Tinku Verbal

LAS PALABRAS NO SIEMPRE DICEN LO QUE SON

Andrés Gómez Vela

De chango descubrí que las palabras seducen más que los cuerpos, y con Alex Grijelmo confirmé que, además, tienen un poder de persuasión y disuasión; a lo que agregaría, un poder de confusión cuando edulcoran o trocan la realidad e insertan la mentira en la colectividad. La persuasión y disuasión son resultado de argumentos que van de una inteligencia a otra. En cambio, la seducción burla la zona racional y busca la emocional, y cambia el significado de las palabras en su viaje entre la razón y la emoción. Entonces, desprestigia una palabra o lo desvincula de su asidero real.

En ese camino eclipsador confunde al revolucionario con el hombre (subrayado hombre) que arma un movimiento para tumbar a un dictador (otro hombre) que no quería dejar el gobierno, cambia algunas cosas durante el orgasmo de la toma de poder, y al día siguiente imita al que derrocó y se convierte en el nuevo dictador.

El revolucionario es la persona que reproduce la democracia en la contradicción y el pluralismo para que la revolución sea permanente. El partido y el pensamiento únicos son antirevolucionarios porque anulan la contradicción. A saberlo, solo la democracia permite revoluciones, la dictadura del proletariado u otro régimen parecido no.     

Las palabras denotan porque significan, pero connotan porque se contaminan, coinciden Grijelmo y Wittgenstein. Así, el traidor al partido es traidor al país, ergo merece ser fusilado. Sin embargo, un político puede traicionar a su partido por ser leal a su país. Sucede cuando ese partido comienza a convertirse en un peligro para la democracia. El partido es la parte, la patria, el todo. El partido es confrontación, la patria, convivencia. El político que prioriza su partido contradice el título de servidor público, éste debe lealtad ante todo a la sociedad.

El lenguaje es un hecho sensorial, por ello algunas palabras suenan feas, entre ellas, Guerra Sucia. Suenan, pero no son como suenan. La guerra sucia es meterse en la vida privada cuando ésta no afecta la vida pública. No es guerra sucia difundir casos de corrupción en periodo electoral porque es un hecho público que afecta la vida pública. Por el contrario, es un imperativo ético exponer la transparencia para que el elector bote al corrupto votando por un honesto. Elegir a un corrupto equivale a dejar al cuidado de tu casa a un ladrón. Además, suena más feo corrupto que guerra sucia.

Las palabras también causan lástima. Por ejemplo, discriminación. Recientemente, la usó la candidata del MAS a la gobernación de La Paz, Felipa Huanca, para victimizarse. Su compañero de partido, David Choquehuanca, la ayudó al declarar a ANF que detrás de los ataques a ella hay una “mano blanca”, cuando en realidad hay acusaciones de corrupción de sus hermanos indignados por el robo en el Fondo Indígena.

Las palabras bloquean juicios de la conciencia pública, una de ellas: sentencia ejecutoriada. Mientras ésta no haya sido pronunciada así sea por un juez de dudosa moral no se puede llamar legalmente corrupto o asesino. Pero, hay gente tan corrupta que ha evitado incluso las sentencias ejecutoriadas. El mundo mundial sabe que es un corrupto, menos el juez. 
Las palabras del poder denigran el periodismo al pretender obligarlo a hacer propaganda. Desprestigian la crítica y la llaman subversiva porque germina en una inteligencia y conecta con otra inteligencia. El periodismo esta para transparentar la administración del poder y no para cuidar una imagen; su misión es alimentar la democracia con pluralismo y buena información para que las personas tengan una buena opinión y una buena decisión.

Las palabras en bocas totalitarias se convierten en balas. Para el fascista, el comunista es delincuente y para éste, aquel es otro delincuente. Penalizar el pensamiento político es antidemocrático, por eso mismo ser de derechas no es un delito, ser corrupto sí.

Quizás por estas razones, un día cualquiera el premio Nobel de Literatura Samuel Becket se preguntó con cierta preocupación: ¿Y si hablara para no decir nada, pero absolutamente nada?

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DIVIDE Y GANARÁS EN PANDO, EN BENI NO

Andrés Gómez Vela

Que el MAS haya dividido organizaciones, no sorprende; partidos, tampoco; indígenas, menos. Pero, que divida corazones es como para que el condenado y admirado Nicolás Maquiavelo se muera, esta vez, de envidia y los masistas se gradúen con honores en la materia “divide y ganarás”. La jugada que hizo en Pando entrega la política a los brazos del inexplicable amor y convierte al candidato opositor José Villavicencio en el objeto del odio.  

Luis Adolfo Flores, que cambió de color (de naranja a azul) ya en las anteriores elecciones, no era ni es un mal candidato del MAS a la gobernación de Pando, pero necesitaba de una persona que le ayude a hurtar votos de las filas antimasistas. No buscó un futbolista, tampoco un artista o una persona famosa, optó por la exesposa (Paola Terrazas) del candidato de la oposición y la postuló a Vicegobernadora. 

¿Me dejo entender? En una jugada de ajedrez, el MAS puso frente a su adversario político a quien fuera el amor de éste. Sí, a quien, por los años de convivencia, conoce los secretos de su ahora contrincante político.

Cuentan las buenas lenguas, afiladas en las redes sociales y en las esquinas de barrio, que la estrategia dividió los corazones de las familias de Villavicencio y Terrazas: las tres hijas apoyan a papá y dejaron sola a mamá.

¿Cómo convenció el MAS a Doña Paola para enfrentar a su exesposo en el terreno político? No sé.  Lo que sí sé, por las personas que cuentan en detalle los lados desconocidos de los hechos conocidos, es que la cálida y sencilla Paola está haciendo tambalear a quiénes habían dicho o jurado que nunca iban a votar por el MAS.

A diferencia de Ella, que seduce al electorado con buenos recuerdos, José Villavicencio, lo ahuyenta porque hoy pretende ser lo que no fue nunca hasta ayer: una persona popular.  Por ahora no aplica que después del amor venga el odio; sino, después del amor, vienen los votos, pero para Paola Terrazas, más que para el MAS.

Mientras se da por descontado el triunfo masista en Pando, en Beni, no navega sobre el mismo río del éxito. Su candidato a la Gobernación, Alex Ferrier, se dirige hacia el mismo destino de su antecesora, Jessica Jordan.

La situación confirma que el MAS padece déficit de mente y gente en esa región. Por ello recurrió a personas ajenas a cunas revolucionarias. Jordan viene de las pasarelas capitalistas y Ferrier de las juventudes del MNR.

Tras el pasado reciente, no se sabe si el MAS infiltró al MNR o el MNR al MAS

Beni es el único departamento donde no ganó hasta ahora el partido de Evo Morales. Y Ferrier flojea. Es poco probable que revierta la tendencia, si se toma en cuenta la elefantiana memoria beniana, que tiene presente a Ferrier saltando, rodeado de un halo de sospecha, de la candidatura suplente a la titularidad en las elecciones subnacionales 2010. Otro demérito, según diplomáticas voces benianas, es ser amigo del “enemigo” de la región, Juan Ramón Quintana.

La mala hora del MAS marcará, salvo un cambio abrupto, el seguro triunfo de la oposición, cuyos votos tienden a dividirse entre Ernesto Suárez (Demócratas) y Sandro Giordano (MNR). Las fuerzas del emenerrista están en Riberalta y Guayaramerín; y del demócrata, en Trinidad y otras poblaciones.

Hay un fantasma llamado Carmelo que juega sin estar en cancha. Las “gentes bien informadas” señalan que el riberalteño Lens era el candidato ideal porque arrastra el voto de la provincia Vaca Diez y, después de su gestión, seguro que también embolsillaba Trinidad. Una fuente muy cercana al MNR aseguró que Giordano iba a dar un paso al costado para embalar a su paisano Lens.

En filas masistas aspiran a una segunda vuelta entre Suárez y Ferrier. La sorpresa sería que la segunda ronda sea entre MNR y Demócratas, lo que obligará al MAS a elegir entre ambos. La corazonada amazónica intuye que los azules preferirían el color rosado.

Por lo visto, en Pando, detrás de un hombre, había una gran mujer; y en Beni, me quedo con Groucho Marx: “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”.

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AMA SUA, UN SALUDO A LA WHIPALA

Andrés Gómez Vela

Cuando a la élite inca se le ocurrió imponer a sus súbditos el ama sua (no seas ladrón), ama llulla (no seas mentiroso) y ama quella (no seas flojo) el propósito era proteger sus beneficios y bienes para seguir viviendo del trabajo ajeno. No creo que haya sido alcanzar el vivir bien, ¿o podía haber vivir bien en una sociedad estamental, jerarquizada y arbitraria? Salvo que los súbditos hayan descubierto la felicidad sin la libertad ni la igualdad.

El ama sua no buscó defender la propiedad privada, sino la de la élite. El romanticismo indianista equiparó sin querer ese mandato al (7) no robarás de los 10 Mandamientos. A tanta insistencia, financiada por ONGs, lograron hacer creer que el ama sua no era una norma externa, sino algo intrínseco al ser originario campesino, lo que en buenos términos significaba que, gracias a esta disposición inca, el “indio” era genéticamente honesto (la reserva moral de la humanidad), a diferencia del qjara (blanco), de quien se sospechaba de todo, menos de su honestidad (basta el apodo, que significa pelado, por tanto con aspiraciones de ser ladrón para tener algo).

En nueve años de Gobierno del MAS quedó demostrado que el ama sua no era parte del ser, sino del poder. Dicho de otro modo, no nacieron honestos, sino como todos con una virtud cuyo desarrollo depende de la educación, valores y condiciones socioeconómicas. 

También queda constatado que en “La viña originaria campesina del Señor” hay de todo y si antes no habían suas era porque no habían tenido la ocasión o nada que robar.

Entonces, termino de entender que la autoridad era rotativa entre algunos pueblos indígena originario campesinos porque no había ningún poder ni dinero que disputar, sólo la urgencia de organizarse para sobrevivir a un Estado excluyente. ¿O alguien puede sacrificar su tiempo, sus bienes y su dinero toda la vida sin recibir nada más a cambio que el agradecimiento social (que por cierto para los honestos vale mucho)?

En una década, el mito de la rotación de cargos y poder se ha derrumbado y aquellos que reclamaban a los neoliberales rotación ahora no sueltan sus cargos y privilegios y buscan la reelección eterna, disputándose ferozmente los espacios de poder en los municipios, en las gobernaciones o en otros espacios públicos.

¿Qué decir del ama llulla? En el contexto actual ha perdido su efecto público. El político indígena originario campesino, salvando excepciones, miente con tal de preservar poder y obtener riqueza, y puede engañar a su propia gente sin ser sancionado electoralmente porque parte de sus bases comparte el ser y parecer de sus líderes.

La peor expresión de la violación del ama llulla, el ama sua y el ama quella es la corrupción. Roban el bien público y mienten, indicando su inocencia porque están seguros que gozan de la protección de su partido en el poder como lo hacían los neoliberales.

Engatusan a su Patria, a la que dicen que aman y de la que, sin embargo, roban sus bienes y se enriquecen evadiendo impuestos, traficando sustancias prohibidas, vendiendo coca al mercado ilegal, contrabandeando. En resumen, acumulando capital sin trabajar honestamente.

La corrupción en el Fondo Indígena demuestra la falsa resurrección de la ética inca. El dinero, el poder y la vida real igualaron a “kjaras y tjaras”. Empero, tengo la esperanza de que las excepciones erigirán a un nuevo ser.

En todo este proceso hay algo positivo. Perdieron la moral para vivir lamentándose de los 500 años y proclamando que nunca habían administrado los recursos del país. Lo manejan desde hace casi dos décadas, con más “confianza política” desde hace 10, y vean los resultados en municipios y en el Fondo Indígena, donde la corrupción es moneda corriente.

No hay por donde perderse, el vivir bien es un concepto ininteligible para la gente que convirtió el ama sua en un saludo a la whipala. Que no culpen a las necesidades insatisfechas, pues, como reza el slogan del periódico de Condorito, “El Hocicón”, uno puede ser “pobre, pero honrado”.

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EL VOTO DE LEONEL Y LA OPCIÓN DE SU MAMÁ

Andrés Gómez Vela

-¿Por quién vas a votar? ¿Por la masista Felipa Huanca o por el punto bo, Félix Patzi?- pregunta Doris con picardía a su hijo Leonel en el almuerzo de sábado.

Leandro, su esposo, y sus tres hijas, también en edad de votar esperan atentos la respuesta.

-¿Por quién crees, Mamá?- tantea Leonel y tamborilea sobre la mesa con los dedos de su mano derecha.

Leonel, a sus 25 años es un profesional con trabajo, mimado de su mamá, orgullo de su padre y un ejemplo a seguir para sus tres hermanas. Es espigado, cejas pobladas, nariz recta con aletas anchas y sonrisa cálida. Fue el mejor de su promoción de ingenieros electrónicos.

-A mí me cae bien el Felipe, medio loco, pero valiente- interviene Leandro, quien recuerda al Mallku cuando puso de vuelta y media al gobierno de ADN, desafiando a Banzer a pesar sus cerebros en una balanza y planteando su tesis de las “Dos Bolivias”.

Leandro, de cabellos color ceniza, ojos saltones y pómulos altos, tiene un taller de tejidos. Aprendió el oficio apenas llegó a la ciudad desde la provincia, donde no pudo acabar el colegio porque a su familia no le alcanzaba el dinero ni para sus cuadernos.

- Yo tal vez vote por la Felipa- opina Mayra, quien el día antes de Navidad cumplió 18 años. ¿Por qué?, apuran sus hermanas. - Porque es mujer- agrega y mira de reojo a su hermano, de quien es su preferida y confidente.

-Yo no pienso votar por ella, no me gusta la idea de que todo el poder esté en manos del MAS- señala Jackelín, estudiante de Derecho de último año.

- Yo votaré por el “adobero” Patzi- apostilla Doris y la mesa estalla en una carcajada.

Doris, que se infla de orgullo cada vez que repite que no debe a nadie nada, menos a un político, y que todo lo que tiene es gracias a su trabajo, en alusión a su “vecino dirigente” cuya familia apareció con autos y casas en los últimos cinco años, es alta, blanca y de labios gruesos. Le faltó dos años para acabar el bachillerado y culpa de esa frustración a su tío por haber mal aconsejado a su padre: “no la hagas estudiar, se va a ir con su marido”.

- ¿Por qué vas a votar por Patzi, si en las elecciones pasadas votaste por Evo?-  interpela Leandro y clava sus ojos pardos en los ojos negros de su esposa.

- Porque es aymara como yo y profesional como mi hijo- responde con la seguridad que gobierna en ella.

-Pero la Felipa es chola como vos- apremia Roxana, estudiante de Medicina, y sonríe  dejando ver sus caninos sobresalientes.

- Sí, pero yo puedo ser mejor candidata que ella y no soy porque no me dedique a la política sino a trabajar para que ustedes sean profesionales-  afirma taxativa y se levanta de la mesa en busca de un vaso para servirse el refresco de mokjonchinchi.

“Carajo, mi madre siempre ha sido más inteligente que mi padre y de huevos”, pensó Leonel y cambió de tema abruptamente para no verse descubierto.

- Mami, qué rico está el Plato Paceño que cocinaste, tienes que enseñarme a preparar- dice.

- Ya ya, no nos gambetees, dinos por quién vas a votar – presiona Mayra, que toma el choclo en una mano y en la otra el queso y muerde con gusto.

- Quería votar por Felipa, pero estoy de acuerdo con lo que dice Jackelin, no es bueno que lo tenga todo el masismo- reflexiona. –También me cae bien el Felipe porque es un luchador, pero me desanima cuando quiere enjuiciar a los españoles en lugar de proponer soluciones a los problemas de hoy de La Paz-

- ¿Y la Elizabeth Reyes?- interrumpe Leandro.

- No la conozco bien- responde y continúa. -Pero hay un pero en el caso del “adobero” Félix, ¿quién nos garantiza que en caso de ganar las elecciones no vuelva al MAS o ceda a las tentaciones del poder?-

- Todos pueden caer en esa tentación del poder- replica Roxana

Apenas termina la frase suena el celular de Leonel. Es Carmen, su novia, hija de madre beniana y padre chuquisaqueño. Llama desde Sucre, donde votará en Marzo debido a que no tuvo tiempo de registrarse en La Paz.

- Cielo, ¿qué haces?-
- Aquí almorzando y hablando de política, decidiendo con la familia por quién votar-
- Ya sabes, aún no tengo candidato, pero ya decidí por quién no votar-
- ¿Por quién?

Un ruido electrónico se sobrepone en la voz de Carmen y se pierde la señal.

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HAY AGUA SOLO PARA UN MES

Andrés Gómez Vela

El día que en aquel pueblo, perdido en el tiempo, se enteraron que tenían reservas de agua sólo por un año más, sus habitantes quedaron secos y fríos. Un pesado silencio abrazó los hogares. Sus gobernantes parecían flipados con la noticia. Casi nadie podía creer que algo así esté sucediendo a un pueblo tan próspero y creyente en sus dioses. En un arranque de incredulidad, pidieron a los responsables de servicios, verificar la información. En 24 horas, ratificaron el resultado: al ritmo que se consume hoy el agua, las reservas alcanzarían exactamente para 13 meses.

En los días venideros, la desesperación tomó las calles, los bares, las casas. El gobierno se declaró en emergencia y decidió invertir hasta lo imposible para buscar acuíferos. Paralelamente, el Presidente conformó una Comisión para asumir medidas de urgencia y cuidar las reservas para prolongar su uso al menos por otro año más.

La primera medida que aconsejó la Comisión fue la suspensión de las actividades  contaminantes, entre ellas la minera, para cuidar algunos ríos que todavía quedaban. Pero los mineros se opusieron, argumentando que aportan el 50 por ciento de los ingresos del país. “Sin dinero, no habrá inversión para buscar agua”, afirmaron. “Pero así como vamos, tendremos mucha plata, pero no agua y pereceremos”, contrapuso otro.

En seguida, se dispuso un rígido control de natalidad. No era conveniente que haya más gente para tan poca agua. Un descontrol podría reducir las reservas a menos de 13 meses. Fue un golpe muy duro a las parejas jóvenes que soñaban tener wawitas, quienes en coro expresaron su rechazo argumentando que los bebés sólo toman leche y no agua. “Pero sin agua no hay leche”, les contestaron. Sin embargo, el amor burló a la dura ley.

Apremiados por el tiempo, ordenaron a sus científicos fabricar ropa desechable para evitar gastar el líquido elemento en el lavado. La industria de la moda dijo que no tenía la misma calidad ni el mismo precio que la ropa de lana, algodón, lino, etc. Denunciaron un colapso económico y desempleo. “Menos ropa, menos agua”, dijo un bando. “Menos ropa, más desempleo”, gritó la otra vereda.

Arbitrariamente, la comisión instruyó cambiar las conexiones de las tuberías de las casas para que las aguas usadas en la lavandería y la cocina vayan directamente al inodoro o a un tanque de purificación para ser reutilizadas en otras actividades. De inmediato, todos se pusieron manos a la obra.

Como no podía ser otra manera, corrió la instrucción de tres minutos de ducha una vez a la semana. Tras el anuncio desaparecieron los cabellos largos y subió la venta de toallas húmedas y champús que no requerían agua, pero sí muchas plantas, y sin agua no hay plantas y sin plantas no hay agua.

No faltó quien de inmediato cortó en su casa el consumo de sopa y pidió a los ganaderos racionar el agua a las vacas. Como sin agua no hay leche, a partir de la fecha sólo leche materna, dijeron. Bajó el consumo de alimentos, pero aparecieron otros que no necesitaban cocción.

Los agricultores más conscientes redujeron el cultivo de plantas que consumían mucho líquido y pidieron a los científicos manipular las semillas para que produzcan con menos agua. “No a los transgénicos”, protestaron unos. “Transgénicos o muerte”, replicaron otros.

Los más optimistas esperaron que ese año llueva como nunca y se llenen las reservas. Pero, desde hace 20 años llueve cada vez menos y como ya no quedaban bosques el destino final era dramático.

No podían faltar las personas que clamaron menos bebidas alcohólicas y más agua. “¿Y la diversión?”, chillaron los afectados. “Mejor morir felices que tristes y de sed”, agregaron.

Los desacuerdos y consensos se comieron 10 meses. Entonces, el Ejército pidió la palabra. El mes siguiente, los militares invadieron el pueblo vecino que contaba con reservas de agua, pero sólo por un año más.

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¿MINISTERIO DE COMUNICACIÓN O DEL INSULTO?

Andrés Gómez Vela

En los últimos días de diciembre, en una reunión de amigos, un servidor público comentó: "Una de esas empresas acusadas de corrupción en YPFB también hizo negocios con el Ministerio de Comunicación (MC)”. ¡Epa! ¿A qué empresa te refieres? Sonó un coro. Servicios Integrales y Comunicación Bravo. Y llovieron las preguntas: ¿Metástasis? ¿Fue malo allá y bueno aquí? ¿Cómo se adjudicaron? ¿De forma regular? Para resguardarse, agregó: Yo no dije nada, ni me conocen”. Ante este tipo de revelaciones, importa más QUÉ dijo y no QUIÉN dijo. Obviamente, había que cruzar fuentes y evaluar si ¿valía la pena investigar? Por supuesto, se trata de nuestro dinero y de nuestros empleados, ¿acaso no se llaman servidores públicos?

 

Comenzado el 2015, nos acercamos a otros servidores leales a Bolivia, antes que al partido de turno, porque el partido pasa, en cambio el país queda para los hijos y  nietos; quienes cambiarán de partido, pero no de país. Reconfirmada la versión, había que buscar voces autorizadas y documentos porque hasta el peor delincuente niega sus fechorías. En eso, se cruzó la voz de un comunicador: "Yo vi papeles, están en la Fiscalía y ya saben tres medios”.

Vistos los documentos, entró en escena el fiscal Leopoldo Ramos y "requeteconfirmó”, en su condición de investigador, que el MC contrató a una empresa vinculada a la red de corrupción en YPFB. Antes de publicar, fuimos a buscar a las autoridades aludidas. No esperabamos que nos reciban con un café, pero mínimamente que nos cuenten de qué se trataba o había un error. Y como es el Ministerio de Comunicación, esperábamos transparencia, no por respeto a ERBOL, sino a la sociedad, a la que dicen que sirven. Pero no, se negaron hablar.

Entonces, difundimos la información. Antes, evaluamos los dos derechos que se contraponían en este caso: al silencio y a la información. El primero, parte del derecho privado;  el segundo, del público. El primero contempla a una persona, pero su derecho a no hablar no puede privar a la sociedad de informarse. Si fuera así, el silencio vetaría la información pública, lo que afectaría a la democracia.

Apenas se publicó la noticia, el MC descalificó en Twitter al medio (ERBOL), pero no al mensaje, lo que demostró que el mensaje era y es cierto. Lo lamentable, hicieron meter la pata al Presidente al hacerle repetir una falacia: "Queremos ver papeles para creer” ¿Por qué no pidieron papeles al fiscal cuando iba revelando los detalles del escándalo en YPFB si era el mismo Ramos? ¿Documentos cuando se trata de nosotros y no de otros? ¿Alguna vez pidieron papeles cuando Evo Morales acusó a quien le dio la gana?  

Nuestra cabeza democrática esperaba que tras la noticia, el MC llame a una rueda de prensa y exponga los documentos sobre los gastos que hizo en el G77. La viceministra Claudia Espinoza optó por las cuatro paredes de su oficina y otra vez descalificó a ERBOL. Regla básica, la desinformación se desmorona con información y no con insultos. Es más, negó contratos, pagos y documentos de recepción. ¿Creía que no iban a aparecer los documentos? ¿Quería usar su "poder de madrina” para hacerlos desaparecer? ¿Quería impedir que el fiscal los difunda?

Ya teníamos los documentos y fuimos otra vez al MC, pero recibimos el mismo trato fascista/stalinista que radica en usar una palabra hueca para anular al ser democrático: comunista/derechista. Los papeles demuestran que Espinoza firmó con la empresa vinculada a una red de corrupción.  O ¿se puede firmar un documento de conformidad sin haber recibido nada? O ¿se puede firmar ese documento sin haber firmado un contrato? Presumimos su inocencia, pero queremos información, no insultos.

Luego quisimos saber, ¿por qué el MC pagó Bs 400.000 y aún debe otros 400.000 a Bravo? ¿Por qué compraron 255 memorias flash de 7.48GB en Bs 100.000? Quizás nunca nos enteremos porque apenas Morales descalificó el trabajo del fiscal, lo marginaron de la investigación. Sin embargo, agregamos una duda que puede ser esclarecida sin pasar por la Fiscalía: ¿Sabía de todos estos contratos Amanda Dávila, ministra de Comunicación hasta el pasado 21 de enero o actuaron a sus espaldas?

No hay revolución sin revolución moral porque los procesos corren el riesgo de repetir los antivalores de los condenados neoliberales: encubrimiento, compadrerío, corrupción.

Ojalá la nueva ministra Marianela Paco reoriente el MC para que no siga siendo un Ministerio del Insulto, de la Censura y de la Mentira.

@AndrsGomezV

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¿HAY ESTADO DE DERECHO EN BOLIVIA?

Andrés Gómez Vela

En los últimos días, un estudio encargado por la BBC calificó al sistema político boliviano como “híbrido”, es decir, una democracia con gobierno autoritario. Para llegar a esa conclusión, señala las siguientes deficiencias: irregularidades sustanciales en las elecciones que usualmente las alejan de ser libres o justas, el gobierno presiona a los partidos de oposición, el Estado de Derecho es débil y el poder judicial no es plenamente independiente.
Veamos si es cierto. Para ello, comparemos periodos.

Cuando expulsaron a Evo Morales del Parlamento en enero de 2002, tras acusarlo de instigar a la violencia en Sacaba, donde cocaleros torturaron y mataron a dos militares, ¿qué hizo éste? Se quejó a la justicia, a través de un amparo y el Tribunal Constitucional le dijo: Usted tiene razón, violaron su derecho, vuelva a su curul. El gobierno de entonces no persiguió ni descalificó ni ataco a los magistrados que frenaron el abuso de poder. Funcionó el Estado de Derecho.

Recientemente, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) emitió una circular para bloquear las candidaturas de dos exasambleístas, Eduardo Maldonado y Rebeca Delgado, a las alcaldías de Cochabamba y Potosí, respectivamente. Obligó a los tribunales departamentales a inhabilitar a los diputados que no residen desde hace al menos dos años en los lugares donde pretenden postular. El TSE penalizó la representación a los rivales del MAS, pero habilitó a parlamentarios masistas que estaban en igual situación.

Ante tal arbitrariedad ¿ante quién debían quejarse Maldonado y Delgado? Al mismo TSE que violó sus derechos. Ok. Apelaron. Y les fue peor. Y ahora, ¿qué les queda? Un Amparo Constitucional. ¿Hay un juez independiente? ¿Hay Tribunal Constitucional? ¿Hay Estado de Derecho?

Cuando Álvaro García fue encarcelado acusado de terrorismo, ¿quiénes lo defendieron? Organizaciones de DDHH, periodistas, intelectuales, a quiénes nadie acosó llamándolos comunistas ni investigó sus vidas para amedrentarlos por defenderlo, pese a que según autoridades, había pruebas contundentes. Tampoco nadie instruyó rematar  a miembros del Ejército Guerrillero Tupac Katari (EGTK). El Estado de Derecho funcionó. García salió libre y hoy es Vicepresidente.

Cuando la Policía asaltó, en la era socialista, el hotel Las Américas de Santa Cruz para desarticular a un grupo de supuestos “separatistas”, la sangrienta intervención terminó con tres personas muertas, a quiénes el gobierno de Evo y Álvaro los acusó de haber cometido atentados. “Hubo ejecución”, señalaron expertos. Uno de los testigos clave, Ignacio Villa Vargas, aseguró que los atentados los cometió el gobierno para destruir a la élite empresarial cruceña, que se oponía a Morales. Hoy son aliados.

Esa versión fue ratificada por el Gerente (Hernán Rosell) y empleados del Hotel Las Américas, quienes declararon que la noche del atentado a la casa del Cardenal, los supuestos terroristas no salieron del hotel ni usaron su auto. Algo más, el fiscal que investigó el caso, Marcelo Sosa, dijo que todo es un montaje.

El hecho ocurrió en abril de 2009 y hasta la fecha no se esclarece. Hay una persona encarcelada sólo por haber recibido una llamada telefónica de 17 segundos. ¿Dónde está el Estado de Derecho?

Cuando la gente de la DEA cometió abusos en el Chapare, la Defensora del Pueblo de aquella vez, Ana María Romero de Campero, investigó y llamó mercenarios a los agentes de la DEA. El gobierno protestó, pero no la descalificó por pedir justicia para los cocaleros.

En la era masista, el Defensor del Pueblo es acosado por autoridades del gobierno cada vez que pide esclarecer la represión de los indígenas del TIPNIS u otros casos.

En el tiempo neoliberal ¿algún gobierno jugó tan sucio para destruir la vida  de una persona como la del magistrado Gualberto Cusi?

Sí, sí, ya sé, ya sé, que la era neoliberal no fue de las mejores, hubo casos como los de CNPZ, Amayapampa y otros, en los cuáles los gobiernos violaron derechos humanos, pero ellos no nos habían prometido pues ningún cambio.

¿Dice la verdad el estudio encargado por la BBC? 

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LA HERENCIA DE DOÑA BENICA

Andrés Gómez Vela

Cuando Benica comenzaba a brotarle una generosa delantera y unas voluptuosidades que dejaban sin aliento a todo aquel que la veía caminar moviendo sus polleras vallunas como un péndulo de reloj de pared, un yatiri leyó su futuro: “Serás rica, vivirás muuuuchos años y morirás en un grave accidente”. Con frecuencia repetía que ni la muerte la quería cuando contaba sobre los seis accidentes de tránsito que había sufrido en 50 años.

Era católica y devota de la Vírgen de Urkupiña, pero no creía en milagros, sino en el trabajo. A sus 20 años conoció a Servando, un joven de pómulos altos, cabellos hirsutos, ojos negros, cejas pobladas y una nariz armónicamente aguileña. Algo enjuto y pequeño. No era como para Benica que, según ella misma, merecía a un hombre más apuesto para que haga juego con sus ojos almendrados y su cara de “Mamita de Copacabana”. Pero la pasión los llevó a la cama antes que el amor al altar.

Servando era inteligente, trabajador y creativo. Su talento lo convirtió a sus 19 años en un brillante ceramista, profesión muy poco valorada en su pueblo. Lo llamaban el “manka llucha” (fabricante de ollas de barro en quechua). Ella tenía en la cabeza una computadora para los negocios, aunque no había terminado ni la escuela. De las pequeñas manos de Servando nacían bonitas ollas, tazas, platos y ella las vendía.

Los negocios no evitaron que Benica siga negándose al tiempo completo con Servando, aunque quería eternizar aquellos momentos en que la comunicación piel a piel reemplazaba al de las palabras. Como resultado de tanta fricción amorosa, llegó Isaac, a quien de niño apodaban en la escuela “yanqui llokjallito” (por el color de su piel y sus cabellos rubios). Cuando éste cumplió un año, el bus en el que viajaba Benica chocó contra un tráiler. Hubo 20 muertos. Ella resultó ilesa.
Servando y Benica decidieron unir sus vidas, no ante Dios, sino ante Isaac. Desde esa vez trabajaron para que su hijo tenga lo que ambos no habían tenido. Ella prefería caminar desde su casa a cualquier lugar de la ciudad para ahorrar más. En 10 años habían juntado como para comprar una casa de 50 mil dólares y habían dado a Isaac todo lo que quería, así no necesitase lo que le daban.

Cuando Benica rondaba los 40, uno de sus inquilinos le pidió en anticrético las dos habitaciones donde vivía en alquiler. Ella mostró, en respuesta, una libreta de ahorros de un banco con la suma de 187 mil dólares como diciéndole no necesito dinero.  Además, tenía cuatro casas: dos en La Paz, una en El Alto y otra en Cochabamba. Si hubieran decidido disfrutar de su fortuna, gastando sólo mil bolivianos al día no la hubieran agotado ni en los años que les quedaba de existencia.

En lo mejor de sus vidas, aunque ellos no lo vivían así, Servando y Benica viajaban con frecuencia a ver su casa de Cochabamba. Preferían el horario nocturno porque, coincidían, el día es para trabajar. Esa madrugada el chofer se durmió y el bus se embarrancó 150 metros. Hubo 17 muertos, decenas de heridos. Entre los 17, Servando; y entre las decenas, Benica.

Cuando ella recobró el conocimiento, sintió que sólo su brazo derecho no respondía.  Pero cuando se enteró de la ausencia definitiva de Servando, ninguna parte de su cuerpo respondió, cayó en una ingravidez adormecedora y luego sintió un vacio en su estómago como si estuviera bajando en picada en un ascensor. Los otros cuatro accidentes fueron menores, choques y encunetamientos que terminaron sin un rasguño.

Isaac iba a cumplir 20 y a duras penas había acabado el bachillerato. Servando trabajó 25 años para dejar a Isaac una fortuna que rondaba el $us1.000.000. En ese tiempo no tuvo ni una vacación, ni ropa cara, ni un “gustito”, sí mucho alcohol. Tras su muerte, Benica siguió agotando los días por otros 10 años. Existían, pero no vivían. Prueba de ello, a sus 50 años apenas conocía La Paz, Cochabamba y El Alto. El resto del país lo había visto sólo por televisión.

El hijo antes que ir a la Universidad, prefirió ir al Altar y a sus 29 años ya tenía cuatro hijos y ni un solo esfuerzo para conseguir un trabajo conocido. Es más, no conoció el esfuerzo ni siquiera cuando conquistó a Celia.

En el año 51 de su existencia, Benica sintió molestias en su estómago. En lugar de visitar un hospital, donde – decía- cobran caro; visitó un “adivino”. Éste lo desembrujó de todos los males, pero no pudo evitar que el cáncer se coma sus entrañas en menos de seis meses. El Yatiri había acertado en su riqueza, pero no en la causa de su muerte ni en los años de su vida.

Benica y Servando aportaron muy poco al Estado y dejaron una pesada herencia a la sociedad: un hijo de 30 años sin educación, pero con mucho dinero.

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CHARLIE HEBDO, LA CARICATURA HETERODOXA

Andrés Gómez Vela

Hay dos versiones sobre el origen del nombre del semanario Charlie Hebdo, que nació hace 55 años como Hari Kiri Hebdo. La primera dice que cambió de rótulo por Charlie Brown, héroe de  Peanuts; la segunda, que fue en honor al presidente francés Charles de Gaulle. Sea cual fuere, lo que no está en discusión es su línea editorial: irreverente ante todo tipo de sacralización, heterodoxa e iconoclasta, lo que le costó, el pasado 7 de enero, el atentado terrorista que terminó con la vida de 12 personas.

Nació en 1960 y hasta 1992 lo censuraron, lo cerraron, desapareció, reapareció, justamente, por tocar mitos y afectar "vacas sagradas”. Su última reaparición data de julio de 1992 y en el primer número de esa nueva época vendió 100 mil  ejemplares, un gran éxito. Para la siguiente semana, anuncian un millón del número de supervivencia.   Hasta ahora, fue, generalmente, una revista con poco tiraje, pero mucha imaginación y, más que todo, ñeque. Si la incidencia de un medio se definiera por el número de ejemplares o público, ésta debería ser casi nula, pero Charlie Hebdo contradice esa teoría. Vende poco, pero incide mucho. De otro modo, nadie se hubiera preocupado en amenazar y matar a sus periodistas y dibujantes.

Este semanario fue acunado por una larga tradición francesa de cómics, humor gráfico y caricaturas caústicas. Publicó dibujos y comentarios ingeniosos sobre "temas intocables”. En una ocasión, dibujó a la Policía francesa sosteniendo cabezas ensangrentadas de inmigrantes. También expuso monjas masturbándose y papas que lucían un condón.
También dibujó a Mahoma, que según fundamentalistas musulmanes su nombre no debiera traducirse en imagen, aunque el Corán no dice nada al respecto, como tampoco la Biblia sobre la Inquisición; es más, la prohibió con el "amaos unos a los otros…”. 

Al ver esos dibujos puedes colegir que son burdos o atrevidos. Pero el pecado de Charlie Hebdo no es estético, sino de pensamiento y de sintonía con las sospechas, certezas e imaginación de millones de personas sobre temas prohibidos en la esfera pública, pero muy comentados en espacios semipúblicos y privados.

Su virtud fue reconstruir desde la ficción la realidad que pretenden tergiversar o esconder ciertos grupos, que, justamente, basan su poder en la prohibición, el mito y la sacralización de objetos o personas. Charlie Hebdo leía (y ojalá siga leyendo) las mentes de millones de personas y los materializaba en dibujos.

¿Acaso nunca imaginaste con realismo sorprendente a partir de datos verosímiles, la vida sexual de alguna deidad, profeta o tirano? Además, ¿qué queda ante el veto a la información sobre ciertos temas o personas? Sólo dibujar la realidad con la ayuda de un caricaturista. He ahí el valor de la caricatura, que puede metaforizar la crueldad de la Policía contra los inmigrantes recreándolos con las cabezas de sus víctimas en sus manos, porque la cámara fotográfica no llegó a la sala de torturas. 

Por ello, los tiranos y obscuros grupos de poder temen más al humor que a la información, porque aquélla rompe la "lógica oficial” mediante la risa, para mostrar en su real dimensión la persona o hecho mitificado. Los tiranos, que gobiernan Estados o grupos, se debilitan y crispan cuando la gente se ríe de ellos y de los símbolos de su poder, y su complejo de inferioridad aflora como una carcajada social.

Uno de los asesinos de los periodistas de Charlie Hebdo huyó gritando: "Vengamos al profeta Mahoma”, lo que representa toda una declaración de mala fe porque no concibo a un profeta asesino. Estoy seguro que Dios no ordenó matar al diferente ni a quien no cree en Él. Dios no es discriminador. Si fuera así, no sería Dios ni profeta, sería un pobre diablo delincuente que no merece nuestro respeto, menos nuestra fe.

Dios no mata, los que trafican con su nombre sí. Los autonombrados representantes, intérpretes o mediadores de Dios temen la risa desmitificadora porque   los humaniza.  La sátira de Charlie Hebdo debe continuar. Hasta Dios necesita algo de humor en un mundo religioso tan aburrido.

@AndrsGomezV

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SUBOFICIALES, PERSONAJES DEL AÑO

Andrés Gómez Vela

Cuando llegó el llamado proceso de cambio. Los suboficiales creyeron que era en serio y que había terminado su servidumbre a sus iguales con estrellas, una servidumbre que se extiende a sus esposas, desde el momento que éstas quedan automáticamente al mando de las esposas de los oficiales. Cuando escucharon a su Capitán General recordar hasta el hastío cómo había sido excluido, discriminado, marginado por indio, estaban convencidos que había llegado su Simón Bolívar, su libertador. Estaban segurísimos que por empatía iba a estar con ellos, con los de abajo, los excluidos, los raleados.  

En esas condiciones, osaron pensar en un recinto donde la inteligencia se concentra en un departamento de espionaje. Y el solo hecho de pensar es un acto subversivo para los tiranos porque los subordinados no acatan las órdenes sin antes convencerse de que éstas no contradicen la condición humana. En ese ejercicio de unir las neuronas, desencriptaron la palabra descolonización y soñaron con llevarla a formar cada día en sus filas. No querían que se quede inerte en el papel como sucedió con la palabra igualdad. 

Respaldados en la Constitución (artículo 9.1) y los dramáticos malos recuerdos de su Capitán General, decidieron proceder como se debe. Presentaron su propuesta de descolonización de las Fuerzas Armadas a “sus superiores”, quienes, sin embargo, desde la atalaya de la colonización la tomaron como una grave ofensa a su “jerarquía” y pusieron al “trípode” indefinidamente a la amotinante palabra. 

No entendieron ni por si acaso que la descolonización es la obligación moral de comprender al otro igual a uno, pero no idéntico. Sí, igual, ni inferior ni superior, ni acomplejado. Nunca se enteraron que esa palabra compuesta es para descomponer al otro y reconocerlo sencillamente como ser humano, condición básica para la convivencia entre diferentes e iguales.

Los “superiores” rumiaron la descolonización como el atrevimiento de unos seres inferiores, de unos sucojayus, colques, mamanis, taquichiris que se propusieron disputarles el grado y los privilegios que no les corresponden por condición de “clase-raza” y porque éstos apenas asistieron a una escuela básica y ellos a un colegio. 

Así, los generales, esos que existen en lo alto alto (alto mando, altos estudios), enterraron la descolonización con el siguiente epitafio: “Aquí yace la palabra subversiva que casi se encarna en unos seres excluidos e inferiores”.  Al funeral sólo asistió el gobierno. 

Sin embargo, las palabras no mueren, solo descansan en paz por un rato. Y cuando vuelven son como un huracán que arrasa a todos aquellos que la creyeron muerta. Por ello, la descolonización está viva en la mente social, que comprendió a cabalidad que sargentos y suboficiales no pelean por estrellas ni grados, sino por ser “seres humanos” en los cuarteles.

Comprobado está que el límite de un colonizado es uno mismo, lo que lo acompleja dramáticamente ante otro. En cambio, el límite de un descolonizado es la otra persona. Por ello, cuando el Alto Mando se enteró que los suboficiales tenían altos pensamientos, se sintieron inferiores y su sistema nervioso se colgó como una vieja computadora.

Tras la negativa militar, los suboficiales acudieron al Viceministerio de Descolonización, donde encontraron a un “Pizarro recargado” versión Siglo XXI. 

Entonces, ¿qué les quedaba? Salir a las calles para exigir el cumplimiento de la Constitución, tal y como establece ella misma en su artículo 410.I.II. El otro camino era incumplir la norma. 

La máxima señala que ninguna orden debe ser acatada por mucho que proceda de un emperador si ésta viola los derechos humanos. La Ley Natural y el mismo derecho positivo obligan a rebelarse ante estas circunstancias. Sargentos y suboficiales marcharon por la senda de la Constitución y terminaron encarcelados y excluidos más que antes, paradójicamente, por los que incumplieron el mandato constitucional.

Johnny Gil, Freddy Sucojayu, Franklin Colque están presos en el Estado Plurinacional desde hace 218 días (hasta el 19 de diciembre) sólo por pensar, sólo por exigir que se cumpla la Constitución y sólo por pedir igualdad y descolonización en las FFAA.   

Por las razones expuestas, este hecho es la injusticia del año y las víctimas son los personajes del 2014. 

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