman cuadros por eso se ha hecho práctica el transfugio, igual es estar en la derecha o en la izquierda. Son pocos quienes pueden decir que “yo soy del PCB, no me vendo ni me alquilo”, otros que abrazaron el falangismo o el menerrismo, son conocidos y por tanto reconocidos en el ámbito político y seguirán su militancia hasta el final de sus días.
Portar un credencial de un partido político no es sinónimo de estar dispuestos a movilizarse, con la moral alta y el nivel de compromiso hacia la consecución de los objetivos trazados; es más fácil que se darán la vuelta a la primera crisis, cuando el barco esté amenazado por la tormenta y desesperados se asirán de otra fuerza; es que no se ha trabajado en las convicciones y el sacrificio que significa abrazar una ideología: para servir, no para aprovecharse de la situación de bonanza momentánea.
El ejemplo claro verificable hoy es la aplicación del nuevo currículo en educación que comprende la ley 070 ASEP, cuando el magisterio rechaza el mismo; pero a la vez es parte del PROFOCOM de forma masiva. Pronto más de 40 mil maestros se graduarán como licenciados en la nueva Ley; pero se niegan a poner en práctica sus conocimientos adquiridos en los cursos complementarios.
¿Qué es lo que falla? ¿Se ingresó a los cursos del gobierno sólo por curiosidad, otros por obligación y los más por el título de licenciado que sale gratis? ¿No se convencieron de la Ley y la implicancia de su puesta en marcha? ¿Hay que seguir en educación con los mismos moldes organizativos y curriculares? ¿Hay que recibir el título para ser llamados licenciados y nada más? ¿Dónde queda la hipótesis de que una escuela con mejor formación docente está asociada a mejores resultados? ¿No es verdad que el currículo necesita ser consensuado y no sólo imponerlo?
En la politiquería ocurre lo mismo, se puede tener miles de militantes; pero cuando más se los requiere, cuando se necesita una participación activa y comprometida, no están los que deberían estar. Una cosa es hacer el bulto en las concentraciones y proclamaciones, otra diferente sostener ideales, principios que hacen a las convicciones.