El Púlpito

PENSANDO EN TI MAMÁ

Guillermo Siles Paz, OMI

Todos estos días fui pensando qué decir a mi madre, a aquella que me dio la vida y la que siempre está atenta con todos los detalles de mi vida cotidiana. Yo siempre pienso que todas las madres son tan iguales. Muchos de sus valores, de sus cualidades están casi clonados. Por eso aunque todos sabes que un día partirán al encuentro con Dios. Uno no quiere que ocurra eso, pero Dios nos dio esa dirección, uno vive para disfrutar de sus frutos y luego recibe la corona que enarbola su vida entrega a su fin.

Pero qué es una madre, qué nos da una madre y por qué nos aferramos a la madre. Primera realidad es muy clara. Ella es la portadora de nuestra vida, gracias a ella podemos disfrutar de toda la vida. Nos llevó en su vientre, nos paseamos en su seno. Nos dio de mamar y nos ha compartido su propia vida. Por eso es portadora de la vida. La generadora de ese gran don gratuito.

La Madre, desde el primer momento es capaz de orientar la misma vida, porque nos educa, nos instruye y nos guía. Es como un templo del saber, porque cada detalle de sus acciones siempre nos llevan recibir conocimientos de ella. Pero poco a poco ella se hace capaz de motivarnos ante nuevas realidades que nos viene, nos desafía para quebrar  nuestros miedos, nos provoca para tener nuestra propia mirada, y a la larga, sabernos defender con nuestros propios esfuerzos.

Es cierto, muchas de las cosas que tenemos en nuestra niñez, viene de ella, inclusive la fe, ella nos lleva a conocer a Dios, es como la que nos evangeliza. Quién no ha rezado con ella. Desde su sencillez y su comprensión nos hace conocer a Dios. Su ingenio le lleva a ser como la relatora de historias, de cuentos, de fábulas y de la esperanza cristiana. No es teóloga, pero su comprensión de Dios es tan exacto, conoce a Dios como padre comprensivo, tierno, cercano y protector.

Aunque es cierto para ninguna madre los hijos crecemos, pero aún en esta realidad, ella está dispuesta a darnos las herramientas para enfrentar la vida. Nadie puede negar que una madre tenga una actitud serena, atenta y sin prisas. Frente a los problemas sabe darnos esperanzas, frente a unas confusiones es capaz de tener una palabra sabia. La universidad de la vida le hizo capaz de entender los equilibrios y desequilibrios del mismo ser humano. Ella te hace entender que es necesario de discernir  y optar por aquello que realmente es correcto para ti.

El tiempo pasa y pasa la vida, pero una madre se adecua a su tiempo, es presa de su tiempo y reproduce la vida en su tiempo. Por eso los hijos no nos apartamos de la madre, la “mamitis” la vivimos aun en el silencio. Nos sabemos queridos y amados, y disfrutamos de ser hijos.

El consuelo de una madre es la fortaleza, que nos impide ser presa del dolor y engaño.  Su palabra es como hierro indeleble, no falla es ineludible, ella sabe y no lo duda.

Todos los hijos, en algún momento de nuestra vida, hemos fallado. Ella está ahí para comprenderte para animarte, para levantarte para darte ánimo, para decirte, “eso es así y lo vencerás”. Es como si ella hubiese pasado todos los problemas. 

Para una madre nadie es más y nadie es menos, pese a los errores. Para una madre todos somos iguales, todos somos sus hijos e hijas.

Ella sabe perdonar, sabe ser compasiva, sabe ser misericordiosa, sabe estar al ritmo de Dios. Ella es puro corazón, aunque que estemos un poco lejos de la perfección, sabe acogernos.

Por eso una madre tiene tanto valor, es el centro de nuestra vida. Sus lágrimas nos destrozan, sus dolores nos debilitan y su partida nos silencia. Por eso queremos tenerlas siempre, como una flor, como una musa que te inspira. Una madre es como Dios que te da su ternura gratuitamente.

Si tienes una madre hoy, disfruta de todos estos detalles, disfruta de ser un hijo bendecido por su amor, Goza de ella y nunca te rebeles a sus consejos. Camina por la senda que te ilumina. Un día reconocerás que mucho de lo que eres, élla te lo dio. Dichosos los hombres y mujeres que honran a su madre. Ellas se consagraron a ti.

Guillermo Siles Paz es misionero y comunicador social.

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CAMBIAR LA SUERTE DE LOS POBRES

Guillermo Siles Paz, OMI

Cada 21 de mayo recordamos a San Eugenio de Mazenod, el fundador de los misioneros Oblatos de María Inmaculada (OMI). Para muchos un santo desconocido, pero por lo menos conocen a sus seguidores. Uno de esos seguidores soy yo. Mucha gente cuando conversa conmigo, siempre termina preguntándome, y de qué congregación eres?. Ahí tengo que empezar a contar algo de mi historia, pero en si la historia de la misión entre los pobres.

Todo nació entre jóvenes, los amigos de San Eugenio de Mazenod, en Francia. Establecen en 1816 una Sociedad de Misioneros de Provenza, que más tarde habría de convertirse en la Congregación de Oblatos de María Inmaculada. A pocos años estos hombres de Dios estaban extendiéndose por todo el continente americano hasta llegar a Sudáfrica y a las islas de Sri Lanka.

San Eugenio tenía el objetivo muy claro, dedicarse por entero a la evangelización de los pobres y promover las misiones populares. En pocos años estaban presentes en 69 países. Fueron llamados "especialistas de las misiones difíciles". Los misioneros se hicieron “Evangelio en las culturas”, se encarnaron. Ahí entre los inuit, en el norte de Canadá, aimaras y quechuas en el altiplano boliviano, La última misión fundada  es Guinea Bissau,  pero están también los barrios populares de Marsella, de Estrasburgo o de Cádiz;  Cuba, Turkmenistán, Bielorrusia y Ucrania, Sri Lanka, en India, en Bangladesh y en Paquistán.

San Eugenio hizo la opción de vivir la pobreza. El había nacido en 1782. A pocos años de la revolución Francesa, justamente en Aix de Provenza, ubicada al sur de Francia. Que aunque pertenecía a la nueva clase burguesa de Francia, optó por dejar todos sus títulos, y experimentó el destierro en Italia. Fue sacerdote en Francia, y posteriormente fue elegido como obispo de Marsella en 1832. Consagró toda su vida a los misioneros Oblatos logrando su aprobación en1826, para servir ante todo, a los necesitados, a los abandonados y a los campesinos de Francia, Expandió la congregación por todo el mundo.  Murió El 21 de mayo de 1861, a los 79 años. Y fue canonizado el 3 de diciembre de 1995.

Un Misionero Oblato vive la experiencia de Dios, que su fundador lo encaminó. Por eso en la vida de los Misioneros está claramente la relación con Cristo crucificado como expresión de la plenitud del amor de Dios; vivir el apasionamiento por  Cristo; Compartir la vivencia de la iglesia para cooperar a la obra de la Redención. Como dirían los misioneros. “participamos en la misión misma, del Verbo encarnado”. Somos enamorados de Dios, aunque también, tenemos una devoción muy grande a la Santísima Virgen, considerándola como Patrona y Madre Nuestra.

Será por eso que el lema esta incrustado en la mente y misión de los misioneros. “Me ha enviado a evangelizar a los pobres”. Este slogan es una realidad de compromiso cotidiano porque es una llamada a dar a conocer la Buena Noticia de Jesucristo a los pobres, en comunidades como discípulos y misioneros. No podemos dejar de hablar de Jesús, de ese Evangelio vivo, sin partir de la realidad. Hacemos los intentos de estar insertos en donde los pobres piden a gritos una esperanza. Donde hay necesidad de buscar una transformación ahí estamos integrados, buscando la Justicia y la paz y la misma integración de la creación.

Cuando yo conocí a los Oblatos, uno de los misioneros me dijo. Joven, un desafío para ti, cambiar la suerte de los pobres. Por eso desde ese entonces trato de buscar nuevos caminos, nuevos espacios para cambiar la suerte de los pobres. Comprendiendo la vida misma, respondiendo a la necesidad de mirar a Dios en cada detalle de la vida, buscando sin descanso alguna luz de esperanza. Los pobres no esperan, están ahí, muchos veces en las realidades marginales y menos pensadas.
Como para seguir alimentando nuestro historia, en Bolivia los Oblatos de María Inmaculada, llegaron el 18 de junio de 1952, a los centros mineros del Norte de Potosí, justo después de la revolución nacional. Eran misioneros canadienses, que inflados de Dios abrieron caminos nuevos. Vinieron a evangelizar a los mineros, que les habían dicho que eran borrachos y comunistas, pero que al final, no eran ni uno, ni otros. Sino que Vivian en una mina de coraje.  Los evangelizadores, se hicieron evangelizar por la cultura, por la realidad, por que encontraron ahí a Cristos que día a día son flagelados por la dureza de la mina y eran presa fácil de la copajira. Que aunque no hablaban bien el idioma, rápido comprendieron la cultura indígena de aymaras y quechuas.

Para seguir llevando la Buena Noticia de un tal Jesús, abrieron una radio, combativa, comprometida. Que en los años fue pateada, exiliada, cerrada, incomprendida, hasta llamada “indio radio”. Si, es la Radio Pio XII, desde esas ondas los primeros misioneros usaron los micrófonos, no para domesticar, adormecer o mirar la religión como un opio para el pueblo, sino dejar que el hombre de este tiempo comprenda, conozca a Dios y pueda vivir en su vida diariamente. La radio y la misión se alimentaron de la vida cotidiana, y hasta hoy, siguen al ritmo de los tiempos.

Hoy podemos seguir viviendo de la historia, sin embargo no solo se vive de historia. Los misioneros todos los días, al igual que su fundador, piden a gritos una esperanza. Que desde la misión comparten la vida de la gente, sus preocupaciones, sus sueños y sus angustias.

Las misioneros transversalizan la buena noticia con el cambio social. Pero real y efectivo, desde la gente, desde el marginado. El Evangelio se hace carne en el testimonio, en la mirada silenciosa, como en el compromiso para cambiar la suerte de los pobres. Desde la cercanía, desde el compartir, desde el encuentro con el necesitados. Los OMI, viven su vocación, siempre al servicio del otro.

(*) Guillermo Siles es Misionero Oblato y comunicador social.  [email protected]

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PEDOFILIA, VERGÜENZA PARA LA IGLESIA

Guillermo Siles Paz, OMI.

A pesar de la vergüenza en la Iglesia Católica, la sociedad es testigo de que el Vaticano, en la Santa Sede, tomó la decisión de investigar 3.420 denuncias contra sacerdotes por presunto delito de pedofilia, de ellos 884 ya fueron echados del servicio. Además otros 2.572 también fueron sancionados de alguna otra manera, que no fue especificada.

Nadie puede negar que la Pedofilia, trastorno sexual, sea uno de los temas más sensibles y dolorosos para la Iglesia Católica, como lo dijo el mismo Papa Francisco, es una “vergüenza”.

En los últimos años, pudimos presenciar, con cuánto énfasis se fueron revelando datos sobre los casos concretos; muchos de ellos corresponden a denuncias que luego fueron llevados a investigaciones profundas.

El papa Benedicto XVI asumió la responsabilidad de dar a luz todo lo que se fueron trabajando. Ahora, los casos que se han denunciado fueron investigados por las autoridades civiles para que los responsables asuman la responsabilidad. De los casos donde la justicia ha dado conclusiones, que la Iglesia ha respetado. 

Hoy se vive, lo que decimos, “tolerancia cero” porque no se puede admitir una situación tan dura para la Iglesia. Es cierto que hubo, en muchos casos negligencia y procedimientos que correspondían al proceso jurídico, pero también encubrimientos y simplemente los desplazaban a otros espacios. 

El Código de Derecho Canónico contempla penas concretas para estos casos. Según el Canon 1395: “el clérigo que cometa un delito sexual con un menor de edad, sea este por medio de violencia o amenazas, debe ser castigado con penas justas que pueden incluir la expulsión del Estado clerical”. Pero era insuficiente ante las legislaciones civiles. 

Hoy no se puede asumir responsabilidades extrajudiciales. La Iglesia asume la gran responsabilidad ante las víctimas del abuso infantil. Si hay delito debe ser denunciado, sancionado y castigado.

El papa Francisco ha decidido actuar con la mayor claridad.  En los últimos meses ha creado una comisión en defensa de la niñez y adolescencias que es la muestra de la importancia que se da al tema. Él decía en una oportunidad: "¿Nos avergonzamos? Tantos escándalos que yo no quiero mencionar singularmente, pero que todos sabemos cuáles... escándalos, en los que algunos han tenido que pagar caro. ¡Y eso está bien! se debe hacer así... ¡La vergüenza de la Iglesia!".

Aunque las investigaciones afectan al 1,2% de los sacerdotes en el mundo, es evidente que Francisco no quiere ningún acto de corrupción y encubrimiento en la Iglesia. 

Por su parte, la Iglesia Latinoamérica está comprometida en colaborar con la justicia local como exige el papa. Muchas conferencias episcopales van elaborado las líneas de lucha contra la pedofilia. Las iglesias locales están obligadas, en este nuevo período, a regirse por las últimas normas y lineamientos para afrontar de manera “coordinada y eficaz” cada caso de pedofilia. 

A pesar de que la Iglesia tiene un sistema preventivo, pero no se puede descuidar el control sacerdotal en todos los procesos de formación y vivencia de la vida eclesial. Es evidente, todos los que pasan por la formación, asumen muchas responsabilidades. Los sacerdotes saben a dónde y a qué institución pertenecen. Todos estamos comprometidos a vivir la coherencia del evangelio de Jesús. Este período es el momento para asumir la corresponsabilidad. Nuevos problemas traen nuevas exigencias y conductas responsables con el evangelio.

En el proceso de reflexión, es importante preocuparse de las víctimas. En muchas situaciones se necesita tener instituciones y personas cualificadas para mediar en la sanación y el acompañamiento de las personas afectadas. La actitud de la Iglesia debe ser de compasión, misericordia y responsabilidad para devolverles la vida y dignidad a quienes pasaron por el abuso. Tal vez tarde un tiempo, pero ahí está el compromiso para tratar con las secuelas.

La sociedad contemporánea vive procesos de transformación muy acelerada y la Iglesia también es presa del relativismo moral. Por tanto, estamos confrontados; por un lado para construir una sociedad y una Iglesia con esperanza y justicia, pero también ser portadora de construcción del hombre pleno. Los sacerdotes somos seres parte de la sociedad para vivir, soñar y cultivar los valores cristianos.

Como apunte final. Toda denuncia debe ser investigada de acuerdo a las legislaciones locales, aunque la primera tentación es volver al pasado y enfatizar un puritanismo eclesial y sacerdotal, que también debe vivir una vida normal. En algún caso, tal vez sea necesario abrir otro tipo de reflexión sobre el ministerio. En todos los casos de pedofilia se necesita la asistencia especializada para todas estas personas, que son presa de este mal. 

Guillermo Siles Paz es misionero y comunicador social.

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DOS SANTOS, FERMENTOS PARA LA IGLESIA

Guillermo Siles Paz, OMI

Que día más interesante para la iglesia, vivir la canonización de dos Papas tan significativos en el Siglo XX. Nadie puede negar que tuviera un impacto mediático. La cantidad de personas presentes en dicha celebración, y las millones de personas siguiendo por los diferentes medios de comunicación.
Varias interrogantes se fueron desarrollando en los últimos días, ¿por qué el Papa decidió canonizar simultáneamente a los dos papas?.¿Qué significa la canonización para la iglesia Católica hoy?, y ¿Qué énfasis pretende darle el Papa Francisco, a su misión como sucesor de Pedro?.

Creo que inicialmente podemos entender que ambos Papas,  en sus tiempos diferentes, han marcado una identidad muy particular en la Iglesia, aunque el Papa Juan Pablo II, se mantiene en la mente de millones de católicos, sobretodo en los últimos movimientos religiosos activos en la vida de la Iglesia. A tanto así que se ponen vigilantes de no permitir algunos cambios necesarios en la Iglesia. Sin embargo el Papa Juan XXIII, que no es muy conocido, a nivel masivo, pero si a nivel intraeclesial, ha mantenido su nombre como referente de cambio y evolución de la iglesia. Nadie ha cuestionado la necesidad de que ambos sean necesarios en la misma iglesia.

Pienso que el Papa Francisco ha elegido este momento para unir dos realidades esenciales de la vida de la Iglesia. La imagen de Juan Pablo II como un Pastor y un gran misionero, ha marcado fuertemente la necesidad de un magisterio de la iglesia, fuerte y riguroso, inclusive paralizando el debate teológico. Mientras que Juan XXIII promovió la necesidad de un giro en la construcción de una Iglesia abierta, comprometida, liberadora y laical. A tanto así, que su visión eclesial ha quedado plasmada en todo lo que es el Vaticano II.

El Papa Francisco quiere animar la iglesia con ambas realidades. Existe la necesidad de ser una iglesia misionera, inserta en realidad, con laicos, sacerdotes y religiosas comprometidos. Quiere que estos dos papas del siglo XX, sean inspiración profética para nuestro tiempo. 

El Papa Francisco sueña una iglesia pobre para los pobres. Ambos santos, ninguno hijo de la nobleza, respondieron desde su carisma a dar una línea a la iglesia. Pienso que, con la imagen de Juan XXIII, marcará el rebrote de todo lo que han sido los resultados del Concilio Vaticano II, que hasta el momento, no se ha puesto vigente en su integridad. Y con Juan Pablo II, abrir y animar a todos los cristianos que viven al interior de la iglesia.

Queda más que claro, que no son santos para ponerles velas, sino para inspirar y ser fermento en la vivencia de la fe cristiana. Ambos vivieron una cercanía a la gente. Este evento es la inspiración para la iglesia. Que con ese ejemplo de los santos comprendemos el amor a Dios para transformar nuestras vidas y contagiar a las familias y a la comunidad.

Por eso el Papa enfatizó, que “ambos santos tuvieron el valor de mirar las heridas de Jesús, de tocar sus manos llagadas y su costado traspasado. No se avergonzaron de la carne de Cristo, no se escandalizaron de él, de su cruz; no se avergonzaron de la carne del hermano (cf. Is 58,7), porque en cada persona que sufría veían a Jesús”.

Otro elemento esencial que el Papa nos inspira, es que “en ellos, Dios fue más fuerte; fue más fuerte la fe en Jesucristo Redentor del hombre y Señor de la historia”.

Hoy el Papa quiere dar importancia al Vaticano II, por eso dice: “Y ésta es la imagen de la Iglesia que el Concilio Vaticano II tuvo ante sí. Juan XXIII y Juan Pablo II colaboraron con el Espíritu Santo para restaurar y actualizar la Iglesia según su fisionomía originaria, la fisionomía que le dieron los santos a lo largo de los siglos”. Es decir, que ambos son modelos para nuestra iglesia hoy.

Mirando en perspectiva, ambos santos “nos enseñan a no escandalizarnos de las llagas de Cristo, a adentrarnos en el misterio de la misericordia divina que siempre espera, siempre perdona, porque siempre ama”. Es como vivir la misión de nuestra iglesia,  ser misericordiosa y experimentar las miserias de cada día.

Guillermo Siles es misionero y comunicador social.

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LAS EXIGENCIAS DEL RESUCITADO

Guillermo Siles Paz, OMI.

 

Hemos pasado varios días viviendo experiencias profundas de nuestra fe.  La Semana Santa nos ha traído muchas reflexiones, las cuales nos han dejado algunas interrogantes, nos han interpelado hacia nuestras actitudes, fundamentalmente nos ha cuestionado nuestra fe y nuestra propia vida. 

En este contexto cómo podemos entender esta situación.  Fueron las mujeres y a la madrugada, que serían las primeras testigos de la resurrección de Jesús. Ellas encontraron la piedra del sepulcro movida. Entraron y vieron cómo todo estaba ordenado. Luego avisaron a los discípulos y también se constituyen en testigos, aunque  el discípulo amado, cuando entró, vio y creyó. Todavía no habían entendido que según las escrituras, Jesús debía resucitar de entre los muertos. 

Ciertamente para todos los tiempos no es fácil entender este misterio de Cristo,  porque los elementos tangibles no están siendo parte del hecho, sino que lo importante será el testimonio y la fe.  Al mismo tiempo para entender este hecho, había que entender las sagradas escrituras,  aquellos elementos que nos hablan de las promesas de Dios. Hasta qué punto, nosotros los conocemos, o somos escudriñadores de esta palabra viva.

Hoy podemos decir que la promesa estaba cumplida. Al tercer día resucitaría de entre los muertos y así fue.  Todo tiene sentido,  Jesús había dado muchos enseñanzas y hoy su promesa estaba cumplida.  Con este hecho Jesús se constituye en la referencia total de vida, por que cobra sentido pleno.  Todas sus expresiones, enseñanzas, experiencia de Dios y su vida misma no quedan al margen, sino tendrá incidencia en la vida de muchos de sus seguidores y para la misma historia.  Por esa razón Jesús será la Pascua. Es la Pascua viva. La pascua que es el paso de la muerte a la vida y nos lo da Jesús. 

Este hecho salvífico no es un triunfo de nada, sino la experiencia de la entrega total que Dios nos da. Es la destrucción de todo aquello negativo, que oprime y aplasta al hombre. Jesús plenificará la vida sobre la muerte, el amor sobre el odio, el perdón sobre el rencor, la entrega sobre el egoísmo, la reconciliación sobre la división,  Jesús será la experiencia de vida nueva que ofrece a toda la humanidad.  Jesús será quien se constituya un referente de valores nuevos claros, sin discriminación, sin injusticias, sino valorando al mismo ser humano. 

Es necesario entender, además que la Pascua de Jesús, su resurrección, no es acto de venganza de Dios, tampoco es una demostración de su poder omnipotente.  Jesús respondió a las opciones fundamentales que hizo en vida. El auténtico Dios, hizo una verdadera opción por la vida, el amor, la libertad, la justicia. Por lo tanto Jesús hizo lo mismo porque apostó al mismo proyecto de Dios para transformarlo. 

La primicia de la resurrección nos lo dio el Hijo de Dios, y lo transmitió primero a las mujeres. Esta experiencia es particular y tiene su sentido. El que compartió nuestra vida, nos enseñó cómo transformarla. Su resurrección da sentido a la Buena Noticia, el proyecto de construir el Reino de Dios entre nosotros, aquel Reino traducido en la justicia y la verdad, en el servicio y la construcción de una sociedad más equitativa y con más derechos para los excluidos y marginados. 

Por todo ello,  quien conoce a Jesús,  es capaz de asumirlo en su vida, queda en esta adopción con muchos compromisos. Porque la vida de Jesús será la referencia plena, de construir el camino distinto,  en Dios. El hombre y mujer de hoy, que cree, es un testigo de un Dios de la vida, no de la muerte, ni de la destrucción de nada.

Hoy después de vivir esta semana con todas las vivencias, nos hace testigos de un Jesús que se entregó hasta las últimas consecuencias, para dar vida y sentido a toda nuestra vida. Vivir la Pascua nos compromete en cambiar todas esas realidades de muerte, en vida plena. Asumiendo nuestros roles y espacios que ocupamos en la sociedad. 

Por lo tanto, para muchos cristianos católicos, este tiempo fuerte, es exigente. Muchos han comprendido y profundizado la vida de Jesús. Sin embargo nos hemos dado cuenta, que hay más desafíos en el mundo contemporáneo y en la sociedad emergente. 

La sociedad actual exige que los creyentes, los discípulos y servidores de este misterio, debemos expresar testimonialmente la fe. No podemos negar la importancia de las palabras, al contrario debemos de respetarlas y no devaluarlas.  Es necesario la transmisión de la palabra, pero acompañado por un estilo de vida, sencillo y coherentes. 

Dios se ha puesto a lado de la vida. Para defender todo lo que está amenazado. Es una exigencia cristiana que todo seguidor está comprometido.  Todo, quién se dice creer en este Cristo resucitado, es un claro defensor de la vida,  es un constructor de esperanza.  Porque el Crucificado es el resucitado y el resucitado, ha pasado por la muerte y lo venció. 

Jesús nos decía que el Reino de Dios está cerca, pues si, está cerca de nosotros, cada día en las realidades temporales, en lo cotidiano. Ahí tenemos que ser los constructores de esta sociedad que nos pide.  El Reino de Dios es también nuestra responsabilidad. 

Guillermo siles es Misionero y Comunicador Social.

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RESIGNIFICAR LA SEMANA SANTA

Guillermo Siles Paz, OMI

Todos los años la Iglesia Católica ofrece esta oportunidad de participar en la Semana Santa.  Al parecer es una permanente repetición de todo, casi todos los programas parroquiales ofrecen lo mismo.  Muchos pueden estar contentos con la repetición de estos misterios de nuestra fe. Sin embargo el hombre de hoy quiere algunas novedades y además formas nuevas para vivir esta experiencia religiosa.

Normalmente la cuaresma es el tiempo adecuado para poder prepararse y vivir esta Semana Santa, pero tal vez muchos no han sido participes de esta preparación y tampoco han sido motivados para participar. Lo cierto es que ya estamos en Semana Santa y nos preguntamos ¿cómo vamos a vivir?, ¿qué novedad podemos experimentar?, o seguiremos en lo mismo, con las mismas tradiciones y repitiendo los ritos tradicionales y alejándonos de la experiencia de fe, tan importante para nuestros tiempos.

El origen de la Semana Santa tiene que ver con la tradición judía, de la Pascua Judía. Se recuerda que Cristo fue crucificado y resucitó durante la semana de la Pascua judía. En los diferentes evangelios muestran claramente que Cristo es el Cordero de Dios. Él mismo se convirtió en el sacrificio perfecto, sin pecado, por los pecados de todo el mundo. Por eso los judíos, que decidieron seguir a Cristo, aceptaron y se adhirieron rápidamente. Sin embargo el Cristianismo se extendía por las naciones no cristianas, la celebración de la Semana Santa es practicada e influenciada por varios ritos paganos de su tiempo. 

Lo central de la Semana Santa, será la vivencia de la pasión, muerte y resurrección de nuestro señor Jesucristo, lo que se llama el “Triduo Pascual”. Este hecho real, ocurrió y está reflejado en varios códigos históricos de su tiempo. Se dijo, que un hombre judío fue llevado a la cruz por los mismos judíos. Flavio Josefo decía; "Aproximadamente este tiempo vivió Jesús, un hombre lleno de sabiduría, si de hecho uno puede llamarle hombre. Porque realizaba hechos increíbles, y era maestro de los que se alegraban con la verdad. Atrajo hacia sí a muchos, judíos y gentiles. Él era el Cristo. Por la acusación de las autoridades de nuestro pueblo, Pilato lo condenó a muerte en la cruz; no obstante aquéllos que lo habían amado antes le permanecieron fieles. Al tercer día se les apareció de nuevo vivo, entró otras mil maravillas, tal y como lo habían predicho los profetas enviados por Dios. Y al día hoy el pueblo de los que se llaman cristianos después de Él permanece."

Hoy cómo actualizamos este hecho, que para los cristianos se constituye en el hecho salvífico, Creo que será prioritario entender el contexto, la realidad y nuestro entorno, ya han pasado más de 21 siglos en los que estamos hablando de este Jesús y sigue interpelándonos, sigue teniendo seguidores y millones de hombres y mujeres creemos en este Cristo que dio la vida por todos los nosotros.  

Un segundo elemento, los años no pasan en vano, y estos han dejado su huella, su sello. Y la tradición cristiana se ha hecho parte de la vida y de la cultura, expresada de diversas formas. Por lo tanto para no volverlo repetitivos, la pregunta es, Cómo Jesús hoy vive su pasión muerte y resurrección entre nosotros. ¿Cómo se está haciendo vida, este Cristo de la Cruz y este Cristo Resucitado?, ¿cómo lo interpretamos en nuestra realidad existente?. 

Volviendo a nuestras fuentes, podemos decir, si Dios se nos ha revelado hoy, con mayor razón debemos de sentir esa fortaleza de vivir en nuestra carne esa esperanza.  La vida concreta, es presentada por muchos signos de dolor, de opresión, de sometimientos. El hombre sigue pasando y experimentando el sufrimiento, en carne propia. Ahí están millones de niños sin comida, millones de jóvenes sin futuro. Cuando miramos al hombree vaciado del amor, y sumido al hambre de poder y de dinero, seguiremos experimentando signos de muerte. Cuando miramos la realidad somos testigos, queremos cambiarlos

Jesús a través de esta experiencia de la Cruz, nos ha liberado de la atadura de la muerte, nos ha liberado de los opresores, de los tiranos, de los injustos y nos ha dado esa fortaleza de enfrentar, hasta lo último, y luchar por una nueva vida.  Su muerte, será una caída, pero su resurrección será la que construirá comunidad, construirá otro tipo de sociedad.

Pienso que para vivir de otra forma esta Semana Santa, más allá de los ritos y costumbres, debemos de asimilar muchos valores que este momento nos lo da. Primero contemplar el misterio de Cristo, es decir, que los hechos  reflejados cada día, deben ser mirados en sus detalles. ¿Qué vivió Jesús?, ¿por dónde pasó? y ¿cómo termina?. Al contemplar estos misterios de nuestra fe, podemos meditar las diferentes respuestas que dá Jesús. Pero al contemplar a este Cristo sufriente, podemos compadecernos de su dolor, unirnos a su pasión.

Segundo, debemos de comprender y valorar todos los símbolos que se tiene en las celebraciones del triduo pascual: el juicio, la flagelación, la cruz, su muerte y su resurrección.  Descubrir, en estos símbolos, la experiencia de Dios. Eso quiere decir también, mi propia experiencia de Dios. Yo vivo a Dios en mi vida, pero ¿cómo Yo me adhiero en este momento?, ¿cómo me dejo interpelar para seguir su camino?. 

Tercero, son nuevos tiempos, la vida en Cristo y su resurrección debe engendrar a un nuevo hombre y una nueva mujer. Hoy debemos ser otros porque nuestra realidad lo exige. Dios ha vivido su pasión, muerte y resurrección. Desde ahí nos ha dado a la humanidad la oportunidad de tener una mente siempre abierta, sobre todo a Dios y al pueblo; él como nosotros somos sensibles al clamor del otro. Dios nos pide y nos enseña, por lo tanto debemos de vivir con el corazón abierto. Abierto a recibir su misericordia, su ternura para compartirlo. El resultado de esta experiencia será siempre mi disponibilidad. Todo ser humano que experimenta a Dios en su vida, no lo deja, sino que le compromete. Hoy Dios nos seguirá alentando para vivir disponibles para la misión, para llevar a otros este misterio de mi fe.

Guillermo Siles Paz, OMI, Misionero y Comunicador Social
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FRANCISCO: DUDAS Y ESPERANZAS

Guillermo Siles Paz, OMI

El Papa Francisco pasó su primer año de pontificado en ejercicios espirituales. Se fue a compartir horas de intimidad con Dios. Pero el mundo ha recordado, de diversas formas, el primer año del Papa Francisco.
Pero, cómo encontramos hoy a su liderazgo del Obispo de Roma y sucesor de Pedro. En cierta forma, nadie puede negar del impacto que cada día va produciendo, su experiencia de Dios y su mirada de la Iglesia como de la sociedad.  Muchos han enfatizado su sencillez y su convicción de cambiar a la Iglesia. El Papa francisco se ha presenta como el pastor, profundamente humano. Sus gestos y  actitudes le hacen cercano a la gente.  Su capacidad intelectual permite una sinergia entre el pueblo de Dios y los líderes de la Iglesia.

El no tener respuestas definidas para todo, le hace humilde y muy sensible a la necesidad de cambio. Se presenta como una persona sin prejuicios, motivadora y propagadora de la ternura de Dios. Tiene una visión bastante clara de la Iglesia en movimiento, quiere una Iglesia misionera. Los cambios vendrán, pero al parecer el enemigo es el tiempo. Mucha gente espera cambios inmediatos y directos. La Iglesia tiene más de 20 siglos y eso no se puede cambiar fácilmente. La burocracia impide cambios reales e inmediatos.

En varios medios periodísticos han enfatizado los desafíos que tiene el Papa. Ven cómo, ciertos movimientos, se encuentran perplejos ante algunas expresiones y actitudes y sienten que no ha cambiado aún nada. Frente a esta realidad la mentalidad del Papa está más, en sumar que en restar; en unir más que en dividir, en aprovechar de la diversidad y pluralismo, frente a fundamentalismos. Si el Papa es muy defensor del diálogo interreligioso, con mayor razón, respeta los nuevos carismas. Pero, en ningún momento abandona el horizonte de la Iglesia, la fidelidad a Jesucristo, la misión de la Iglesia y el compromiso con los pobres. Ataca el carrerismo, enfatiza la misión del obispo como pastor, dice “los cardenales no son parte de una corte”. El seguirá insistiendo en la conversión de la Iglesia y del Papado, aún los conservadores lo aprueban. En todos los espacios insiste en que debemos de ir a la periferia, a los pobres. Debemos vivir el Evangelio auténticamente.

Ante cuestionamientos y reacciones contrarias a visión eclesial del Papa. Solo podemos enfatizar que el Papa está respondiendo al llamado que hizo el Vaticano II. Aunque, después de 50 años. Al parecer muchas de las ideas y orientación de la Iglesia, no fueron aplicadas.  Los cambios que quiere el Papa Francisco, es un consenso de la Iglesia. Eso es lo interesante, porque la exhortación apostólica “Evangelii Gaudium” (la alegría del Evangelio, 2013), es el resultado del Sínodo de los Obispos sobre la evangelización, en octubre del 2012. Esta es la orientación fundamental para toda la Iglesia. Creo que en general la Iglesia, desde las bases, quiere un cambio radical y el Papa también.

El conflicto actual está, en su posición sobre algunas opiniones de carácter moral. Muchos esperan cambios rápidos y respondiendo a exigencias de  movimientos tanto eclesiales, como sociales, pero no siempre es fácil tomar posición clara. Aunque no se discutirá temas como el aborto, la ordenación sacerdotal de mujeres o en la ruptura del celibato, sin embargo podríamos tener algunas sorpresas. El Papa como dijo. “Me corresponde, como Obispo de Roma, estar abierto a las sugerencias” eso puede permitir escuchar el sentir de los diferentes obispados del mundo. Habrá otros espacios, en el Sínodo de la familia, de octubre próximo, por ejemplo, puede darnos algunas sorpresas. Siempre decimos; “de Roma viene, lo que a Roma va”. Eso quiere decir, si los obispados del mundo quieren esos cambios, o existen corrientes de opinión con fundamentos, pueden generar discusión y promuevan un cambio.

Ya se fueron dando pasos, y son reflejo del impacto que va produciendo el mismo Papa, en los diferentes espacios de la Iglesia.  Este año fue de preparación, de siembra. La implementación de planes y cambios, ya viene. “Evangelii Gaudium” es de verdad, el proyecto nuevo de la Iglesia, podemos decir, otra Iglesia es posible. Cuando te habla el documento de la dimensión social de la evangelización, está hablando de lo cotidiano, de los problemas concretos. Cuando habla de la inculturación del Evangelio, te está planteando el rediseño de una nuevo forma de ser Iglesia, serán las culturas, desde su diversidad, que darán otra dinámica y nueva expresión. Cuando te habla de la inclusión social de los pobres, te está haciendo participe de la construcción y vivencia de una Iglesia comprometida, respondiendo al clamor de los pobres. Si

“Evangelii Gaudium”, se aplica con rigurosidad y eficacia, en los próximos años, el rostro de la Iglesia cambiará y sus prácticas serán otras.

Guillermo Siles es miisionero y Comunicador Social.

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FRANCISCO, ¿CAMBIO O CONTINUIDAD?

Guillermo Siles Paz, OMI

El Papa  Francisco, muy pronto cumplirá su primer año como Obispo de Roma y sucesor de Pedro.  Este pontificado ha estado marcado por muchas interrogantes y desafíos a enfrentar. Muchos inclusive han visto como la oportunidad de un cambio en toda la iglesia. Pero otros se han mantenido expectantes, esperando unas acciones más concretas.
Ciertamente el primer impacto es mediático, porque el Papa se ha relacionado de forma directa con varios medios de comunicación y en la misma forma de su cotidianidad,  se ha presentado muy atento y respetuoso con todos los medios. Se han producido cientos de libros en su nombre.

La mayoría de los católicos han sentido, muy rápidamente, el inicia de un proceso de cambio, desde la motivación al interior de toda la iglesia, hasta ofrecer  actitudes no frecuentes en la imagen del mismo Papado. La actitud de salir al encuentro con el otro, o dejarse acompañar por el pobre, e invitar a los agentes de pastoral para ir a la periferia, fueron marcando la diferencia. Su presencia como Pastor, sencillo, cercano e inserto en la misma realidad eclesial y social, ha provocado a muchos una clara necesidad de acción  expectante y esperanzadora.  Se ha arriesgado a alentar a la iglesia, para que no esté dormida o cansada. 

Desde el primer día han transparentado sus discursos, exhortaciones, que son lineamientos concretos de cambio, frente a temas muy sensibles del mundo secularizado.  Muchos interpretan su contenido teológico, de liberador, de esperanzador, su punto de partida es la realidad, desde los sencillos y humildes, desde el excluido, desde la marginalidad. 

Muchos, inclusive los sectores más conservadores, se han alineado a esta nueva forma de presentarse, como iglesia en el mundo de hoy.  De ahí que su mayor preocupación, aunque parece un tema muy intraeclesial, es la evangelización.  Pero una evangelización desde la realidad, desde la sencillez, desde encontrar al otro, desde la alegría. Que la Iglesia salga, dice frecuentemente en “Evangelii Gaudium”.  Aquí tal vez esta el aporte diferenciador. Con mucha claridad exige un cambio de actitudes en la acción evangelizadora, que sea misionera y desde lo sencillo. Llevando el amor de Dios misericordioso. Además exigiendo la corresponsabilidad, la iglesia es de todos los católicos.

Muchos de los cambios que se van dando, es producto de ese apoyo de forma muy acertada en la elección de consejo de cardenales que le asesoran al Papa, hasta el momento lograron darle una solidez en la mirada global de la iglesia. Al mismo tiempo  ha centrado mucho tiempo en realizar cambios fundamentales en el manejo y control financiero, como también en la misma curia vaticana y en la creación de comité para la protección de la infancia frente a los abusos sexuales.

El Papa tuvo algunas críticas en los últimos meses, sobre todo en su mirada sobre el sistema económico, que los califica de injusto en su raíz. La dependencia del dinero y la debilidad del hombre frente a este sistema. Por eso el Papa Francisco mantiene definido claramente su posición sobre el problema financiero internacional, criticando duramente al sistema neoliberal, advirtió que existe un desequilibrio que proviene de ideologías que defienden la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera,  lo expone en  “Evangelii Gaudium”.

En temas de carácter moral, el Papa ha mantenido la doctrina católica. Tanto el tema del aborto, anticonceptivos, sacerdocio de mujeres, celibato y homosexualidad, responden a la continuidad del magisterio de la Iglesia. Aunque al parecer,  en el próximo sínodo de la familia, algunos temas puedan ser revisados. El Papa quiere un tratamiento más en un carácter pastoral. La mayoría de las diócesis ya hicieron llegar algunos aportes para este sínodo.

Hoy es Papa mantiene un liderazgo moral, es un símbolo de paz, de energía, de motivación. Es un cristiano que quiere cristianos coherentes y responsables. Pero quiere un  mundo donde la misericordia de Dios sea el motor de la acción de mismo ser humano.

Guillermo Siles es misionero y comunicador social, [email protected]

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A ORURO EN SU DÍA

Guillermo Siles Paz, OMI

Yo tengo la dicha de haber nacido el mismo día de su fiesta. Nací y me bauticé en Oruro. Así que nunca me olvido de celebrarme y celebrar a mi ciudad natal, me imprimió un carácter indeleble. Me he paseado por todo el país y viví todo el tiempo fuera, pero nunca me olvidé de lo que aprendí, conocí y disfruté. Siempre he estado atento a las noticias, los cambios y la realidad de los amigos.

Cuando llego a visitar mi ciudad, lo primero que pienso es, tomar mi agradable e inigualable api con pastel. Luego, ya estoy pensando comer el charque de llama, mejor si es en el norte, ahí lo hacen sabroso, disqué. Por la noche, no puedo olvidar pasearme por la calle 6 de octubre y esperar los rostros asados. Así termino mi día, comiendo algo que en ninguna parte del mundo será igual, o tal vez ni existirá.

Cuando mis amigos me preguntan, y ¿cómo es Oruro? Digo es bello, seco, pequeño, pero con muchas cosas por aprender. Las costumbres y tradiciones están entretejidas con una magia cultural y religiosa. Por eso, no olvido de contar la historia de la aparición de la Madre de Dios, a los pies del Socavón. Pero al contar sobre la Virgen, se me viene la nostalgia y el recuerdo de saber, que siempre fuimos protegidos por la Madre de Dios. Un Orureño, no ignora a su patrona y la festeja año tras año, con peregrinaciones, veladas y una majestuosa entrada folclórica, inimaginable para muchos. Solo hay que ver para sentir y nunca olvidar.

Cuando llega el momento de distraerse, ya sea un fin de semana o después de la semana santa, podemos ir a disfrutar de las dunas, galanes arenales que con los vientos serpenteados, forman bellos paisajes.  Si nos animamos, podemos hacer algunas figuras, algo artísticas. Ahí nos encontraremos y compartiremos, haremos amistad o simplemente ampliaremos nuestras relaciones.

Pero como toda torta tiene un cherry, ahí tenemos los orureños, unos admirables y curativos balnearios de aguas termales, que me recuerdan a mis abuelos y parientes, quienes se dejaron mineralizar sus cuerpos.  Son las aguas termales de Capachos y Obrajes que están ahí a pocos kilómetros de la ciudad, están esperando darte su calor y dejarte muy relajado para emprender otras jornadas de trabajo.

Pero si quiero pasear por la ciudad tengo que ir a ver, donde ha flameado por primera vez nuestra bandera nacional. Si, al Faro de Qhonchupata, desde allí puedo ver toda la ciudad. Paseando a su alrededor, se puede explicar también, que ahí cerquita, en el Teatro al aire libre, nacieron muchos artistas que nos dejaron sus composiciones, con nostalgia y su candor.  Al bajar se puede visitar algún museo, pero principalmente aquella casona de Patiño, y si me animo, me voy al sud y veo ese museo antropológico, enigmático y que explica mucho de su historia y la gran simbología mítica, de los andes.

Saliendo de la ciudad uno puede seguir conociendo las expresiones telúricas, sus montañas,  nevados y lagos, como el Uru Uru o el Poopó que sobreviven a toda la contaminación. O tal vez pasearme por el Rio desaguadero, recordando al sabroso pejerrey.  Pero si sigo la ruta, encontraré al majestuoso nevado del Sajama, que es testigo de la historia de un pueblo, luchando por no ser colonizado y mantener intacta su tradición.

Estas culturas milenarias son capaces de explicarte el origen de la vida, los cambios fenomenológicos, pero fundamentalmente la existencia del hombre. Son culturas profundamente espirituales, que tienen muchas expresiones puras y otras entremezcladas con el catolicismo. Están los aymaras, los quechuas y los Chipayas. Todos en su región reviven plenamente su cultura y dialogan entre sí. Es decir, que son plenamente ellos. Cuidan de sus animales, de los camélidos, que hoy representan la mayor población de la zona andina. Protegen y cultivan la agricultura, sobretodo de la quinua, el grano de oro.  Así sobrevivieron en el tiempo y hoy son el sustento del desarrollo de la región.

Ah, para entender el desarrollo, será necesario detenerse y explicar los detalles de lo que significa la minería en Oruro. Ahí está Huanuni, que hoy acoge a miles de mineros que luchan con la naturaleza para sacar riqueza y beneficia al país. Me doy la vuelta y aparezco en el Cañadón Antequera, y veo a miles de cooperativistas, que siguen exprimiendo a la Madre Tierra.  Pero, si viajas más allá encontrarás una mina de oro abandonada, que fue muy moderna, pero muy contaminante y despojó de las riquezas, dejando sólo algunas migajas. Nadie lo reclamó, solo la Pachamama aún clama.

Oruro tuvo el primer ferrocarril, que nos conectaba con el mar, hoy solo es parte de su historia. Sin embargo, fue parte del desarrollo. Los Orureños no se quedaron tranquilos, sino que dieron vida a las fronteras.  Las dos poblaciones más importantes del País, Pisiga y Tambo Quemado, traen mucho dinamismo económico. Miles de personas viven del fluido intercambio comercial. Es la ruta que lleva al desarrollo. Ambas poblaciones son las puertas abiertas, que permiten soñar en un Puerto Seco.

Así es mi Oruro. Cuando visites, no te olvides de ir al futbol y ver a su “V” azulada. Feliz día, Oruro querido.

Guillermo Siles Paz, OMI,
Misionero y comunicador social
[email protected]

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AÑO 2014, AÑO DE LA FRATERNIDAD

Guillermo Siles Paz, OMI

Hay tiempo para nacer y tiempo para morir. Es más, hay tiempo para todo, y al final el ser humano ¿qué provecho saca uno de sus afanes?, esto parafraseando los proverbios del Qohelet. Hoy solo afirmamos, un año se va y otro llegó para quedarse.

De hecho muchos mensajes son los que nos inspiran. Este año entro en sintonía con lo que Papa Francisco nos invita, vivir este nuevo año nuevo construyendo la fraternidad. Ciertamente su inspiración es profundamente humana, su mirada esta partiendo de la misma realidad del hombre que hoy experimenta muchas dificultades para construir un mundo fraterno, donde las relaciones entre hermanos y ciudadanos, sean de pleno respeto y de una construcción colectiva. 

Mirando profundamente nuestra vida, el Papa encuentra algunos elementos que son base para una reflexión permanente en todos los niveles de la sociedad.  Se constata día a día que hay un  déficit de fraternidad en la sociedad y en el mundo actual: ¿El egoísmo nos ciega a nuestra fraternidad fundamental? ¿El miedo y la competitividad han envenenado nuestra incomparable dignidad como hijos e hijas de Dios y, por lo tanto, hermanos y hermanas entre sí?". Tal vez por esa razón hoy estamos distanciados. No mirarnos transparentemente o pensándonos siempre como enemigos.

La palabra fraternidad es importante, por varias razones, la primera. Porque Fraternidad es un término que viene del latín “frater”, que quiere decir, hermano. Por lo que fraternidad significa parentesco entre hermanos. Y si miramos a nivel global estamos pensando en la vivencia de buenas relaciones entre los seres humanos, en donde se desarrollan nuestros sentimientos de afecto, unión y correspondencia mutua. La fraternidad nos induce a lazos muy fuertes entre los hombres y mujeres, en base al respeto de la dignidad de la persona humana y en la igualdad de derechos de todos los seres humanos.

Por eso sentimos, que estamos distanciados, los unos de los otros. Muchas veces inclusive, son las estructuras sociales que impiden que los valores, que construye la fraternidad, sean difundidos y promovidos. Al contrario, lo que promueve e influyen al ser humano, son los antivalores: la violencia, la venganza, la envidia y por lo que nos hacen seres aislados, sin amigos. A veces también, podemos ser personas, que no inspiramos paz, acogida, confianza, ternura, sencillez, etc. Las más de las veces, nos escudamos en nuestros títulos, en nuestras matequetas de seres humanos importantes.

Siempre esperamos que el otro deba tener la iniciativa. Para vivir en una sociedad fraterna será muy importante partir de nosotros y ver al otro como importante. Los valores positivos no siempre son los apreciados, sino al contrario, despreciados. No anunciemos la destrucción del otro. Tal vez tenemos que brindarnos y no blindarnos.
Muchos coinciden diciendo, que la sociedad es el reflejo de lo que somos. Nuestra familia será lo que estamos construyendo en la convivencia cotidiana.

El Papa propone a todos el camino de la fraternidad, para dar ese rostro más humano al mundo. “La fraternidad es una don que todo hombre y mujer lleva consigo en cuanto ser humano, hijo de un mismo Padre. Frente a los múltiples dramas que afectan a la familia de los pueblos -pobreza, hambre, subdesarrollo, conflictos bélicos, migraciones, contaminación, desigualdad, injusticia, crimen organizado, fundamentalismos- la fraternidad es fundamento y camino para la paz".

Todos sabemos que el mundo está yendo en sentido contrario. El individualismo, el etnocentrismo y el egoísmo siguen separándonos del otro. Por eso es necesario, nos dice el Papa, “en un mundo cada vez más interdependiente, la fraternidad venza la difusión de la globalización de la indiferencia”. No podemos, por lo tanto, ignorar al otro. Debemos respetarlo y comprometerle para cambiar este mundo.

Dejemos inspirar hoy, para que la fraternidad, toque todos los aspectos de la vida, incluida las estructuras sociales.

(*) Guillermo Siles Paz, OMI, misionero y comunicador social.

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