Proceso de Cambio

Política
Paco reveló que en los gabinetes de ministros hizo conocer su preocupación por el rumbo que tomaba el proceso de cambio.
Política
A criterio de Mesa, el camino trazado por el “proceso de cambio” fue “complejo, contradictorio y arriesgado” y llevó al país a una polarización que va en contra de la idea de la nación plural basada en la inclusión e igualdad.
Política
Reconoció que fue una debilidad del proceso de cambio haber tenido entre sus filas a ciertos invitados que no tenían compromiso.
Política
Torrico justificó el pedido de Evo-2050, bajo el argumento de que los programas y proyectos no sólo se deben planear a corto plazo, sino a mediano y largo.
Política
Comentó que como Gobierno hizo bajar el costo del redondeo en el uso del celular. “Como ha bajado tanto, ahora con eso nos están combatiendo. No nos vamos a arrepentir, sino más bien tenemos que asumir esa responsabilidad de combate permanente”, manifestó.

OBRAS MALDECIDAS POR LA OPOSICIÓN

Constantino Rojas Burgos

Culpabilizar a otros por las obras que el Gobierno construye y que se caen porque Celima Torrico — Ex ministra de Gobierno, dice que están “qhenchachadas por la oposición”, es un argumento que no tiene valor y que se cae en el vacío al igual que dichas obras. Se caen puentes, edificios, tinglados, carreteras, canchas deportivas donde se invirtió una millonada de dinero del Estado, que no cumplen una función social y para colmo quedan inutilizados como el puente de la Avenida Independencia y 6 de agosto en Cochabamba.

 

La palabra quechua qhenchachasqa, quiere decir desdichado, contaminado de mala suerte y de maldiciones. Además se refiere a las relaciones sociales entre las personas a quienes se puede dar un trato despectivo, por ser malvado, perverso, inclinado a las malas costumbres. No tiene nada que ver con las obras que implican uso de materiales, equipamiento, infraestructura  y recursos humanos que pueden dar consistencia a la obra que se construye.

 

Por tanto, las obras no se caen porque están maldecidas o porque tienen mala suerte, se caen por diversos factores que inciden en la duración y la resistencia a largo plazo. Por ejemplo, la  calidad de materiales de construcción, la solidez del suelo, el peso del edificio.  En el caso del Cercado de Cochabamba, se dispone de un suelo húmedo e inestable y se aconseja que no se construyan edificios altos.

 

Depende también de la conciencia de los contratistas y de los albañiles que cometen errores de cálculo y mezcla, usar materiales de baja calidad por ahorrar y equilibrar ingresos, además cubrir el “diezmo” que dicen que se estila pagar en todas las licitaciones de obras de las entidades públicas, que son también un riesgo para que las obras no estén garantizadas en cuanto a calidad, resistencia y duración.

 

Por otra parte, la tradición nos enseña que antes de construir, se aconseja q’oar y ch’allar el inicio de la obra, para alejar la mala suerte y los malos espíritus que podrían intervenir en un ánimo negativo entre los trabajadores. Esta tradición está presente en todos los confines de nuestra patria boliviana.

 

Señalar que las obras del Gobierno “están maldecidas por la oposición” implica que no se asume conciencia del daño que se provoca en la ciudadanía, siendo el control y la supervisión su plena responsabilidad, de aquellas obras que se encaran con recursos del Estado, que a veces, se gastan sin que responda a una necesidad, solo para favorecer a sus militantes que se benefician de la licitación de obras.

 

¡Basta ya de decir que la oposición es la culpable de todos los desastres que ocurren en el país! Si las obras se construyeran con seriedad y responsabilidad, el mismo Gobierno saldría fortalecido en el imaginario colectivo, incluso de la oposición, que no tendría argumentos para cuestionar el accionar de sus obras, si se trabaja con criterio técnico y administrativo, que ahora perjudica al erario nacional.

 

Sería recomendable que las autoridades gubernamentales dejen de expresar ideas inconexas y faltas de sentido, que solo buscan la censura y generan el repudio de la ciudadanía, que no tiene más remedio que aguantar lo que dicen y hacen nuestras autoridades en función de poder. Mariano Melgarejo, el ex presidente de la República de Bolivia, con sus dichos y hechos,  se queda pequeñito frente a tantas lenguas sueltas que ahora existen en el proceso de cambio.

 

El autor es periodista y docente universitario

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¿PROCESO O REVOLUCIÓN?

Iván Castro Aruzamen

George Orwell, autor de Rebelión en la granja (Animal Farm) o la espléndida novela, 1984, solía decir que todas las revoluciones son superficiales; y que la única revolución profunda sería la del cuerpo. Esta revolución de manera gráfica aparece en el Marqués de Sade. A los personajes de Sade, su cuerpo no les pertenece, pertenece a todos y todos los cuerpos pertenecen al individuo. ¿De qué revolución habla el movimiento al socialismo? Es más. Una aclaración pertinente: Octavio Paz, en Corriente alterna, hace una diferencia marcada entre el Revoltoso, Rebelde y Revolucionario. El actual movimiento en el gobierno, pienso, que no ha pasado de ser esa primera categoría a la que se refiere Paz: los revoltosos, porque no han realizado revolución alguna.

Ahora bien, si estamos de acuerdo que en Bolivia en estos últimos tiempos no sucedió ninguna revolución posible, nos encontramos tan solo ante un proceso colmado de buenas intenciones; pues, tanto derechas como izquierdas, van siempre en pos de los mismos ideales o fines, nada más difieren en los medios. Pero, caben unas preguntas sencillas ¿Por qué este proceso de cambio –no se sabe de qué ni para qué– abandonó algunas buenas intenciones? ¿Por qué desapareció de su imaginario y discurso, lo indígena? O finalmente ¿qué le impidió al proceso masista desmontar la estructura del estado neoliberal?

Las preguntas formuladas tienen dos posibles respuestas: por un lado, no pudieron deconstruir el esquema neoliberal o, por otro, simplemente, no quisieron hacerlo por mantener algunos privilegios.

Luego de más de 185 años de estado liberal o, si se quiere colonial, como gustan llamar algunos socialistas de hoy, era demasiada tarea, imposible, para un grupo de fanáticos, pudieran desmontar de un plumazo las estructuras de ese viejo Estado al cual detestan, pero, sobre todo, utilizan como amuleto para encantar a las masas. Si miramos detenidamente el Estado liberal, republicano y colonial, no hay duda que, continúa sosteniendo las políticas que se ha dado en llamar socialistas; por tanto, no pudieron los movimentistas del proceso de cambio, cambiar las estructuras de estado tan enraizado hasta el tuétano en la conciencia y la práctica social de un país como el nuestro.

Así, al lado de la incapacidad por desmontar el estado liberal, los del proceso de cambio, no quisieron tocar ni transformar un ápice los patrones de conducta heredados del estado republicano y liberal; pues, en resumidas cuentas, no poder y no querer son dos caras de la misma moneda y, una manera astuta de justificar la continuidad de un estado aparente. El clientelismo, por ejemplo, a través de los bonos, sirve efectivamente para seguir el nervio del tráfico de influencias, corrupción, burocracia, endeudamiento, etc. Los privilegios de la actual clase política, no han mermado un centímetro, hasta quizá, gozan de muchos otros privilegios que los neoliberales de antaño.

Esa nefasta combinación, no poder y no querer, deconstruir el Estado neoliberal, generó un Estado Plurinacional que no pasa de ser un hecho descriptivo, pero, además, es un Estado que tiene un cuerpo agigantado, oblongo, deforme, con un espíritu muy escuálido. En lugar de profundizar algún tipo de revolución, nada más se lleva adelante un proceso de cambio de nombres a viejas estructuras de gobierno, mientras la construcción social exige revoluciones profundas.

Iván Castro Aruzamen

 

Filósofo y teólogo

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PROYECTO, NO PASANAKU

mar

Desde febrero de este año, se habla mucho sobre la posibilidad de la repostulación del primer mandatario Evo Morales para la gestión presidencial y la mayoría de los comentarios afirman que al líder del MAS fue derrotado, que no se puede hacer nada más y que ese partido debe presentarse a las elecciones del 2019 con otros candidatos. 

Sin embargo, los que aún creemos en el Proceso de Cambio (entendiendo este como la mayor acumulación política lograda hasta ahora por el pueblo boliviano indisolublemente acompañado con todo lo que significa lo campesino y lo indígena) y en Evo Morales, siempre estuvimos conscientes que para consolidar el modelo político, económico y social plasmado en la Constitución Política del Estado tenemos que superar el clásico concepto liberal de democracia; por eso, algunos seguimos insistiendo en consolidar el Estado Plurinacional y radicalizar las transformaciones que vive Bolivia.

Se cuenta con un programa, un partido y gran parte de la población nacional como para insistir, aún en los marcos de esta democracia, en transición, dicen algunos; en el uso de algunos mecanismos legales y constitucionales para habilitar a Morales Ayma para un nuevo periodo presidencial.

Y no se trata de presidencialismo o perpetuidad, se trata de un proyecto político que como tal y para imponerse necesita, por lo menos, unos 30 a 50 años; avanza más allá de los conceptos de alternancia y una periodicidad de cinco años en la administración del poder. El progreso o involución del proyecto político dependerá de lo que se haga en esos años; eso es lucha política de imposición de una visión sobre otras, es lucha de clases.

Claro, los desplazados de la administración de la cosa pública y las riquezas nacionales, pretenden volver al pasado apoyados en la coyuntura política internacional que les favorece ampliamente, luego de lo sucedido con Lula y Dilma Rousseffen el Brasil, Cristina Fernández de Kirchner y ahora el fallecimiento de Fidel Castro.

Pero lo que ellos soslayan en sus análisis es que en Bolivia ni siquiera por las armas podrán volver a imponer su ideología porque el pueblo indígena-campesino y sus descendientes fueron despertados y defenderán el Proceso de Cambio en las urnas y en las calles; más allá de los errores que se cometan en la conducción del Gobierno.

Entonces, ahora o el 2019 acudamos a esos mecanismos legales, legítimos y constitucionales de esta democracia transitoria para habilitar a Morales Ayma. Preocupa más el error en el que incurre el MAS en  no organizar y no politizar al pueblo.Dedican casi todos sus esfuerzos a responder y atacar lo que hace la oposición; eso está bien y deben hacerlo, pero no profundizaron sus raíces en la volátil clase media, en los servidores públicos y hasta en el núcleo duro del masismo.

No se ha trabajado en la dimensión simbólica del Estado como para justificar nuestro Estado Plurinacional. Ni siquiera se ha empezado a decolonizar ninguna de las esferas que constituyen el Estado por lo que aún prevalecen ideas, pensamientos, creencias, valores, esquemas morales y formas de comportamiento que ya deberían ser desplazadas por el nuevo ideario plurinacional, es decir, la nueva construcción de lo público y de dirección política que tiene que observar todo proceso revolucionario y/o de cambio.

Los delitos que se cometieron en los casos Zapata, Fondiocy otros responde a la nula politización de las bases y al surgimiento de movimientos al interior del MAS que se organizaron simplemente para lucrar del poder y buscar el enriquecimiento fácil e ilícito que es aprovechado por la derecha y sus corifeos.

Los grandes avances políticos, sociales y económicos en política exterior, soberanía, independencia política y económica, recuperación de la dignidad nacional y otros se ven disminuidos por su poca socialización en el pueblo y los desaciertos de los mandos medios que están tergiversando los postulados del Proceso de Cambio.

Como en política no hay muertos, miristas, adenistas, movimientistas y ucesistas y toda laya de derechistas están trabajando en el aparato estatal realizando un trabajo de zapa muy eficiente. Como con lo sucedido con el agua. Todos estos operadores políticos no cejaban de despotricar contra el gobierno en las pasadas semanas manifestando en las reuniones o charlas de pasillo que el MAS era ineficiente, corrupto y que no le interesa lo que vive el pueblo. Además muchos de ellos ocupan cargos relevantes en el aparato estatal, incluyendo los de prensa, respaldados por grupos de amigos o algunos “prominentes dirigentes”. Hay que depurar a los servidores públicos aunque el Presidente diga lo contrario.

Si queremos que el Proceso de Cambio continúe, el MAS tiene que volver a conquistar a las clases medias y al pueblo todo con la razón y el corazón; Cuba resiste porque sus habitantes tienen y ejercen su formación política más allá de sus dirigentes.

“El Deshabitado”.

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Política
Dijo estar preocupado porque los anteriores ejecutivos de la COB, Pedro Montes y Juan Carlos Trujillo, se sometieron al Gobierno y quisieron “rifar” a la Central Obrera.
Social
El dirigente acusó al presidente Evo Morales de mentir y minimizar las movilizaciones de la COB, además de aplicar normas neoliberales, echando a trabajadores a las calles “sin pensar en las familias, en los hijos y en el bienestar de las familias”.

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