Democracia

Política
Explicó a sus seguidores que para identificar a los “enemigos de Bolivia” se debe considerar que “la derecha son los privatizadores y nosotros los nacionalizadores".
Política
El presidente Morales acotó que no puede entender cómo la derecha ahora se declara defensora de la democracia. Sostuvo que quienes protagonizaron la lucha democrática fueron los movimientos sociales.
Política
Considera que la forma de hacer política en base al populismo “promete pan para hoy día y entrega hambre para mañana”. Pone de ejemplo la situación de Cuba y Venezuela que viven una “crisis brutal”. Sugiere aplicar con mayor efectividad la Carta Democrática al régimen de Maduro.

4 cosas que Evo tomó de la democracia y que ahora no quiere soltar

Raúl Peñaranda U

Ya es común ver como el presidente Evo Morales, y sus principales asistentes, critican las bases de la “democracia neoliberal”. Morales llegó a decir, por ejemplo, que la separación de poderes es un “invento del imperialismo”, para “favorecer a la derecha”.

Pero ese “sistema neoliberal” y ese “invento del imperialismo” le dio por lo menos cuatro importantes derechos al Presidente y al MAS, que ahora no le quiere devolver a los bolivianos. Veamos:

1.- Libertad de prensa: durante años, antes de su Gobierno, Evo Morales gozaba de una gran presencia en los medios privados. Sus protestas, bloqueos y otras formas de acción política eran difundidas por los periodistas sin mayores inconvenientes. No había marcha, huelga de hambre o discurso parlamentario de Morales que los medios no difundieran. El caso de Álvaro García Linera es igual de claro: participaba dos veces por semana en el programa El Pentágono, en un canal dirigido por los hoy “neoliberales” Carlos Mesa y Mario Espinoza. García Linera, además, era invitado frecuente de muchos otros canales y radios.

Esa libertad de prensa, de la que se aprovecharon Morales, García Linera, y muchos de sus más cercanos servidores, hoy está en riesgo. La han puesto contra la pared mediante acoso verbal y judicial, asfixia económica y la creación de un poderoso entramado de medios paraestatales.

2.- Separación de poderes: Mal que mal, la justicia funcionaba. Con todas sus fallas, la separación de poderes era una realidad. El hecho de que Eduardo Rodríguez hubiera sido presidente de la Suprema demuestra que el sistema de partidos tenía una mejor intención que los masistas para conducir a la justicia. En ese marco, el Parlamento elegía también a los miembros del Consejo de la Judicatura y al Tribunal Constitucional. Este último, mostrando su independencia y no su sumisión, como la ostenta ahora, emitió un fallo en el que le devolvió sus sueldos devengados a Morales como parlamentario (después de su errada expulsión) y lo repuso en el cargo.

Esa separación de poderes, de la que se aprovechó el Presidente, es ahora negada al resto de los bolivianos. El Gobierno controla en realidad tres órganos del Estado: el propio Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. Solo el poder electoral mantiene todavía su autonomía (lo que no es poco).

3.- La alternancia en el poder: Calificada como una “creación de la derecha”, la alternancia en el poder les permitió a Morales y García Linera, precisamente, llegar al poder. Sin “alternancia en el poder” estos dos personajes hubieran seguido uno como líder sindical y el otro como académico (hasta que se hubiera descubierto que mintió sobre su título académico). O sea que esa “creación de la derecha” en realidad les sirvió como escalera para llegar al poder.

Actualmente esa característica democrática está en riesgo. El fallo del TCP que autoriza la reelección indefinida, más el control de casi todas las entidades estatales, el acceso a recursos públicos ilimitados para uso político propio, el control de los medios y la coacción política, están poniendo en riesgo la alternancia en el poder. Eso, además del rasgo antidemocrático intrínseco de Morales. Muy poca gente cree que, por las buenas, entregue la banda presidencial.

4.- El voto popular: Gracias a importantes victorias electorales, Morales y sus asalariados se encaramaron en el poder. Tenía que ser así. El voto popular es sagrado, debe respetarse cuando se da en igualdad de condiciones y bajo el estado de derecho (no al estilo de los Castro, los Obiang o los Mugabe). Las victorias de Morales fueron incuestionables. Tenía que llegar a la presidencia.

Pero el voto popular que encumbró a Morales y su entorno ya no vale. El MAS, nada menos, anuló todo un evento electoral, el del referéndum del 21 de febrero, en el que votaron cinco millones de personas. ¿Cómo se puede simplemente eliminar una votación? ¿Se imaginan que Rodríguez Veltzé hubiera anulado los comicios de 2005 para evitar la llegada de Morales al poder? El voto del 21F decidió que Morales y sus subalternos debían dejar el poder en 2020, que ya no podría candidatear para un cuarto mandato. Pero, sin chistar, eliminaron esos cinco millones de votos. Como ya dije en otra ocasión, es lo mismo que el “Mamertazo” de 1951, cuando Mamerto Urriolagoitia anuló las elecciones de ese año. Y ya se sabe que ese evento aceleró la revolución de 1952.

Nos equivocamos todos quienes creíamos que el MAS jugaría siempre con las reglas de la democracia, como se equivocaron los que creyeron que Hugo Chávez y Nicolás Maduro aceptaría esas normas. Existen nomás ideologías que se sirven de las libertades democráticas para luego violarlas para eternizar en el poder a sus agentes.

Todavía es pronto para saber si la fortaleza cívica de los bolivianos les permitirán a Morales y sus adjuntos salirse con la suya. Para volver al ejemplo de Urriolagoitia, se debe recordar que, tras anular el voto de 1951, pasó de inmediato al exilio. Se fue en tren hasta Puno y, de ahí, a Europa. En ese tiempo no había helicópteros en Bolivia…

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La “democracia dolorosa” de las víctimas de la dictadura

Edwin Flores Araoz

 

A 35 años de recuperación del sistema de libertades, las injusticias persisten para los que lucharon contra los gobiernos autoritarios.

Soportaron torturas. Sufrieron el dolor físico y psicológico de los gobiernos de facto y, en tiempos democráticos su dignidad sigue siendo dañada. Hoy, suman otro capítulo a sus penurias. Cristian Aguilar realizó entrevistas a los activistas que reclaman atención en su cuartel general de El Prado desde hace más de cinco años.

Por: Edwin Flores Aráoz

Como víctimas de la violencia política, resistieron el dolor físico y psicológico en dictadura y ahora toleran las injusticias de la democracia; un triple sufrimiento que afecta a quienes, hace varias décadas, enfrentaron  a los gobiernos militares más cruentos de la historia boliviana.

Se trata de un puñado de luchadores que acampan frente al Ministerio de Justicia reclamando una indemnización. Junto a sus familiares, el 25 de diciembre pasarán su sexta Nochebuena en vigilia y oración en El Prado paceño.

Esos forjadores de la democracia cuentan que hace más de 30 años, ser detenido y conducido a los sótanos de la ex Prefectura y del Ministerio del Interior despertaba un sentimiento de miedo aterrador. No era para menos, allí los paramilitares mortificaban de manera salvaje a los rebeldes: les reventaban la piel a palos, perforaban los músculos con objetos punzo cortantes, les sumergían en orines y excremento y, con agujas, les rasgaban hasta los huesos.

En representación de unos 7.000 sobrevivientes de las dictaduras en Bolivia, el 11 de marzo de 2012, varios de ellos se instalaron en una carpa frente al edificio del Ministerio de Justicia para exigir la aplicación de la Ley 2640 de Resarcimiento Excepcional a las Víctimas de Violencia Política en períodos de gobiernos inconstitucionales. Desde entonces, hace más de cinco años, realizaron marchas, bloqueos, crucifixiones, toma de instalaciones públicas y cuanta medida de protesta se les ocurrió.

La ley de referencia fue promulgada por el presidente Carlos Mesa (2003-2005) con el propósito de que las personas que sacrificaron su integridad y arriesgaron su vida para restablecer la democracia en Bolivia, tuvieran una compensación de tres tipos: económica, de atención de salud y pago de gastos de sepelio. Ninguno de estos derechos se les ha concedido hasta la fecha.

La noche larga de gobiernos dictatoriales duró entre 1964 y 1982. En esa época, los que lucharon por el restablecimiento de las libertades padecieron la tiranía de la violación de los derechos humanos.

El héroe de los socavones

Vivió y trabajó en los profundos y oscuros socavones de Colquiri, arañando la roca; participó en movimientos guerrilleros y fue una de las víctimas de los sistemas de tortura instaurados en tiempos antidemocráticos. Julio Llanos, que pasa los 80 años de vida, sobrevivió a los gobiernos de René Barrientos (1964), de Hugo Banzer (1971) y de Luis García Meza (1980). Hoy, en plena democracia, este hombre de tez blanca, ojos claros, cabello canoso y 1,75 metros de estatura, mantiene con firmeza su demanda: que el gobierno aplique la ley de indemnización para los que sufrieron las dictaduras.

Desde la céntrica avenida de El Prado, Llanos mira con desdén el edificio del Ministerio de Justicia cuyos funcionarios jerárquicos, irónicamente, son el principal obstáculo para el cumplimiento de la Ley 2640. El exdirigente tiene dos motivos para mantenerse firme en la protesta: 15 sobrevivientes de las dictaduras fallecieron entre marzo de 2012 y noviembre de 2013; los familiares no recibieron apoyo para los gastos del sepelio, menos para la atención médica antes de su fallecimiento.

Don Julio vive en El Prado, en una gélida carpa. Cada madrugada, despierta con bocinazos de autos y cuando se lleva la mano izquierda a la cabeza para arreglarse el pelo, resalta la falta de su dedo medio. “Es la secuela que me dejó, de por vida, un paramilitar”, explica.

Las formas de tortura. Recuerda cuando fue conducido a una de las celdas instaladas en las casas de violencia. Antes de cruzar la puerta del lugar del interrogatorio, apretaba los dientes, cerraba los puños, arqueaba las cejas y tomaba una bocanada de aire. Tenía mucho miedo y, al mismo tiempo, la convicción de no ceder, de no delatar a sus camaradas y persistir en la lucha por la democracia. En esos escenarios de terror, fue testigo y vivió en carne y alma los martirios.

La gota. Los paramilitares desnudaban a cada detenido y los sentaban en una silla. Colocaban un recipiente lleno de agua sobre sus cabezas de tal manera que les caían gotas toda la noche. El objetivo era bajarles la autoestima y sacarles información sobre la ubicación de las fábricas de bombas molotov y la dirección de los centros de reunión de la resistencia.

Punzadas. Les clavaban alfileres debajo de las uñas para que revelen nombres de dirigentes, antimilitares, lugares de reunión, planes de agitación, estrategias de confrontación contra militares y policías, entre otro tipo de información. El dolor de las perforaciones se sentía en la piel y en el espíritu. “En la piel porque al atravesar lastimaban el tejido muscular y rasgaban los huesos de las manos. Y, en el alma porque sufríamos tratos inhumanos, humillantes y degradantes”.

El submarino. Esta práctica consistía en atar los pies de la víctima, colgarlo y sumergirlo en un recipiente lleno de orines y excremento hasta el punto en que no soporte y empiece a tragar y respirar los fluidos. Algunos accedían a entregar información solo para tomar un poco de aire y evitar que lastimen a sus familiares. Luego les echaban agua fría para limpiarlos y devolverles a las celdas.

Tapa coronas. Un palo con un puñado de tapa coronas incrustadas se convertía en un objeto contundente con el que les  golpeaban las nalgas desnudas hasta hacerlas sangrar.

Agujas. Objetos puntiagudos de 12 centímetros eran introducidos a través del talón del pie hasta llegar a los huesos. Una vez con la punta lastimando el punto óseo, los paramilitares movían de forma brusca el artefacto cuyo dolor intenso se traducía en gritos desesperados.

El reflector. Sentaban al preso político en una silla en frente de un reflector de alta potencia lumínica. Los dejaban así toda la noche. No podían dormir, no podían quejarse.

La bayoneta en el dedo. Una de esas largas noches de martirio, un jefe paramilitar, Álvaro Loayza, llegó ebrio a la sala de interrogatorios y lo obligó a sentarse en una silla. Puso la palma de la mano izquierda de Don Julio sobre la mesa con los dedos extendidos y distantes. La punta de la bayoneta golpeaba entre los dedos de la víctima y el militar dejó caer el arma blanca sobre el dedo medio. El dolor era indescriptible.

Loayza soltó una carcajada maligna y Julio un grito estremecedor. El arma blanca cortó casi por completo el dedo. La víctima se vendó con un trapo para detener la hemorragia, no tuvo atención médica y logró cicatrizar la herida a plan de flujos de orín.

Luego de mucho tiempo volvieron a sacarlo para el interrogatorio, entonces otro paramilitar observó el dedo malherido y lo mandó al sanitario. El tejido produjo necrosis. El médico tomó el bisturí y cortó el dedo.

 

Don Julio Llanos, lamenta que la democracia por la que había luchado sea también tan dolorosa: “Ésta es la última lucha, el último sacrificio. Los dirigentes de la COB nos volvieron la espalda. Hemos puesto nuestras vidas en riesgo, pero ésta debe ser nuestra última batalla contra las injusticias de esta democracia que ayudamos a construir. Luego descansaremos en paz”.

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Política
Martínez denunció que las movilizaciones de colectivos en realidad con convocadas por “referentes de derecha”, como Jaime Paz, Carlos Mesa, Samuel Doria Medina y el analista Iván Arias.

Democracia y derechos humanos

Hernán Cabrera M.

Pilares para toda sociedad y Estado. Solo en democracia se puede respirar el impulso de los derechos humanos. En dictadura se cercenan los derechos, también en sistemas totalitarios. Bolivia ha avanzado mucho en materia de legislación en derechos humanos. Desde la recuperación de la democracia, en octubre de 1982, hasta la Constitución Política de febrero de 2009, el paraguas de los derechos humanos se ha ampliado y tratado de cobijar a todos y todas.

La Constitución Política de 1967 apenas tenía siete artículos dedicados a los derechos humanos, la actual Constitución tiene más de 160 artículos, que implica que están consagrados y son de cumplimiento obligatorio. A ello se agrega las muchas leyes que han venido a reforzar el paradigma y lo establecido constitucionalmente en esta materia.

Sin democracia no hay derechos humanos, y sin derechos humanos no se vive en democracia. A 35 años de la recuperación de la democracia, son varios temas pendientes que están en el debate y que han marcado escenarios de abierta vulneración a los derechos humanos, tanto individuales como colectivos.

Y hay que asumir que el que viola derechos es el Estado, la empresa privada, las corporaciones, los grupos religiosos, las agrupaciones sindicales, cívicas, corporativas y también cada uno de nosotros. No es exclusividad del Estado y de sus diferentes niveles de gobierno, los que incumplen la norma y vulneran la Constitución Política en el capítulo de los derechos humanos. Sin duda, una de las intenciones mayores de perforar y violar a la Constitución es la exigencia que el Tribunal Constitucional se declare contra la propia Carta Magna. Recordemos que en tiempos de campaña por el Si o el No a la Constitución, quedó claramente sellada una frase: “Todo dentro de la Constitución, nada fuera de la Constitución”, de la cual me hice eco e incluso voté por el Si a la nueva Constitución.

Definitivamente esta democracia que la hemos conquistado, luchado, llorado, esforzado y muchos han muerto y han sido desaparecidos, tiene que ir ampliándose y fortaleciéndose, lo cual se lo ha venido desarrollando; pero que ahora en el marco de los derechos humanos nuestra Constitución no puede ser objeto de un plumazo o de que siete individuos pretendan imponernos sus caprichos, sin importarles que la ruta de la democracia es ancha, demasiado amplia y que el futuro de ella dependerá de nuestras acciones, actitudes, palabras y luchas.

La democracia somos todos y todas, no tiene dueños exclusivos, ni tampoco patrones, ni caudillos, porque fue el pueblo el que salió a las calles y se hizo golpear, el pueblo el que hizo huelgas y se hizo torturar, el pueblo que bloqueó y le tiraron gases lacrimógenos, el pueblo el que luchó y lo quisieron asesinar. Ese pueblo, también y ahora sabrá defender y preservar el sistema democrático.

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DEMOCRATIZACION DE LA ELECCION DE LOS JUECES Y MAGISTRADOS

VICTOR HUGO MAIDANA ALCOBA

No cabe la menor duda la elección de los jueces y magistrados, es un problema complejo y delicado de resolver, debido a que administrar justicia no es tarea fácil.

En ese sentido ser juez  no es tarea cómoda, el ganador de un pleito judicial al juzgador lo felicita y el perdedor lo quiere crucificar, aunque sepa que no tiene la razón.

Es una labor grata e ingrata al mismo tiempo, por lo cual el juzgador, solo como una reflexión, tendría que ser siempre un ser humano de alta preparación y con temple de acero.

Los abogados que eligen la ruta de ser jueces, lo digo sin pensarlo dos veces, son personas, hombres y mujeres, mujeres y varones del alto compromiso con la justicia, lo fueron antes y lo son ahora, aunque exista muchas opiniones en contrario sobre lo dicho, algunas puedan que tengan razón,  "lo especifico no dice siempre acertadamente lo que dice lo  general".

Que no todos son letrados probos es muy cierto, pero una gran mayoría si lo son, por lo menos así lo vi en más de dos décadas de transitar por los tribunales.

Bajo esa lógica, el mayor problema de la elección de los jueces y magistrados no pasa mucho en la calidad moral delas personas, porque eso no se mira, ni se toca, quizás se siente, ya que sucede como dice el refrán; “caras se ven corazones no se sabe”, el núcleo del problema de elección o selección, parece estar en la calificación del rol o el oficio, donde en el teatro o el escenario, se ve más al personaje y no tanto al actor.

En principio, como lo dije antes, corriendo el riesgo incluso de que se me tilde de retrogrado, sugerí, que para los jueces de primera instancia se debería reponer algo parecido al “Servicio Civil Obligatorio”, considerando que administrar justicia es un responsabilidad con la patria,  se podría convocar a abogados de trayectoria reconocida y también a los profesionales que hicieron sus estudios de especialización en  las escuelas jueces, las cuales funcionan, quizás no como deberían ser, pero existen,  así unos y otros pueden compartir la alta función de administrar equidad y justicia de manera  individual y colectiva.

En el caso de los magistrados superiores, algo parecido podría suceder, con la gran diferencia de recurriría  a una convocatoria previa, para luego pasar al sorteo entre todos los abogados inscritos en el Registro Nacional Único de Abogados.

Así todos los abogados país tendrían la oportunidad de entrar en una etapa de pre selección, para verificar si cumplen o no con los requisitos establecidos, ya sean documentales, morales y académicos.

Los nombres de quienes aprobaran la pre selección, ingresarían a una selección final en la Asamblea Plurinacional, donde en base a metodologías apropiadas se haría la designación de los altos magistrados, ya sea para el Tribunal Supremo de Justicia, Agro ambiental, Consejo de la Magistratura y el Tribunal Constitucional.

Se ganaría con el sorteo una participación general, una pre selección y  la selección final, lo que es igual a mayor transparencia en el proceso de elección y selección de magistrados.

Para ello se necesita, desde luego tiempo de anticipacion y ensayar los proyectos, para no caer en los correteos de último momento superando las mañas del amiguismo, compadrazgo de  siempre.

Para ello es posible que vuelva a funcionar la máquina del sorteo de nombres, “muchos serían los llamados pocos los escogidos”.

Esta máquina ya no sería de piedra y tejones de metal como lo era en la antigua Grecia, el tiempo ha cambiado hoy es más fácil con la computadora.

Dese luego “las ideas son ideas y soñar no cuesta nada”, recurrir al sorteo de los candidatos entre todos los ciudadanos que tienen la profesión de juristas, podría significar  la construcción de una base sólida y una manera encontrar una ruta despejada y mas transparente, para la democratización de la elección de jueces y magistrados.

GRACIAS Y HASTA LA PROXIMA CUANDO VUELVA PARA HABLAR JUSTO Y CABAL  

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POPULISMO Y DEMOCRACIA

Mario Mamani Morales

Los seres humanos que vivimos en sociedad generamos una dinámica constante en todos los ámbitos, especialmente políticos para el control de la economía. Unos buscan vivir del trabajo y explotación de los demás y otros hacer que la riqueza que se genera se comparta entre todos.

Los primeros, aquellos que sustentan la posición de que se debe explotar al otro para vivir mejor, han estado presentes en la historia de la humanidad por muchos siglos, así se han erigido fortunas en base a la fuerza de trabajo ajeno y la apropiación de las riquezas que la naturaleza ofrece, negando el derecho al acceso a ellas a los otros seres que comparten el mundo. Son los denominados neoliberales o derechistas.

Los que piensan que el mundo es común a todos, socialistas o izquierdistas, luchan por arrancar el poder de las manos de la oligarquía para instituir otra forma de vida donde las diferencias entre humanos no sean abismales, en que no sean pocos los que tengan majares en la mesa y millones esperen que caigan migajas para sobrevivir.

En Bolivia, desde su fundación controlaron el Estado quienes creyeron que tenían el derecho de explotar a los demás, haciéndoles trabajar inmisericordemente para el aprovechamiento de las riquezas naturales, usurpando tierras, haciéndose dueño de vidas y haciendas, continuando el sistema económico y político dejado por los invasores mal llamados colonizadores.

En las últimas décadas ese sistema fue impuesto y mantenido a capa y espada, combatido a los “izquierdistas” sin contemplación alguna, miles de pensadores que luchaban por una nueva institucionalidad fueron perseguidos, masacrados, desaparecidos y no pocos arrojados en vida al mar como sucedió durante la vigencia del “Plan Cóndor” que abarcó a varios países del continente, donde reinaba el terror bajo las dictaduras militares y gobiernos de facto.

En esa dinámica constante que crea el pensamiento y voluntad humana, hace un poco más de una década surgen los llamados “populismos” y llegan al poder no por la vía armada sino a través de las urnas, otra forma de lucha contra la opresión, la discriminación, el desprecio del otro por el color de la piel, la procedencia o el apellido; evitar que las riquezas generadas en la patria sean expoliadas hacia otras potencias del mundo, dejando sólo residuos inservibles como se hizo a lo largo de cientos de años.

Esa lucha por el control del poder se mantiene constante, sin treguas, sin límites, sin contemplación alguna; entonces los gobiernos “populistas” de Latinoamérica se deterioran, caen y la oligarquía capitalista vuelve a ascender al mando. Lo último que se ve es la realidad del Ecuador sin Rafael Correa como candidato, la “derecha” muestra una aglutinación importante que puede dar lugar a la segunda vuelta eleccionaria.

El instrumento político de Evo Morales en Bolivia, el MAS, demuestra que tiene la capacidad de movilizar masas en torno a la continuidad de su mandato más allá de 2019 visibilizado en ocasión del denominado “21F”. Es que tiene un plan de gobierno hasta el 2025 y el liderazgo del actual presidente es innegable; pero no se puede negar que la oposición se alza en base a los descontentos originados al interior y fuera de la agrupación gobernante.

El centro de unión en el MAS es el carisma de Evo, sin él el globo formado por multitudes puede explotar en astillas por la interacción de grupos en conflicto al interior del “proceso de cambio”, que significaría la pérdida de poder que sustentan actualmente los movimientos sociales, sindicalistas mineros, campesinos, empresarios arrimados, sectores de clase media y otros que no llevan convicción sino oportunismo.

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S-210217

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Internacional
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se despidió este martes de la presidencia con un emocionado discurso llamando a sus compatriotas a la unidad por encima de las diferencias y destacó el legado de sus ocho años de gobierno. "Sí podemos. Y pudimos" es una de las frases que más se ha destacado.

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