Punto de Re-flexión

FRAUDE ELECTORAL "IN-CREIBLE"

Omar Qamasa Guzman Boutier

En alguna oportunidad escribimos que la cuestión del fraude electoral puede considerarse bajo dos perspectivas; la del fraude alevosamente torpe (y por tanto no creíble) y la del fraude “limpio”, es decir creíble. Se entiende que en ambos casos, de lo que se trata es de modificar la voluntad del electorado nacional, de tal manera que se beneficie a una de las opciones políticas, en la competencia electoral. Pues bien, para el binomio formado por el gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) y el Tribunal Supremo Electoral (TSE), las cosas están en camino hacia un fraude escandaloso. En efecto, lo que seguramente tanto masistas como las “autoridades” del TSE pensaron debería haber sido un fraude creíble, una maniobra engañosa pero limpia, se ha convertido rápidamente en manotazos torpes que han puesto al desnudo la absoluta parcialización del órgano electoral, para beneficiar a Evo Morales y su partido.

Qué tan escandaloso debe verse esta maniobra, que incluso los observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA) se han visto en la necesidad de emitir críticas -muy diplomáticas, es cierto- a la labor del TSE.

Recuérdese que la OEA es, en un principal, un organismo internacional que tiene como característica el de apoyar de manera encubierta, la acción de cualquier gobierno del área, ya que la propia subsistencia de la OEA depende precisamente de los gobiernos de esta región del mundo. En el país, lo ha hecho al no emitir opinión alguna, ante la inconstitucional participación en las elecciones de Evo Morales, a pesar que fue el propio organismo interamericano el que conocía del impedimento constitucional boliviano para ello.

Con todo, a los miembros de la OEA no les quedó otra alternativa que la de observar la falta de transparencia en el trabajo del TSE. Precisamente la falta de transparencia es lo que ha llevado, al igual que la delincuencia lejos de la observación de la opinión pública, a habilitar a muertos como votantes, a admitir la votación múltiple de algunos registros electorales (aunque modificando la foto y el nombre del “votante”) y a cerrar los ojos ante la existencia de más votantes que los inscritos en una mesa electoral. Amén de las declaratorias de “cuartos intermedios” en las cortes departamentales electorales, como las de Cochabamba y Tarija, por ejemplo, para que, luego de tales interrupciones, aparezcan al por mayor las irregularidades que los partidos de oposición denuncian. Y ni qué decir de las modificaciones de los resultados electorales oficiales que, sorpresivamente, son también oficialmente modificados, como en el caso del departamento de Pando. Como podrá entenderse, resultado sorprendente que en cada una de estas irregularidades, el beneficiario siempre sea el partido de gobierno, es decir el MAS.

La burla del TSE no es sino el resultado del cumplimiento de la orden melgarejista que viene desde el Palacio de gobierno. Aquí, la intención es dotar, aún sea a la mala, de dos tercios de la representación parlamentaria, en el futuro inmediato, al partido de gobierno. Hemos señalado, en anteriores columnas, que la pérdida de convocatoria electoral del MAS era alguno notorio (solamente en el departamento de La Paz, esta pérdida alcanza a casi el 10%, en comparación a las elecciones del año 2009) y gracias a esa merma es que Evo Morales  y su partido han visto esfumarse la posibilidad de contar con dos tercios en la futura gestión legislativa.

La miseria humana de los hombres del gobierno y de sus seguidores, el TSE, está llevando al país a un escenario en el que la democracia institucional perderá todo viso democrático, por lo que la sociedad deberá recurrir, seguramente, a otros mecanismos de expresión democrática, para poder expresarse. El asalto a las ánforas es tan evidente que, como dijo una representante de uno de los partidos opositores, ya no se trata únicamente de ineptitud de los funcionarios del TSE, sino sencillamente de mala fe. Mala fe, que se expresa en el traslado de la votación hacia los candidatos del MAS, en aquellos lugares en los que éstos hubieran sido derrotados, de acuerdo al vocero del MSM. En este orden, es pues válida la protesta de Filemón Escobar, cuando criticaba en Cochabamba al órgano electoral y de estar, en componenda con el MAS, “jodiendo la democracia”.

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HOMENAJE A OCTUBRE

Omar Qamasa Guzman Boutier

Mientras bajaba la avenida vio las calles semidesiertas, pero sentía crecer una sensación de indignación en los transeúntes. De pronto, alguien aseguró que la población de La Paz no compraría la gasolina, porque estaba manchada con la sangre de los alteños. Aunque al principio la prensa no transmitía esa voluntad, el sentimiento de indignación, creado por las llamadas telefónicas a algunas radios asfixiaba la noche.

En el sector norte de El Alto volvían los vecinos a concentrarse. Caminaban sigilosos, hablando en voz baja, como queriendo no interrumpir el sueño eterno en el que ahora se encontraban casi treinta muertos. Habían visto caer a hombres, mujeres, ancianos, niños, alcanzados por los proyectiles. A unos, les penetró por la espalda, para abrirles el pecho como rosa. Otros huían saltando por encima de los cuerpos que tenían el rostro estrellado en un charco de sangre. Escuchaban el silbido de la lluvia de balas persiguiéndoles sin piedad. Sentado sobre unas piedras, Bernardino contemplaba la oscuridad, de donde llegaba el eco de las detonaciones. La noche comía su rostro surcado por profundas arrugas y sólo sus cabellos negros brillaban. A su lado, la rabia también se había alojado en otros rostros que masticaban indignación.

-Esto es guerra- murmuró Bernardino.

Su voz, ahogada en el temor, retumbó a todos en la mente, pero nadie vio al hombre extender la mano hacia las cenizas.

-Esto es guerra …- repitió antes de pasarse las manos tiznadas hasta las muñecas, por el rostro.
Los otros hombres le imitaron. Con las caras pintadas parecían adquirir nuevas certezas.

-¿Qué vamos a hacer? Parece que nos quieren matar a todos- escuchó y un enjambre de voces cubrió de pronto la noche, hasta que alguien sugirió retornar a sus sectores.

Un puñado de cuerpos apesadumbrados atravesaba la oscuridad en dirección hacia ellos.

-¿Ahora qué vamos hacer, con tanta masacre?

-Bueno, esta noche entrarse a sus casas. ¿Para qué estar en vigilia?- respondió una señora.
Hablaba con el rostro envuelto en una manta, cubriéndose del frío, de la tristeza.

-¡No; hay que seguir! Ya que han matado a tanta gente, que nos maten entonces a todos- salió otra voz.

El pequeño grupo se dispersó y solamente quedaron hombres y jóvenes. El miedo que les había entrado por los ojos y enfriado el cuerpo había desaparecido. Sentados alrededor de la fogata, el grupo escuchaba el eco de los disparos y les traía a la memoria los cuerpos sin vida, los gritos de los heridos. El bailoteo de las llamas les revelaba más imágenes, mientras contemplaban tristes al fuego moverse armonioso.

-Esto es una guerra, hermanos- interrumpió alguien y fue como si sólo entonces todo adquiriera sentido.

-Estamos en guerra- volvió a repetir Bernardino, mientras estiraba la mano a la ceniza, dejando caer una pequeña roca negra. Los otros le siguieron y pronto parecía que el grupo había recuperado el coraje.

-¿Ahora qué hacemos?

-Hay que seguir adelante.

(Extracto de la novela “Jach´aAjayu – Alma gigante”, de este columnista; llevado a radio-teatro por una emisora en El Alto, pero silenciada por las distintas dirigencias vecinales apegadas al gobierno)

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IRREGULAR PROCESO PRE-ELECTORAL

Omar Qamasa Guzman Boutier

Felizmente está llegando a su fin este aburrido e irregular proceso pre-electoral. Si es que de alguna novedad, en el ámbito de la democracia boliviana, puede hablarse es precisamente de las llamativas irregularidades que han caracterizado a este proceso. Se trata de irregularidades tan notorias que no han develado únicamente la incapacidad e ineptitud de los personeros del Tribunal Supremo Electoral (TSE), sino incluso han sembrado más de un motivo como para invitar al fantasma del fraude electoral, a darse una vuelta por los recovecos de esta nuestra democracia, tan venida a menos últimamente.

Una primera irregularidad del proceso pre-electoral consistió en la ausencia de debates, entre todos los candidatos a la presidencia. A no dudar, se trata de una novedad (ésta, en la que los candidatos no debaten frente a los electores) que a los ojos del mundo desdibuja en gran medida esto que el TSE todavía piensa es un proceso electoral “limpio y democrático”. Se entiende que en las elecciones, lo que debería entrar en competencia es la propuesta programática y el proyecto político que cada candidatura oferta al país, a fin de que los votantes pudieran elegir a la mejor opción. Sin confrontación de propuestas, lo que hay es a lo sumo una carrera mediática, propagandística, pero no propositiva y así, claro, las condiciones para una elección democrática bajan notoriamente de puntaje.

Pero la ausencia de un debate esclarecedor de propuestas fue una sola de las irregularidades del proceso electoral boliviano. En realidad resulta pequeña esta irregularidad, si la comparamos con la increíble potencialidad de la democracia boliviana, en la que incluso los muertos están llamados a emitir su voto. Aún más, algunos difuntos hasta son nombrados jurado electoral. Puede decirse que la incapacidad de los persones del TSE ha llevado las cosas a este extremo y que en realidad no existe mala intención en el órgano electoral en habilitar a los muertos para que concurran a las elecciones, pero las respuestas dada, desde la Presidenta del TSE hasta los vocales, hacen pensar todo lo contrario. En efecto, en vez de reparar la irregularidad, estos personajillos salen por los fueros pidiendo, poco menos, que el difunto se aproxime a sus oficinas para hacer constar que no podrá presidir mesa electoral alguna. Para el colmo de la simpleza, llaman a la población a ejercer vigilancia para que los muertos habilitados por el propio TSE, no depositen su voto.

Amén de otras pequeñas irregularidades como la indefinición de la habilitación de la candidata del gobernante Movimiento al Socialismo (MAS), Betty Yañiquez, por una circunscripción electoral, en la ciudad de La Paz. Yañiquez fue denunciada con pruebas, de no vivir en aquella circunscripción y en lugar de resolver un tema tan simple el TSE optó por trasladar el entuerto al Ministerio Público. ¿La razón? Pues que Yañiquez es no solamente candidata del MAS (patronos, a su vez, de la mayoría de los personeros del TSE), sino que esta señora, cuando fungía como operadora de justicia, favoreció al gobierno en más de un caso “legal” incómodo por lo que ahora, piensan bien los mal pensados, no está sino cobrando con su candidatura, aquellos favores. También resulta pequeña, la arremetida de la cónsul boliviana en Barcelona, en contra de manifestante bolivianos, quienes cuestionaban su proceder poco democrático, en vista a las elecciones y de la votación de los bolivianos residentes en el exterior. La cónsul en cuestión fue ministra de Gobierno, cuando el hoy ya asumido como realmente montado por el gobierno, caso de “terrorismo” salpicaba dudas sobre Evo Morales y los suyos. Como no podía ser de otra manera, en el Palacio de gobierno decidieron mandar lejos a la hasta entonces ministra de Gobierno, para cuidar que la mentira siga en pie.

Por ello decir que todas estas irregularidades acercan la posibilidad de fraude electoral no es una exageración. En realidad, el fraude en elecciones democráticas no únicamente consiste en la torpeza de cambiar las papeletas de la votación, sino en distorsionar la opinión política nacional. La cuestión del fraude radica en evitar que las tendencias políticas (contrarias al oficialismo, en este caso) en la sociedad, se expresen también en la nueva configuración de la institucionalidad democrática. Son los grados de distorsión de esta voluntad, lo que hace a la operación fraudulenta, en un fraude creíble o en un fraude no creíble. En tanto la distorsión es mayor, el fraude en cuestión se vuelve no creíble. Pero si yo tengo el 49% de la votación puede hacer aparecer, con el fraude, que en realidad tengo el 51% y este fraude, dado que los márgenes de distorsión son pequeños, deviene en un fraude creíble. No ocurre lo mismo si tengo el 40% de la votación y aparezco, por obra y gracia del fraude, con un 70%.

Los instrumentos “técnicos” de este irregular período pre-electoral, que hacen pensar en que el fantasma del fraude está rondando los pasillos, además de votantes fantasmas o de ausencia de confrontación de propuestas electorales, se refieren también a la información restringida o a la desinformación a secas. Como se recuerda, el TSE en un momento dado actuó como policía electoral (véase la columna Órgano electoral represor), ante la alerta de la posibilidad de un “gasolinazo” que pudiera lanzar la eventualmente futura administración de Evo Morales, hecha por un partido de oposición. A fin de cuidar la imagen de su candidato, (“por sus obras los conoceréis”) el TSE se apresuró a ordenar el retiro de tales anuncios, bajo el pretexto de no intranquilizar a la población.

Como no podía ser de otra manera, a esta comparsa que hahecho de la democracia boliviana un verdadero mamarracho, se suman las empresas encuestadoras de opinión pública y la mayoría de los Medios, escritos, radiales y televisivos. Hasta no falta algún periodista deportivo en ofrecer generosamente su espacio informativo a Evo Morales, para hacerle aparecer que hombre total de deportes. La maquinaria, pues, parece estar bien aceitada, con la única finalidad del sostenimiento de una monumental mentira, llamada elecciones democráticas.

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A TRES AÑOS DE CHAPARINA

Omar Qamasa Guzman Boutier

La violenta represión a la octava marcha indígena del Territorio Indígena del Parque Nacional IsiboroSécure (TIPNIS) en Chaparina (Beni), el 25 de septiembre del 2011, ordenada por el gobierno de Evo Morales, ha constituido la mayor derrota política para el gobierno. En aquél entonces, la defensa del TIPNIS había unificado a una gran mayoría del país, en contra de los deseos del gobierno, por destruir ese parque indígena, abriendo una carretera por medio de su territorio. Herido en su ego, Morales ordenó la realización de una “consulta” a los pueblos del TIPNIS, a fin de que decidieran sobre el destino de la carretera. Para ello, claro, el gobierno desplegó todos sus esfuerzos por corromper a las autoridades y comunidades indígenas del TIPNIS por medio de prebendas. No contentos con ello, el gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) inventó supuestas representaciones “genuinas” de dirigentes indígenas, creó comunidades de sembradores de coca ilegal (i. e. impulsores del narcotráfico) expandidas desde el Chapare y por último optó por llevar adelante su consulta “indígena”, aún en contra de la voluntad de los propios indígenas del TIPNIS.

El atropello fue tan escandaloso que no cuidó ni siquiera un mínimo de apego a la propia Constitución Política del Estado (CPE) y menos, claro, al respecto a los derechos de los pueblos indígenas, en casos de consulta. La propia comunidad internacional, pasivos observadores de la arremetida anti-indígena por parte de Evo Morales y el MAS, aunque de manera muy tardía, reconoció que aquella consulta había vulnerado los derechos indígenas. Tanto los levantamanos del MAS en el parlamento, como los sembradores de coca ilegal destinada al narcotráfico del Chapare -cuyo principal dirigente sindical es el mismo Evo Morales- decidieron entonces simplemente no hablar más del tema.

Como se sabe, aquella enorme coincidencia nacional en defensa del TIPNIS no se ha reflejado en los resultados electorales, para la gobernación del Beni. Tampoco se refleja en un apoyo en el presente periodo pre-electoral, al candidato presidencial, el señor Vargas, del Partido Verde. Vargas era el principal dirigente indígena del TIPNIS el año 2011 y tuvo que soportar durante los siguientes añosuna dura persecución política y judicial, ordenadas desde el Palacio de gobierno. El que su partido observe con preocupación que el poco respaldo electoral puede llevarles, incluso, a su no reconocimiento legal, habla de un hecho importa, referido a la no conversión, en voluntad electoral, de aquél gran respaldo que recibiera la defensa del TIPNIS. Es un tema importa, por cierto, que por ahora pero no lo abordaremos. Al contrario, conviene insistir en algunos elementos de la derrota política del MAS, luego de la represión indígena en Chaparina.

En primer lugar, está hoy por hoy claro que la cadena de mando, para ordenar la feroz arremetida policial a la marcha indígena, no se había roto, como en forma mentirosa declarara Evo Morales a la prensa internacional. El responsable de aquella orden no es otro que Evo Morales y ello puede colegirse de algunas declaraciones de las propias autoridades de gobierno. El actual ministro de Minería, César Navarro, dijo en aquél entonces que la decisión de intervenir la marcha indígena se había tomado como gobierno y por su parte, el propio vice-Presidente, AlvoGarcia Linera, insinúo saber quién había dado la orden para la intervención. En medio de este embrollo para los masistas se encuentra el ministro de Gobierno durante la intervención a los indígenas, Sacha Llorenti. Como delincuentes que escapan bajo de la protección de las sombras de la noche, el gobierno decidió retirar rápidamente a Llorenti de la titularidad del ministerio y mandarlo a un refugio lejano; nada más y nada menos a Nueva York, como embajador boliviano ante las Naciones Unidas.

¿Que qué  hizo el sistema judicial boliviano, ante la grotesca vulneración a todos los derechos de los indígena del TIPNIS? Pues nada o mejor, hizo todo lo posible, hasta el presente, para salvaguardar la imagen de sus patrones, es decir de Evo Morales y de su gobierno. El binomio Poder Judicial y Ministerio Público, para ese propósito, actuó al unísono y en concordancia. En lo principal, pese a todas las declaraciones que implican a Llorenti en la represión, los jueces siguen manteniendo la exclusión de este oscuro personajillo del MAS.

Una de las principales razones internas que explican la tozudez del gobierno por construir la carretera por medio del TIPNIS fue la presión de los sembradores de coca ilegal del Chapare, es decir de la base social y electoral de los actuales candidatos del MAS. La ampliación de la frontera de los sembradíos de coca ilegal hasta invadir todo el territorio indígena, significa en buenas cuentas la ampliación del narcotráfico. Si nos atenemos a la estimación de Filemón Escobar (candidato a diputado por la Circunscripción electoral 27, en Cochabamba), ingresarían diariamente un millón de dólares a Cochabamba, por concepto de narcotráfico. Así, el Chapare, principal centro de esta ilícita actividad, bien podría ser considerado un gigantesco laboratorio de droga. En tal sentido se entiende las razones por las que, en palabras de Escobar, los cocaleros del Chapare se habrían convertido en la “nueva oligarquía del país”.

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CANDIDATOS DELINCUENCIALES DEL MAS

Omar Qamasa Guzman Boutier

Para muestra basta un botón. El candidato a diputado por el gobernante Movimiento al Socialismo, en una circunscripción de la ciudad de El Alto, es acusado por los propios vecinos de esa circunscripción de delincuente. La protesta llevó a los vecinos de Villa “Mariscal Santa Cruz” de El Alto, hasta las propias puertas del Tribunal Electoral para hacer conocer ese extremo y a la vez, exigir a la dirección del MAS, retire al candidato acusado. Este ejemplo es concordante, en realidad, con el comportamiento del partido de gobierno, en el actual período pre-electoral.

Acusaciones al por mayor de fomentar el transfugio de candidatos de otros partidos, por medio del ofrecimiento de prebendas, salpican al MAS y a su candidato a la presidencia, Evo Morales. Desde ya, aparece el propio Morales, en un afiche proselitista, junto al candidato acusado de delincuente; amén de las acusaciones de un candidato de Oruro, de algún partido de oposición, respecto a que fue Evo Morales quien le pidió se pasara al MAS, dejara su candidatura, a cambio de que el partido de gobierno le asegurara en las próximas elecciones municipales un lugar privilegiado en la lista de candidatos.

El comportamiento abiertamente corrupto y corruptor de Evo Morales y su partido no es algo que solamente deba atribuirse a la proximidad de las elecciones nacionales. En realidad es un comportamiento que le es inherente al MAS y a su forma de hacer “política” ya que, como recuerda la población, Evo Morales llamó en varias oportunidades a sus seguidores a cometer actos delincuenciales y él mismo se jactaba de cometerlos, metiéndole “nomás”, para que luego sus abogados arreglaran la situación irregular derivada de ello.

No es algo que deba situarse únicamente en el pasado de este gobierno; al contrario, en el actual conflicto que protagonizan los rentistas y jubilados del país, por ejemplo, se ha revelado que el ministro de Economía, Luis Arce Catacora, por medio de una carta, intentaba desinflar la protesta por medio de la prebenda. No contento con ello al ministro Arce, además, no se le ocurrió nada mejor que exigir a los rentistas y jubilados se sumen a la campaña electoral del MAS.

Quedaron en el olvido las palabras que, a poco de asumir la presidencia, vociferaba Evo Morales y los suyos en sentido de que el MAS dignificaría la política, muy venida a menos. ¿Pero, qué hay detrás de las candidaturas delincuenciales del MAS o de la corrupción impulsada desde los más altos cargos del Poder Ejecutivo? Vamos a dividir en dos partes nuestra respuesta.

La primera se refiere al modelo de gobierno que impulsó el MAS. Desde enero del 2006 dijimos que el MAS no era sino una suerte de taparrabo del sistema, para encubrir pasajeramente la pobreza propositiva de éste. El supuesto brillo que inicialmente creyó observarse en este gobierno, al inicio de su gestión, fue más efecto mediático y el delirio de “indigenistas” de última hora, que contenido ético y programático real. Por ello es que ese engañoso brillo del principio se ha evaporado rápidamente y han emergido las formas corruptas y autoritarias del modelo político representado por Morales (no por nada hemos denominado al MAS, en su momento, como el neo-melgarejismo). Así, al inicial momento de expectativa le ha seguido rápidamente la fase de la degeneración de un esquema esencialmente reaccionario. Esta fase de la degeneración, con su característica principal que es la corrupción, también tiende a agotarse como método eficaz de control y manipulación política. Por ello es que, en los marcos del esquema de gobierno del MAS, el carácter autoritario y anti-democrático emerge, a fin de reforzar los mecanismos de control y manipulación políticas.

La segunda parte se refiere al campo político boliviano y en general, a la sociedad civil. Puede decirse que no han surgido propuestas alternativas, de alcance nacional. A lo sumo, lo que estas elecciones nos arrojarán, serán los gérmenes de propuestas alternativas y las directrices por las que la sociedad boliviana se moverá políticamente, a mediano plazo (y ni esas directrices y esas propuestas, provendrán del campo popular, sino todo lo contrario). Los márgenes de los que dispone el MAS, son aún lo suficientemente grandes como para que pueda postular a delincuentes a futuros “padres de la patria” o como para que, desde las más altas esferas del Poder Ejecutivo, se fomente el transfugio político y se muestre esa práctica como éxitos de la conducción política partidaria. En ello tiene, por el momento, mucho que ver la revitalización del capital, que ha posibilitado el MAS. No por nada, los más beneficiados de este gobierno de “izquierda” (¿!) han sido los grandes empresarios privados. Sin embargo, en este campo es posible adelantar que las potencialidades de la revitalización del capital poco a poco irán disminuyendo, porque el programa de capitalismo de Estado ya ha llegado a su techo. Lo que podremos observar será la disputa interna entre los empresarios privados, por mayores migajas que les pueda caer de la mesa de este capitalismo de Estado. Desde una perspectiva estructural, pues, es en tal sentido que hablábamos de la inutilidad del MAS, incluso de actuar como un eficiente taparrabos del capital.

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ÓRGANO ELECTORAL REPRESOR

Omar Qamasa Guzman Boutier

El actual período pre-electoral (un verdadero mamarracho democrático) tiene como particularidad la lamentable actuación del órgano electoral, del que los responsables (presidente, vice-presidente, vocales), hombres y mujeres, se encuentran muy lejos del mínimo de responsabilidad que se espera para tales funciones. Es una particularidad que llama la atención, porque contribuye grandemente a quitarle el contenido democrático, a un proceso electoral. La ineficiencia de las autoridades del Tribunal Supremo Electoral (TSE) es, por supuesto, funcional a los des-propósitos del gobernante Movimiento al Socialismo (MAS), ya que permite que el actual período pre-electoral se desarrolle sin debate alguno, entre los candidatos (¡?), es decir, si la exposición de ideas y programas. Así, al TSE le parece correcto, en un juego democrático, que sea suprimida la confrontación de ideas y programas. ¡Ya hubiera querido tener Pinochet, Garcia Meza o cualquier dictadorzuelo del continente un órgano electoral como el boliviano, en la actualidad!

En realidad, la ausencia de debates es de beneficio directo para el MAS y sus candidatos, Evo Morales y AlvaroGarcia. ¿Qué ideas o programas puede ofrecer este partido, cuyo candidato hoy al a presidencia, llamara a delinquir o cuyo candidato a la vice-presidencia amenazara a sus militantes, en caso que tuvieran la osadía de pensar por cuenta propia? En tal sentido, a lo que el MAS apuesta y para lo que ha sido confeccionado el actual TSE, es que a fuerza de propaganda, a través de los Medios, la balanza de la votación termine inclinándose a su favor y mejor aún, el derroche de los recursos de todos nosotros, los bolivianos, durante los últimos ocho años, sea pasado por alto.

No contento con la labor anti-democrática, el TSE arremete contra la libertad de expresión de un partido de oposición, cuya propaganda alertaba a la población de un posible gasolinazo, en caso de la re-elección de Evo Morales – Garcia Linera. La argucia de las vocales del TSE, para retirar la propaganda de ese partido, fue que por medio de la misma se siembra intranquilidad en la población. Ello, a pesar que un informe de una unidad académica de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), afirmara más o menos lo mismo que el partido de oposición en cuestión. Por supuesto, al binomio MAS-TSE no le interesa, ya no digamos que se discutan programas, sino simplemente el debate sobre el estado actual de la política económica o la política hidrocarburífera, sin hablar de temas de mayor especificidad e incidencia en la vida política y social del país.

Pese a todo el esfuerzo del órgano electoral, por favor a sus patrones, es decir a los candidatos del MAS, el período pre-electoral que vivimos, por más mamarracho que sea, permite ver algunas líneas del curso que toma el proceso boliviano. No importa el matonajemasista, para con los candidatos de los partidos de oposición o la corrupción masiva, por medio del ofrecimiento de prebenda a candidatos de estos partidos, porque este proceso de decanta inexorablemente.

Por de pronto podemos citar al menos tres indicadores de este decantamiento. El primero es la clara alianza entre la gran empresa privada y el MAS. Los llamados, hasta la víspera, “vende patrias”, son ahora la base más importante para el partido de gobierno, cuyos dirigentes y militantes no tienen problema alguno en convocar públicamente a esos mismos vende patrias, a sumarse a sus filas, para salvar la patria (¡?). Un segundo indicador es el realineamiento político en ciernes. Llama la atención, en este orden, el crecimiento de la candidatura de Tuto Quiroga. Con poco más de tres meses, a lo sumo, de su reaparición en el espectro político, este candidato ha logrado superar a candidatos que estuvieron siempre en la palestra. Pero, lo que más llama la atención es que el crecimiento en la preferencia electoral de Quiroga se asienta en un discurso abiertamente liberal o de “derecha” (la división entre izquierda y derecha es hoy un eufemismo, ya que Evo Morales se ubica en varios temas nodales, a la derecha de todos los demás candidatos), lo que nos dice que a mediano plazo la sociedad girará, lamentablemente, hacia ese rumbo. Finalmente, el tercero se refiere a la partidocracia. En lo inmediato, el decantamiento del proceso político boliviano tenderá a sobrevalorar a los partidos políticos, en menos precio de otras expresiones democráticas.

Aunque ya lo decíamos hace meses, se vislumbra en el horizonte político nacional un acuerdo entre partidos, una “juntucha”, en términos de un co-gobierno abierto en el Poder Ejecutivo o eventualmente, en términos de un co-gobierno encubierto, en el Poder Legislativo. Así, pues, la nebulosa que ha causado la presencia del MAS en el gobierno, tiende a borrarse y Bolivia, nuevamente, ingresará a su tradicionalmente sistema político pre-moderno.

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PERÍODO PRE-ELECTORAL DE MENTIRITAS

Omar Qamasa Guzman Boutier

Se supone que Bolivia vive un período pre-electoral y que las diferentes opciones que pugnarán por el voto de la ciudadanía a fin de año se encuentran en la más febril de las actividades proselitistas. En correspondencia con este supuesto, a los funcionarios del Órgano electoral no se les ocurre nada mejor que aparecer de vez en cuando ante los Medios para “informar” del cumplimiento del cronograma electoral. Por su parte, a mayoría de los Medios (filo oficialistas, a estas alturas) “informan” en un bombardeo implacable, de las actividades proselitistas de los distintos partidos. Sin embargo de todo ello, ¿por qué tiene toda esta payasada orquestada por el Órgano electoral, todos los visos de no corresponder a la realidad?

Vamos a ensayar dos respuestas que, sin embargo se encuentran concadenadas. Primero se trata del control que ejerce el Poder Ejecutivo sobre las principales decisiones del supuestamente imparcial órgano electoral y segundo, se trata de un período pre-electoral diseñado de acuerdo al gusto y las necesidades del gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) y sus candidatos, Evo Morales – AlvaroGarcia Linera. Se trata, al margen de lo obvio (el garantizar el “triunfo” del actual partido de gobierno), de sustituir la realidad, por una ficción que pueda remedar lo mejor posible, las necesidades que tendría que cumplir una contienda electoral.

Desde un principio dijimos, junto a otros de miles de bolivianos, que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) estaba compuesto por allegados al MAS y dispuestos a garantizar el “triunfo” de los candidatos de este partido, en las elecciones de octubre. A ello se debió la torpeza de este parcializado órgano electoral, de  prohibir toda actividad proselitista hace meses, al mismo tiempo que se hacía de la vista gorda cuando distintos estamentos del MAS proclamaban a sus candidatos. A ello también se debió el silencio cómplice del Tribunal electoral, ante el abusivo uso de la infraestructura estatal con fines proselitistas, del que Evo Morales y Garcia Linera hacen gala día tras día.

En estas circunstancias, ¿quién puede decir que el actual período pre-electoral boliviano cuenta con árbitros imparciales? ¿Quién puede dudar de la afirmación en sentido de que el Tribunal electoral sigue las directrices generales que le vienen dadas desde el Palacio Quemado? La utilidad que este órgano electoral presta al gobierno, sin embargo, va más allá de lo anotado hasta aquí. Lo más importante, en este tramo del período pre-electoral, para los miembros del órgano pre-electoral es cuidar las espaldas y la buena imagen de su jefe político y en tal sentido “conducen” el período.

Así, resultacurioso que en esta fachada pre-electoral, se encuentre ausente el debate entre los candidatos. La tontería del MAS, en sentido que sus candidatos debatirán con el pueblo, en las concentraciones de proclamación, parece que fue orden suficiente como para que el TSE mantuviera la boa cerrada sobre el tema. Está claro que un cúmulo de empleados públicos, dirigentes sindicales corruptos, busca-pegas y arribistas de toda laya (que constituyen gran parte de las “bases” que proclaman al binomio masista), no constituyen el espacio más propicio para debate político alguno. Resulta imposible pensar que algún busca-pega, algún empleado público o dirigente sindical corrupto, pudiera cuestionar así sea el color del saco, a los enfermizamente megalómanos candidatos del MAS. Por lo tanto a la juntucha reunida, además a fuerza de prebenda, no le queda otro papel que el aplaudir cualquier tontería que al candidato “presidencial” masista se le ocurra lanzar.

Desde el punto de vista del partido de gobierno, pues, el TSE hace bien en no exigir debate democrático entre los candidatos. ¿Cómo podría, por ejemplo, Evo Morales fundamentar sus constantes llamados a delinquir, durante su actual gestión (y todo indica que esta línea programática seguirá desarrollándose)? ¿Cómo podría explicar AlvaroGarcia, la tontería de que Bolivia se encontraría en una fase de transición hacia el socialismo?
Se entiende que en una contienda electoral, las diferentes opciones que pugnan por el voto, deberán entre otras, demostrar que la propuesta que presentan al país, es de beneficio general y mayor, a las otras propuestas. Para ello sirven los debates entre los candidatos a la presidencia, en cualquier evento electoral que se respete. Pero, claro, el actual proceso en Bolivia no es cualquier proceso, es un proceso de acuerdo a los neomelgarejistas que, en vez de ideas, sólo tienen en uso y abuso del poder; bienes del Estado incluidos.

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ELECCIONES Y LA INUTILIDAD DEL VOTO

Omar Qamasa Guzman Boutier

Dada la configuración de las candidaturas, para Presidente como para vice-Presidente y para el futuro parlamento, puede decirse que el voto del ciudadano de a píe tendrá muy poca utilidad en la elección presidencial. Esto lleva, por tanto, a pensar en la elección indirecta o por medio de acuerdos, del futuro esquema de gobierno. A la vez, supone que las elecciones próximas se desarrollarán bajo condiciones distintas a las realizadas en el pasado inmediato. Por último supone también que el esquema de gobierno que surja, sea cual fuere, será diferente, al menos en su forma, al actual.

Vayamos por partes; cuando hablamos de condiciones electorales diferentes a las del pasado inmediato, nos estamos refiriendo al estado del electorado. Como se recuerda, las elecciones del 2005 y aún las del 2009, se han desarrollado en un contexto socio-político dinámico, de acumulación social, proveniente principalmente del campo nacional-popular. Ello explicaba los altos índices de involucramiento, de participación ciudadana, en el debate político nacional. Ese período de acumulación hoy se ha revertido y estamos en el inicio de un proceso de reflujo socio-político. Lo que ahora prima, es el desencanto político, principalmente en los sectores populares. En un cuadro de esta naturaleza, por otra parte, destaca la falta de unidad y cohesión, en torno a una alternativa política. Al contrario, en el reflujo predomina la dispersión electoral y la apatía política. Consiguientemente, pues, las condiciones sociológicas han cambiado, en el juego político y es impensable que alguna de las alternativas en carrera, pudiera alcanzar, digamos los dos tercios de la preferencia electoral. Poco importan, en este orden, las tonterías que muy suelto de cuerpo lanza Evo Morales en sus actos de proclamación, con respecto a la votación que su partido podría obtener.

Si este es el contexto socio-política de las próximas elecciones, está claro que en el campo político institucionalizado, los actores tenderán a aproximarse entre sí. Ello, no solamente por afinidades ideológicas o por intereses de diverso tipo, sino principalmente porque el sustento electoral que respaldará a cada una de ellas, no podrán mostrar una conformación macro-cefálica, del campo político. Es decir, no habrá una alternativa que, virtualmente, monopolice el campo político, como ocurriera notoriamente luego de las elecciones del 2009. Así las cosas, las aproximaciones entre los diversos actores políticos, o sea, entre los distintos partidos políticos, será, con mayor o menor intensidad, una necesidad vital para cada uno de ellos. Es poco probable que alguna de las alternativa pudiera sobrevivir en el tiempo, en una campo político fragmentado por fuerzas más o menos similares, si es que no logra establecer algún tipo de alianzas con alguno de las otras fuerzas competidoras. Pero aun así, nada garantiza que una fuerza política sobreviva, digamos de cara al 2019, dada la trayectoria que recorrerá el proceso complejo del reflujo-flujo sociopolítico boliviano.

La lista de candidatos, de las principales fuerzas políticas revelan de ante-mano, precisamente el siguiente paso que adoptarán, en el juego político, luego de las elecciones. Se ha pensado antes que nada en candidatos -futuros parlamentarios- que faciliten aquellos encuentros, aquellas alianzas. Estos puentes acercarán con mayor facilidad, a los partidos políticos entre sí, en el institucionalizado campo político. No es poca cosa, por ejemplo, que todos los partidos tengan una mayoría de candidatos considerados en el pasado inmediato, como “neoliberales” y ajenos al movimiento nacional-popular. El que ello suponga un alejamiento de alguna base electoral, por ejemplo para el MAS, es algo secundario, a la luz del cambio de contexto socio-político anotado.

Por último, es claro también que el esquema de gobierno que surgirá, tendrá grandes semejanzas con la partidocracia del pasado. El acuerdo entre cuadro paredes, cruzando ríos de sangre y de desencuentros será algo a lo que la población boliviana, ingenuamente crédula en los partidos de gobierno y de la oposición, tendrá que prepararse. Un esquema de gobierno bajo la lógica de la partidocracia es, pues, la consecuencia casi natural del actual proceso de reflujo político que vivimos.

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MORALES Y FERNANDEZ HERMANADOS

Omar QamasaGuzmanBoutier

Se dice que los males del Estado deben buscarse en la sociedad; extremando este razonamiento, puede también señalarse que los males de los gobiernos deben ser buscados en la sociedad. Es un planteamiento que por cierto simplifica de gran manera la relación entre Estado y sociedad, descuidando consideraciones que sin guardar la misma importancia estructural, ayudan a explicar el tipo específico de relación, en una coyuntura dada, entre la sociedad y el Estado. Podemos concluir, en esta suerte de introducción, por tanto, que la relación anotada es una relación cambiante por un lado, aunque, al mismo tiempo, por otro lado, no pierde la importancia que adquiere la sociedad, con respecto al diseño y comportamiento del Estado. En último término, por tanto, efectivamente, las explicaciones del Estado (y de los gobiernos, añadiremos), se encontrarán en la sociedad.

Vista así las cosas, en consecuencia, podemos decir que tanto Evo Morales como PercyFernandez, expresan cada uno a su manera, especificidades y momentos de la vida de la sociedad nacional y regional (cruceña), respectivamente. Son características del lado oscuro de estas sociedades y en ello, ambos comparten el mismo destino. El cúmulo de insultos a la mujer lanzados por PercyFernandez a título de canción y celebrados por Evo Morales, mientras ambos compartían la testera en un acto público en la ciudad de Santa Cruz, retrata perfectamente la hermandad que une a ambos tristes personajes que avergüenzan a nuestro país.

En términos generales, el comportamiento de Morales expresa el fundamento autoritario y antidemocrático de esta sociedad, seguido por un signo machista, mientras que Fernandez, a nuestro entender, expresa principalmente el signo machista, seguido por la característica autoritaria, de la sociedad cruceña. Con todo, ambos se alimentan y a la vez alimentan, precisamente las debilidades de la sociedad, en el afán de reproducir sus respectivos liderazgos. Aquí estos liderazgos y por medio de ellos, la hegemonía que adquieren, es negativa, es decir se trata de hegemonías negativas, en tanto se asientan en los fundamentos autoritarios que subyace, también, en la cultura política de nuestra sociedad. Para evitar confusiones, anotemos que en esta sociedad, claro, también coexisten, junto a aquellas características negativas, elementos democráticos, positivos, si se quiere, por lo que a la vez, se entiende que en la misma sociedad puede observarse la relación entre su lado oscuro y su flanco lúcido, entre sus luces y sus sombras.

La pregunta que debemos formularnos, por tanto, se refiere a las razones por las cuales una sociedad privilegia su lado oscuro, irracional, en desmedro de su lado racional. Claro está que no se trata de una manifestación atribuida solamente a la sociedad boliviana o cruceña, en su caso, ya que la historia de la humanidad conoce muchos ejemplos en los que otras sociedades han alimentado sus respectivos sistemas políticos, con el fundamento de la irracionalidad. Sin entrar a la consideración de las particularidades del momento político e ideológico o incluso de las especificidades de la cultura política de esta sociedad, digamos que las sociedades tienden a privilegiar propuestas cercanas a la irracionalidad democrática, cuando no tienen alternativas democráticas. Es la ausencia de estas alternativas, la que en gran medida alimenta y fortalece las irracionalidades democráticas, en el seno mismo de la sociedad; con lo que se amplían las condiciones para que liderazgos como los de Morales y Fernandez puedan en parte mantener vigencia.

A su vez, en ausencia de alternativas democráticas y ante la posibilidad de quedarse sin alternativa alguna (sin referencia alguna), se destapan viejos prejuicios y temores en la sociedad. Tanto el autoritarismo como el machismo con que se engalanan Evo Morales y PercyFernandez, en este orden, son expresivos del miedo de la sociedad de entrar a un terreno (el democrático, precisamente) para el que hoy por hoy, no se observa alternativa real y viable. Esto quiere decir que las posibilidades que los miedos y os prejuicios afloren en la sociedad, testifican ese momento político particular y por tanto, son a la vez, un momento en la vida política de las propias sociedades.

En este sentido y a propósito de la hermandad de Morales y Fernandez puesta de manifiesto en aquél acto público en la ciudad de Santa Cruz, podemos concluir que ambos expresan el lado oscuro de la sociedad, así como el momento negro por el que la vida política de esta sociedad atraviesa. Es la propia coyuntura (a su vez, resultado de la resolución reaccionaria de la crisis estatal vivida a principios del milenio) la que, de esa manera, ha creado estos liderazgos de signo autoritario y machista.

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LA DOBLE MORAL DEL MAS

Omar Qamasa Guzman Boutier

Luego de haber virtualmente desinstitucionalizado al Poder Judicial, sometido a la casi totalidad de los operadores de justicia y haber digitado muchos procesos judiciales, al gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) no se le ocurrió mejor desfachatez que la de criticar al sistema judicial del país. Desde la ministra de “Justicia”, pasando por uno que otro parlamentario, hasta el mismo Evo Morales, todos al unísono ahora critican el funcionamiento del Poder Judicial. En realidad, la muestra de doble moral, en gentes que tienen en su haber traiciones, atropellos a los derechos humanos, represiones a pueblos indígenas, no es novedosa, pero conviene observar algunos de los alcances que la arremetida masista, en contra del ya de por sí venido muy a menos Poder Judicial ha causado. 

Conviene recordar que la tan mentada reforma al Poder Judicial fue anunciada y realizada por el gobierno de Evo Morales bajo la forma de elección popular, de los principales operadores de justicia. Por supuesto que en ello no figuraba la intención de transparentar el acceso a los principales niveles de dicho Poder, sino la oscura intención de estructurar un sistema de justicia funcional al gobierno. Se recordara, por ello, que en aquella elección, los “candidatos” que contaban con la venia del MAS, eran promocionados por medio de no pocas organizaciones sociales,  por militantes de base e incluso por listas que circulaban en los recintos electorales, en el mismo día de la “elección”. La tramoya consistía en estructurar un órgano judicial masista, pero con aparente ropaje de legalidad democrática. Primó, por tanto, el cálculo político y no la visión de Estado, en estos tristes hombres que hoy por hoy ocupan el Palacio Quemado.

Las cosas, por supuesto no se detuvieron en aquella farsa electoral y acto seguido, gracias a los levantamanos del MAS en el Parlamento, el asalto masista se hizo de la Fiscalía de la Nación. Fiscales, cuyo mayor mérito fue el  haber vitoreado al partido de gobierno hasta la víspera, aparecieron en los distintos departamentos y terminaron formando un círculo peligroso para el país. Tan peligroso, que algunos de aquellos masistas ascendidos a Fiscal de distrito, terminaron denunciados como miembros de bandas de extorsionadores y otros, simplemente, como corruptos. Todos, sin embargo, alegaron en su momento, que en realidad no actuaban sino en el marco de la Ley. La ciudadanía conoce lo que ello significa, al recordar que el propio Evo Morales reconoció que toma acciones, aunque éstas no sean legales. “Le meto nomás y después que arreglen mis abogados”, dijo en alguna oportunidad, como quien se jacta por llamar a delinquir, sabiendo que ningún operador de justicia podrá, por ello, siquiera intentar procesarle. Claro que no fue la única vez que Morales llamaba a delinquir; al menos en otras dos oportunidades también lo hizo. 

Junto a los Fiscales de distrito, también figuraban otras fiscales, como el hoy célebre Marcelo Soza, paladín del gobierno de Morales en la lucha contra un supuesto movimiento armado separatista. Operadores de justicia corruptos, abogados al servicio del gobierno actuando como extorsionadores, completaron el cuadro de las consecuencias del sometimiento del Poder Judicial al gobierno. En ello, los votantes para la elección de las autoridades judiciales, no fueron sino tontos útiles, para algo que, como vemos, tenía propósitos mezquinos.

El que en Bolivia vivamos, entonces, un clima de inseguridad jurídica no es algo de extrañar. No se trata solamente de la inseguridad para los inversionistas, sino incluso para simples empresarios del país. Sometidos a la extorsión, imposibilitados de acudir a la Justicia y menos todavía de denunciar aquellos actos delictivos al gobierno (donde se cobijaban varios de los extorsionadores, precisamente), las víctimas del gobierno comenzaron a multiplicarse por doquier. A tal punto ello es así, que no por nada el Poder Judicial es una de las instituciones más desprestigiadas del país y la creencia de que en Bolivia no hay justicia es una verdad incontrastable, para el sentido común. 

Este clima, claro, ha incentivado en otras instituciones también actos delincuenciales. Particularmente en la Policía Bolivia se ha observado que varios de sus altos miembros han sido encontrados delinquiendo (ya sea mediante el tráfico de drogas o mediante la extorsión) y hoy se encuentran bajo rejas…, pero en el exterior. Por supuesto que los delitos son cometidos por las personas y no por las instituciones, pero no deja de llamar la atención el hecho que sean altos oficiales de la Policía quienes se encuentren tras las rejas, por delinquir.

Como resultado de todo este mamarracho de reforma judicial que Evo Morales y los suyos han impulsado, ahora tiene el país un sistema judicial muy venido a menos. La arremetida masista para contra el sistema judicial, pero, a la vez ha causado la fragilidad del sistema democrático en su conjunto. Ello es algo elemental, porque donde no existe justicia, difícilmente puede hablarse del imperio de la democracia, de la constitución, es decir, de la Ley de leyes. Las cosas, en manos de estos hombres aptos para el desgobierno, han ido pues muy lejos en esta materia. Tan lejos, que incluso pone el riesgo los propios intereses del capital, al que tan diligentemente sirve el MAS. Esto quiere decir que la crisis del sistema judicial, la dependencia de este sistema al Poder Ejecutivo y la falta de seguridad jurídica, comienzan a verse disfuncionales para el capital mismo. Es un riesgo para éste, a mediano y a largo plazo, porque facilita la creación de un ambiente de ingobernabilidad institucional.

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