Movimiento al Socialismo

REPENSAR EL MASISMO

Iván Castro Aruzamen

¿Acaso la nueva burguesía sindical y ramas afines, no buscaron la deificación (divinización) del Jefe en vida? La triste realidad de las revoluciones en Bolivia pasaron por la introducción de nuevas prácticas e instituciones, muchas veces obsoletas; y ni qué decir sobre el desentierro de creencias, ideas e instituciones del pasado, ni más ni menos, semejante al desentierro del pepino en el carnaval paceño; aunque muchas veces las revoluciones acentúan y perfeccionan ciertos o muchos rasgos del régimen al que han desplazado, y, el antecesor nuestro fue el neoliberalismo, que por supuesto pervive en el seno de la denominada revolución socialista del actual gobierno. Entre las características de este gobierno, se cuenta la burocracia política que la administra, los arrestos sin ningún proceso debido, los juicios a puerta cerrada o digitados desde el poder político, la tortura, la intimidación, las autoacusaciones y confesiones, el espionaje generalizado, el insulto y ataque a instituciones creíbles como la Iglesia o los medios de comunicación, todo esto no es sino la consecuencia de la dictadura de un partido único –MAS– y dentro del partido, no cabe duda, el ejercicio de la dictadura de un grupo de políticos, y, finalmente de un solo Jefe, Evo Morales. En 1927 en medio del régimen socialista de la ex URUSS, Bujarín decía: “Entre nosotros también pueden existir otros partidos. Pero aquí –y este es el principio fundamental que nos distingue de Occidente– la única situación imaginable es lo siguiente: un partido gobierna, los otros están en prisión”. Y así ha sido, también en Bolivia estos últimos años; todos aquellos que han osado criticar o decir su verdad sobre el manejo del poder en el país, están en las cárceles o en algún cementerio y otros fuera viviendo en el exilio obligado. El masismo y sus más abominables defensores, deben entender que la planificación económica o la expropiación de capitalistas que fue una práctica común al inicio de su gobierno, no engendra automáticamente el socialismo o un estado comunitario o si se quiere el pluralismo dentro de una nación. No. Se necesita mucho más. El pluralismo está más allá del Estado nacional. Es una visión presente ya en los genes humanos, pero por razones ideológicas se lo ha socavado siempre, privilegiando la angurria y una visión esencialista que supone lo puro e incontaminado.
Deben repensar los ideólogos del masismo, esa obstinada obsesión por ver siempre en todos los errores y escándalos que se ha metido el gobierno y sus personeros, la mano del extranjero, la mano del gringo del norte; se ha llegado a tal paranoia sobre lo yanqui, que hasta en la más pequeña crítica que se hace, se busca ver la mano invisible del poder norteamericano; el pelo en la sopa, para el gobierno es culpa del imperialismo, pero si a uno le duele el estómago es porque no hay atención de salud y de calidad en este estado pluri; y hasta en un tono inquisitorial se ha usado esta frase, sobre todo, por el presidente de la Republica: “el imperialismo y su mano”. No sin razón de lo que digo, se ha creado recientemente la escuela antiimperialista para los militares que aspiren en el futuro al generalato. Y no hace mucho el ministro de defensa, ha llamado ignorantes a quienes no comparten esta idea o han puesto en tela de juicio dicha institución, que por supuesto pone en ridículo a la institución castrense y sus militares, que no es otra cosa que meterles en la cabeza de que la mano negra del imperialismo actúa en todo aquello que al gobierno le sale mal. Seguramente, al seguía o la falta de empleo, de salud y vivienda y la nula industrialización y toda la corrupción y el contrabando y el lavado de dinero del narcotráfico es obra de la mano del imperialismo. La lista de escándalos y otros tejemanejes del gobierno sería interminable y las excusas o la obsesión por la mano del extranjero en todas estas cosas, también. Por muchas otras razones, si el masismo quiere mantenerse en pie, por lo menos hasta el 2020 debe repensar muchos aspectos en los que la brecha entre la teoría y la praxis es insalvable, por el momento.

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Política
El asambleísta dijo que este es un objetivo desde hace años para beneficiar a transportistas y gremialistas, la dificultad está en definir la forma en que se aplicaría esta medida y la sostenibilidad del financiamiento.

POR QUÉ EL MAS LLEGÓ DONDE LLEGÓ?

Ivan Arias Duran

El Movimiento al Socialismo (MAS) llegó a tomar el poder porque encarnaba una serie de atributos que lo convirtieron, en menos de cinco años, el referente nacional y la alternativa de poder. Los atributos concentrados en la palabra y promesa del cambio resumen lo que propios y ajenos esperaban del MAS. El sistema de partidos políticos había entrado en crisis por sus propias incoherencias y miopías al haber perdido la oportunidad de construir un país liberal democrático, institucionalizado y con fuertes niveles de control de la corrupción. En veinticinco años, si bien habían logrado consolidar el retorno a la democracia mediante pactos políticos que garantizaban la gobernabilidad, su falta de visión de país llevó a que ésos acuerdos se conviertan en pactos para asaltar la cosa pública y corromper las instituciones. Las importantes reformas que se atrevieron a realizar (21060, capitalización, participación popular, reforma judicial) nunca pudieron ser reformas de Estado sino solo de Gobierno, por eso, en vez de profundizarlas entre mandato y mandato, se dedicaron a jibarizarlas y envilecerlas.

Después de la debacle de la UDP signada por la arremetida política de la clase obrera que esperaba saltar hacia el socialismo y mientras la hiperinflación destruía la economía popular, la sociedad boliviana se predispuso a enterrar mitos y propuestas populistas en bien de alternativas más liberales. En ése eterno circulo boliviano de estatismo y liberalismo, en las elecciones de 1985, decidimos poner nuestro futuro en manos del liberalismo y le dimos veinte años de oportunidad para moldear el país en base a sus propuestas. Sin embargo, ya a principios del año 2000, empezaron a surgir serios indicios que la ocasión brindada había sido defraudada y que la sociedad estaba dispuesta a retirarles el apoyo. Los acontecimientos que se dieron entre el 2000-2005 (guerra del agua, guerra del gas, interrupciones de mandatos presidenciales, conflictividad creciente) mostraban que la sociedad estaba hastiada de un proceso que no colmo sus expectativas.

En las elecciones del 2005, el país, en este eterno retorno en el que se mueve, decidió apostar por la propuesta que proponían al Estado como el principal actor. Así entramos a la espiral de nacionalizaciones y acciones populistas que, acompañadas con la bonanza de los precios de materias primas que llenaron como nunca las arcas del Estado, convirtieron al MAS en uno de los partidos más importantes de la historia boliviana. Bajo la promesa del socialismo del siglo XXI y con espejos como Hugo Chávez, en Venezuela, y  Lula da Silva, en Brasil, el MAS encandiló a los bolivianos con las propuestas de cambio a partir de la inclusión indígena y el pachamamismo. El país se puso en sus manos y les dio su apoyo mayoritario para que moldearan el país y lo sacaran del atraso, la pobreza y el subdesarrollo. Los espejos venezolano y brasilero de entonces eran muy atractivos: todo marchaba sobre rieles y transmitían la imagen de crecimiento y dignidad bajo la tutela del Estado. Por qué no seguir ése camino?

Pasaron diez años y los indicios de cansancio y desilusión empiezan a emerger por las mismas incoherencias y errores del partido de gobierno. Cambiaron la constitución y juraron respetarla por los próximos cincuenta años, pero a menos de cinco años de su vigencia la violan no solo para arremeter contra los derechos indígenas expresados en la marcha por el TIPNIS sino para volver a ocupar el poder indefindo. Prometen cambiar la justicia mediante el voto popular y lo único que hacen es postrarla más y más a sus pies. Silenciaron las voces y medios discordantes, en favor de la estupidización del pensamiento crítico.  Destruyeron a los neoliberales con denuncias de corrupción por doquier, pero en menos de diez años de ejercicio del poder, al MAS le llueven por doquier actos de corrupción que los están ahogando. Los cambios institucionales (en la justicia, en las cortes electorales, en los poderes de fiscalización, y en las autonomías) lejos de construir un país más democrático e inclusivo, han servido para que toda la institucionalidad esté al servicio de construir y consolidar el poder absoluto del MAS. La persecución y encarcelamiento a sus opositores, consentida años atrás, hoy es vista como abuso e intolerancia que solo lleva más odio y división entre los bolivianos.

El MAS, muy rápidamente, ha entrado en una espiral de desgaste y alejamiento de la sociedad en un proceso similar al que, en su momento, entraron los partidos liberales. Si a los antecesores les tomó 15 años (1985-2000) para que la sociedad empiece su desencanto y cinco para que les den la espalda definitiva, este proceso se ha reducido en 10 años para el MAS y no se sabe en cuantos más para que las opciones sociales y políticas se encaminen en su contra. El MAS ya no es el futuro y encarna cada vez más los vicios del pasado. El MAS ya no enamora, más bien infunde miedo. El MAS ilusionaba, hoy asusta porque los espejos de Venezuela y Brasil, están rotos y ningún boliviano desearía hacer colas para tener papel higiénico. El sometimiento de las FFAA no le da fuerza, más bien lo refuerza en su autoritarismo y prebendalismo. La lógica del ahora nos toca, el ver la cosa pública como el medio para salir de la pobreza personal y el uso y abuso del poder sin límites, los está destruyendo como destruyó a sus antecesores. Los liberales no entendieron que entre el 2000 y el 2005 el país les estaba dando una opción para reencaminar sus acciones pero no lo dedujeron y perseveraron en el error. Pareciera que el MAS esta un momento similar  y si la sabe usar quizá puede revertir su caída. Qué tal si el MAS, en un arranque de sabiduría, decide anular el referéndum y respetar no más lo que dice la CPE? 

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MOVIMIENTO A LA DESIGUALDAD

Mario Mamani Morales

En términos capitalistas se afirma que un país progresa cuando la desigualdad entre su población es mayor. El progreso produce beneficios y éstos no pueden ser disfrutados por todos por igual, menos al mismo tiempo. ¿En Bolivia hay progreso o no lo hay? ¿Por lo menos tendemos a ser iguales o las diferencias siguen siendo abismales?
Las fiestas de fin de año son las más crueles para una economía dejada al libre mercado. Mientras haya gente que pueda comprar un árbol de navidad que cueste varios miles de bolivianos y exista otra que apenas alcance para el buñuelo de esa noche, las diferencias son inhumanas cuando el capital es el rey que domina la vida de las personas.
¿En qué economía nos movemos: la capitalista o la socialista? Tenemos  en el gobierno a una agrupación política que pregona el Movimiento al Socialismo, predicado como igualdad, compartir todo en común, que la sociedad no esté catalogado en ciudadanos de primera y de segunda. El socialismo tiene una economía controlada mientras que el capitalismo deja al libre albedrío de la oferta y la demanda. ¿Cómo vamos en nuestro Estado Plurinacional?
En términos del capitalismo rige en el mundo la globalización, que según los entendidos consiste en la circulación libre por todos los países de cinco cosas: información, mercancías, capitales, tecnologías y personas. Es la máxima expresión de la libertad, señalan.
El gobierno no puede eludir el manto de la globalización, más bien participa de ella, he ahí el satélite “Tupac Katari” justificada en la necesidad de tecnología de información y comunicación bajo la premisa de que “hombre informado es hombre libre”, además que es un poder en el mercado del conocimiento.
La circulación de la mercancía no tiene ningún control o restricción, quién tiene dinero puede comprar un papanoel que habla para ponerlo junto a su árbol de Navidad o puede acrecentar la economía del mercado de ropa usada para matar la industria nacional. En las tiendas de marcas exclusivas y de “símbolo nacional” hoy se venden productos chinos, coreanos o indúes y cientos de fabriles bolivianos en la calle o la desocupación.
¿Cuál fue el objetivo del periplo del presidente Evo por los países de Europa en los días pasados? Atraer inversión extranjera, es decir, traer capitales a Bolivia, finalmente el capital no tiene patria en la concepción de la globalización, así se mueve el mundo financiero, comercial y productivo; mientras tanto, la semana pasada en La Paz se clausuró la octava feria nacional de Institutos Técnicos y Tecnológicos, con interesantes e innovadoras propuestas, ¿Cuánto de capital se destina para explotar, producir a escala y producir estas iniciativas de los jóvenes bolivianos? ¿No tenemos dinero para eso? ¿La tecnología nuestra sólo sirve para alentar ferias?
En la globalización se fomenta la explotación hasta exprimirlo. El ejemplo más claro es lo que ocurre con el Cerro Rico de Potosí, su agotamiento está más próximo que nunca porque sus recursos metálicos tienen que satisfacer las exigencias del capital y el mercado mundial, ya no interesa que se ponga en inminente peligro la misma naturaleza porque la ciudad sin el cobijo del cerro ya no tendrá razón de ser, se trata de la misma sostenibilidad del planeta, se predica la defensa de la Madre Tierra, en los hechos se alienta su destrucción. Más ejemplos sobran: exportamos lo mejor que producimos para alimentar la voracidad mundial sin primero aprovechar nosotros.
Finalmente las personas, el capital humano boliviano, tienen la mirada puesta en otros Continentes, países y economías porque simplemente es la libertad de circulación global, para peor, los profesionales nuestros no son valorados en su propia tierra, el movimiento migratorio es fatal: del campo a las ciudades y de éstas al extranjero, estamos atrapados en el movimiento de la desigualdad: pocos con oportunidades y muchos en la desesperación, marginados, puestos en la congeladora porque alzar la voz frente a la injusticia es ubicarse en la otra acera.
¿Tenemos movimiento al socialismo o movimiento a la desigualdad?

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DEL SUMA QAMAÑA ANDINO AL MAMARRACHO CONSUMISTA DEL MAS

Omar Qamasa Guzman Boutier

Si tuviera que privilegiar dos de los varios principios de la filosofía andina elegiría los siguientes: “en medio de todos los elementos de la vida y el cosmos, el hombre es uno más entre ellos” y segundo, “lo más importante en la vida no es tanto el hablar, como el actuar”. Aunque en apariencia desconexos, ambos principios ayudan a establecer los marcos generales para la comprensión andina del buen vivir o suma qamaña. El primero es notoriamente distinto a lo que llamamos filosofía occidental, porque nos presenta una propuesta no antropocéntrica del hombre en el cosmos, a la vez de una visión descentrada del ordenamiento del mismo. El segundo es coincidente con principios de muchas culturales en el mundo. La conexión de ambos principios da lugar a uno otro, referido a la vida en armonía entre el hombre y los demás elementos del cosmos. Con este principio derivado se proyecta el comportamiento del hombre en medio de los demás elementos. Esta proyección refleja un comportamiento en base al equilibrio, en la vida de todos los elementos del cosmos. Con el equilibrio tenemos, entonces, un segundo principio derivado.

El suma qamaña tiene por tanto en estos principios sus máximas, bajo las cuales se orienta. Sírvanos esta introducción general para contraponer el buen vivir andino, a la visión consumista occidental. Una primera consecuencia, todavía en el plano filosófico, se refiere a la virtud del ser humano, es decir a su autenticidad. Cuando asumimos que el hombre se encuentra entre todos los elementos del cosmos como uno más, se plantea dos consideraciones. Primera, que en consecuencia de la visión no antropocéntrica, todos los elementos del cosmos poseen dignidad, es decir son sujetos y no objetos y segundo, que por tanto la relación entre ellos será una relación entre sujetos y no entre un sujeto y varios objetos.

En este sentido, se entiende la necesidad del hombre de relacionarse de manera armónica con su contexto y de mantener un equilibrio con todos ellos. Para la continuidad de su propia vida, el hombre establecerá estrategias que le ayudan a un triple propósito: adaptación, equilibrio y reproducción. Se entiende así la razón por las que en el pensamiento andino destacan las estrategias a largo plazo, a diferencia de las estrategias a corto plazo. Por otro lado, es claro que también en este relacionamiento el hombre se apoya en la tecnología (aquí no importa el grado de desarrollo de ésta). La técnica, en consecuencia de las estrategias a largo plazo, está orientada a la obtención del triple propósito y no exclusivamente a la maximización de la utilidad que el hombre pueda extraer de su contexto. Este es uno de los puntos de diferenciación del suma qamaña con respecto al vulgar proyecto consumista masista. En el pensamiento occidental que orienta al MAS, el sobre dimensionamiento de la tecnología marca la subordinación del hombre a ésta.

Impulsado desde el mercantilismo previo a la revolución industrial, el consumismo será el horizonte ordenador de las sociedades modernas. No es el requerimiento del hombre, sino el de la mercancía lo que marcará a las sociedades, permitiendo el despunte del consumo de las mercancías. La tecnología estará al servicio del incremento de las mercancías y su consumo. La utilización intensiva de la tecnología y la explotación extrema de la naturaleza (hasta alterar el equilibrio ecológico), son los resultados. Esta política se representa metafóricamente, en el hombre corriendo tras la zanahoria.

La propuesta del MAS se enmarca en ese absurdo. Para los hombres de Evo Morales la población importa en tanto consumidores. Para estos tardíos remedadores de la lógica consumista (que está llevando al mundo a peligrosas encrucijadas), los dudosos indicadores de consumo marcan las metas a lograr. Todo esto bastaría para despejar los últimos vestigios de esa impostura que insiste en que se trataría de un gobierno encabezado por un “indígena”; pero conviene reiterar algunos rasgos anti-indígenas de Morales y su partido.

Desde el primer día de su gestión el gobierno ha utilizado las características culturales que sin mucho fundamento le atribuían la prensa internacional, organizaciones no gubernamentales  y alguno que otro “investigador” social boliviano totalmente ignorante de la distinción entre cholaje, campesinado e indígena. El MAS ha visto el beneficio que de la simbología andina podía sacar, dada la ignorancia de una sociedad mayoritariamente auto-asumida como blancoide. Así, engaño y teatralización mediante, el manipuleo fue juego de niños para el MAS.

Para que ello tenga visos convincentes aprovecharon además el concurso de muchísimos pajpakus (charlatanes, embusteros; trad. libre). En medio de supuestos amautas y reales narco-amautas sobresalió en el equipo de charlatanes Fernando Huanacuni. La complacencia de los Medios manejados a “control remoto” por el MAS no tuvo inconveniente de presentarlo incluso como guía espiritual de los pajpakus. Su trabajo, en la cancillería, consistió en tratar de estrechar la mano a los ilustres visitantes que llegaban al país (aunque varios de los cuales simplemente lo ignoraban) a título de “protocolo andino” (¿!) y en lo posible aparecer sonriendo en la fotografía de la ocasión.

Por ello, el “buen vivir” masista es apenas un burdo programa consumista. Su contenido está tan alejado del suma qamaña, como Evo Morales de lo indígena. Una de sus principales utilidades es la posibilidad de mantener la llama del engaño. Por medio de actos teatralizados, destinadas a la propaganda, el gobierno renueva periódicamente la mentira. Por ahora estamos incluso ante las proximidades de una nueva de estas representaciones, nada menos que en Tihuanacu y con feriado nacional incluido.

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EL VALOR DEL ESFUERZO Y LA DISCIPLINA

Constantino Rojas Burgos

Parecía una inocentada porque justo el 28 de diciembre, Día de los Santos Inocentes, día en que se hacen bromas, incluso pesadas, se anunció que Lucio Gonzales Cartagena, rector de la Universidad Mayor de San Simón, sería el candidato del MAS a la Alcaldía de Cercado de Cochabamba ante la renuncia intempestiva de Edwin Castellanos.

“La inocentada o no” causó sorpresa en la comunidad universitaria, que no terminaba de entender qué había pasado con el Rector para aceptar la propuesta del presidente Evo Morales, cuando antes ya se decía que iría como candidato a Gobernador y no pasó nada. Unos lo tomaron con cautela, otros respaldaron la decisión, señalando que esta era una oportunidad para hacer alianza entre la Universidad y el municipio, otros indiferentes, en cambio la dirigencia estudiantil reaccionó despotricando con la decisión asumida por la autoridad.

Pasada la sorpresa, el comentario general es que el cambio de candidato resultó ser alentador para el MAS por la figura de Gonzales, ante una cuestionada gestión del ex alcalde Edwin Castellanos, que incluso no logró la simpatía de los adeptos de los movimientos sociales y que, de insistir, lograría el tercero o cuarto lugar en los resultados electorales.

Lucio Gonzales Cartagena, nacido en Vinto es de familia de agricultores, es el cuarto hijo varón en medio de siete hermanas, con quienescompartiódesde pequeño las actividades agropecuarias, como ocuparse de ayudar a labrar la tierra, regar la chacra, cortar alfalfa, dar de comer a los animales y al mismo tiempo darse modos para asistir a la escuela en la misma población, aunque sus padres hubieran preferido que se dedicara más al trabajo agrícola.

Terminada la escuela, Lucio tuvo que ir hasta Quillacollo al Colegio Calama donde destacó como estudiante, pero también estuvo dedicado a la actividad deportiva, principalmente el básquetbol, su hobby actual, sin dejar de lado el trabajo, puesto que por ser el único varón en la familia estaba obligado a combinar trabajo y estudio, siendo disciplinado y obediente, valores que iría profundizando en su actividad académica y profesional.

Lucio reconoce que tuvo una infancia y adolescencia difíciles, con carencias económicas, ausencia de servicios básicos como energía eléctrica, pero que con esfuerzo y disciplina logró terminar el bachillerato, para luego cumplir con el servicio militar en el Cuartel de Guaqui. Pese a que se había sometido al examen de ingreso para la Facultad de Tecnología, privilegió el cuartel, donde logró templar el carácter y tener una visión de la justicia, equidad, igualdad y el respeto de los derechos humanos. Admite que fue admirador del Che, de la Guerrilla de Teoponte y de Benjo Cruz.

Regresando del cuartel, inició su formación profesional en la Universidad Mayor de San Simón en la carrera de Ingeniería Química donde aprendió a valorar la dedicación al estudio, pero también la necesidad de trabajo complementario que le permitió solventar sus gastos. Concluyó sus estudios en cuatro años; en el ínterin fue auxiliar, después docente en la Normal Católica, lo que le permitió estudiar una segunda carrera, Ingeniería Industrial. A la conclusión, accedió a la docencia en San Simón y ello desde hace 38 años.Asimismo, Lucio estudió doctorado y posdoctorado en Madrid, durante seis años con el apoyo de la Agencia de Cooperación Española, fue además Director de carrera, Decano, Investigador y finalmente Rector de una de las universidades más prestigiosas del sistema de la universidad pública en el país.

Esta es una apretada semblanza de Lucio Gonzales Cartagena, ahora candidato a la Alcaldía Municipal de Cochabamba, un investigador y un planificador que puede constituirse en un excelente aporte en la solución de problemas que actualmente tiene el cercado de Cochabamba. Con inocentada o sin inocentada, Lucio Gonzales está en la carrera electoral para ser Alcalde del Municipio de Cochabamba.

El autor es periodista y docente universitario

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La exministra de defensa Cecilia Chacón lamenta que el proceso de cambio del MAS haya perdido su esencia

ex ministra cecilia chacon
 
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05-01-2015

Rafael Puente dice que el MAS se convirtió en un partido político y está en peligro de degeneración

Rafael Puente Calvo
 
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30-12-2014

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