AGRICULTURA

Economía
“Los países de occidente pensaron que nos estrangularían con cosas gourmet, como el jamón español, el queso francés o el vino italiano, podemos vivir sin esos productos”, explicó Artem Ustinov, Consejero Político de la Embajada de la Federación Rusa en Bolivia.
Economía
En representación del gobierno, asistieron la coordinadora del Viceministerio de Desarrollo Rural y Agropecuario, Mercedes Noza; así como el coordinador nacional del Programa de Inclusión Económica Para Familias y Comunidades Rurales ACCESOS, José Antonio Carvajal, entre otros.

“La tierra está cansada”

Mario Mamani Morales

Por donde veamos Bolivia es un país bendecido. Nuestros mercados están abastecidos de la producción agrícola anual. Se encuentran artículos de primera necesidad al alcance de todo bolsillo. Pobres y ricos tienen la posibilidad de llenar la olla y la oferta generalmente supera la demanda. Hasta se observa que en ocasiones los productos que no se vendieron son desechados a montones.

¿Cuánta gente encontrará sustento en el círculo de la comercialización de los artículos de la canasta familiar? Al productor le conviene vender al por mayor, entonces aparecen los intermediarios o revendedores, según sea la ocasión. Los precios se elevan como el producto haya pasado de mano en mano hasta llegar a la olla familiar. Es una característica de nuestros mercados.

Los entendidos en culinaria, especialmente extrajera, no dudan en afirmar que los alimentos producidos en Bolivia son de calidad, todavía se tiene un ciclo de cosechas ecológicas, con abono natural, por tanto, apto para el consumo humano. En otras partes del mundo la producción es con ayuda de químicos, fertilizantes y la semilla alterada genéticamente. Claro que en algunas partes de Bolivia también se recurre a estas experiencias; pero no es general.

Los mercados en Bolivia crecen con la oferta de productos nuestros. Parece contradictorio en relación a las estadísticas del despoblamiento de las zonas rurales. Es decir, hay menos habitantes en el campo y hay más producción agrícola. A priori encontramos algunas respuestas: se afirma que se provecha la tecnología agrícola que presenta muchas mejoras en las últimas décadas y se ha aprendido a manejar las semillas como también el ciclo del tiempo en relación con la naturaleza.

Las ciudades crecen en progresión geométrica, más y más habitantes que prolongan la periferia; consumen en el mercado y éste nunca queda vacío. En algunos artículos de primera necesidad se observa que la importación o el contrabando suplen esa insuficiencia. Los analistas dicen que los bolivianos somos pocos, apenas once millones de habitantes. Nos podemos abastecer, sostienen.

¿Será siempre esto así? ¿Qué nos depara el futuro? Por la migración campo-ciudad hay comunidades que  van quedando desiertas porque sus habitantes se fueron a las ciudades o áreas urbanas; las escuelas subsisten casi vacías por falta de alumnos. No es novedad que las autoridades originarias exijan u obliguen a las familias de la comunidad que inscriban a sus hijos en la escuela del pueblo, so amenaza de quitarles sus terrenos o negar todos sus derechos ancestrales.

En algunas comunidades rurales sólo quedan ancianos, al cuidado de los pocos animales o los sembradíos temporales. Los hijos se han ido a la ciudad o al extranjero. Lo que ocurre hoy es que todavía vuelven en temporadas de siembra y cosecha. La tercera generación ya no volverá, es más, renegará de sus orígenes. ¿Qué será del campo?

Según un dirigente campesino, quien no se metió a la politiquería partidaria, se aplicará con el tiempo eso de que “la tierra es de quien la trabaja”, las tierras que se abandonan pasarán a ser propiedad de la comunidad, entonces habrá la posibilidad de otorgar tierras a quienes hoy no la poseen o tienen sólo una pequeña parcela, condición: hacerla producir.

Según se prevé, surgirá la necesidad de buscar políticas adecuadas para el uso de la tierra que se abandona a consecuencia de la migración o despoblamiento del área rural, fenómeno que no sólo es en Bolivia sino mundial, es otra etapa del procesos histórico que vive el mundo desde los primeros años de este siglo XXI. A esto hay que añadir la observación sabia de los ancianos en el campo: “el tiempo está cansado y la tierra también”. ¿Qué mensaje nos quieren dejar?

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LA AGRICULTURA TAMBIÉN PRODUCE AGUA

Katherine Fernández

La ciudad de La Paz está rodeada de nevados, glaciares y agricultura, los dos primeros están desapareciendo, pero las familias agricultoras continúan cultivando con sus propias estrategias de canalización de agua que les permiten resistir las sequías por más tiempo que a las ciudades.

En el pasado hubo muchos pronósticos que decían que la agricultura familiar comunitariadesaparecería gracias a la modernización de las urbes donde todos íbamos a depender de la industria para comer. Pero cuando una sociedad tiene en la base de su patrimonio intangible los conocimientos transmitidos de generación en generación sobre el cultivo de la tierra y el autoabastecimiento alimentario, las distintas crisis económicas, sociales y ahora hídricasse remiten a esa base, por lo tanto el retorno a la tierra es una constante, no solo por la comida sino también por el agua .

La crisis de agua que se ha producido en La Paz dio lugar a un debate que saca a la luz nuestras intimidades urbanas más deplorables como el derroche colectivo, la falta de conocimiento de la disponibilidad de fuentes de agua y la incipiente planificación gubernamental.  

Las represas que dotan de agua a la ciudad se encuentran en zonas agropecuarias, donde las familias campesinas no tenían conexiones domiciliarias hasta hace un año, cuandopor primera vez se empezó a implementar un proyecto que a la fecha todavía no cubre a todas las casas. La gestión rural del agua siempre ha sido artesanal, con la organización de grupos de trabajo en cada comunidaddonde todos deben participar obligatoriamente en la construcción, mantenimiento y búsqueda de nuevas tomas de aguacada vez que el clima así lo determina.

A lo largo dela ruta que une la ciudad de La Pazcon las represas se apreciael sistema de distribución de agua potableinstalado para abastecer solamente a la ciudad y paralelamente se ven los canales rústicos construidos por las comunidades campesinas para su consumo y riego. La primera esuna infraestructura con diseño especializado de ingeniería de40 millones de dólares invertidos y la segunda es una inversión no calculada de trabajo comunitario con mano de obra familiar, materiales precarios, muy decorativa del paisaje pero sin potabilización, expuesta a la contaminación de transporte motorizado ybasura. Así y todo, es esta la instalación de agua que posibilita el riego que seguirá produciendo alimentos para la ciudaddurante este tiempo de sequía que, por primera vez incluye a tantos barrios residenciales urbanos al mismo tiempo.

En medio de la angustia la ciudadanía paceña lanza una interpelación muy dura en contra de los campesinos que se declararon en emergencia ante la instalación repentina de trasvases desde ríos aledaños al sistema de distribución, porque temen quedarse sin agua para los cultivos. De esta manera se sorprenden divididos campo y ciudad por el agua. 

Sin embargo, la preocupación de ambas partes es comprensible: por una parte los campesinos agricultores tienen razón en manifestar su angustiaen la declaratoria de emergencia que incluye amenazas de bloqueos camineros, pues ante los desastres naturales a ellos siempre les toca invertir más tiempo, esfuerzo y recursos propios para canalizar el agua desde mayores distancias, con los consiguientes conflictos entre comunidades o familias que a veces ocurren, aunque  al final no les quede más remedio que unirse para enfrentar la necesidad.Por su parte la ciudad tiene razón en recordarles que el agua no tiene dueño y el acceso espara todos.

Así las cosas, se pone en evidencia la improvisación gubernamentaldonde las instituciones se sorprenden forcejeando vergonzosamente entre familias urbanas y rurales.

Como en todas las regiones del planeta que sufren sequías, el razonamiento sobre los usos del agua presiona sobre las prioridades y la agricultura es justamente una de esas prioridades no solo por la producción de alimentos, sino porque la inversión que hace del insumo agua se articula al ciclo hídrico otorgando la capacidad de resistir a la sequía por un tiempo algo más prolongado.

En un sistema orgánico de producción agropecuaria, el uso del agua pasa por distintas etapas y no se desecha, el agua destinada al riego queda en el cuerpo vegetal de cada tipo de planta de donde  sale en un proceso lento de evapotranspiración que humedece el ambiente dando su cuota de contribución para la formación de nubes. Aquí las matemáticas agrícolas inducen a calcular que mientras más vegetación más humedad en el ambiente.

Lo mismo pasa con los jardines urbanos, públicos o privados, con la diferencia de que aplican fumigación sintética, sobre todo los espacios a cargo del municipio que, si se sustituye por insecticidas orgánicos, podría dar una contribución más sana.

Por todo esto, la agricultura se postula como el uso productivo del agua para producir agua, aparte de la comida.  En La Pazsenecesita diseñar una política hídrica que retenga el agua justamente ahíen la vegetaciónagrícola y eleve aún más el nivel de almacenaje y circulación del agua a través del fomento a laagroforestería que, a su vez introduzca a la población en una dinámica económica de proximidad, direccionando la preferencia de compra de alimentos a esos productores circundantespara lograr sostenibilidad y consolidar entre la oferta y la demanda una economíasocioambiental que, como parte de un proceso ampliado, ayude a recomponer y equilibrar el ciclo hídrico.

 

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¡QUE SERA DE TI, BOLIVIA...!

Gary Antonio Rodríguez Álvarez

“Llegué a Bolivia hace 20 años y me siento muy orgulloso de participar y de haber aportado con mi grano de arena en la construcción de este modelo de agricultura que tenemos hoy en Santa Cruz. Pese a todos los problemas, podemos decir que ¡la agricultura cruceña es un éxito!”, fueron las emocionantes palabras deRaul Amaral Campos Filho, uno de los miles y milesde productores del agro que habiendo dejado su lugar de origen, decidió apostar por este bendito país llamado Bolivia. ¡Merecido el homenaje público recibido!

Fue en el marco de VIDAS 2016 -el Evento de Tecnología Agrícola más representativo de Bolivia- que en su XIII versión (14-15.10.2016) logró nuevos récords con más de 20.000 visitantes y 20 millones de dólares en negocios concretados, según informó Danilo Patriota, Presidente de la Fundación de Desarrollo Agrícola Santa Cruz (FUNDACRUZ), la entidad organizadora.

Del discurso del galardonado, me impresionó la sinceridad de sus palabras, su sencillez y desprendimiento al dedicar su reconocimiento a todos los agricultores de Bolivia, instando a “que sirva de incentivo para que sigamos adelante en este momento tan difícil que pasa nuestro sector”. Amaral recordó que en el 2014 y 2015 la Zona Norte del Oriente boliviano sufrió intensas lluvias e inundaciones, y que en el 2016 la sequía devastó la Zona de Este,dejando además un 50% del área de siembra de invierno en el Norte sin sembrar. 

“Yo siempre digo que los agricultores son desarrolladores de países. ¡Qué sería de Cuatro Cañadas, Pailón y San Pedro! ¡Qué sería de Santa Cruz sin los agricultores!” -dijo- a lo que yo añado: ¡Qué sería Bolivia sin Santa Cruz y sus productores agropecuarios! Un triste destino de dependencia alimentaria le depararía. Y pensar que ¡cuántas de sus demandas se hacen esperar, entre ellas la de la biotecnología!

“Además de desarrollar nuevas fronteras agrícolas, construimos caminos, generamos riqueza y empleos e integramos el país, hacemos girar la economía y por encima de todo producimos alimentos”, dijo quién -pese a no haber nacido aquí- lo sentí más boliviano que muchos oriundos que se quejan de su país.

¡Cuánta injusticia respecto al trato que proponen para los extranjeros algunos fútiles medioambientalistas, activistas, ONGs y Fundaciones, olvidando que comen de lo que aquellos producen, pero luego muerden su mano!

¡Mis respetos a nuestros productores agropecuarios -cambas, collas, chapacos o extranjeros- pues todos ellos son mis hermanos bolivianos, sin distinción!

(*) Economista y Magíster en Comercio Internacional

Santa Cruz, 26 de octubre de 2016

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HUERTOS URBANOS EN LA LUCHA POR NATURALIZAR LAS CIUDADES

Katherine Fernández

El movimiento de huertos urbanos está creciendo impulsado fundamentalmente por grupos de vecinos y vecinas que están cobrando una importancia estratégica que nos obliga a entender varios elementos, como la necesidad de aprender a producir alimentos, a gestionar con otro concepto el agua, a concentrar a las familias de los barrios en una actividad que los integra y genera relaciones diversas no solo de amistad sino también de movilización por naturalizar la ciudad, recuperar espacios olvidados, cambiarescombreros y disfrutar el logro de cada fruto en comidas comunitarias, además de alcanzar a escuelas e institutos con una didáctica que va más allá de la botánica y la biología teórica, involucrando directamente sus manos con la tierra lo que produce sentimientos de colaboración, solidaridad, reencuentro y nuevos significados.

Los huertos parecen haberse convertido en una estrategia de enriquecimiento cultural que entrelaza objetivos y proyectosque reconstituyen el tejido social intergeneracional resquebrajado por la infraestructura citadina de edificios, muros y puertas cerradas.

En varias ciudades de España los huertos han pasado por abrumadoras etapas, se han conformado, diluido y vuelto a recomponer por diferentes circunstancias, principalmente por la escasa aceptación o rechazo rotundo que tenían de sus ayuntamientos al principio. Por eso entre sus triunfos principales está su institucionalización a través de la regularización que ha podido cuajar una integralidad vecinal en cada huertoa partir delreconocimiento del sentido, validez y relevanciacomo organizaciones sociales en la gestión gubernamental de temas urbanos, introduciendo la huerta en la planificación y presupuesto público como una necesidad básica y no como un simple pasatiempo.

En este proceso surgen elementos de análisis como los servicios ecológicos que otorga un área verde: oxígeno, humedad, reconstitución de tierra fértil, revitalización de espacios secos, fortalecimiento de capacidades autoalimentarias, economía del agua, conocimiento de los ciclos anuales de la producción alimentaria, el aporte de hogar para otras especies desde aves hasta insectos que ayudan más allá de la polinización, a una regeneración sistemática.Además inicia otros procesos vitales como la circularización de residuos orgánicos en el compostaje lo que los rescata de la basura cuya disposición final siempre gasta mucho dinero público con el respectivo costo ecológico para todos. Por otro lado también deja planteadauna tarea para arquitectos e ingenieros, que esla necesidad de conciliar infraestructuras duras de cemento y asfalto con la agricultura, sea de ornamento o alimentos, lo que rompe el esquema abriendo otra cosmovisión de la ciudad.

Un proyecto paralelo a la habilitación de parcelas para huerto es la investigación de voluntades vecinales para tener huertos en sus azoteas, quienes estén escuchando el llamado a cultivar y  sientan decepción al no tener posibilidades cercanas, pueden considerar sus techos y fachadas, como lo plantea la línea de estudio de Julian Briz e Isabel de Felipe, en uno de sus libros titulado Agricultura Urbana Integral, ornamental y alimentaria. Una visión global e internacional, que ha sido publicado este año.

Hoy, los huertos urbanos nos activan con su agenda propia y dinámica de eventos y tareas que trascienden la siembra, el cuidado y la cosecha. Ellos hacen recorridos en bicicleta, distribución de estiércol y otros insumos, intercambio de experiencias prácticas, campañas, talleres, seminarios, asambleas mensuales, encuentros y hasta manifestación de protesta por el agua.

Ya sabemos que los elementos mínimos de vida son agua, aire, tierra, árbol y semillas. Por ahora no pagamos por el aire, pero si seguimos con el ritmo de vida consumista que nos metió en esta crisis climática, seguramente tendremos que pagar por un servicio de tuberías de aire a domicilio. Sin embargo en la situación actual, un árbol, un jardín y un huerto otorgan ese servicio para todos, las áreas verdes son gestores naturales de oxígeno que a su vez deriva en humedad, evaporaciones y vientos en ciclos hídricos completos, por lo tanto también nos dan agua. Siguiendo esta lógica podemos cuestionar por qué los huertos tienen que pagar con dinero por el agua que requieren, por qué no reciben libremente el agua si ellos mismos la generan respondiendo al flujo natural. Si es un servicio ambiental el que dan, por qué no pueden recibir agua sin tener que pagarla.

Aquí también está planteada la urgencia de entender que el agua que necesita un huerto no es para lavar y desechar como en una casa u oficina, es para alimentar el ecosistema que nos da la vida.

En este momento los huertos urbanos de Madrid van a dar el siguiente paso para lo cual están emprendiendo una campaña elemental por agua libre ante el ayuntamiento. Ellos y ellas tienen un gran compromiso por seguir trabajando la tierra, lo que paso a paso va estructurando todo unpatrimonio ecológico público que será objeto de estudio para los académicos, porque son áreas abiertas a todo el que desee integrarse, porque ellos no han comprado el terreno ni son propietarios privados. Por eso necesitan del apoyo de toda la ciudadanía para que el ayuntamiento reciba de la gente el fundamento más irrefutable: agua libre para la naturaleza porque ella es quien nos la otorga.

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Indígenas
Zapiranda dijo que desde 2010 empezaron a ser agricultores, pero en 2013 vieron resultados. A la par también se dedican a la agricultura y carpintería, que comercializan en mercados de Villamontes.
Regional
Las semillas de frutilla, durazno, manzana y ciruela serán clonadas desde el mes de julio en el municipio de Comarapa del departamento de Santa Cruz, para ampliar su producción y el abastecimiento a mercados del país.
Indígenas
Preocupados por los cambios climáticos, la reducción de la producción de alimentos y la seguridad alimentaria, pequeños productores se reúnen para emprender acciones de bloque.