Economia

Desaceleración y morosidad en Bolivia

Roger Alejandro Banegas Rivero

La  coyuntura actual en Bolivia  (2017) refleja un descenso en el ritmo de la actividad económica  del país (desaceleración) y un deterioro en el nivel de morosidad de la cartera bancaria (aumento). Frente a lo anterior, surge el siguiente cuestionamiento: ¿cuál es la relación existente entre el crecimiento en la actividad económica y la mora del sistema bancario?

Durante el período 2006-2015, la economía boliviana reflejó un crecimiento promedio en torno al 5%, con los niveles de mora más bajos (menos del 1%). Por otra parte, algunas notas de opinión económica, reflejan el dato del incremento en la morosidad; especialmente  en los bancos pyme (pequeñas y medianas empresas): del 1,4% al 3,3%: ¿cómo se explica lo anterior?

En consecuencia, en este breve análisis se reflexionan algunas consideraciones e interpretaciones en la cuantificación de pruebas de tensión financiera  para Bolivia (Stress Testing), con énfasis en el riesgo de crédito, demostradas por Garrón y Aliaga (2013).

De esta forma, se evidencia que en Bolivia, por cada menor crecimiento en la actividad económica del  0.3%, se vincula con un incremento sobre en la mora bancaria del 1%;  expresado de otra forma: el nivel de morosidad se deteriora más de tres veces por cada 1% que la economía crece menos, interpretado como una sensibilidad elástica (alta) de largo plazo en la economía boliviana.

La anterior cuantificación corresponde al efecto macroeconómico de  la actividad económica sobre el nivel de morosidad del sistema financiero, con implicaciones negativas sobre la rentabilidad bancaria.

De forma general, cuando los bancos prevén un deterioro agregado (menor crecimiento en la actividad económica y mayor nivel de morosidad), endurecen  sus políticas crediticias, con implicaciones de incrementos en las tasas de interés.  De forma seguida, sucede un círculo virtuoso en la economía boliviana: por cada contracción de la cartera de créditos en 10%, el nivel de morosidad se incrementa en 1%; es decir, menor crecimiento crediticio incide también con mayor nivel de morosidad.

En suma,  existe soporte empírico para una relación negativa: a menor crecimiento en  la actividad económica del país, existe mayor nivel de morosidad en Bolivia (y viceversa): son asociaciones reales y permanentes en el tiempo, con implicaciones posteriores que afectarán en la dinámica de los nuevos créditos (por otorgarse) y sobre el comportamiento futuro en las tasas de interés.

 

Ph.D. en Economía, [email protected] ***

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¡Chau París!

Gary Antonio Rodríguez Álvarez

Lo que fue una oferta electoral que más de uno creía irrealizable por las imprevisibles consecuencias que podía deparar, se ha consumado. Una gran conmoción  ha causado la confirmación por parte del Presidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump, del retiro de su país del Acuerdo de París sobre Cambio Climático.

La decisión tomada causó revuelo y de ninguna manera podía pasar desapercibida, siendo que concierne al pacto global sobre cambio climático logrado con esfuerzo por 175 países el año 2016 con la finalidad de reducir la emisión de gases de efecto invernadero y mitigar su impacto. Un cambio climático en el que el Presidente Trump abiertamente dice no creer, considerando por tanto que tal Acuerdo no haría sino perjudicar el desarrollo industrial así como la generación de millones de fuentes de empleo en su país.

Hay que recordar que Donald Trump basó su campaña electoral en volver a “hacer grande a EEUU”, un anhelo que conquistó los corazones y las mentes de los electores, si bien para ello realizó temerarias promesas consideradas por muchos como algo fuera de la realidad, aunque -para su desconsuelo- día que pasa el tiempo va confirmando que no se trataba de un engaño electoral.

Con ello, el halo de imprevisibilidad que se endilgaba a Trump durante su campaña se va tornando en una cruda aureola de credibilidad que muchos políticos ya quisieran tener.

Las intrépidas acciones que va tomando el Presidente de EEUU en su corto término de gestión, otrora consideradas quiméricas, van sucediéndose una tras otra: el abandono de la negociación del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP); el inicio de la construcción de un muro en la frontera con México para contener la inmigración ilegal; la prohibición del financiamiento federal a ONGs pro-aborto, entre muchas más.

Diversas son las preocupaciones que se van dando en relación al retiro de los EEUU del Acuerdo de París, teniendo que ver principalmente con las consecuencias sobre el medioambiente, la economía y el posible efecto contagio sobre otros países que -como los en vías de desarrollo- han criticado a los desarrollados por haber llegado a ser  lo que son, a costa de la naturaleza.

Frente a esto, la enfática respuesta del Presidente de los EEUU es que seguirá tomando las decisiones necesarias para que la industria de su país se reanime, la economía crezca y haya fuentes de empleo para sus compatriotas, algo imposible de ser rechazado por sus beneficiarios, trabajadores y empresas…¿verdad?

(*) Economista y Magíster en Comercio Internacional

 

Santa Cruz, 7 de junio de 2017

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PODER Y CONTROL

Iván Castro Aruzamen

A propósito del poder, esa frase tan conocida, pero, al mismo tiempo, no muy atendida, de que el poder está hasta en la mugre de las uñas, es muy elocuente acerca del poder visible; no obstante, cuando hablamos del poder invisible o si queremos llamarlo, el poder trascendente, poco podemos decir sobre él. Pero, el poder visible se hace patente, sobre todo en la jerarquización de los roles; y sus signos más palpables son los gestos y los patrones de comportamiento; una muestra de ello son el vestido o los símbolos, con ellos  se quiere demostrar el ejercicio del poder y el control que ejercen sobre los demás. Por esa razón, José María Castillo, dice al respecto: “todo el que, a partir del poder (cualquiera que sea), pretende dominar a otros, está siempre expuesto a la tentación del fingimiento, de la apariencia teatral y del disimulo”.

Ahora bien, si nos fijamos detenidamente, todo aquel que ejerce un cargo (jerarquía) por muy miserable que sea, siempre busca dominar a los otros. Esta intención algunas veces aparece de manera vedada y otras, explícita. Estas formas de dominio son totalmente comunes en todos los ámbitos de la sociedad. Unas veces se las realiza en nombre del orden, o simplemente por estar en un lugar donde el poder emana de patrones ya establecidos. Y en este ejercicio, no hay diferencia entre hombre o mujeres. Se puede tender a pensar que la femineidad constituye una manera distinta de ejercer y asumir el poder. Para nada. Pongo no más como ejemplo dos casos de los más corrientes, pero que son extensibles a cargos de mayor jerarquía. Conozco a una señora directora de una unidad educativa y por la forma como lo ejerce es esta la conclusión: Una valoración del nivel intelectual o académico de dicha autoridad, nos dice que un campesino que labra la tierra, está más ubicado en el mundo; esta señora, no solo arrastra una crónica mediocridad, sino que en el ejercicio del poder, parece esto no afectarla en absoluto; pues, es una persona de apariencia teatral, hipócrita, y, sobre todo, astutamente proclive a aparentar y camuflar todo el mal que lleva dentro de una manera espantosa. Ese tiempo de personas no solo aterran sino que hasta podríamos decir nos causan asco. Otro ejemplo, también común; una señora, decana, de una facultad del sistema universitario, cuya sexualidad debe ser de las más desabridas, no solo ha sido cómplice de hechos de corrupción, ni siquiera es capaz de diferenciar entre una perdiz y una paloma; si alguien le preguntara por mera curiosidad, quien es Pablo Picasso, nada raro que lo asociaría con algún cantante o personaje de farándula; sin embargo, ostenta al máximo el arte del fingimiento, el disimulo, asquerosamente manifestado en las buenas intenciones. Hace lo mismo aunque a menor escala, el policía que en nombre del orden, impone su uniforme para sancionar alguna falta leve o inexistente. Así, andamos con el poder que está hasta en la mugre de las uñas. Por eso cuando hablamos del poder y la jerarquía, estamos refiriéndonos al poder que se ejerce como control; el mismo se alcanza por medio del control de los pensamientos y los deseos, para hacerse con la obediencia de los ciudadanos, tanto a nivel grupal o colectivamente.

Pero, por más verdad que sea lo que acabo de decir, no siempre estamos conscientes de las consecuencias del poder que solo quiere el control. Pues, cuando se busca el poder solo con este fin, el mismo no sirve para mejorar la vida de las personas; ni tampoco,  para defenderla, sino más bien, constituye una terrible agresión en contra de la vida de los individuos, una espada que cercena la dignidad humana; finalmente, los que ejercen el poder desde la jerarquía, se comportan y se anestesian al punto que no son capaces de reconocer que portan un poder que destruye y mata y hasta autodestruye a quien lo ejerce. Los más grandes animales de este poder terminaron como perros (Hitler, Mussolini, Chávez, Pinochet, y otros), pero también los pequeños déspotas sucumben en su cargos absurdos.

Termino esta reflexión sobre el poder y el control con unas notas enviadas por Séneca a su pupilo Nerón: «Tú no puedes alejarte de ti mismo, de tu elevado rango; él te posee, y dondequiera que vayas, te sigue con gran pompa. La servidumbre propia de tu elevadísimo rango consiste en el hecho de no poder llegar a ser menos importante (est haec summae magnitudenis servitus non posse fieri minorem); pero precisamente esta necesidad la tienes en común con los dioses, y a ellos no les es dado descender, como tampoco te es dado a ti, sin correr riesgo. Tú estás “enclavado” en tu rango».

Iván Castro Aruzamen

 

Teólogo y filósofo

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ENTRE LAS CANCHAS Y LOS HOSPITALES

VICTOR HUGO MAIDANA ALCOBA

Es necesario tener una mirada dirigida a dos perspectivas que tienen que ver con la salud humana para construir una idea justa y equilibrada de cada una de ellas, los deportes graficadas simbólicamente como; “Canchas” y la “Medicina”   como hospitales, sin ver el orden de los factores, si el uno es primero que el otro.

No cabe la menor duda que el deporte es salud y la medicina mejora la vida misma cuando se puede, por eso el desarrollo de cada una de ellas significa básicamente el estudio de diversas variables que ciertamente van paralelas dentro de la misma ruta.

No es ningún descubrimiento saber que hacer deportes en bueno para la salud, para hacer deportes se necesitan campos deportivos, es decir canchas, coliseos, pistas atléticas, velódromos, piscinas, gimnasios, etc, etc.

Mejorar la calidad de vida por medio de los deportes es un ideal que para ser realidad, significa enormes dedicaciones y fuertes inversiones económicas.

No sirve de nada tener campos deportivos, sin entrenadores y sin deportistas, por muy mínima que sea la inversión en este rubro.

No sería caminar sin brújula, la falta de una política de estado en los deportes significa quiérase o no, un despilfarro de tiempos y esfuerzos, individuales y colectivos.

Lo mismo pasa con el tema de los hospitales, no sirve de nada tener grandes edificios, si no se tienen, planes nacionales que incorporen a los buenos profesionales de la medicina y optimo equipamiento médico.

Los médicos trabajan mejor si tienen a su alcance lo necesario para cumplir con su cometido.

Capacitar médicos de alta especialización reconociendo el talento de los bolivianos en la materia tendría que ser una meta por alcanzar.

Pacientes siempre van a existir también, por numerosas variables que se presentan, la mayoría tienen que ver con la infinidad de patologías, que crecen o decrecen de acuerdo a las edades de la población, sin descartar los casos accidentales.

Muchos dicen que hacer deportes es la mejor manera de hacer medicina preventiva, “Mente Sana en Cuerpo Sano”, sin embargo cuando la mente y el cuerpo se enferman, el hospital es más que necesario para curarse y recuperarse, ambos saberes van de la mano.

No asistir de manera periódica a la consulta del médico de cabecera y no hacer deportes de manera regular, tiene al hospital como destino seguro, no toda la población hace deportes y no hay mucha costumbre del chequeo médico periódico.

Entonces esta visto que, ni lo uno ni lo otro puede caminar desequilibrados, es decir no se puede pesar que uno, pesa más que el otro, en los platillos de la balanza del equilibrio.

Hacer solo hospitales es pensar únicamente en curar enfermedades, hacer solo deportes es creer, que con trotar y levantar pesas, el asunto está arreglado.

No se corre por correr, ni se toman medicamentos por tomar, todo responde a una acción científica de diagnóstico y tratamiento.

De pronto es necesario construir muchos hospitales, desde las postas medicas de los barrios, hospitales de primer, segundo, tercer nivel y pensar en el cuarto nivel de atención médica y construir al mismo ritmo escenarios deportivos, grandes y pequeños, canchitas, pero también los grandes escenarios, dentro de una proyecto masivo de prácticas deportivas, de otra forma es “gastar pólvora en gallinazos” o “hacer reventar petardos solo para el momento” y nada más.  

Hacer mucho con poco, cuando la medicina y deporte, no caminan juntos o van de la mano, es olvidarse que debe existir un equilibrio de desarrollo entre las canchas y los hospitales.

GRACIAS Y HASTA LA PROXIMA CUANDO VUELVA PARA HABLAR JUSTO Y CABAL.

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¡Basta de mentiras y miedos!

Gary Antonio Rodríguez Álvarez

Duele la indolencia de ciertas ONG que parecen alegrarse cuando a los agricultores les va mal. Y duele que por su accionar, Bolivia retroceda en su soberanía alimentaria…

Gracias a ciertos activistas -los mismos que objetan la construcción de carreteras, represas, hidroeléctricas y que la frontera agrícola crezca- nuestros productores perdieron el año pasado sus cosechas de maíz por el ataque del gusano cogollero. ¿Dónde estaban las 77 razas de maíz de las que se ufanan, cuando Bolivia se vio obligada a traer 125.000 toneladas de maíz argentino, gastando más de 20 millones de dólares? Los gauchos, felices, nuestros agricultores endeudados o quebrados. ¿Esas ONG? ¡Bien, gracias!

Amedrentan a la gente diciendo que el herbicida glifosato es un probable cancerígeno pero no tienen la hidalguía de reconocer que otros alimentos como el café y la yerba mate calientes, la acrilamida de las papas fritas y las carnes rojas -nuestros ricos churrascos- están en igual categoría de peligrosidad que la del glifosato…¿le asusta esto a Ud.?

Defienden a capa y espada los “estudios” de Seralini o Chapela contra los alimentos transgénicos, ¡pese a que la comunidad científica internacional los descalificó por fraude!

 

Hablan de la defensa del medioambiente (porque eso ayuda a recibir apoyo externo) y sin ruborizarse ofertan -dizque- alimentos orgánicos, plantines ecológicos y control biológico de plagas, a precios altísimos que solo los ricos pueden pagar.

Se llenan la boca reclamando la legalidad pero a la hora de presionar a entidades del Estado como el INIAF o SENASAG, ingresan sin permiso a una propiedad privada para tomar muestras y hacer análisis de laboratorio como si fuera su competencia suplantando así a la autoridad pública…¿no es un delito hacer esto? ¡Está filmado!

Nunca dirán que muchos han muerto en el mundo por las aflatoxinas de sus mal denominados “alimentos orgánicos”, así como tampoco reconocerán que nadie ha muerto por comer alimentos transgénicos -soya, maíz, canola, berenjena, arroz, caña de azúcar, frutas, etc.- tanto así, que hoy mismo Ud. y yo estamos consumiendo el maíz argentino que se importó el 2016 y que esas mismas ONG aseguran que es ¡transgénico!

Siendo que ha permitido importar el tal maíz porque no afecta a la salud ni al medioambiente…¿por qué no reactivar el Comité Nacional de Bioseguridad para regular su ingreso, permitir su cultivo regionalizado en coexistencia con variedades nativas, y ayudar a producir mucho más y mejor, a nuestros agricultores?

(*) Economista y Magíster en Comercio Internacional

Santa Cruz, 17 de mayo de 2017

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Inversiones ‘El Salvador’

Roger Alejandro Banegas Rivero

El Banco Central de Bolivia invirtió 191 millones de USD en letras del tesoro de El Salvador, entre el 07 y 14 de diciembre de 2016; por lo cual, surge el siguiente cuestionamiento: ¿a quién se le prestó el dinero?

Se le prestó a un país con una tasa de crecimiento en la actividad económica en torno al 2% anual (El Salvador); con finanzas públicas deterioradas: déficit fiscal a lo largo del tiempo y una tendencia creciente en su endeudamiento público. Así por ejemplo, la deuda pública en el 2000 representó el 26% del Producto Interno Bruto (PIB); mientras que el 2016 alcanzó el 60% del PIB, con expectativa de prolongación de expansión al 2021 (WEO, 2017).

En los últimos cinco años, El Salvador se viene endeudando alrededor de 1150 millones de dólares por año para cubrir su déficit. El mecanismo de financiamiento de El Salvador,  se orienta en la captación internacional de fondos para cumplir con sus acreedores de corto plazo, también llamada deuda ‘bola de nieves’ o esquema de nuevos financiamientos para pagar sus deudas antiguas.

Por otra parte, El Banco Central y las entidades financieras cuentan con una política de inversiones, donde el análisis parte de una calificación de riesgo, condiciones de plazos y rentabilidad inmersa. En tal sentido, la calificación de riesgo de El Salvador (B3), se interpreta como inversión especulativa, con valoración no apta para la realización de inversiones financieras, con probabilidad de pérdida parcial o total de capitales e interés, así como modificaciones en los plazos pactados, sensibles al deterioro económico del país emisor (El Salvador).

En Bolivia, el sector público también presenta déficit, el sector externo se encuentra en cifras negativas, las reservas internacionales tienden a la baja y el endeudamiento público se incrementa. Si se comparara al sector público financiero (incluyendo Banco Central de Bolivia) con un individuo en contexto de déficit y endeudamiento creciente; sería inconveniente  asumir un rol de prestamista, cuando en realidad es deudor neto del resto del mundo,  más aún en condiciones desventajosas. La orientación en la política de inversión del Banco Central debe direccionarse hacia inversiones con alta probabilidad de liquidez o de riesgos bajos.

 

***Ph.D. en Economía,  [email protected]

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La economía boliviana se deshidrocarburiza y desindustrializa - Potosí es, otra vez, el líder exportador nacional

Juan Carlos Zuleta Calderón

Hace casi exactamente siete años informaba con datos correspondientes al primer trimestre de 2010, que Potosí se había convertido en el  nuevo líder exportador de Bolivia. Hoy, con información referida al primer trimestre de este año se repite la historia. Sin embargo, existen algunas diferencias no triviales que resulta necesario puntualizar.

Así, con base en la metodología planteada en mis trabajos sobre el carácter extractivista y primario-exportador de Bolivia; y la relación entre extractivismo_y_desindustrialización_en_Bolivia), se ha determinado:

En primer lugar, que la economía nacional presenta ahora claras indicaciones de deshidrocarburización debido a que entre el primer trimestre de 2010 y el primer trimestre de 2017 la actividad económica de exportación “Extracción de Hidrocarburos” habría sido desplazada por la actividad económica exportadora “Extracción de Minerales”, una vez realizados los ajustes sugeridos en tales trabajos.  En efecto, cuando se adicionan los valores de exportación de los minerales y compuestos químicos erróneamente clasificados como parte de la actividad económica de exportación “Industria Manufacturera” (Oro Metálico, Plata Metálica, Estaño Metálico, Antimonio Metálico, Oxido de Antimonio, Otros Metales Manufacturados, Cobre Refinado Cátodos, Sustancias y Productos Químicos y Ácido Bórico) a “Extracción de Minerales”, restando tales valores de “Industria Manufacturera”, correspondientes al primer trimestre de este año,  se encuentra que  el sector minero-metalúrgico alcanza una participación del 47%  respecto de las exportaciones totales en tanto que el sector hidrocarburos solamente llega a un 33% de las ventas totales al extranjero, una vez que se incorporan en este rubro los valores de exportación de “Productos Refinados de Petróleo” y “Gas Licuado de Petróleo (GLP), también consignados de manera equivocada en “Industria Manufacturera”.  Todo esto en el entendido de que la refinación del petróleo, el procesamiento de elementos químicos y la fundición de minerales generan valor agregado, pero la nueva forma de tales materiales no cambia la esencia de los mismos como materias primas, razón por la cual no corresponde incluirlos dentro del sector secundario de la economía. Nótese que los valores porcentuales referidos al primer trimestre de 2010 fueron 39% y 41%, respectivamente.  Estos datos permiten comprobar de manera preliminar un proceso de deshidrocarburización de nuestra economía, agudizado por la baja de los precios internacionales del petróleo a partir de julio de 2014, así como el retorno del dominio minero-metalúrgico al país.  

En segundo lugar, que realizados los ajustes mencionados en el anterior acápite en la actividad económica “Industria Manufacturera”, incluyendo la sustracción de los valores de exportación correspondientes a los rubros “Soya y Productos de Soya”, “Girasol y Productos de Girasol”, “Maderas y Manufacturas de Madera”, Cueros y Manufacturas de Cuero”, “Palmitos”, “Carne de Especie Bovina”, “Cacao”, “Azúcar”, Algodón e Hilados de Algodón” y “Productos de Tabacos” y su consiguiente adición a la actividad económica “Agricultura, Ganadería, Caza y Silvicultura”, se observa que el valor de las exportaciones industriales pasa de apenas un 6% en el primer trimestre de 2010 a un 5% en similar período en 2017, mientras que la actividad económica “Agricultura, Ganadería, Caza y Silvicultura” aumenta de un 13% en el primer trimestre de 2010 a un 15% en similar período en 2017. Esta información representa evidencia empírica (aunque limitada) de un proceso de desindustrialización en nuestro país en los últimos siete años.   

En tercer lugar,  que, según los datos de exportaciones correspondientes al primer trimestre de 2017, con una participación del 28% en las ventas totales a otros países, Potosí pasó nuevamente a liderar las exportaciones nacionales, convirtiéndose otra vez en el departamento con mayor capacidad de creación de divisas en el país. Si bien este porcentaje muestra una caída de dos puntos porcentuales respecto a similar período en 2010, Potosí mantiene una diferencia de cuatro puntos porcentuales respecto al segundo departamento (Santa Cruz) con mayores exportaciones en el país, ocho puntos porcentuales respecto del tercero (Tarija) y catorce puntos porcentuales respecto del cuarto (La Paz). Cabe aclarar que esta información refleja dos cambios fundamentales en el posicionamiento de los departamentos que se ubican por debajo de Potosí en la generación de divisas para el país con relación a 2010. Por una parte, en 2017, Santa Cruz desplazó a Tarija del segundo lugar y, por otra, La Paz dejó a Oruro en el quinto lugar. Resulta altamente probable que estas tendencias prevalezcan en los años que vienen.  Por último, a pesar de que el porcentaje de participación de las exportaciones potosinas en el rubro “Extracción de Minerales” (sin ajuste) se mantiene por encima del 90%, tanto en 2010 como en 2017, es notorio el descenso del 77% (en 2010) al 59% (en 2017) en el mismo rubro (con ajuste). Este último cambio se explica casi por completo a través de la vertiginosa evolución de las exportaciones paceñas de oro metálico en años recientes.  

Al cierre, y de manera paradójica, al igual que en 2010, nos volvemos a preguntar si tiene sentido que a pesar de seguir generando más de un cuarto de las divisas del país, el departamento que más ha aportado al erario nacional desde la fundación de la República continúe ocupando los últimos lugares en desarrollo humano y siga siendo el furgón de cola político del actual Estado Plurinacional de Bolivia.   


*  Economista.

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Economía
El representante gubernamental dijo a BTV que el consumo en el país a 16 millones de metros cúbicos día y que el resto de la producción que asciende a más de 60 MMmcd se aplica a la exportación.
Economía
Las empresas que realizaron su cierre de gestión hasta el 31 de diciembre tienen plazo hasta este 31 de mayo para actualizar su Matrícula de Comercio en Fundempresa.
Género
Según Taborga, una de las causas para que las mujeres accedan a trabajos es el cuidado de la familia. “El tema laboral y el cuidado es intrínsecamente ligados”, manifestó.

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