Soberanía Alimentaria

TRAS LA PISTA DE LA COMIDA

Katherine Fernández

Desde siempre conocemos que la relación entre el cuerpo y el alimento es mediada por la tierra y la semilla, sin embargo en el último siglo la intensa urbanización y el crecimiento de las ciudades han introducido una brecha muy grande incorporando fundamentalmente a la industria que fabrica y vende alimentos, a tal grado que pareciera que para comer ya no son necesarias la semilla y la tierra, sino solamente el dinero y la tienda.

 

Existen países donde el campesinado como productor de alimentos ha desaparecido y la sociedad está conformada por trabajadores que dependen del sueldo para comprar la comida; la agricultura como tal pertenece a una fase ajena a su vida cotidiana y la distancia entre el productor y el consumidor es muy grande, tanto que ya no se reconocen entre sí debido a la larga cadena de intermediarios que han proliferado.  

 

En el caso de Bolivia, muy a pesar de ser un país agrícola y boscoso, tiene un sistema alimentario  alarmantemente contaminado con elementos como la semilla transgénica, la biotecnología mal utilizada, el plaguicida sintético, la publicidad desinformante, las franquicias de comida automatizada, el monocultivo, el azúcar y la grasa como base de la dieta cotidiana, la proliferación del conservante y el obedecimiento a las modas consumistas con resignación y sometimiento consciente a los azahares del cáncer consentido.

 

Este tipo de situaciones extremas y caos dan lugar a corrientes de pensamiento alternativo, levantamientos populares, enfrentamientos y también nuevos instrumentos de lucha en escenarios menos descarnados que una guerra y más sensibles a la vida. Uno de los métodos es recuperar la relación con la tierra, de manera que el comprarle directamente al productor y el aproximarse nuevamente a la naturaleza se convierte en la opción frente a los suministros hegemónicos. Es curioso pensar cómo se ha volcado la realidad, pero es un hecho, hay tanta incertidumbre y confusión que es cada vez más difícil confiar en lo que uno está comiendo, por eso ahora los nuevos revolucionarios son todos aquellos buscadores que van tras la pista de la comida.

 

Los mecanismos y movimientos internacionales como el comercio justo, las certificaciones, la defensa del derecho a guardar la semilla, las marchas contra Monsanto, las declaratorias madretierristas, el veganismo o la medicina homeopática, se balancean entre el tráfico de tendencias, la mercantilización del ingenuo modelo y el desenvolvimiento de una ideología alimentario-ambientalista en defensa de la célula, la vitamina, la proteína, la fertilidad y el almácigo, frente a la clonación industrial, la reproducción sin padre ni madre ni polinización y las patentes del presente y futuro genético.

 

El rastro de la comida natural con todas sus bacterias, hongos y vacunas sigue luchando por  restituir el vínculo entre los elementos básicos de la naturaleza que solían ser el agua, la tierra, el aire, la biodiversidad y los antídotos espontáneos de la larga cadena alimenticia que solía tener equilibrios interconectados.

Ya sabemos que la naturaleza no siempre ha sido la misma, los cambios que dan paso a nuevas eras son normales, pero el forcejeo hacia una transformación acelerada es irresponsable y para nada necesaria, mucho menos en un mundo que no hemos acabado de descubrir ni de disfrutar. Por eso los esfuerzos de productores y consumidores por reencontrarse de manera natural se convierten en auténticas revoluciones ciudadanas comestibles a la vez que propositivas, creando espacios valientes por la salud, grandes y pequeños, clandestinos, itinerantes, ilegales, sin registro, sin permiso, callejeros, obstinados, virtuales y también de contacto cercano, llenando las canastas de compromiso, recordando recetas o innovando en busca del mejor sabor para reconquistar a los niños, rescatando el grano despreciado, las plantas medicinales, haciendo huertitos urbanos, compostas, criaderos de lombrices y aunque sobrecarguemos exageradamente a las abejas de toda nuestra esperanza de vivencia, ayudarlas a seguir existiendo es un acción de entendimiento de lo que está pasando.

 

 

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LA AGRICULTURA TAMBIÉN PRODUCE AGUA

Katherine Fernández

La ciudad de La Paz está rodeada de nevados, glaciares y agricultura, los dos primeros están desapareciendo, pero las familias agricultoras continúan cultivando con sus propias estrategias de canalización de agua que les permiten resistir las sequías por más tiempo que a las ciudades.

En el pasado hubo muchos pronósticos que decían que la agricultura familiar comunitariadesaparecería gracias a la modernización de las urbes donde todos íbamos a depender de la industria para comer. Pero cuando una sociedad tiene en la base de su patrimonio intangible los conocimientos transmitidos de generación en generación sobre el cultivo de la tierra y el autoabastecimiento alimentario, las distintas crisis económicas, sociales y ahora hídricasse remiten a esa base, por lo tanto el retorno a la tierra es una constante, no solo por la comida sino también por el agua .

La crisis de agua que se ha producido en La Paz dio lugar a un debate que saca a la luz nuestras intimidades urbanas más deplorables como el derroche colectivo, la falta de conocimiento de la disponibilidad de fuentes de agua y la incipiente planificación gubernamental.  

Las represas que dotan de agua a la ciudad se encuentran en zonas agropecuarias, donde las familias campesinas no tenían conexiones domiciliarias hasta hace un año, cuandopor primera vez se empezó a implementar un proyecto que a la fecha todavía no cubre a todas las casas. La gestión rural del agua siempre ha sido artesanal, con la organización de grupos de trabajo en cada comunidaddonde todos deben participar obligatoriamente en la construcción, mantenimiento y búsqueda de nuevas tomas de aguacada vez que el clima así lo determina.

A lo largo dela ruta que une la ciudad de La Pazcon las represas se apreciael sistema de distribución de agua potableinstalado para abastecer solamente a la ciudad y paralelamente se ven los canales rústicos construidos por las comunidades campesinas para su consumo y riego. La primera esuna infraestructura con diseño especializado de ingeniería de40 millones de dólares invertidos y la segunda es una inversión no calculada de trabajo comunitario con mano de obra familiar, materiales precarios, muy decorativa del paisaje pero sin potabilización, expuesta a la contaminación de transporte motorizado ybasura. Así y todo, es esta la instalación de agua que posibilita el riego que seguirá produciendo alimentos para la ciudaddurante este tiempo de sequía que, por primera vez incluye a tantos barrios residenciales urbanos al mismo tiempo.

En medio de la angustia la ciudadanía paceña lanza una interpelación muy dura en contra de los campesinos que se declararon en emergencia ante la instalación repentina de trasvases desde ríos aledaños al sistema de distribución, porque temen quedarse sin agua para los cultivos. De esta manera se sorprenden divididos campo y ciudad por el agua. 

Sin embargo, la preocupación de ambas partes es comprensible: por una parte los campesinos agricultores tienen razón en manifestar su angustiaen la declaratoria de emergencia que incluye amenazas de bloqueos camineros, pues ante los desastres naturales a ellos siempre les toca invertir más tiempo, esfuerzo y recursos propios para canalizar el agua desde mayores distancias, con los consiguientes conflictos entre comunidades o familias que a veces ocurren, aunque  al final no les quede más remedio que unirse para enfrentar la necesidad.Por su parte la ciudad tiene razón en recordarles que el agua no tiene dueño y el acceso espara todos.

Así las cosas, se pone en evidencia la improvisación gubernamentaldonde las instituciones se sorprenden forcejeando vergonzosamente entre familias urbanas y rurales.

Como en todas las regiones del planeta que sufren sequías, el razonamiento sobre los usos del agua presiona sobre las prioridades y la agricultura es justamente una de esas prioridades no solo por la producción de alimentos, sino porque la inversión que hace del insumo agua se articula al ciclo hídrico otorgando la capacidad de resistir a la sequía por un tiempo algo más prolongado.

En un sistema orgánico de producción agropecuaria, el uso del agua pasa por distintas etapas y no se desecha, el agua destinada al riego queda en el cuerpo vegetal de cada tipo de planta de donde  sale en un proceso lento de evapotranspiración que humedece el ambiente dando su cuota de contribución para la formación de nubes. Aquí las matemáticas agrícolas inducen a calcular que mientras más vegetación más humedad en el ambiente.

Lo mismo pasa con los jardines urbanos, públicos o privados, con la diferencia de que aplican fumigación sintética, sobre todo los espacios a cargo del municipio que, si se sustituye por insecticidas orgánicos, podría dar una contribución más sana.

Por todo esto, la agricultura se postula como el uso productivo del agua para producir agua, aparte de la comida.  En La Pazsenecesita diseñar una política hídrica que retenga el agua justamente ahíen la vegetaciónagrícola y eleve aún más el nivel de almacenaje y circulación del agua a través del fomento a laagroforestería que, a su vez introduzca a la población en una dinámica económica de proximidad, direccionando la preferencia de compra de alimentos a esos productores circundantespara lograr sostenibilidad y consolidar entre la oferta y la demanda una economíasocioambiental que, como parte de un proceso ampliado, ayude a recomponer y equilibrar el ciclo hídrico.

 

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UTASA UTAMAWA: NUESTRA CASA ES TU CASA CHAHUARA TURÍSTICA, TAN CERCA Y TAN ESCONDIDA

Katherine Fernández
Escalinataprehispánica Zona de Tawacosí - Chahuara

Sin duda el turismo de línea ecológica y comunitaria se está convirtiendo en una estrategia para salvar, restaurar o preservar paisajes, especies, vestigios de culturas milenarias y tambiénorganizaciones sociales estudiadas por la antropología que están en peligro de extinción.

En la comunidad rural de Chahuara, del Municipio de Yanacachi de La Paz, las familias, ansiosas por diversificar su economía sin tener que salir a las ciudades,analizaron todo el contexto paisajístico y arqueológico que tienen para convertirlo en valores turísticosa ser observados sin tocar ni dañar con el objetivo de tener una fuente alternativa de recursos económicos y una ventana al mundo para expandir sus relaciones sociales, dado que lo comunitario conlleva el factorretroalimentativo del intercambio horizontal.

Por eso Chahuara se involucró en el turismo comunitario como un reto a la creatividad, no tienen hotel pero hay espacios acogedores para que los visitantes instalen sus carpas, no hay un restaurant normal, pero las familias de la comunidad preparan los alimentos para atender a sus visitantes en el campo y la falta de capacitación técnica es temporalmente reemplazada por la hospitalidad e iniciativa de los anfitriones para guiar, explicar y cuidar a los visitantes a lo largo de los espacios atractivos del lugar, conceptualizada como custodia comunitaria. Además incursionan en la aplicación de materiales como el bambú para hacer bancas, mesas, basureros, baños, mecheros decorativos y cercas.Por otro lado como se trata de una zona subtropical húmeda y Sendas de piedra montañosa, las áreas destinadas a acampar se debendesyerbar previamente y sanear con eluso de fuego para disminuir la presencia de mosquitos por unos dos días, esta faena por lo menos dura tres días y tienen que participar hombres y mujeres. También se ha pensado en la asistencia médica por lo que el bus que lleva a los visitantes está a disposición para traslados al centro de salud que queda cerca. Por otro lado la necesidad de identificar gastronomía típica ha logrado que se rescate las costumbres casi perdidas como la huatía que es hacer cocer los alimentos debajo de la tierra y recuperar la walusa, un tubérculo de la familia de la papa casi olvidado, así como al sopa de guineo y el cocido en hornos semiesféricos de barro.

No deja de ser curioso el hecho de que la vida más sencilla y cotidiana se haya convertido en un atractivo turístico y es quelas diferencias entre el campo y la ciudad crecen, por eso a veces Familias visitantes en la sede resulta saludable o autodidacta atender nuestra más íntimade la comunidad Chahuara necesidad de recordar cómo se hacen las cosas con las propias manos, cómo se consigue el agua desde lejos, cómo se trabaja con los vecinos para tener una escuela, cómo se siembra, se cosecha, por qué seorganiza una gran fiesta dedicada al sol o cómo es la música natural.

Banca de Bambú

En este trabajo de autoprospección también se descubren huellas profundas de nuestros antepasados, como las casas de hace 300 años o las sendas, muros y escalinatas de hace dos mil años que Chahuara posee ya que es parte de la ruta prehispánica del famoso Takesy, muy transitada por caminantes, investigadores, exploradores yadmiradores bolivianos y extranjeros, quienes hasta ahora no habían llegado ala comunidad porque no sabían de su existencia pero este año se ha empezado a promocionarpor ejemplo una de sus zonas llamadaTawacosí, que tiene leyendas, datos históricos y memorias contadas por los abuelos, tanto de místicos amoríos juveniles como de economía y política. Este lugar ha recibido oficialmente la Declaratoria de Patrimonio Arqueológico Municipal con la Resolución No. HCMY 30/2014.

También la comunidad ha tenido la suerte de recibir la visita de la Comisión del Viceministerio de Turismo encargada del proyecto regional sudamericano QhaphaqÑan, que está trabajando con las comunidades e instituciones respectivas que se encuentran a lo largo de la ruta. Bosque de bambúprehispánica de los países de Ecuador, Perú y Bolivia para impulsar el turismo internacional y la restauración arqueológica. De esta manera Chahuara ha sido contemplada en el proyecto, marcando un hito trascendental de gran impulso para el trabajo que ha emprendido hace más de cuatro años.

En la medida en que el valor de hoy es el desarrollo en nombre del cual se destruye patrimonio natural y social, las personas creen que no valen nada. Sin duda como sociedad hemos avanzado mucho y hemos confeccionado nuevos valores dignos de respeto pero cuando el desarrollo arrasa con la naturaleza a un ritmo acelerado sin darle tiempo a regenerarse,se convierte en un absoluto antivalor. Por eso cuando una comunidad rural considerada como subdesarrollada empieza a valorarse a sí misma y clasifica sus riquezas naturales, culturales y ecológicas deacuerdo a su propia cosmovisión, los esquemas clásicos que hacen al poder constituido tambalean y la gente toma otra ruta alternativa que la conduce a una innovadora forma de empoderamiento revolucionario, pacífico y autodeterminado.

Representantes de Chahuara junto a técnicos del Viceministerio de Turismo

Bajo el nombre de UtasaUtamawa que en idioma aymara quiere decir nuestra casa es tu casa, Chahuara quiere aproximarse a los visitantes tal y como es, con sus vivencias, trajinesy problemas políticos como la hoja de coca que cultivan desde siempre pero que es penalizada en el resto del mundo. Esta zona es biodiversa y decidió mantenerse así, pero necesita apoyo y la complicidad del turismo responsable para lograrlo, así como lo necesitan todas las zonas rurales vitales que el planeta aún posee.

 

 

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EL AGROTURISMO IMPLICA EL REENCUENTRO CON EL AGUA

Katherine Fernández

En estos tiempos de separación profunda entre el campo y la ciudad, los turistas nos sorprendemos mucho aldescubrir cosas como que los racimos de paja amarilla que caracterizan al altiplano, queparecen cabellos ancianos de tierra seca, también respiran y al hacerlo producen humedad que es atraída por las brisas y los vientos hasta formar nubes y por lo tanto lluvia, o sea que la paja brava de apariencia agreste también es capaz de darnos agua.

Cascada rodeada de paja brava que alimenta la represa Hampaturi en La Paz - Bolivia

Cuando hablamos de cuidar el agua necesitamos comprender que cerrar el grifo al lavarnos dientes y manos ya no es suficiente. Debemos ir hacia los orígenes del problema, empezando por entender que el agua tiene vida cíclica, es decir circular, va y viene permanentemente, sube ala atmósfera, baja a la tierra, pasa por todos los cuerpos de las especies vivas, se hunde en el suelo, vuelve a salir por los conductos de la vegetación que son las raíces, troncos, tallos, ramas y hojas para subir de nuevo a formar nubes, así infinitamente una y otra vez. En este círculo natural no es posible identificar el origen ni el final del agua, solamente cuando los humanos introducimos contaminantes como detergentes, metales pesados, ácidos o grasa caliente podemos conocer ese final, es decir que con estos elementos de uso cotidiano, matamos el agua y rompemos el ciclo, contribuyendo así a la crisis climática.

Somos la única especie que devuelve así el agua a lanaturaleza.

Por eso hoy más que nunca precisamos ir a conocer las fuentes de agua en su estado natural, para recordar la belleza monumental desde dónde llega a nuestros grifos y la catástrofeen la que se convierte cuando  devolvemos el agua mediante el sistema urbano de alcantarillados doméstico e industrial.

Una de las represas que abastece de agua a la ciudad de La Paz es Hampaturi, que pertenece a un sistema de nevados, humedales, ríos y vertientes donde interactúan agricultura familiar, pastoreo de rebaños, minería en rivera de río para obtención de agregados para laconstrucción y minería de socavón para extracción deminerales.Es una zona muy cercana a la ciudad, se llega en 30 minutos y el paseoes un ejercicio muy útil para el cuestionamiento de las responsabilidades sobre las fuentes de agua. Las primeras preguntas del visitante siempre son: quién está a cargo de proteger el agua, gestionar el abastecimiento, para qué se debe usar el agua y para qué no se debe permitir el uso, quiénes pueden acceder al agua, solo los que pueden pagar la conexión domiciliaria o todos los seres humanos, qué significa que el agua es un derecho humano si estamos eliminándola con la contaminación, a qué agua tendremos derecho, a las aguas negras que estamos produciendo?

Son muchas preguntas sin respuesta y cuando se piensa en armonizar la acción extractiva del hombre con la dinámica de la naturaleza, hay escalas que resultanabsolutamente incompatibles como la minería.

En Bolivia todavía no está aprobada la nueva ley del agua y la Constitución Política del Estado promulgada en febrero de 2009, dice que “Es deber del Estado gestionar, regular, proteger y planificar el uso adecuado y sustentable de los recursos hídricos…La ley establecerá las condiciones y limitaciones de todos los usos.”, sin embargo solo hablar de la minería de oro que se está impulsando resulta anticonstitucional por el tipo de uso insustentable que hace del agua.

Recordando que los componentes del Estado son el territorio, el pueblo y el gobierno, el único que queda para proteger el agua es el pueblo, porque el gobierno priorizalos usos extractivos antes que la preservación del agua para la vida. La única manera que tiene el pueblo para resguardar el agua escambiar el tipo de uso e incursionar en la restauración del ciclo hídrico que es una tarea compleja porque afecta a todos los tipos de consumo de materiales (infraestructuras, utensilios, herramientas, vestimenta, etc.) y al entramado extractivo e industrial que son presentados como la base de la economía nacional. Es decir, la única manera que tiene el pueblo es desmantelar toda la cultura de extracción y transformación de materias primas y sustituirla por otro modo de vida de reuso, reciclaje y reducción de consumos diversos.

Todas las ciudades tienen un sistema de traslado y tratamiento del agua, hay ciudades privilegiadas como La Paz rodeada de montañas nevadas que a pesar de que se están secando, todavía otorgan agua mediante paisajes impresionantes de lagunas y manantiales. En otras ciudades el agua sucia necesita millonarios tratamientos para volver a ser utilizada, el costo de estos tratamientos es directamente proporcional a los precios millonarios que suman nuestros hábitos de consumo de objetos que se van a las alcantarillas y basurales que edificamos.

Por supuesto que asusta pensar en cambiar los hábitos cotidianos de vida que conocemos así como nuestras aspiraciones de modernidad. La noticia es que no es necesario renunciar a estas aspiraciones para tener comodidades y disfrute del desarrollo, pero lo podemos hacer sin destruir la naturaleza. ¿Cómo empezar? Pues el primer paso es acudir a verla como es,explorarla, apreciarla y asignarle nuevos valores económicos que incluyan a la ecología, para introducirnos en un proceso de restauración que será tan largo como decidamos que sea o tan corto como las necesidades elementales de tener agua nos obliguen.

El turismo siempre ha sido la acción de visitar, mirar, empaparse y al final dejar todo como estaba, entonces los agroturistas ecológicos no solo tienen quedejar todo como estaba, sino que deben limpiar, cuidar y recomponer el ciclodel agua que implica también restaurar las relaciones sociales interculturales deterioradas entre el campo y la ciudad para que podamos expresar nuestras mejores capacidades organizativas en una gestión del agua integral, equilibrada, pacífica perofundamentalmente circular.

 

 

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LA INFANCIA EN LAS FERIAS AGROPECUARIAS URBANAS

Katherine Fernández

Entre las escenas urbanas más dolorosas pero eternamente toleradas por todos, tenemos aquella deniños y niñas quegatean, juegan, comen y dan sus primeros pasosjunto a los escapes de humo de los carros, sobre los charcos, al filo de las aceras, sobre las tapas de alcantarilla, acariciando heridas y hocicos de perritos vagabundos, poniendo sus diminutas manos en medio de nuestras apuradas pisadas y llevándose a la boca todo tipo de basura, bajo el sol o la lluvia,haciendo tareas escolares en el suelo, riendo o llorando hasta que les llega el sueño y son acomodados en el cajón de las manzanas para dormir en medio de la más insalubre bullade la ciudad, en nuestrasdenominadas ferias agropecuarias itinerantes.

Para entender problemas como este siempre intentamos ir al origen de los hechos, pero eso no ha ayudado en este caso, sin embargo hemos empezado por analizar que la producción alimentaria tiene dos fases, la primera es el trabajo de la tierra y la segunda es la venta en las ciudades. En la primera fase participatoda la familia, cada miembro cumpliendo un rol natural de acuerdo a su edaden un lugar de tierra fértil,surco, agua y vegetación. En la segunda fase las costumbres rurales de la faena familiar no funcionan, los niños no cumplen ningún rol y es muy difícil encontrar complementariedad entre el espacio físico y la actividad humana, porque en la ciudad las personas están obligadas a acomodarse a los espacios físicos como puedan y generalmente son espacios inhumanos tanto para vivir como para trabajar: oficinas saturadas, edificios oscuros y fríos, ventanillas estresantes, kioskos improvisados, calles angostas llenas de comercio forzado, todo esto en un contexto de contaminación visual y acústica insostenible.

A este tipo de espacios llegan las mujeres del campo para vender sus productos trayendo hasta dos o más niños donde los hermanitos mayores son depositarios de una responsabilidad no acorde a su edad ya que a los 6 u 8 años deben cuidar a niños de 2 ó 3 años,además de cargar en sus pequeñas espaldas a bebés envueltos en aguayos. Sin duda esta situación es considerada como de maltrato infantil, que ha provocado siempre culpar y reprochar a las mujeres por no poner a resguardo a sus hijos, pero poco se analiza la complejidad del problema y la responsabilidad colectiva que existe sobre la inseguridad infantil itinerante.

El segundo recurso que parece muy fácil es pedir que intervenga la Defensoría de la Niñez y la Adolescencia, sin embargoesto solo ocurre si se hace una denuncia, tras la cual las acusadas y condenadas serían las madres que podrían incluso perder a sus hijos que tendrían que serllevados a orfanatos dependientes del Estado.

Por otro lado y como ejemplo de un avance interesante que nos permita analizar los cambios que se pueden lograr, tenemos el caso de las funcionarias públicas en La Paz que tienen permitido instalar a sus bebés en cunitasal lado de su escritorio para poder cumplir con la lactancia. Esto viabiliza el ejercicio de los derechos laborales femeninos, solo queningún espacio de trabajo en la ciudad es adecuado para un niño, sin embargo poniendo las alternativas existentes en una balanza, el hecho de que la madre está obligada a trabajar para mantener a sus hijos solamente genera un amplio muestrario de tolerancias y resignaciones empantanadas.

Este tipo de reflexiones han estado alimentando nuevas teorías como la economía del cuidado, donde encontramos que el cuidado de la infanciaes una actividad productiva que dinamiza la economía nacional porqueposibilita que sus madres puedan trabajar y tenemos que más de la mitad de la población que trabaja generando bienes económicos lo hace porque tiene niños y niñas que mantener.

Otra razón importante para que el cuidado sea parte de la economía generadora y no de la que consume recursos, es que los niños cuidados con responsabilidad tienen más posibilidades de ser felices y potenciar sus mejores capacidades y aptitudes no de simple sobrevivencia, sino de una vida con calidad integral ydignidad. Además el cuidado deja de ser un gasto social cuando reconocemos queentre otras cosas,reviertelos indicadores negativos de desnutrición y deserción escolar.

Ahora bien, retomando el caso de la infancia en las ferias agropecuarias, existen niños que permanecen entre 4 y 10 horas por díajunto a sus madres ymuchos de ellos a muy corta edad ya venden los productosusando con destrezabalanzas y romanillas, voceando la oferta con su agudo altavoz natural y regateando el precio con los compradores, lo cual los incorpora activamente en el mercado de trabajo en condiciones absolutamente injustas. Desde luego que es positivo que un niño desarrolle habilidades a corta edad, pero no es aceptable tantaprecariedad que solo propicia diversas vulnerabilidades.

No se trata de aplicar el facilismo tecnicista deprohibir la presencia de niños y niñas en las ferias y mercados, sino de fomentar las estrategias de proximidad entre las dimensiones familia-trabajo, con condiciones apropiadas para los niños de maneracomplementaria para producir vida y no solo un aparato económico frío, desprovisto de humanidad.

Tampoco podemos pretender que en una sociedad como la nuestra, los hombres se hagan cargo del trabajo para que las mujeres se queden en la casa a cuidar a los niños (o viceversa), esto no es posible porque no todoslos padres viven con la madre de sus hijos y la tutela eminentemente femenina de una fracción importante de los núcleos sociales se reparte entre madres y abuelas.

Por todos estos motivos, si seguimos pensando que es una la sociedad familiar y otra distinta la sociedad trabajadora, las distancias intergeneracionales continuarán ampliándose. Por eso en cierto sentido, las mujeres agropecuarias que llevan consigo a sus niños a las ferias urbanas, trasuntan una especie de resistencia familiar al estar juntos a pesar de las adversidades, porque la separación es el modo desarticulador de la fuerza familiar productiva con que nace y se conforma el hogar campesino, que de todas maneras se ha visto separado de los padres porque ellos migran fluidamente para diversificar la economía familiar o estirar los nexos campo-ciudad a través del negocio del transporte donde algunos hombres tratan de recomponer en algo la relación paternal viajando en compañía de sus adolescentes varones.

Aunque nos cueste comprenderlo, no son los niños y las niñas quienes están mal ubicados en las ferias y mercados urbanos, son nuestras formas de vivir en la ciudad las que no articulan la familia con el trabajo, por lo tanto necesitamos transformar los hábitos de uso del espacio, el tiempo y las necesidades organizativas de lo público, lo privado, lo cotidiano, lo íntimo, lo productivo, los servicios y los flujos, así como lo grande y lo pequeño sin separarlos ni romperlos, sino armonizarlos.

 

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AGROTURISMO ECODIDÁCTICO

Katherine Fernández

Conocer el origen de los alimentos es cada vez más urgente en la era de las políticas nacionales que mercantilizan la vida y elaboran planes de desarrollo que noincorporancálculos reales ni mucho menos ecológicos en sus presupuestos, porque nos hemos acostumbrado a que los principales costos de producciónsean absorbidos por el trabajo familiar y la libre competencia que siempre es desigual.

Arbusto de locotos en carpa solar en Chinchaya

Ante esta realidad y buscando abrir alternativas, durante el 2015ejercitamos una metodología para poder comprender el potencial productivo que existe en zonas cercanas a los mercados locales de la ciudad de La Pazy dimensionar su presencia en nuestros hábitos alimentarios influidos por la comida industrializada que llega por la vía de la importación o el contrabando y que inunda de publicidades los medios de comunicación, quienes a su vez destinan un tiempo de pantalla casi imperceptible a la producción agropecuaria en manos de familias campesinas que trabajan a riesgo propio.

La metodología consistió en llevar a vecinos urbanos  a visitar los cultivos de las comunidades periurbanas y rurales que participan en el proyecto de fortalecimiento de mercados agrarios urbanos del CIDES UMSA en convenio con la Universidad Politécnica de Madrid, que tenía entre otros objetivos el de acortar la cadena de comercialización entre el productor y el consumidor.

Vecinos visitando Chicani

La iniciativa nació durante un recorrido de diagnóstico que se hizo a las comunidades de Chicani y Chinchaya una mañana de diciembre de 2014, cuando tres familias abrieron sus puertas para mostrar con mucho orgullo sus carpas solares, sus policultivos de flores, verduras y papa así como sus gallinas, patos, pavos y conejos.  Ellas querían ser parte de los mercados agrarios urbanos que exigían producción ecológica y con esa sencilla invitación buscaban afanosamente demostrar cuán ecológicos son sus sistemas agrícolas actuales. La visita estuvo llena de aprendizajes en tres horas de recorrido escuchando las historias llenas de lucha con triunfos y derrotas de una economía campesina diversificada por la necesidad de tener ingresos múltiples, ya que por más amor que se tenga a la tierra, la venta de los productos cultivados no alcanza para cubrir todos los gastos de la familia, algo difícil de creer observando semejante prodigio de la naturaleza todavía colorido ypróspero a pesar de los desastres climáticos, pero que encuentra explicación en los bajos precios que les pagamos en la ciudad.

Esta situación nada desconocida pero siempre olvidada, nos hizo ver la necesidad de ayudar a que la gente de la ciudad recuerde quiénes producen la comida y cómo lo hacen, los primeros participantes fueron vecinos de Miraflores y Achachicala quenos ayudaron a alcanzarel éxito esperado. Las primeras convocatorias fueron tímidas y exploratoriassolo para conocer la reacción de la gente, su curiosidad, sus dudas y sus principales motivaciones. Entre los resultadossorpresivos tuvimos la cantidad de compras que hicieron en cada visita que terminaba siendo como una feria a la inversa ya que los visitantes emocionados con la naturaleza, los animalitos y los aromas frescos de laruralidad,querían llevarsehasta las semillas, incluso cosechando personalmente con la guía de las anfitrionas. De esta forma poco a pocola actividad fue cobrando el legítimo nombre de agroturismo que es la combinación entre turismo y agricultura, Cultivos en falda de montaña, Chicani que también se suele denominar agroecoturismo para alcanzar el sentido complementario con la agroecología.

En este nuevo año y habiendo acabado la experiencia universitaria, las señoras de ambas comunidades desean continuar con el emprendimiento de manera sostenible por cuenta propiaincursionando en capacitación turística, clasificación de los componentes apreciables que posee su región y confección de una oferta que conquiste a la ciudad que se encuentra tan cerca y tan lejos al mismo tiempo.

Todos hemos sido turistas alguna vez y podemos serlo de distintas formas, sobre todo utilizando el turismo como una herramienta didáctica para entender la crisis climática que no queremos creer que es culpa nuestra, los vínculos rotos, los territorios perdidos, las especies atropelladas, los ecosistemas sometidos, las voces no escuchadas, las últimas huellas de las que antes se llamaban nieves eternas, los paisajes forzados del avance de la urbanización que sepulta los cultivos, las formas de vida ilegalizadas por la individualización y la propiedad privada, los extraños mecanismos de ayudas mutuas para trabajar en el campo que hacen realidad obras imposibles de pagar a la manera convencional porque funcionan con retribuciones asociativas contrapuestas a cualquier lógica neoliberal bajo el nombre de ayni.

Aptapi: comida comunitaria para los agroturistas

El turismo nos da la oportunidad de descubrir todo aquello que consideramos lo otro, el otro y la otra, inclusive todo lo que negamos permanentemente y que sin embargo circula dentro de nuestros propios cuerpos. Por eso habilitemos un domingo para salir de la casa a conocer la agrovida que rodea a nuestra ciudad y dejémonos guiar por las pequeñas sendas de las casas humildes pero profundamente orgullosas llenas de niños y surcosdonde podremos meter las manos y sacar racimos de papas rosadas, recoger locotos multicolores, nabos, rabanitos, acelgas, espinacas, papricas, lechugas, avena, choclo, habas, coliflores, vainitas y achogchas enredadas entre pepinos y cilandros que se ofrecen irresistibles de la mano de sus productoras, mujeres fuertes que le cambian el color las faldas de los cerros tres veces al año, de café a rojo, a violeta y amarillo. La esperanza deellas junto a sus maridos e hijos es conmovernos lo suficiente para convertirnos en sus cómplices y que nos unamos para enfrentar la batalla por preservar los sistemas vitales que nos circundan y que avasallamos sin clemencia. Allá nos esperan cada domingo nuestras caseritas, acudamos a su llamado que es un deleite colmado de aprendizajes rumbo a la construcción de un movimiento alimentario auténticamente político ciudadanocon propuesta propia, inclusiva y soberana.

 

 

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TRANSPORTE LIMPIO PARA LA PAZ

Katherine Fernández
“Por todo esto es vital que el ciudadano llegue a ser consciente de que la aceleración que demandaba no ha hecho más que fomentar su aislamiento, derivando en una inevitable decadencia de la equidad, del ocio y de la independencia”.
IvanIlich

El transporte clásico en la ciudad de La Pazes de propiedad privada bajo la figura de los sindicatos que lucen sus vehículos por toda la ciudad como en feria, donde se puede encontrarantigüedades como la legendaria línea 2 de colectivos azules que todavía tienen modelos de los años 60, pasando por los micros de colores (amarillos, azules, celestes, verdes, verde limón y rojos) marca Dodge, modelo 70, tantas vecesacondicionados en talleres mecánicos que ya parecen artesanales. 

Un poco más modernos están los buses de la línea 42 de Cota Cota, modelos 85 y 90. Entre los minibuses y mini-minibuses  hay más variedad de marcas incluyendo las chinas, pero los que están llamando la atención estos díasson los que traen puertacontrolada por el conductor desde el botón junto al volante, con lo cual terminará de desaparecer aquel respetable gremio laboral de los Voceadores de Minibús, que hace 20 años estaba integrado por niños y ahora la mayoría son mujeres.

ITOSEN LA HISTORIA RECIENTE DEL TRANSPORTE

Entre las innovaciones paceñas de transporte tenemosal Puma Katari, que es un bus color café iconografiado con la fusión del puma andino y una serpiente. Se trata de la primera línea del Servicio de Transporte Municipal que introdujo el 2014 una primera flota de 61 buses, para los cuales se implementóuna infraestructura vial nueva con diseño deparadas, señalización,capacitación del personal, elaboración de materiales educativos y comunicacionales y otros elementos que son producto de un estudio minucioso que duró más de dos años con el objetivo de tener horarios organizados y rutas estratégicasdistintas a las que cubre el transporte clásico, cambiando la lógica y las costumbres.

Otra innovación reciente es el teleférico, administrado por el gobierno central,que tiene tres líneas de color rojo, amarillo y verde que ha conectado a La Paz con El Alto por vía aérea,con unaruta que ha dinamizado el flujo intercultural de pasajeros entre sur y norte, además de haberse convertido en un atractivo turísticoque permite redescubrir la ciudad mirando desde las alturas. Sin embargo es doloroso reconocer que la cuarta línea blanca instalada en la zona de Miraflores, es una inversión grande que no colabora a solucionar los problemas de transporte, destruye patrimonio urbano y todavía está por verse en qué medida afectará a los vecinos de los edificios de la Av. Busch con el consumo energético y la invasión panorámica.

Por su parte el Gobierno Autónomo Municipal de El Alto está abriendo convocatorias públicas para el proyecto de transporte no motorizado y uso de bicicletas articuladas a las líneas roja y amarilla del teleférico, que incluye construir las respectivas ciclovías y promocionar los beneficios ambientales, económicos y de salud.

FACTORES AMBIENTALES DEL TRANSPORTE

No es noticia que el transporte automotor es la tercera fuente de emisiones de dióxido de carbono (C02)que es uno de los gases contaminantes de efecto invernadero que ocasionan la crisis climática y es sabido que la emisión de esos gases es más significativa mientras más viejos son los vehículos. Asimismo, la forma como opera el transportegenera difíciles relaciones entre los transportistas y los pasajeros, lo que configura un ecosistema urbano altamente contaminado y estresante.

De escenarios caóticos como este fue surgiendo la idea de transporte limpio que es aquel impulsado por energías no emisoras de gases contaminantes como la energía solar o la cinética que caracteriza a las bicicletas.

Sin embargo también puede llamarse transporte limpio a aquel que funciona en medio de relaciones humanas amables y sensibles donde pasajeros y conductores facilitan el traslado dinámico de un punto a otro entablando colaboraciones mutuas. 

TRANSPORTE LIMPIO

En cuestión de relaciones ecológicas, la gente en La Paz demuestra estar consciente de las necesidades para mejorar el sistema, tal y como se escucha en los debates radiales donde llaman transportistas y pasajeros repitiendo una y otra vez sus demandas entremezcladas:

-    Necesitamos vehículos limpios y que no tengan tornillos ni fierros expuestos.
-    Necesitamos que ningún pasajero deje basura.
-    Que los conductores sean gentiles.
-    Que los pasajeros respeten las esquinas.
-    Que conduzcan a velocidad prudente, sin correr para ganar a nadie ni detenerse a esperar bocineando como si eso fuera a convencer a más gente para subir.
-    Que no destrocen los asientos.
-    Que esperen a cerrar la puerta antes de partir.
-    Que no nos griten a los choferes si están atrasados.
-    Que no arriesguen más vidas con irresponsable instalación de gas.

Si entre conductores y pasajeros hiciéramos el compromiso de solucionar esta lista de demandas, nos premiaríamos con un sistema de transporte limpio.Adicionalmente nos ayudaría a desarrollar más confianza entre nosotros, esa confianza social que se ha perdido y que nos obliga a cuidarnos todo el tiempo los unos de los otros. Es muy urgente tratarnos bieny deshacer los bandos de guerra que hemos formado, para poderreconocernos nuevamente como personas y no como soldados permanentemente enfrentados: pasajero versus transportista. Necesitamos abandonar la saturada discusión de subir o no subir el pasaje para encausar nuestras capacidades sociales hacia diseños mancomunados de ciudad, como por ejemplo espacios verdes plantados y cuidados por vecinos organizados y así poder disfrutar de paisajes cada vez más lindosque nos den buenas razones para ir al trabajo o a la escuela, caminando.

En este punto es oportuno apelar a un ejemplo de confianza social esencialmente ecológica que es el método de compartir automóviles para viajes entre ciudades o barrios distantes, en el que la persona que piensa viajar en su automóvil y tiene asientos disponibles, anuncia por su red virtual o en una página web especializada, la hora, punto de partida y costo del pasaje. De esta manera hay mutuo beneficio para el pasajero que consigue un pasaje más barato y para el conductor que obtiene un ingreso extra. Quienes usan este tipo de viajes compartidos manifiestan beneficios adicionales como ahorro en emisiones, charla interesante y compañía .

Paceños y paceñas tenemos tareas pendientes,pero sobre todo posibles para lograr un transporte limpio ya que todosqueremos trasladarnos cada día con calidad y ecología.

 

 

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EL BOSQUE NAVIDEÑO QUE CALIENTA EL PLANETA

Katherine Fernández
  Qué ser vivo puede ser tantas cosas vitales a la vez: agua, aire, comida, casa, sombra, paisaje, música...

Cuando se le solicita a la gente que plante un árbol, pocos se entusiasman y la mayoría lo ve difícil. Sin embargo, si nos detuviéramos a contar todos los árboles que se decoran para la fiesta navideña en el mundo, podríamos visualizar un bosque infinito. Pero además, si comparamos los costos en tiempo y recursos económicos,veríamos que es superioren comparación con lo que se necesita para tener un árbol de verdad, plantado y vivo.

Se calcula que podrían ser novecientos millones de casas en el mundo que decoran un árbol navideño (sin contar oficinas, tiendas y espacios públicos),de los cuales una parte es árbol talado de plantaciones de bosques para esta fiesta y la otra parte son árboles de plástico. En ambos casos son árboles contaminantes, los de plástico por el material y la huella ecológica negativa que deja su fabricación y los naturales, porque al cortarlos liberanel dióxido de carbono que capturanen la denominada purificación del aire y también dejan de regular los vientos, producir agua, albergar especies animales y de dar sus otros “servicios ambientales” (denominación mercantil).

Ya es por demás sabido que las fiestas de fin de año extralimitan su contaminación con la correspondiente contribución al calentamiento global, pero particularmente la figura del árbol es un ícono confuso que no se sabe qué representa pero que conlleva esa sobrecarga cultural estrambótica e indecisa, donde el árbol queda tan asfixiado como el planeta mismo.

La cifra de 900 millones de árboles navideños decorados son más del doble del cálculo que se tiene de árboles que existen en la Amazonía, que es uno de los bosques más grandes del planeta y por eso uno de sus pulmones vitales, donde se tienen 390 millones de árboles aproximadamente, aunque hay expertos que discuten esta cuantificación debido a que aún hay especies no catalogadas.

Lo que hace la humanidad cuando realmente quiere es espectacular, decorar en un mes de fiesta navideña 900 millones de árboles es monumental, por lo tanto nadie debería decir que no puede plantar un árbol de verdad en toda su vida.

 

 

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HUERTOS URBANOS EN LA LUCHA POR NATURALIZAR LAS CIUDADES

Katherine Fernández

El movimiento de huertos urbanos está creciendo impulsado fundamentalmente por grupos de vecinos y vecinas que están cobrando una importancia estratégica que nos obliga a entender varios elementos, como la necesidad de aprender a producir alimentos, a gestionar con otro concepto el agua, a concentrar a las familias de los barrios en una actividad que los integra y genera relaciones diversas no solo de amistad sino también de movilización por naturalizar la ciudad, recuperar espacios olvidados, cambiarescombreros y disfrutar el logro de cada fruto en comidas comunitarias, además de alcanzar a escuelas e institutos con una didáctica que va más allá de la botánica y la biología teórica, involucrando directamente sus manos con la tierra lo que produce sentimientos de colaboración, solidaridad, reencuentro y nuevos significados.

Los huertos parecen haberse convertido en una estrategia de enriquecimiento cultural que entrelaza objetivos y proyectosque reconstituyen el tejido social intergeneracional resquebrajado por la infraestructura citadina de edificios, muros y puertas cerradas.

En varias ciudades de España los huertos han pasado por abrumadoras etapas, se han conformado, diluido y vuelto a recomponer por diferentes circunstancias, principalmente por la escasa aceptación o rechazo rotundo que tenían de sus ayuntamientos al principio. Por eso entre sus triunfos principales está su institucionalización a través de la regularización que ha podido cuajar una integralidad vecinal en cada huertoa partir delreconocimiento del sentido, validez y relevanciacomo organizaciones sociales en la gestión gubernamental de temas urbanos, introduciendo la huerta en la planificación y presupuesto público como una necesidad básica y no como un simple pasatiempo.

En este proceso surgen elementos de análisis como los servicios ecológicos que otorga un área verde: oxígeno, humedad, reconstitución de tierra fértil, revitalización de espacios secos, fortalecimiento de capacidades autoalimentarias, economía del agua, conocimiento de los ciclos anuales de la producción alimentaria, el aporte de hogar para otras especies desde aves hasta insectos que ayudan más allá de la polinización, a una regeneración sistemática.Además inicia otros procesos vitales como la circularización de residuos orgánicos en el compostaje lo que los rescata de la basura cuya disposición final siempre gasta mucho dinero público con el respectivo costo ecológico para todos. Por otro lado también deja planteadauna tarea para arquitectos e ingenieros, que esla necesidad de conciliar infraestructuras duras de cemento y asfalto con la agricultura, sea de ornamento o alimentos, lo que rompe el esquema abriendo otra cosmovisión de la ciudad.

Un proyecto paralelo a la habilitación de parcelas para huerto es la investigación de voluntades vecinales para tener huertos en sus azoteas, quienes estén escuchando el llamado a cultivar y  sientan decepción al no tener posibilidades cercanas, pueden considerar sus techos y fachadas, como lo plantea la línea de estudio de Julian Briz e Isabel de Felipe, en uno de sus libros titulado Agricultura Urbana Integral, ornamental y alimentaria. Una visión global e internacional, que ha sido publicado este año.

Hoy, los huertos urbanos nos activan con su agenda propia y dinámica de eventos y tareas que trascienden la siembra, el cuidado y la cosecha. Ellos hacen recorridos en bicicleta, distribución de estiércol y otros insumos, intercambio de experiencias prácticas, campañas, talleres, seminarios, asambleas mensuales, encuentros y hasta manifestación de protesta por el agua.

Ya sabemos que los elementos mínimos de vida son agua, aire, tierra, árbol y semillas. Por ahora no pagamos por el aire, pero si seguimos con el ritmo de vida consumista que nos metió en esta crisis climática, seguramente tendremos que pagar por un servicio de tuberías de aire a domicilio. Sin embargo en la situación actual, un árbol, un jardín y un huerto otorgan ese servicio para todos, las áreas verdes son gestores naturales de oxígeno que a su vez deriva en humedad, evaporaciones y vientos en ciclos hídricos completos, por lo tanto también nos dan agua. Siguiendo esta lógica podemos cuestionar por qué los huertos tienen que pagar con dinero por el agua que requieren, por qué no reciben libremente el agua si ellos mismos la generan respondiendo al flujo natural. Si es un servicio ambiental el que dan, por qué no pueden recibir agua sin tener que pagarla.

Aquí también está planteada la urgencia de entender que el agua que necesita un huerto no es para lavar y desechar como en una casa u oficina, es para alimentar el ecosistema que nos da la vida.

En este momento los huertos urbanos de Madrid van a dar el siguiente paso para lo cual están emprendiendo una campaña elemental por agua libre ante el ayuntamiento. Ellos y ellas tienen un gran compromiso por seguir trabajando la tierra, lo que paso a paso va estructurando todo unpatrimonio ecológico público que será objeto de estudio para los académicos, porque son áreas abiertas a todo el que desee integrarse, porque ellos no han comprado el terreno ni son propietarios privados. Por eso necesitan del apoyo de toda la ciudadanía para que el ayuntamiento reciba de la gente el fundamento más irrefutable: agua libre para la naturaleza porque ella es quien nos la otorga.

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TERCER FORO ANDINO AMAZÓNICO ¿VIVIR BIEN SIN TERRITORIO, ALIMENTOS, NI DERECHOS?

Katherine Fernández
En estos momentos de tanta tensión para organizaciones no gubernamentales que se dedican a la investigación, hablar sobre el vivir bien de territorios rurales donde se violan los derechos y se acelera el extractivismo, es como hacer una marcha en dictadura sin testamento bajo el brazo.

El 23 y 24 de septiembre se llevará a cabo en La Paz, el tercer Foro Andino Amazónico, con la participación de Brasil, Perú, Colombia, Paraguay, Argentina y Bolivia. El programadel evento recupera los puntos neurálgicos del debate sobre el tipo de desarrollo que precisamos, ya que la extracción de materias primas no renovables está llegando al colapso de la insostenibilidad.  Ya llevamos varios años preguntándonos sobre los mecanismos para aplicar soluciones y transformar las políticas nacionales hacia el bienestar de todos,pero hasta ahora solo hemos logrado incluir en la discusión a la Madre Tierra que debate con su propio lenguaje de eventos climáticos extremos provocados por la acción humana.

Ya sabemos que el desarrollo insostenible es el problema y necesitamos aplicar soluciones inmediatas. El foro aportará con experiencias y testimonios, pero además con el espacio mismo como oportunidad para organizarnos y actuar.

Durante la  última década la región amazónica ha intentado confeccionar herramientas de lucha a partir de una estructura constitucional que permita legislar la protección de los recursos naturales para que no se acaben, tal es el caso de Ecuador y Bolivia que han incorporado el vivir y los derechos de la Madre Tierra en su cosmovisión normativa, pero que no ha podido ser implementada en la realidad,se ha quedado en el articulado tanto como en unas cuantas oficinas púbicas que no influyen en las decisiones gubernamentales.  Pensábamos que redactar una nueva Carta Magna inclusiva era una victoria para los pueblos, pero cada acción anticonstitucional que facilita los negocios de extracción de materias primas en nuestros países, encuentra justificación y legalidad en la práctica, sea a través del chantaje o de la fuerza pública.

El elevado costo social directo por la imposición del extractivismo lo pagan los indígenas y campesinos con sus vidas ygrandes extensiones de los territorios a los que pertenecen. El despojo directo, la compra forzada, el desplazamiento y la migración escalada son monedas de cambio entre lo rural y lo urbano, donde las ciudades latinoamericanas cargan con los cinturones de pobreza y los desbordes de la informalidad, mientras que las zonas rurales de recursos estratégicos quedan a merced del capital extranjero que controla la extracción sin siquiera estar presente para rendir cuentas.

La región andinoamazónica asiste hoy a un concierto de movilizaciones sociales que tiene la tendencia a convertirse en el elemento paralelo que forma parte del capitalismo y va creandoinsensibilidaden la ciudad, donde cada día nace una nueva autoridad que toma las peores decisiones.

Cada vez que se ha explorado modelos alternativos a la ejemonía de mercado, se han encontrado mecanismos y metodologías locales con las que distintos sectores sociales logran sobrevivir en el campo y en la ciudad, en la medida en que su capacidad organizativa se lo permite y atiende necesidades constantes. Grupos de mujeres, familias agricultoras, sindicatos o cooperativas e incluso las víctimas de las distintas violencias clasificadas, se están agrupando para defenderse.Lo que nos hace falta es dimensionar estos modelos locales para ajustarlos a niveles nacional y regional, que nos permitan romper con la dependencia económica y la cadena de poder que en verdad nos teme más que nosotros a él.

El foro es una vitrinay amplificación de las denuncias rurales, de las experiencias concretas, de las estrategias populares y del trabajo intelectual de investigación que nos explique por qué nos pasa lo mismo en todos los países y por qué todos juntos tenemos elmismos miedo y aletargamiento.Luego nuestra pregunta una vez más será: ¿Y ahora qué hacemos? La respuesta es que no pasará nada beneficioso si no asumimos responsabilidades políticas cada uno de nosotros mismos.

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