Democracia

MÁS INFORMACIÓN PARA LA DEMOCRACIA

Erick R. Torrico Villanueva

    Si informarse es la primera condición para la participación ciudadana en la vida pública, se puede entender  también que el papel de los medios periodísticos resulta crucial para el logro de ese cometido. Y si se lleva este razonamiento un poco más lejos se hace claro que una democracia con calidad implica necesariamente fluidez en el intercambio de información plural  y amplio acceso a ella.

    Es gracias a la información que se toma conocimiento, se forma opinión, se adopta alguna posición, se asume una decisión y se actúa, secuencia de pasos fundamental para el ejercicio  efectivo de la ciudadanía. Por eso, cuando los procesos informativos en una sociedad son deficientes, insuficientes o irrelevantes surgen con mayor facilidad las condiciones para la apatía, el conformismo y la manipulación tanto como para el conflicto.

    En el caso del desempeño del régimen democrático, los problemas relacionados con la mala gestión de la información están en la base de su deterioro y deslegitimación.

    La Consulta Ciudadana “Tu palabra sobre las noticias: Elecciones 2014” que llevó a cabo el Proyecto de Comunicación Democrática de la Fundación UNIR Bolivia el pasado 26 de julio en las ciudades de El Alto, La Paz, Cochabamba y Santa Cruz partió de ese convencimiento sobre el valor de la información en general  para la convivencia social y de la consiguiente contribución que, en un período electoral, puede brindar el periodismo al afianzamiento democrático en el país.

Una “encuesta al revés”

    La Consulta Ciudadana aplicó un cuestionario con preguntas abiertas y de opción múltiple a 1.150 personas desde los 18 años de edad que voluntariamente quisieron emitir su opinión en alguna de las mesas que UNIR instaló en sitios públicos de cada una de las urbes mencionadas. Esta práctica, que “invierte” la relación típica entre el que investiga y quienes son investigados, es asimismo la que otorga representatividad y validez a los datos y criterios obtenidos puesto que éstos provienen de informantes preocupados por el tema sobre el que son preguntados. A su vez, el número de participantes consultados corresponde proporcionalmente a la composición demográfica (edad y sexo) de cada uno de los lugares comprendidos en el estudio.

    Se trata, entonces, de un procedimiento de averiguación de percepciones, hábitos y demandas de usuarios de medios que combina elementos metodológicos cualitativos y cuantitativos, pero que no se basa en una definición muestral probabilística ni presenta inferencias estadísticas.

    Otro aspecto original de la Consulta Ciudadana ejecutada por UNIR es que en sus tres versiones (2008, 2012 y 2014) se ha interesado exclusivamente por las relaciones entre ciudadanía y medios noticiosos.

Escuchar a la gente

    A pesar de las posibilidades de interacción que hoy ofrecen las tecnologías informativo-comunicacionales, la norma en el periodismo es todavía que se caracterice por ser unilateral respecto de sus públicos. Es decir que, mientras medios y periodistas “hablan”, los receptores de sus mensajes “escuchan”. De ahí que sea importante, al menos de vez en cuando, saber qué piensan los lectores, oyentes, espectadores e internautas del trabajo periodístico y qué quisieran que éste les brinde.

Dado que por lo regular es difícil que los medios recojan de modo directo esas visiones y planteamientos, UNIR desarrolló la Consulta para coadyuvar en esa labor de escucha de la ciudadanía a fin de retroalimentar al periodismo al tiempo de favorecer la participación social en la construcción del espacio público en un momento de tanta significación como el de unos comicios nacionales.

¿Qué dijo la gente?

    En breve, las personas consultadas en las cuatro urbes señalaron que son los medios tradicionales —TV, radio y prensa, en este orden— los que la población usa de modo preferente para informarse de las elecciones y dijeron creerle más al periódico  que a la radio, pero situando a ambos por debajo de la televisión en esta materia. La información que proveen los medios noticiosos fue considerada mayoritariamente útil para que los electores definan su voto, por lo que los espacios especiales que crean determinados medios para tratar de forma expresa asuntos de las elecciones fueron calificados como muy importantes por más de la mitad de los interrogados, en tanto que la calidad de las informaciones fue definida como buena por el 75% de los consultados. 

    No obstante, estas últimas valoraciones positivas tienen su contraparte en las demandas ciudadanas de mayor y mejor información. A esto se refieren los reiterados  planteamientos acerca de que los medios cumplan la función de informar con profesionalismo, ecuanimidad, pluralismo y ética que recogió la Consulta.

Las expectativas identificadas

    A cierta distancia del tipo de contenidos que suelen nutrir los menús habituales de los medios noticiosos en período electoral (hechos y declaraciones de campaña, datos del proceso electoral en sí, sondeos de intención de voto, opiniones de analistas, etc.), los ciudadanos interrogados sostuvieron que más bien desearían recibir información relativa tanto a las propuestas electorales y planes de gobierno de los partidos contendientes como a los perfiles y trayectorias de los candidatos principales, en lo posible, en sus propias voces.

     Y la mención a ello apareció relacionada con el interés en conocer más de temas político-económicos de mediano y largo plazo que manifestaron los consultados junto a su requerimiento de entrevistas a los candidatos principales y de debates de fondo entre ellos. 

Necesidad de evitar el retroceso

    Se advierte, entonces, que la agenda electoral ciudadana, que sí existe, lamentablemente es poco (re)conocida y menos visibilizada. Al contrario, la agenda que prevalece en la escena pública es la de los políticos en competencia, la cual no sólo es reproducida y amplificada cotidianamente en el espacio mediático en términos noticiosos sino que además resulta reforzada por la difusión pagada de propaganda. En consecuencia, los medios dan cabida preferente a los temarios propuestos por los políticos, supeditando a éstos incluso su propia posibilidad de definir una agenda informativa más cercana a los intereses ciudadanos.

    Esta desatención de la agenda ciudadana, que no se registra apenas durante los períodos electorales, es un incentivo para la desvalorización de la democracia, que puede volver a ser vista y vivida como un simple ritual periódico de concurrencia a las urnas para delegar el poder social de gobernar. De ahí que en el actual lapso dedicado al proselitismo predomine la convocatoria  política al “voto-masa”  prácticamente sin argumentos programáticos, hecho que da cuenta de un severo menoscabo en la concepción y el ejercicio democráticos.

    La Consulta Ciudadana mostró, sin embargo, que la población votante de las ciudades del eje y El Alto aspira a tener más información y de otra calidad, lo que significa que hay un desencuentro  entre políticos, medios y ciudadanía que se debiera remediar antes de tener que lamentar el retorno del vacuo formalismo de la democracia electoral, es decir, de aquella ficción democrática que no cultiva la información y se funda en un caudal de apoyo a personajes o grupos en vez de basarse en el respaldo crítico a propuestas de solución viables para problemas compartidos.

    Se puede concluir, por tanto, que en buena medida la clase de democracia que se consiga dependerá de la clase de información de que se disponga.

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Política
La Asamblea General de las Naciones Unidas instituyó el 15 de septiembre como el Día Internacional de la Democracia y en Bolivia, el exvicepresidente Víctor Hugo Cárdenas, advirtió que en la actual época se usa este proceso sólo con fines autoritarios.
Internacional
Más de 500 manifestantes fueron arrestados esta madrugada en Hong Kong en protestas para exigir más democracia para esta región administrativa especial china.

CONVERGENCIAS Y DIVERGENCIAS

Henry Gonzalo Rico García

Bolivia, desde el 22 de Enero de 2006, está en un escenario de extensa participación social que debería exigir, a gobernantes y gobernados, a asumir acuerdos y a aceptar responsabilidades compartidas para avanzar y desarrollar capacidades.

Participación social no es otra cosa que una cultura de corresponsabilidad y un compromiso claro con la justicia social. Cultura que aproveche las experiencias de los años recientes, fortalezca la capacidad de respuesta de las instituciones e incentive el potencial de grupos y personas. Cultura que identifique las causas estructurales de la desigualdad y actúe sobre ellas. Compromiso de asumir que, sin crecimiento económico, generación de empleos y una mejor distribución del ingreso, no hay un verdadero progreso.

Cultura, en fin, que tome en cuenta a los ciudadanos y los motive a participar en el control y vigilancia de las obras y acciones del gobierno. Compromiso de las autoridades de convocar a todos, sin exclusiones raciales ni preferencias políticas, para que se sumen a la concertación y el consenso para desplegar y progresar.

En el país lo que menos se hace es fomentar una política que sea ejercida con ética, que entienda la fraternidad no como dádiva, sino como una expresión de apoyo que la gente espera porque la merece, que procure derribar las invenciones del gobierno y las barreras mentales, que aún impiden la plena integración.

La democracia es pluralidad, coexistencia, espacio compartido, pero es también la efectiva participación de todos en la edificación de la casa común, que es la comunidad.

Sin embargo, durante la actual administración estatal no hemos tenido la fortuna de convivir y ser gobernados en total armonía con distintas expresiones políticas, porque todos, sin excepción, han trabajado sin miras comunes y distanciando la coincidencia.

Entiendo que la unidad engendra fuerza, pero a su vez nace de la tolerancia, de la flexibilidad para convivir con quienes piensan distinto. Conocemos las ventajas de ver en las diferencias una oportunidad para colaborar, más no para enfrentarnos.

La búsqueda de consenso implica actuar con sensibilidad política, que el actual gobierno no tiene; buscar puntos de acuerdo y capitalizar lo que nos une, sin olvidar nuestras diferencias ni tampoco renunciar a nuestras convicciones.

La unidad no es patrimonio del gobierno ni del MAS, es patrimonio de todos, más allá de cualquier interés o rivalidad política. No hay nada más valioso que la unidad y la fraternidad de un pueblo.

La militancia política distinta no justifica una confrontación sistemática, incesante y estéril como la que lleva adelante el Presidente y su gobierno, cuando se tiene enormes retos ante la sociedad. Se debe ir más allá de simples dogmatismos ideológicos, más allá de radicalismos caducos que se apasionan en politizar todo; más allá de quienes no pueden concebir la política sin conflicto o enfrentamiento.

No permitamos que la coyuntura política nos atrape en la discusión eterna que posterga la solución de los problemas. Todos debemos privilegiar el interés ciudadano y la solución de sus demandas y más allá de los pactos políticos de ocasión, todos debemos reconocer en la legalidad el mejor espacio y norma para encontrar convergencias y resolver diferencias.

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10 AÑOS DE ANÁLISIS Y PROPUESTAS

Fundación Jubileo

¿El país ha cambiado en una década?

Algunos rasgos para responderque sí, son la inclusión socialde sectores que habían sidomarginados de la vida política,social, económica y cultural; otrohito importante es la reducción de laextrema pobreza, y un tercer indicadores que las arcas del Estado –que habíanestado en permanente déficit- comenzarona tener una extraordinaria disponibilidadde recursos, tanto en el niveldel gobierno central como en gobiernossubnacionales.

Pero, a la vez, se puede afirmar que elpaís no ha cambiado en ámbitos estructurales.

Bolivia sigue siendo un proveedorde materias primas que ayuda aenriquecer a otros países del mundo. Laeconomía nacional no se ha diversificadoy la promoción de la productividadgeneradora de empleo está lejos de alcanzarmetas con resultados que durenen el tiempo. Las actividades informales,rentistas, las del contrabando y del narcotráficosiguen debilitando al Estado.

La forma de hacer política se mantienebajo la lógica del caudillismo y de aparatospartidarios, prebendales y electoralistas.

Hay una gran debilidad en lademocracia boliviana que no permiteconcertar políticas de Estado para seguirun camino de desarrollo continuoy sostenible.

Todavía los valores morales de la sociedady los cambios de actitud personalesestán en deuda con el país. Sería saludableun gran liderazgo que tenga la capacidadde articular políticas estatales,con operadores que crean en el biencomún, sería interesante una oposiciónpropositiva y con creatividad, y seríagratificante que cada ciudadana y ciudadanoaporten sus tributos, cuide losbienes que son de todos y contribuyancon su trabajo al desarrollo humano integral.

Crisis de principio de siglo

El inicio del siglo XXI encontró al paísen crisis. Desde los años 90, la poblacióndemandaba una transformación dela democracia, la que se había debilitadodebido a los pactos partidarios haciendode la política un espacio de élite,con poca interrelación con la sociedad.

El Foro Jubileo 2000, que organizó laIglesia Católica, dio algunas primerasalarmas, poco antes ya habían surgidolas movilizaciones de pueblos indígenasexigiendo su inclusión. Los oídosy ojos del sistema de partidos no seabrieron totalmente para ver la realidady menos las proyecciones. Al final, lospartidos terminaron siendo rebasados.

Así surgió el movimiento que el 2003provocando la renuncia del presidenteneoliberal más conservador. Ese movimientoque se articula y reacciona porindignación está latente y puede volvera ser protagonista del cambio.

Lastimosamente, los movimientos queimpulsaron las transformaciones sufrieronrepresión y luto. Así ocurrió en elproceso de la guerra del gas de 2003,la cual marcó una agenda emergenterecogida por quienes en ese momentobuscaban protagonismo político y quedesembocó en la elección del actualmandatario.

Hay importantes lecciones a recoger.

Las demandas justas e históricas depueblos y organizaciones no puedenser mediatizadas por administracionescoyunturales del Estado, porque en vezde fortalecerlas las debilita. No hacebien que se coopte a sus dirigentes, utilizandosus demandas con un supuestocogobierno que, tarde o temprano,cobrará cuentas no sólo a quienes manipulana estas organizaciones, sino alos propios dirigentes que se vuelvenfuncionales al Gobierno, repitiendo lovivido en los años 52.

Una tarea primordial es recoger lopositivo sobre políticas públicas quehaya contribuido al desarrollo. Resultadañino mostrar que todo lo hecho hasido negativo y que hay que “inventar” de nuevo, peor aún si acciones yprogramas vuelven a ser aplicados conotro nombre.

Un elemento importante en la gestiónde Estado es la transparencia y accesoa la información, la cual debe ir acompañadade una formación ciudadanacapaz de discernir los hechos y elevarla conciencia de los derechos y responsabilidadesde la población, bajo el espíritude la Constitución.

No debería ser difícil de comprenderque quienes administran el Estado estánpor la voluntad del pueblo y, por tanto,tienen la obligación de rendir cuentas desus actos, porque lo que administran esdel pueblo boliviano y la obligación delgobernante es informar y rendir cuentasde sus actos y del manejo de recursospúblicos; esto permitiría profundizar lademocracia participativa.

Los líderes no son mesías ni salvadores,ni es por su benevolencia o desprendimientoque se hacen obras o inversiones.

Es obligación de todo gobernante y servidorpúblico cumplir con la población yrendir cuentas.

Hacia delante

Después de haber pasado por momentoscomplejos de confrontación yconflictividaden el país debe haber un punto deencuentro entre los diversos actores.

El mayor valor del país es su gente, supoblación. Cuanto más informada y conlos mejores medios para una educacióntransformadora y condiciones adecuadaspara emprendimientos propios selogren, se contribuirá al desarrollo.

Estancarse en la extracción de recursosnaturales y pasar por momentáneos ciclosde auge económico para volver ala crisis conlleva retrasos para la poblaciónactual; pero también para futurasgeneraciones que requieren mejoresoportunidades y calidad de vida.

Manifestamos nuestro compromisoinvariable de continuar aportandoen la construcción de una sociedadjusta y equitativa, inspirada en eldesarrollo humano integral.

La oportunidad no está perdida.

El propósito de esta texto es hacerun repaso a los últimos 10 años de vidadel país desde los ámbitos temáticos deFundación Jubileo, institución católicaque nació en noviembre de 2003 y queen una década ha tratado de contribuircon información, análisis crítico y propuestaspara la acción, con el propósitode aportar a la promoción humana y auna vida digna para todos y todas:

La Guerra del Gas,antecedentes y resultadosde la agenda de octubre.

  • El Referéndum de 2004fue la base para recuperarlos hidrocarburos.
  • El IDH multiplicó ingresos para el Estadopero sin una política de desarrollo.
  • Gasolinazo, cuando todo subióde precio, menos la gasolina.
  • La deuda del país sigue creciendocomo antes de la condonación.
  • Gobiernos autónomos tienen nuevascompetencias con los mismos recursos.
  • Casi un millón salieron de la extremapobreza y ese logro debe ser sostenible.
  • El desafío es ejercer los derechosde participación y control social.L
  • El pacto fiscal permitirá concertarvisión y proyecto de desarrollo.
  • Desarrollo Humano Integral, el nuevo nombre del Bien Común.

Encuentre cada uno de estos títulos desarrollados en:
http://jubileobolivia.org.bo/publicaciones/revista-jubileo/item/256-revista-jubileo-n-27-edicion-especial.html

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Cultura
Pío XII tiene la misión de profundizar la democracia participativa y ayudar a una mejor participación de la población, minera campesina indígena y vecinal en sus decisiones políticas.
Cultura
El evento tiene el propósito de profundizar el diálogo y la deliberación sobre la democracia a partir del análisis de las características y consecuencias de las mutaciones en el campo político y la acción colectiva, señala la convocatoria.

LUCHA Y DEMOCRACIA

Mario Mamani Morales

Hace días fueron reconocidos y homenajeados quienes formaron una asociación de detenidos y perseguidos políticos, especialmente en las épocas de las dictaduras militares, que a su turno se sucedieron en el país  desde principios de la década de los 70 hasta la década de los 80 del Siglo pasado. No estuvieron todos ni son todos que los deberían estar; pero la gratitud fue un acto significativo.

Sin nombrar a ninguno en particular (por temor a las odiosas omisiones), se tendría que también convocar a los que en esos años trabajaban en las radio emisoras mineras, eran los luchadores incondicionales por la libertad, la justicia y denunciaban a voz fuerte los oprobios de las dictaduras, las masacres, las persecuciones y la custodia camino del exilio de cientos de bolivianos.

En el sur estaban las radios mineras de Ánimas, Siete Suyos, Chocaya, entre otros, liderados en el éter por Nacional de Huanuni, las emisoras de Uncía, Llallagua… no pocos fueron acallados a fuerza de bala y sufrieron la destrucción de sus equipos. Al poco tiempo, igual la señal rebelde se oía en onda corta o en onda media.

Sus trabajadores no siempre eran mineros, sino hijos de ellos, muchos cursando Universidad del interior, otros, ciudadanos de la calle pero comprometidos con la reconquista de la democracia, no pocos ya habían tenido experiencias en micrófonos de las ciudades. Eran tiempos de batalla contra la usurpación del poder, el nepotismo, el abuso y el desafío de “andar con el testamento bajo el brazo”.

En el septenio de los 70, con Bánzer y su camarilla, quienes se oponían a la “orden, paz y trabajo” eran calificados de comunistas, muy bien clasificados en la persecución dentro del “Plan Cóndor” que arrasó en los países del Sur. ¿Cuántas familias tuvieron que soportar el terror de la persecución?

Los hijos de esos valerosos hombres seguro que recuerdan hoy como los mastines de la represión ingresaban, generalmente en altas horas de la noche, a viviendas de los dirigentes mineros, universitarios o cualquier ciudadano de a pie; pero sospechoso de “rojo” y subversor, tenían que trepar la pared hacia la casa del vecino y escapar, a veces el colindante no siempre era amigo o no se quería comprometer, entonces ocurría la detención, la pateadura, los vejámenes de toda laya. De esto ya se ha escrito bastante.

Lo que queda, es que muchos de los más sádicos perseguidores del pueblo tienen hoy a sus hijos disfrutando de la democracia, no pocos son oficiales de la policía (inclusive en puestos de importancia en nuestras ciudades), otros en el ejército y los dogos de ayer, como si nada, tranquilos, mezclados en la ciudadanía; pero la memoria del pueblo siempre los tiene en la mira. Pasan por la vida, como lo que son. Si ellos escribieran todo lo que les cupo hacer, nuestra historia sería más interesante, esclarecedora y llevaría a señalar con precisión de quienes fueron los serviles para hacer gemir al pueblo. No olvidemos que todavía existen cientos de desaparecidos de aquellos tiempos.

Un amigo, uno de los homenajeados, me encontró en la calle, se emocionó al verme y me comentó que “muchos de nosotros no tuvimos el coraje de seguir en la lucha dentro de la democracia. Nos patearon, torturaron y exiliaron; pero hasta ahí llegamos”. Me quedé pensando y me dije, verdad: ellos deberían seguir liderando la lucha aún después de la conquista de la democracia.

Dentro de la pléyade de los luchadores, dando la cara al dictador, falta nombrar a muchas mujeres, ellas también estuvieron ahí, codo a codo con el camarada, siempre en la clandestinidad, por estrategia, buscando día a día proteger y asegurar la comunicación entre diferentes puntos anónimos; pero si eran detenidas: ¡Vaya suerte que corrían…! Esta es la otra página negra de nuestra historia.

No olvidemos que las Madres de Mayo, en Argentina, aparecieron precisamente en la idea de recuperar a las desaparecidas, a sus hijos, que en no pocas veces nacieron en prisión, pero que fueron regalados o adoptados por los represores, algunos volvieron al seno familiar después de décadas. Esa es la historia próxima a nosotros. Otras también estuvieron en las filas de la guerrilla del Che, es la línea que se sigue, ¿o no?

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DE LIBREPENSANTES Y DEMOCRACIA

Carlos Fernando Puma Aguilar

La posición de la diputada oficialista Rebeca Delgado, cuestionando la interpretación de la constitución por parte del Tribunal Constitucional respecto de la reelección del presidente y vicepresidente del Estado –no así la reelección de Evo Morales-, ha desatado cuestionamientos y malestar en sus colegas de la asamblea legislativa. Estas declaraciones adquieren aun mayor connotación, tratándose de la ex presidenta de la Cámara Baja, autoridad influyente y de confianza del presidente Morales.

Con ese condimento especial, el debate en la asamblea legislativa respecto de la aprobación de la Ley de Aplicación Normativa se ha tornado áspero y Delgado ha sido duramente cuestionada; apegada a su “libertad de conciencia”, ha fustigado duramente la restricción de la libertad de pensamiento en el MAS. Esta controversia, que no ha pasado desapercibida en la opinión pública nacional, pone en evidencia de que aparentemente en el partido oficialista las decisiones se manejan verticalmente, sin opción a que existan disidencias y diferencias de criterio, normales en cualquier facción democrática.

Amén de todo esto, y a propósito de este incidente,  soy un convencido de que la participación plena y crítica debe ser el denominador común en la construcción democrática del país en cualquier ámbito y mucho más en esferas de gobierno y del legislativo, porque los asambleístas nacionales son – por lo menos se supone- la representación genuina de las y los bolivianos que cohabitamos este país; y éstos deben actuar sin mordaza y con las ideas y críticas sin sometimiento a ningún mecanismo de coerción.

Una democracia consistente y el propio desarrollo del país se forja con una participación masiva e igualitaria de todos, no de una cúpula que decide qué se hace y se dice y lo único que queda es acatar con los ojos y mente cerrada cualquier decisión. Porque lo contrario significará que el eslogan de “gobernar con el pueblo”, en el oficialismo, no alcance siquiera a los representantes nacionales disidentes en opinión.

La participación crítica de Rebeca Delgado debe servir al partido en función de gobierno para parar mientes en la importancia del debate y el libre pensamiento, y qué mejor respetando las ideas del otro y construyendo el país de manera mancomunada. Porque la democracia libre y pensante harán del MAS un partido más incluyente y menos confrontacional, donde el que piensa distinto tenga la oportunidad de que se escuche y respete su opinión.

El autor es Comunicador Social y Administrador de Empresas

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