Tinku Verbal

UN MINISTERIO DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA

Andrés Gómez Vela

En días pasados, mamás y papás de El Alto salieron a las calles a marchar en demanda de ítems para profesores de informática. Aunque su fin no era lograr que sus hijos sean parte activa de la Sociedad de la Información, sino evitar seguir pagando con dinero de sus bolsillos a profesores especializados, indirecta e intuitivamente, estaban empujando al país hacia la era de las máquinas inteligentes.

Como es sabido, la sociedad preindustrial era un juego contra la naturaleza y la sociedad industrial, un juego contra la naturaleza fabricada, en tanto que la sociedad postindustrial es un juego contra la naturaleza recreada. Lo que significa que en este tiempo de la tecnología intelectual, la figura que tiene peso ya no es tanto el ejecutivo empresarial, sino el científico que produce incesantemente nuevos conocimientos.

Sin duda, la sociedad postindustrial es el tránsito de una economía de producción a una economía de servicios, que demanda personas que comprendan y produzcan la información no sólo como un factor de poder o de dominio, sino como un bien de creación de riqueza en una realidad virtual. 

En esa perspectiva, la computadora equivale en la Sociedad de la Información a la máquina de vapor de la era industrial. No vale tanto como equipo aislado, sino como vehículo o escenario de Internet, donde se configura hoy desde la democracia interactiva, pasando por el tecnocomunitarismo hasta las finanzas de la aldea global.

Los papás y mamás que marcharon, quizás sin proponérselo, marcan el principio de la lucha por nuevos derechos, en este caso, el acceso a las nuevas Tecnologías de Información y Comunicación, establecido en el artículo 103 de la Constitución Política del Estado. La cristalización de este derecho significa superar la brecha digital y el analfabetismo tecnológico para comprender la información, que circula por Internet, como la nueva moneda de cambio universal.

La economía postindustrial desmaterializa el trabajo y genera riqueza sobre la base de ideas y conocimientos traducidos en espacios virtuales.

En ese marco, recuerdo que un sacerdote me dijo, una vez, entre broma y broma que el bloqueo de caminos que vale la pena hacer es por Internet. Y conozco al menos a una decena de papás y mamás que sueñan con tener un hijo como Jan Koum, creador de la aplicación móvil WhatsApp, vendido recientemente en US$ 19.000 millones. Koum dejó un hogar pobre en Ucrania para buscar un futuro mejor en Estados Unidos, donde se especializó en informática y se convirtió en un multimillonario sólo a partir de una idea.

Igual suerte tuvo Mark Elliot Zuckerberg, que tan sólo con 23 años se convirtió en el multimillonario más joven de la lista que publica anualmente la revista Forbes.  Zuckerberg no tenía tierras ni edificios, solo una gran idea: la comunidad virtual Facebook, y una pasión: la informática, que se manifestó a sus 12 años, cuando comenzó a programar.

Se puede decir lo mismo de Evan Henshaw-Plath, uno de los impulsores de Twitter que empezó a programar a los 5 años creando videojuegos. Cuentan que Evan vendió las acciones de la empresa en tan solo 7 mil dólares. Pensó en que no iba a tener éxito, hoy Twitter tiene un valor de 9 mil millones de dólares. Otro de los creadores de esta red social es Jack Dorsey, quien a sus 16 años ya comenzó con esta carrera que el año pasado generó 290 millones de dólares en ingresos por publicidad.

Todos ellos tienen una historia común, ingresaron a la sociedad programada niños, adolescentes. En tanto, la gran mayoría de niños y jóvenes bolivianos apenas gatea en ese mundo cibernético y sus papás y mamás reclaman profesores de informática.

Propongo al nuevo gobierno, cualquier que sea, crear un Ministerio de Ciencia y Tecnología y plantear un programa de largo aliento en el área en lugar de pasarse la gestión dividiendo al país en buenos y malos, defendiendo ideologías trasnochadas o gastando en espectáculos para eternizarse en el poder.

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LAS COSAS BUENAS DE HOY

Andrés Gómez Vela

A finales del 90, es decir, del siglo pasado, un grupo de compañeros de trabajo decidió buscar créditos para tomar cada uno por su cuenta un departamento en anticrético o comprar un terreno. Inmediatamente, se dieron a la tarea de averiguar las condiciones más ventajosas en los bancos. Y todos volvieron con la misma respuesta: “es muy complicado, nos piden garantía real u otros bienes que no tenemos”.

Constataron que los bancos no prestaban a los que no tenían dónde caerse muertos. Entonces, ¿qué sentido tenían? Uno va al banco justamente porque no tiene dinero y no porque le sobra.

Esas empresas, que multiplican capital con dinero y esfuerzo ajenos, se desarrollaban en condiciones ventajosas, no sólo tenían ganancia asegurada, sino que cuando quebraban por alguna razón, tenían que pagar, paradójicamente, vía Estado aquellos a quiénes precisamente les negaron el préstamo, en definitiva todos.  

Ante tal orfandad social, esos jóvenes que, esa vez, buscaban una casa propia, cayeron en las fauces de unas financieras que les clavó, si mal no recuerdo, un interés de hasta el 25 por ciento. ¡Por Dios, nunca más real la frase: si quieres que te asalten sin armas, saca un préstamo de un banco! Nada sería eso. Uno de los deudores ahorró todo lo que pudo para amortizar el pago al capital y librarse de los intereses. ¿Qué creen? La financiera le dijo que debía respetar el cronograma de pagos y los montos. ¡Fatal!

Hoy cambió esta situación. La Ley de Servicios Financieros, impulsada por el Ministerio de Economía, cambió en cierto modo el rol de los bancos. Y en serio, facilita el acceso al crédito para una vivienda con un interés que oscila entre el 5.5% y 6.5%, aunque por ahí hay aún uno que otro banco que intenta poner algunas trabas.

Con la norma de hoy, probablemente la única que se aplica en toda su dimensión, aquellos jóvenes de los años 90 hubieran tenido más posibilidades de salir rápidamente de su precaria situación, aunque el momento económico no era tan favorable como hoy.

Esa misma gente bregó, en situaciones adversas, para recuperar la autoestima nacional y constituir a Bolivia en un país con mucha fibra. Sin embargo, ese viaje comenzó mucho antes con las marchas de la CIDOB, con las anatemizadas ONGs de hoy, entre ellas el Instituto Politécnico Tomás Katari (IPTK) del Norte de Potosí, que formó profesionales indígenas para demostrarles que sí había esperanzas.

En esta emancipación mental contribuyó la llegada de Víctor Hugo Cárdenas a la vicepresidencia con el MNR. Miles de indígenas y originarios se vieron reflejados en él a tal punto de ver factible su acceso al poder a través del voto. ¿Cómo olvidar a Felipe Quispe? Recuerdo que expresé mi alegría pública en un artículo cuando un día retó al general Hugo Banzer a poner en una balanza sus cerebros para ver de quién pesaba más, ¿de un alemán-nazi o un indio?

Desbrozando el camino, llegaron en pleno gobierno neoliberal las leyes de Participación Popular y Descentralización Administrativa, que condujeron por una avenida a indígenas y originarios a ocupar cargos de decisión, primero, en los municipios, luego en el legislativo y, hoy, en la presidencia. La llegada de Evo Morales a Palacio es la coronación de ese proceso. Hoy somos algo más iguales que hace 20 años y más orgullosos de nuestras raíces.

Este levante espiritual repercutió en la vida nacional y bajó los complejos que había en las relaciones sociales entre collas y cambas.

Hasta la primera década del presente Siglo era insoportable el uso de ambas palabras porque connotaban desprecio y menosprecio del otro, a quien consideraban foráneo más que boliviano. Aunque este encono se incubó, en 1958, en un hecho PostRevolución de 1952, llegó a su clímax entre 2006 y 2009, cuando un grupo de desubicados humilló y prohibió el paso de campesinos originarios e indígenas por espacios públicos, nomás porque eran diferentes.

Hoy las palabras colla y camba son un gentilicio más que un insulto. Aunque aún faltan superar ciertos diques mentales, hemos avanzado mucho, no sólo nos toleramos, si no que nos necesitamos y queremos porque nos sentimos cada vez más bolivianos. 

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DOBLE MORAL Y DEFICIENCIA

Andrés Gómez Vela

Juan López, hoy exDirector General de Trabajo del Ministerio de Trabajo, calumnió e injurió el 29 de noviembre de 2013 a Educación Radiofónica de Bolivia (ERBOL), al acusarla, sin fundamento jurídico ni racional, de acoso laboral contra un extrabajador de nuestra institución, acusado de abusos y plagio por sus propios compañeros.

En ese afán de mentir, López declaró que ERBOL afectó al hijo de ese extrabajador porque supuestamente le retiró el seguro médico de la Caja Petrolera de Salud. El pasado martes 4 de febrero nos enteramos quien realmente afectaba a sus hijos, era él, cuando la Policía lo aprehendió, a denuncia de su esposa, por violencia intrafamiliar y por no cumplir el pago de pensiones.

La noticia que develó la  doble moral de este exfuncionario no nos sorprendió, lo que nos sigue sorprendiendo es que se confíe un cargo de decisión en el Estado Plurinacional a alguien como López, que no sólo incumplía con sus obligaciones de padre, sino que era deficiente en sus funciones, al menos así lo demostró cuando declaró contra ERBOL sin haberse enterado del valor de las sentencias constitucionales en la aplicación a hechos concretos.
A tal punto llegó su desconocimiento que acusó FALSAMENTE a ERBOL de acoso laboral, cuando el mismo Ministerio de Trabajo había rechazado semanas antes esa denuncia del extrabajador porque no tenía ningún asidero. López ni se enteró que, si bien el acoso laboral figura en la Constitución, no hay reglamento que determine qué es y qué no es acoso.

López también declaró aquella vez, a medios de comunicación del gobierno, que el extrabajador había sido reubicado en sus funciones de un cargo a uno de menor jerarquía. López ignoraba que en un medio de comunicación un periodista es periodista (valga la tautología) sea redactor, reportero o jefe o director, y su función se resume a buscar, jerarquizar, organizar, redactar y presentar noticias. Si desconocía el ámbito periodístico, López debiera haberse  asesorado y hubiera llegado a la conclusión de que no hubo ningún cambio de funciones.

López también dijo que ERBOL le quitó el seguro médico de la Caja Petrolera de Salud al extrabajador. Si hubiera sido un eficiente “servidor público”, se hubiera informado previamente que un inspector del Ministerio donde trabaja desestimó, semanas antes, esa denuncia al verificar que el extrabajador seguía gozando de seguro médico. Es más, hubiera constatado que el mismo extrabajador, denunciado por abusos contra sus propios compañeros, había pedido el 17 de octubre de 2013 la declinatoria de competencia del Ministerio de Trabajo en este tema.

Finalmente, López dijo, en noviembre del año pasado,  en tono autoritario que las mentiras que emitió constituían  “una vulneración porque este (ex)trabajador es padre progenitor, y goza de inamovilidad”, y que es obligación del Ministerio de Trabajo “proteger el derecho del trabajador esté donde esté”.

Otra vez, si se hubiera informado y formado mejor hubiera razonado tal y como manda la Constitución, que otorga valor vinculante a las sentencias constitucionales. La Ley no protege a un trabajador, flojo, mañudo y mentiroso, sino a aquellos que cumplen sus funciones y las normas tal y como debe ser.

En el caso que nos ocupa, ERBOL aplicó la Sentencia Constitucional 479/2006-R, que establece la figura de “abandono renuncia” cuando un trabajador deja de asistir sin razón alguna a su fuente laboral por días, semanas, meses. No se pueda pagar un salario a cambio de nada, eso sería un robo.

La sentencia señalada negó el derecho de reincorporación  a una trabajadora de otra empresa porque abusó de su condición de mujer embarazada para no asistir a su trabajo, confiando que la “inamovilidad laboral” le permitía ausentarse de su fuente laboral las veces que quería y sin fundamento alguno. Y el principio constitucional dice: casos parecidos, sentencias parecidas.

Si el señor López se hubiera informado y formado mejor, hubiera aplicado la sentencia constitucional al caso concreto y hubiera negado la solicitud de reincorporación de un trabajador flojo, mentiroso y mañudo. Ahora, ya no es funcionario, lo renunciaron, pero esas sus deficiencias hizo daño a una institución como ERBOL, pero más que todo afectó la confianza en el Estado.

Como él hay otro funcionario del Ministerio de Trabajo que en una ocasión dijo que “su trabajo consistía en defender al trabajador sí o sí”, sin importar qué hizo o no hizo o si cometió un delito. Algo más, remató con una frase de antología: “Aquí (en el Ministerio de Trabajo) NO se aplican las sentencias constitucionales, eso que lo hagan los jueces”.

Esa frase prueba el desconocimiento de la Constitución, que en su artículo 203 señala que “las decisiones y sentencias del Tribunal Constitucional Plurinacional son de carácter vinculante y de cumplimiento obligatorio, y contra ellas no cabe recurso ordinario ulterior alguno”. Es peligroso caer en manos de este tipo de funcionarios del Estado, que no se han enterado que el artículo 410,I, II, obliga a todos los ciudadanos y autoridades a acatar lo que dice la Constitución y aplicarla con primacía.

Funcionarios como los  referidos, con deficiente formación y capacidad, dañan la fe pública en el Estado Plurinacional y generan respuestas que rayan en la estulticia como las que obtuvimos al recurso de revocatoria: el trabajador debe volver a su fuente laboral porque sí. Como se puede ver no hay ningún fundamento jurídico ni siquiera un mínimo de razonamiento en esa resolución.

Estos funcionarios hacen quedar mal al gobierno del presidente Evo Morales, que se esfuerza en hacer una buena gestión. Menos mal que uno ya fue renunciado y ahora queda la resolución del caso en justicia al recurso jerárquico presentado por ERBOL. Confiamos que esta vez sean tomadas en cuenta nuestros argumentos y pruebas y se aplique la constitución como debe ser.

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LA ALTERNANCIA EN EL PODER

Andrés Gómez Vela

Los revolucionarios de siglos pasados pelearon contra los reyes para acabar con el gobierno de los hombres y establecer el gobierno de las leyes. Cansados de la “ley del espermatozoide” o la “ley de la sangre” propusieron la Constitución como límite al poder.

En ese tren, de principio establecieron dos reglas básicas: separar al gobierno del Estado (para que nadie diga el Estado soy yo, sino que sea la sociedad jurídicamente organizada) y fijar un periodo racional de duración de una gestión de gobierno.

Ambos planteamientos fueron una respuesta al sentido vitalicio de los emperadores en el poder y sus hijos, quienes eran Estado y gobierno a la vez, entonces, nacían para el cargo y morían con el cargo sin fiscalización de ninguna naturaleza. Para democratizar el acceso al poder, los liberales revolucionarios cambiaron de soberano, coronaron al pueblo en lugar de una persona, cuyo único mérito era ser rey. Desde ese momento, el poder de decisión sobre la conformación de un gobierno y el futuro de un Estado pasó a cada ciudadano.

De este modo, el liberalismo planteó un voto un ciudadano. Obvio, en un principio, ese voto se pesaba en billetes o en bienes. Luego se convirtió en la avenida por donde iban a transitar las democracias durante siglos para facilitar el camino hacia la toma del poder a todos los osados, sin importar su condición de clase, sexo o “color de sangre”. 

Ya en la baja edad media los revolucionarios, que por si acaso no eran socialistas, habían discutido y planteado que para llegar al poder era necesario tener libertad de pensar y libertad para expresar ese pensamiento mediante palabras, libros, periódicos, muros. Por supuesto, imposible hacer política sin libertad de expresión y menos tomar el poder. Y los liberales lo cristalizaron poco a poco cincelando la historia.

Por supuesto que en los nacientes Burgos, las personas que tenían poder económico querían tener poder político, pero no podían hacerlo porque no eran de la nobleza, pero no solo eso, no estaban preparados. Ante esta deficiencia, armaron otra movida para arrancar educación para todos, incluidos los excluidos.

Sí, cierto, en aquel tiempo sólo hacían política los ricos, sin embargo, los pobres ya aspiraban al voto, inspirados en los principios de igualdad y libertad. Armados con la Constitución, libertad de expresión, educación y democracia, los revolucionarios de entonces aspiraron a tomar el gobierno, más no el Estado, porque era y es de todos.

Aunque costó, pero la historia demuestra que acordaron entre ellos una Constitución que limita el poder para limitar la ambición del ser humano, evitando tiempos indefinidos en el gobierno para impedir sabiamente lo siguiente:

1.    Que nazca una burocracia corrupta que se niega a morir políticamente porque sabe que no va a ser removida “nunca” entonces se cree impune y lo es.

2.    Que el gobierno de turno controle todas las instancias y espacios de poder para reproducirse en el poder, incluso violando la misma Constitución.

3.    Que el gobernante termine creyéndose estado, poder y pueblo a la vez y termine siendo un rey sin título ni corona, pero con muuucho poder.

4.    Que ponga al servicio del “príncipe”, perdón gobernante, todo el aparato del Estado en tiempos no electorales y electorales, violando el principio de igualdad en las condiciones de acceso al poder.

5.    Que se esconda información que beneficia al pueblo para fiscalizar al gobernante y transparentar la administración de la cosa pública.

Los llamados gobiernos socialistas desecharon estos principios que los usaron en algunos casos para tomar el poder, por ello hoy tienen dinastías y comunistas millonarios. Lo más reciente, sucedió en Nicaragua, donde el guerrillero (Daniel Ortega) que enfrentó a la dinastía Somoza, que estuvo 40 años en el poder, sufre el principio de una “somosización”, porque después de combatirlo, quiere imitarlo.

A no olvidar, un político que desconoce su límite en la Constitución es contrario a la democracia y al pueblo. 

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AYNI

Andrés Gómez Vela

Entre cada agosto y septiembre, la naturaleza muda de ropa, aire y sentimientos. Apenas brotan las primeras hojas de los sauces secos, la tierra se prepara para ser madre otra vez del maíz, la papa, arveja, haba, quinua, verduras, hortalizas.

El valle ubicado a lo largo de un serpenteante río comienza a desperezarse con las primeras señales de los animales que anuncian lluvias adelantadas o retrasadas, heladas u otro tipo de bendiciones o desastres naturales.
Hace sólo como 30 años, los sabios ancianos leían, en ese mismo lugar, el tiempo con la precisión de la ciencia porque mantenían una fluida comunicación con la naturaleza y, por supuesto, con los otros seres que habitan con nosotros la Tierra.

Tras la consulta a la Pachamama, alistaban las yuntas para la siembra y elaboraban la aceitosa chicha de maíz con sabor a vida: dulce amargo. Solían hacer un collar con las primeras dalias, kantutas tricolores, retamas y hojas de molle para ornamentar los yugos de los toros (lloquje – paña; izquierda – derecha), que mugían como si anunciaran una buena noticia.

Apenas veían a una familia llegar a su terreno, cargada de semillas, cántaros, comida, se acercaban de inmediato los Ruedas, los Aguilar, los Ayras o los Tórrez o los López o los Villalta. Llegaban con sus instrumentos de trabajo y un exultante ánimo de solidaridad. Era el ayni, el trabajo colectivo que los niños de entonces imitaban en sus juegos.

Entre broma y broma, algo de chicha, y un sabroso “fidius uchu” con garbanzos, papas y pedazos de carne de gallina criolla o una chanqja, y si no llovía mucho, una watia (papas cocidas en un horno de terrones, calentado con leña) avanzaba y terminaba la siembra casi siempre cuando el sol caía en el orkjo (montaña). Sin el ayni, la siembra de ese mismo terreno hubiera sido acabada después de  muchas caídas y levantadas del Tata Inti (sol).

Era toda una fiesta, que comenzó a declinar desde el momento que la sequía rajó la tierra y sus habitantes buscaron otros destinos. Cuando retornaron, unos contrataron peones y les pagaron un jornal a los que se habían quedado a sobrevivir. Ese día murió el ayni, muy pocos lo volvieron a sembrar y como consecuencia hoy se cosecha individualismo.

Cambiaron los tiempos, dicen. También las personas y la naturaleza. Los toros fueron cambiados por tractores que aran la misma Pachamama de hace millones de años.

Los hijos e hijas de aquellos hijos del Ayni hoy alquilan la fuerza de trabajo de los más pobres. Y la comunidad da sus últimos estertores.

En el mismo mes de septiembre se publicaba en la plaza del pueblo una lista de las personas que iban a armar la fiesta de Palizada, que no era más que un medio para preservar la igualdad económica, por tanto, social de aquellos que habían sufrido una merma de su patrimonio.  

Los ancianos nominaban para cada esquina de la plaza a las parejas que iban a levantar arcos de solidaridad. Los últimos cinco días de octubre, los elegidos preparaban chicha, charangos, guitarras, acordeones; y el mismo día de la fiesta adornaban sus arcos con aguayos multicolores de lana de oveja, dalias, margaritas, rosas y las infaltables retamas y molles. Y la gente se acercaba a cada pasante para regalarle bienes y dinero. Bebían, bailaban y cantaban solidaridad e igualdad. Nadie debía rezagarse en su camino al mañana.

Hoy nominan al más opulento para que organice la fiesta y ostente su riqueza. Y la gente asiste sin saber por qué o sólo para beber. Entonces, la brecha entre los que más y menos tienen se abre más y más.
Son valores que hemos perdido, no sé en qué momento, y, a veces, creo que son irrecuperables. Y culpar al capitalismo no basta.

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¿TIENEN AUTORIDAD MORAL PARA SEGUIR?

Andrés Gómez Vela

Señoras y señores, miembros del Tribunal del Pueblo

Interpone Acción Moral
Otrosíes.- su contenido

Yo, ciudadano boliviano, mayor de edad, hábil ante la ley, ante ustedes me apersono respetuoso, expongo y pido.
El pasado 16 de octubre de 2011, al igual que 10 millones de bolivianos, fue engañado con la llamada “revolución judicial”. La Asamblea Legislativa nos hizo creer que había seleccionado a excelentes personas y profesionales como candidatos a magistrados. Dos años después, queda demostrado que fuimos engañados.

Presento esta acción al amparo de la Constitución Política del Estado (CPE), artículos 7,8.I, 9.

Antecedentes de hecho

En Diciembre de 2012, un legislador denunció un supuesto viaje irregular del presidente del Tribunal Constitucional, Ruddy Flores, y de la magistrada Neldy Andrade a la ciudad de Nueva York, EEUU. Presentaron como pruebas fotografías. Hasta la fecha, ninguna de las dos personas respondió si viajaron con sus recursos o con nuestro dinero.

Posteriormente, otro ciudadano denunció  que la magistrada Neldy Andrade cometió uso indebido de influencias y uso indebido de bienes del Estado en su proceso personal de divorcio.

En julio de 2012, la presidenta del Consejo de la Magistratura, Cristina Mamani, fue acusada de uso indebido de influencias, negociaciones incompatibles con el ejercicio de sus funciones, falsedad ideológica y asociación delictuosa, en la nominación de notarios. Pero algo pasó, que luego no pasó nada.

El 31 de marzo de 2013, Liliana Sánchez, esposa del Presidente del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Gonzalo Hurtado, presentó  una demanda ante la Brigada de Protección a la Familia en Trinidad, por violencia familiar, agresión verbal e incumplimiento de sus obligaciones de padre.

En consecuencia, el 25 de abril de 2013, los magistrados del TSJ, Jorge Isaac von Borries Méndez, Rita Susana Nava Durán, Norka Natalia Mercado Guzmán, Fidel Marcos Tordoya Rivas y Maritza Suntura Juaniquina pidieron la renuncia de Hurtado. Algo pasó y luego nada pasó.

En julio de 2013, quien era hombre fuerte del Ministerio de Gobierno, Boris Villegas, acusó a Hurtado de haber sido parte de un plan para derrocar al entonces gobernador del Beni, Ernesto Suárez.

El 13 de noviembre de 2013, la directora interina de la Fuerza Especial de Lucha contra la Violencia Familiar, Amelia Negrete, informó que la magistrada de la Sala Civil del TSJ,  Rita Susana Nava Durán, fue denunciada por su esposo, Luis Pari Camargo, por agresiones físicas y maltrato familiar.

Esta misma señora fue denunciada el 17 de agosto del año pasado por pedir pegas a los vocales del Tribunal Departamental de Chuquisaca para la gente que hizo campaña por ella. Otra vez algo pasó y no pasó nada.

En mayo del año pasado, la magistrada del Tribunal Agroambiental, Daysi Villagómez reveló que, en una reunión de Sala Plena, su colega Ricardo Soto la agredió verbal y físicamente. La magistrada Cinthia Armijo y la secretaria de la Sala Plena, Rosario Balanza, también denunciaron que fueron agredidas por Soto.

El 20 de noviembre de 2013, el periódico Página 7 informó que 24 de los 28 magistrados electos del Órgano Judicial tienen procesos abiertos por incumplimiento de deberes, violación a la Constitución y otros delitos en la Comisión de Justicia Plural y Ministerio Público de la Cámara de Diputados.   

Fundamentos jurídicos del recurso

Los artículos 7, 8.1 de la CPE establecen que la soberanía reside en el pueblo y fijan como principios ético-morales: no ser flojo, no mentir y no robar. En tanto, el artículo 9.4 exige al Estado garantizar el cumplimiento de los principios, valores, derechos y deberes reconocidos y consagrados.

Petición en derecho

Por todo lo expuesto, queda demostrado que nos mintieron, no son las mejores personas ni los excelentes profesionales que esperábamos y nos robaron el sueño de tener una mejor justicia para vivir bien.
Por todo lo expuesto, pido al Tribunal del Pueblo exigir la renuncia de estas personas que se han convertido en un peligro para la justicia.

Otrosí.- Domicilio procesal, Bolivia.

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JUSTICIA, LEY Y JUECES

Andrés Gómez Vela

La vida demuestra a diario que la justicia no está en la ley, ni todos los justos son jueces ni todos los jueces saben de justicia. Para entender mejor recordemos a dos jueces bíblicos Salomón y Pilatos.

El Rey Salomón juzgó a dos mujeres que se disputaban un bebé. Una de ellas había matado al suyo por accidente. Ambas fueron ante su Rey en busca de justicia. La primera decía es mi hijo, el de ella murió. La Segunda aseguraba todo lo contrario. Ante la contradicción, Salomón pidió una espada y ordenó partir en dos al bebé para dar a cada una la mitad del niño. La verdadera madre dijo: ¡Ah, señor mío! Dad a ésta el niño vivo, y no lo matéis. Pero la madre falsa dijo: Ni a mí ni a ti; partidlo. Entonces el rey respondió: Dad a aquélla el hijo vivo, y no lo matéis; ella es su madre. Salomón aplicó sabiduría, no la ley.

En cambio, Pilatos aplicó la ley y sentenció a un inocente sindicado de tres delitos políticos: de agitación sediciosa, de animar a la gente a no pagar tributo al Emperador, y de atribuirse el título de rey. Cuando llevaron a Jesús de casa de Caifás ante Pilatos, éste dijo: ¿Qué acusación traéis contra este hombre? “Si éste no fuera malhechor, no te lo habríamos entregado”, respondieron. “Tomadle vosotros, y juzgadle según vuestra ley”, señaló el romano. “A nosotros no nos está permitido dar muerte a nadie”, replicaron los judíos. Y Pilatos ordenó la muerte y se lavó las manos. 

¿Cuántos magistrados y jueces hay en nuestros tribunales que aplican justicia como Salomón y no solamente la ley como Pilatos? La respuesta la tienes tú. Espero que no sea muy deprimente. Vale la pena mantener la esperanza, en algún momento resolveremos la crisis judicial. Con ese fin detecté tres causas del problema: 

  1. Leyes y jueces para encubrir.- Una de las causas radica en el objetivo espurio de la ley: privilegiar a un grupo en desmedro de otro. Esta causa genera una consecuencia: el nombramiento de jueces sumisos al poder que los nomina. Entonces, los magistrados o jueces no son los más dignos ni idóneos, sino aquellos de espíritu débil que venden su alma por cinco años de fama y poder. “Esos jueces” atentan contra el principio democrático que señala que todos somos iguales ante la ley porque distinguen a las personas, pero no los hechos, entonces son boca de la ley del poder, pero no de la justicia. Ergo, casi nunca aplican la justicia a pesar de la ley.
  2. Magistrados que responden al partido de turno.- Todas las personas tienen una ideología, pero no todos tienen un partido. La sociedad prefiere a los independientes; los partidos, a sus militantes o “simpatizantes probados” para aplicar la dura ley contra sus adversarios. Cuando seleccionan a un juez por su preferencia partidaria están pensando en protegerse o perseguir con la ley en la mano, pero no en la sociedad que busca justicia. 
  3. Reproducción en el poder.- ¿Cuál la razón para nominar jueces afines al partido que no van a aplicar justicia? Reproducirse en el poder destruyendo a sus “enemigos” y evitando que los casos de corrupción sean investigados y los inculpados, sentenciados, para quedar siempre como un gobierno limpio. La impunidad es signo identitario muy particular de un tipo de gobierno: el totalitario.

Si tenemos las causas, tenemos las soluciones. Probablemente, digas: falta uno. Tienes razón. El ser humano sin educación ni formación es proclive a la corrupción. Cierto, es un trabajo de mucho tiempo. Pero, en la sociedad hay personas sobresalientes que han cuidado su vida y trayectoria profesional como una joya y se han convertido en un ejemplo para su país.

Entonces, no importa cómo se nombra a los magistrados o jueces, sino a quiénes se nombra. Generalmente, aunque no siempre, las personas sin honores son proclives a rifarse para conseguir un cargo y aplicar la ley del poder en contra de la justicia. En cambio, las personas que cincelaron su honor sobre una rigurosa escala axiológica -hay malas excepciones- no venden su alma por un cargo y prefieren preservarse aplicando justicia, incluso, en contra de sus nominadores.   

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10 CLAVES PARA RECONOCER EL TOTALITARISMO

Andrés Gómez Vela

El fascismo, el nazismo, el estalinismo desarrolló como estrategia para mantenerse en el poder, la imbecilización social. ¿Hay algún riesgo para que se repitan estas corrientes totalitarias en la presente era? Todo puede pasar, mejor prevenir. ¿Cómo reconocerlos para cuidar la democracia? He aquí 10 claves, con la ayuda de Manuel Ángel Vásquez  Medel y otros autores, para descubrirlos y evitarlos.

Verdad absoluta.- Nacen sobre mitos, revelaciones divinas o una visión impuesta. Sus cultores lo convierten en una creencia, blindándola de los hechos que lo pueden desmentir. Entonces, las personas que se sumaron racionalmente terminan siendo prosélitos y se ocupan de transformar la doxa en una religión que no admite desvíos, traiciones, disensiones, heterodoxias o herejías.   

Führer, Duce, jefe.- Es un emblema poderoso. Sus prosélitos lo erigen en un ser omnisciente, una reencarnación, una especie de epítome de las virtudes de los héroes más extraordinarios. Es un zahorí político, se embriaga con el olor del poder y quiere todo el poder. Representa la erótica y la necrótica del poder. Sus epígonos se preocupan de promover hacia a él vínculos eufóricos, relaciones intensas y excluyentes hacia el resto del mundo. No es un líder, es un “dios”, a quien todos los que quieren sobrevivir políticamente deben rendirle culto. No hay Constitución ni ley que lo detenga.

Propaganda.- Es una comunicación violenta que tiene como fin sustraer al individuo de su capacidad de razonar, argumentar, contraponer ideas y criterios. Divide el mundo en buenos y malos. No sólo usa medios de comunicación, sino símbolos, señales, vestimentas, banderas, estandartes, gestos, gritos, eslóganes, eventos, obras faraónicas. Aprovecha todo. Constituye fanáticos y fanáticas capaces de entregar a su padre, hijo, amigo, mentor, compañero o compañera por la causa.

Nuevo mundo.-El totalitario casi siempre rompe con el pasado. Todo lo anterior no existió, salvo el mito. No conoce la dialéctica. Busca lograr que el individuo rompa con su historia y asuma una nueva lógica o cosmovisión. Aquella verdad absoluta se anida en la mente del acólito de donde no debe salir por nada porque más allá está el abismo y la muerte.

Emoción, no razón.- Estos regímenes intervienen en la mente, sobre todo en las estructuras afectivas para arrebañar a las personas y evitar su contacto con el “mundo exterior” o con otras ideas “altamente peligrosas” para la sobrevivencia del “cambio”. A estas alturas, el prosélito no se fija en qué le dicen, sino en quién le dice: un comunista, derechista, judio o izquierdista. De este modo descalifica al mensajero sin escuchar un probable valioso mensaje.

Partido convertido en secta.- Es una organización vertical donde hay una sola voz que define todo y ordena a sus epígonos  a ponerse en movimiento (movimiento nacional, movimiento comunista, etc) hacia una meta o propósito: raza, patria, historia. Desde que toma el poder cambia principios por dogma y rinde culto a su “dios”.

Metástasis política.- Para el fascista o estalinista, el dogma de la secta debe ser como un cáncer que mina todo el tejido social hasta lograr que todos y todas tengan un solo pensamiento. Es un virus que debe “comerse” por las buenas o por las malas a todo aquel que intente mantener un pensamiento diferente.

Racista.- Privilegia en discurso a la “raza elegida”, el resto es anatemizado. No admite el mestizaje como proceso social natural. Sólo unos tienen cultura y otros no. Destila un odio que raya en el paroxismo contra el diferente alejado del rebaño.

Miedo.- El totalitarismo infunde miedo para que la cobardía de muchos alimente su poder y gobierne en nombre del pueblo hasta el fin de los tiempos.

Medios.- Fachos, nazis, estalinistas tienden a controlar los medios de comunicación democráticos por diversas vías porque su fin último es imponer el pensamiento único al servicio de su “dios”.

Si hueles o divisas algún régimen de este tipo en cualquier parte del mundo, no lo ignores ni huyas, por el bien de tus hijos, enfréntalo.

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IRRACIONALIDADES Y CREENCIAS

Andrés Gómez Vela

“Si me quieres, invítame (alcohol)”. “No me rechaces, salud, seco”. “Mi cariño, servite esta cajita de cerveza”. “Si no me aceptas este vasito, no me quieres, hermano”. Estas frases circulan en las fiestas hasta emborrachar a quiénes las pronuncian y las escuchan. Reflejan que el cariño se mide en litros de alcohol. Mientras más bebes, más quieres. Pero, encierra una tremenda contradicción porque en nombre del aprecio te dan una droga que daña tu cuerpo, y que, probablemente, no te lo daría ni tu peor enemigo.

Mucha gente toma en serio esta irracionalidad hasta convertirla, en ese mundo adormecido, en algo parecido al aforismo al presuponer que mientras más te “envenenas” y “envenenas”, más quieres o más te quieren. En ese mundo invertido, si rechazas el vaso de alcohol o evitas el chantaje etílico, lo van a entender como desprecio u odio, cuando en realidad es una verdadera expresión de cariño porque estás salvando al otro u otra de una droga que puede amargar su vida.

Es una adicción al tedio mediatizar con alcohol el amor fraternal. La sana imaginación puede inducir a cambiar la caja de cerveza o la botella de otra bebida por una rica comida, un objeto útil, un gesto inolvidable o un libro. Al final siempre será más barato que una farra descomunal.

Otra frase desesperantemente irracional es esta: “estoy a dos cuadras, ya estoy llegando”. El otro día fui testigo de una exageración. Mientras bajaba de El Alto a La Paz, mi vecino de asiento del minibús hablaba por su móvil. “Ya estoy llegando, estoy a dos cuadritas de la plaza del Estudiante”. Mentira, estábamos en la ceja parados, esperando que el Minibús se llene. Pasados cinco minutos vuelve a sonar el celular. “Ya voy a llegar, lo que pasa es que hay trancadera”. Mentira, la autopista estaba despejada. Otra vez el celular. “Este taxista se ha metido por otra calle y nos hemos pasado de la plaza, estoy volviendo, ya te estoy viendo”. Mentira, no estaba en taxi, sino en minibús y estábamos a 15 cuadras del lugar de cita, que había sido fijada para las 09.30 y ya eran las 10.15.

¿Por qué no decir la verdad? ¿Por qué nos cuesta tanto respetar a nuestro prójimo, a quién expresamos nuestro cariño en litros de alcohol? No solo se miente con absoluta desfachatez, sino se menosprecia el tiempo del otro. Generalmente, cuando alguien dice que está a dos “cuadritas” o a punto de llegar, en realidad está saliendo de su casa que está a media hora o más del lugar de cita.

Y a esto llamamos muy orgullosos hora boliviana, cuando en realidad es retraso boliviano (tómelo en el sentido que quiera). Ya es una costumbre convocar a un evento con hora falsa. “Pon en la invitación a las 18.30, hasta que llegue la gente serán las 19.00 y empezamos a las 19.15”. ¿Y qué hay con los puntuales que sufren las consecuencias de los cultores de la hora boliviana?

Estas irracionalidades y creencias populares alcanzan un grado superlativo cuando la borrachera causada por el alcohol se mezcla con la embriaguez provocada por el poder. Es un cocktail peligroso, a tal punto que termina a veces en tragedia. Todo comienza cuando creen que toda obra debe ser inaugurada con alcohol en exceso. Ya está presupuestado.  Cierto día, un alcalde de un municipio del Norte de Potosí fue a inaugurar una obra a medio construir. Llevó consigo a cinco acompañantes, entre ellos una enfermera. Bebieron hasta tarde con el dinero y en el vehículo del Estado. Cuando volvieron al pueblo, el Alcalde dijo adiós a sus acompañantes, menos a la joven mujer. Pidió al chofer las llaves del auto y se fue con la enfermera. Al día siguiente, ella apareció violada y muerta, y él ahora está en la cárcel.

La mezcla de alcohol y poder produce, casi siempre, una borrachera violenta. Ojalá se prohíban presupuestos para farras descomunales en inauguraciones de obras y hallemos algo más imaginativo para celebrar alegrías y expresiones de cariño.

Ahora me retiro antes que me obliguen a medir amor en litros de alcohol, ya estoy a “dos cuadritas” de mi casa, pero en serio.

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LOS "DELITOS" DE IBIS DINAMARCA

Andrés Gómez Vela

En los últimos meses de su presencia en Bolivia, la Organización No Gubernamental (ONG) IBIS Dinamarca, expulsada recientemente por el gobierno del MAS, estaba preocupada por el vivir bien. ¿Qué hacer para que deje de ser una palabra entronizada por la teoría indigenista y convertirla en carne y hueso? El objetivo era claro: pensar y promover la realización del principio registrado en el artículo 8 de la Constitución para coadyuvar en la construcción de una sociedad de paz, intercultural, descolonizada y en armonía con la naturaleza.

Antes de la llegada del llamado “proceso de cambio”, la ONG estaba preocupada por la invisibilidad de los pueblos indígenas en la construcción del pensamiento nacional. Le llamaba la atención la ausencia de originarios en las instancias de decisión pública. Entonces, buscó hacer visibles a los desheredados del Estado para que definan por ellos mismos sus destinos. 

Durante el proceso constituyente fijó como prioridad la promoción de los Derechos de los Pueblos Indígenas -contemplados en la legislación internacional como el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Declaración de Naciones Unidas sobre los derechos de los Pueblos Indígenas- para lograr su inclusión en el nuevo texto constitucional, pero con el respaldo de la consciencia pública.

Aprobada la Ley Fundamental nació automáticamente la necesidad de socializar su contenido entre los ciudadanos y las ciudadanas para que la conozcan y ejerzan sus derechos, y el texto no se quede en el papel como sucedió con las anteriores constituciones.

Con ese espíritu se difundió públicamente disposiciones esenciales como el modelo económico plural, constituido por las formas de organización económica comunitaria, estatal, privada y social cooperativa. Se invirtió tiempo y recursos en la consolidación de iniciativas de economía comunitaria en territorios indígenas como Quillacas, Oruro.

La propuesta de desarrollo en armonía con la naturaleza para conservar el medio ambiente fue difundida con la misma intensidad que el derecho de los pueblos indígenas a la consulta previa.

No faltaron del menú la descolonización, la educación y el diálogo intracultural, intercultural y plurilingüe y, por supuesto, la materialización del Estado Plurinacional para preservar la unidad del país.

¿Dónde está lo subversivo? ¿Dónde está la injerencia? ¿Es injerencia hacer lo que el Estado no hace: socializar la Constitución y promover con organizaciones democráticas la cristalización de principios constitucionales? 

Dadas las razones, IBIS Dinamarca fue expulsada por el gobierno de Evo Morales por los siguientes “delitos”:

  1. Promoción de la Constitución
  2. Difusión de la filosofía y cosmovisión de los pueblos indígenas
  3. Promoción de la armonía entre la economía y la naturaleza
  4. Promoción de la cristalización del Estado Plurinacional
  5. Fomento de la educación intercultural
  6. Promoción del diálogo intracultural, intercultural y plurilingüe
  7. Apoyo al proceso de descolonización
  8. Fomento a la cultura de paz

Un desconocido tribunal, al estilo de una autocracia, condenó a IBIS por los “delitos” señalados sin respetar su derecho a la defensa, ni al debido proceso, ni a la presunción de inocencia.

La decisión gubernamental devela dos aspectos:

  • Para el gobierno es un delito promover el cumplimiento de la Constitución. Ya mostró esa faceta antes la VIII Marcha de los indígenas en defensa del TIPNIS, cuando se negaron a realizar la consulta previa y, luego, cuando violó la Constitución para habilitar a su candidato presidencial a una tercera elección en complicidad con el Tribunal Constitucional (de dudosa moral e independencia desde ese momento).
  • Es la derrota del ala indigenista del gobierno, arrinconada en la Cancillería; si aún respiraba fue aplastada por el ala neoliberal y capitalista del MAS

Más allá de estas consideraciones, el gobierno tal vez quiso y quiere infundir miedo con la expulsión, sin percatarse (o seguro de) que el miedo alimenta la dictadura, pero también la rebelión.

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