Los otros caminos

PUNATA Y LA FIESTA DE LA VIRGEN DE GUADALUPE

IIván Castro Aruzamen

A 45 minutos del Cercado-Cochabamba está Punata. Tras un apacible viaje por una carretera asfaltada –en vías de construcción hoy la doble vía– mientras los viajeros hablan castellano y quechua, con una musicalidad tan natural en el Valle Alto: pasar de manera casi simultánea de un idioma a otro, según la circunstancia lo requiera. Una inscripción recibe a quienes visitan Punata: “Bienvenidos a la Perla del Valle Alto”. La efervescencia de las construcciones fruto de las remesas de los residentes en España o EE. UU., ya no es tan notorio como hace unos años atrás. Pero, todo el campo, en esta estación del año, de un color grisáceo abre su espectáculo inmaculado a los ojos del visitante. En medio de esta geografía se celebra la fiesta de la Virgen de Guadalupe.

Si hay quienes creen que la expresión de fe, a través de la religiosidad o las celebraciones religiosas en la provincianidad, ya no tiene el empuje o la fuerza de hace años, no está en lo cierto. La religiosidad popular como expresión de la fe cristiana y más propiamente católica continúa siendo un torrente de energía, alegría y misticismo único. Si la manera de experimentar la fe en el mundo posmoderno es por hoy una preocupación para teólogos, especialistas de la religión, sociólogos y antropólogos, en la vivencia de la gente de la provincia esta no ha sufrido mutaciones importantes. La gente le reza y eleva oraciones a Dios por sus necesidades y lo hace desde el más recóndito rincón de su ser, más allá de que la relación absoluta, entre Dios y el hombre, no se preste a ninguna clase posible de valoración cuantitativa alguna; y por eso, hombres y mujeres en la Perla del Valle Alto, rezan, bailan, comen y beben como un rito necesario de la expresión de su fe.

La Fiesta de la Virgen de Guadalupe en la Capilla del Morro, data de hace unos 50 años atrás; una de las características de esta fiesta era principalmente la realización de huertas en miniatura y la venta de productos de harina en miniatura; observar toda la gama de fruta seca no solo es una colorido para la vista del visitante, sino es una gala del paisaje punateño en estas fechas. Un amigo, me dice, que el nombre de Morro deriva del quichuwa, Ghollu, cuyo significado no es otro que montón o morro. Punata da inicio al año festivo religioso con la Virgen de Guadalupe. El mismo continúa con la Fiesta del Señor de la Sentencia al Este de Punata y la del Señor de Burgos, en la Av. Libertadores. Y cierra la fiesta de la fe de los punateños en este mes de septiembre, la Fiesta grande, festividad dedicada al patrono de esa capital, el Señor De los Milagros, que se realiza el último sábado y domingo de septiembre.

 

Quienes impulsaron estas festividades de fe en Punata, tuvieron la visión de dejar un legado de la fe a futuras generaciones. Ya en 1974, la señora, Graciela Herbas de López (+) y su esposo, fueron pasantes de la diablada Tomas Bata de Quillacollo; el alcalde de ese entonces en Punata, invitó a los esposos López-Herbas a ser pasantes de la Fiesta de los Milagros el año siguiente, 1975. En lugar de llevar adelante como pasantes, ofreció la señora Herbas, fundar la primera fraternidad de dicha Fiesta, los Wacatokoris. De ese modo el 24 de septiembre de 1975, dio inicio la primera fraternidad de la Fiesta del Señor de los Milagros. A partir de esta primera fraternidad fueron multiplicándose las fraternidades que dan colorido y alegría a la Fiesta grande en Punata. Actualmente existen al menos 35 fraternidades que participan de la entrada de la Fiesta del Señor de los Milagros.

 

En un mundo de rápidas transformaciones y vida vertiginosa, la fe expresada por medio de las fiestas patronales en los pueblos de provincia, continúa tendiendo una vitalidad inagotable. Así, lo vi y sentí el 10 de septiembre en la Fiesta de la Virgen de Guadalupe en Punata, en la capilla El Morro (Ghollu).

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PUNATA Y LA FIESTA DE LA VIRGEN DE GUADALUPE

Ivan Castro Aruzamen

A 45 minutos del Cercado-Cochabamba está Punata. Tras un apacible viaje por una carretera asfaltada –en vías de construcción hoy la doble vía– mientras los viajeros hablan castellano y quechua, con una musicalidad tan natural en el Valle Alto: pasar de manera casi simultánea de un idioma a otro, según la circunstancia lo requiera. Una inscripción recibe a quienes visitan Punata: “Bienvenidos a la Perla del Valle Alto”. La efervescencia de las construcciones fruto de las remesas de los residentes en España o EE. UU., ya no es tan notorio como hace unos años atrás. Pero, todo el campo, en esta estación del año, de un color grisáceo abre su espectáculo inmaculado a los ojos del visitante. En medio de esta geografía se celebra la fiesta de la Virgen de Guadalupe.

Si hay quienes creen que la expresión de fe, a través de la religiosidad o las celebraciones religiosas en la provincianidad, ya no tiene el empuje o la fuerza de hace años, no está en lo cierto. La religiosidad popular como expresión de la fe cristiana y más propiamente católica continúa siendo un torrente de energía, alegría y misticismo único. Si la manera de experimentar la fe en el mundo posmoderno es por hoy una preocupación para teólogos, especialistas de la religión, sociólogos y antropólogos, en la vivencia de la gente de la provincia esta no ha sufrido mutaciones importantes. La gente le reza y eleva oraciones a Dios por sus necesidades y lo hace desde el más recóndito rincón de su ser, más allá de que la relación absoluta, entre Dios y el hombre, no se preste a ninguna clase posible de valoración cuantitativa alguna; y por eso, hombres y mujeres en la Perla del Valle Alto, rezan, bailan, comen y beben como un rito necesario de la expresión de su fe.

La Fiesta de la Virgen de Guadalupe en la Capilla del Morro, data de hace unos 50 años atrás; una de las características de esta fiesta era principalmente la realización de huertas en miniatura y la venta de productos de harina en miniatura; observar toda la gama de fruta seca no solo es una colorido para la vista del visitante, sino es una gala del paisaje punateño en estas fechas. Un amigo, me dice, que el nombre de Morro deriva del quichuwa, Ghollu, cuyo significado no es otro que montón o morro. Punata da inicio al año festivo religioso con la Virgen de Guadalupe. El mismo continúa con la Fiesta del Señor de la Sentencia al Este de Punata y la del Señor de Burgos, en la Av. Libertadores. Y cierra la fiesta de la fe de los punateños en este mes de septiembre, la Fiesta grande, festividad dedicada al patrono de esa capital, el Señor De los Milagros, que se realiza el último sábado y domingo de septiembre.

 

Quienes impulsaron estas festividades de fe en Punata, tuvieron la visión de dejar un legado de la fe a futuras generaciones. Ya en 1974, la señora, Graciela Herbas de López (+) y su esposo, fueron pasantes de la diablada Tomas Bata de Quillacollo; el alcalde de ese entonces en Punata, invitó a los esposos López-Herbas a ser pasantes de la Fiesta de los Milagros el año siguiente, 1975. En lugar de llevar adelante como pasantes, ofreció la señora Herbas, fundar la primera fraternidad de dicha Fiesta, los Wacatokoris. De ese modo el 24 de septiembre de 1975, dio inicio la primera fraternidad de la Fiesta del Señor de los Milagros. A partir de esta primera fraternidad fueron multiplicándose las fraternidades que dan colorido y alegría a la Fiesta grande en Punata. Actualmente existen al menos 35 fraternidades que participan de la entrada de la Fiesta del Señor de los Milagros.

En un mundo de rápidas transformaciones y vida vertiginosa, la fe expresada por medio de las fiestas patronales en los pueblos de provincia, continúa tendiendo una vitalidad inagotable. Así, lo vi y sentí el 10 de septiembre en la Fiesta de la Virgen de Guadalupe en Punata, en la capilla El Morro (Ghollu).

 

Iván Castro Aruzamen

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LA LOCURA Y LOS JUEGOS DEL PODER

Iván Castro Aruzamen

Las historias del ejercicio del poder son historias de locuras; pero locuras hechas por hombres que a simple vista no parecen padecer ninguna anomalía. Pero, los políticos, son los que llevan mucho más que cualquier otro ciudadano, incrustada en el hígado la locura. Locura por el poder. Las locuras que emergen del poder político no se pueden definir por conceptos u términos precisos, porque es un juego y en el juego no siempre existe claridad; por eso, es mejor contar los cuentos de las locuras y los juegos mutuos donde aparecen, los actores políticos inmiscuidos en este juego de locuras por el poder; sin duda, muchos escritores y pensadores, cada día van contando este juego de locuras del poder; la prensa recoge cotidianamente de una manera u otra los juegos de locuras en las que el gobierno se sostiene; uno de los novelistas más destacados que en este momento tiene el país, Claudio-Ferrufino Coqueugniot, ha sido uno de los que mejor ha contado durante estos años las locuras del poder en nuestro país, con una agudeza y precisión, digna de un cirujano de la lengua. Quiero arrancar en este viaje por las locuras del poder político, desde la Orestíada de Esquilo. En ella aparece de forma nítida el juego de locura entre Agamenón, Ifigenia y Clitemnestra, tanto en la versión de Eurípides como de Esquilo.
En esta historia donde Ifigenia es el centro de atención se muestra el límite de la conciencia griega. Así en la Orestíada, Esquilo cuenta el sacrificio trágico de Ifigenia, hija de Agamenón hecha a manos del propio Agamenón. Cosa insólita que el padre recurra al asesinato de su propia hija para aferrarse al poder, juego de locura. El ejército griego había salido para la conquista de Troya, pero en el camino se quedó paralizado por la falta de viento que moviera toda la flota naviera. Agamenón preguntó a la diosa Artemisa (Diana) la razón de la ausencia de vientos. Ella le responde que volverán los terribles vientos del mar Egeo para mover las velas del ejército griego, sí y sólo sí, Agamenón sacrificaba a su hija Ifigenia. Sólo entonces volverían los vientos. Agamenón como todo político mañoso y descarado, vil alimaña que se alimenta del poder, hace el cálculo que correspondía y manda a sacrificar a su hija. El sacrificio era útil, por tanto necesario. Cuando los verdugos enviados por Agamenón van en busca de Ifigenia, ésta ofrece resistencia. Maldice a su padre. También Job maldecirá el día que salió del vientre de su madre, como protesta ante el juego de locuras del Dios de Antiguo Testamento, Jhavé. Frente a la locura del poder que ejerce una presión sin límites sobre la subjetividad, no existe otra salida que la maldición. Ifigenia les grita asesinos a sus verdugos y aunque patalea con todas sus fuerzas, finalmente, sus gritos se ahogan en el altar del sacrificio. Ifigenia muere porque es útil a los intereses del poder político. Pero también el texto deja claro que Ifigenia era la loca, porque no podía entender el juego de locuras por el poder. En cambio, Agamenón, es el sensato, porque toda la maquinaria de guerra estaba movilizada y, razonablemente, la muerte de Ifigenia no tenía otra salida. Su muerte abre los ojos a los locos por el poder que pueden divisar en Troya toda la riqueza y su brillo que enloquece aún más a los deificadores del poder. Para el poder y los políticos, la utilidad de toda muerte, además, es necesaria o por lo menos así lo considera la sabiduría del juego de locuras y de los locos por el poder.
¿Cuál es el paralelo de la historia de la Orestíada con nuestra realidad del poder en nuestro país? Sin duda, el gobierno ha actuado en todas las locuras en las que está involucrado, por esa lógica de la utilidad. Era necesario que el viceministro Illanes muera, para que las agitadas demandas del cooperativismo minero volvieran a su cauce. Por tanto, era necesario para el gobierno que el viceministro fuera sacrificado en el altar del juego de locuras por el poder y que entrará en el baile de la muerte. El gobierno se ha esforzado en hacer ver al exviceministro Illanes como un loco por haber incursionado en campo minado por la violencia buscando la pacificación. Pero, las últimas imágenes y audio, han mostrado la sensatez del sacrificado Illanes; su llamada de auxilio, hace ver al gobierno como el loco asesino, responsable de haberlo sacrificado en pro de la utilidad del poder. Juego de locura hasta la demencia. Y el resto de los casos, en los que la muerte es utilizada como una necesidad razonable, el gobierno, ha terminado mostrando su locura. Zapata, por ejemplo, en un primer momento fue vista como la loca que desfalcó al Estado –por supuesto bajo el ropaje de la tramoya– y el gobierno como el sensato que le llevó a juicio o el caso del Fondo indígena y un poco más atrás, los muertos del porvenir, etc. El gobierno en sus juegos de locura siempre aparece como el más sensato, cuando en realidad es el asesino para quien la muerte de un ciudadano, sea o no parte de su locura, sólo es necesaria y útil.

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EL FUERTE Y SUS NARANJAS DE ORO

Iván Castro Aruzamen

El Fuerte está encajonado entre montañas y quebradas cerca del río Pilcomayo en la provincia Nor Cinti del departamento de Chuquisaca. Allá en medio de esa geografía difícil y cuando las carreteras no era más que un sueño, solamente hombres y mulos podían adentrarse por escarpadas laderas y profundas quebradas, llenas de vegetación y un aire caliente como las entrañas de la tierra y hacerse con las naranjas de oro de El Fuerte; sí, ahí están las naranjas de oro, de sabor y color incomparable con cualquier otra del país. Probé las naranjas que salen de Chapare o Independencia o las que llegan de los Yungas –eso sí únicas para un buen yungueño– y también las que producen los valles de Santa Cruz; pero, como las naranjas de El fuerte ninguna. En su última visita a Cochabamba, después de viajar miles de kilómetros desde el Norte (Aurora, Colorado–EE.UU.), el novelista Claudio Ferrufino-Coqueugniot y las naranjas de El fuerte a lomo de mula y luego el bus que viene de Tarija, una mañana entrañable de agosto, llegaron a las manos y el gusto del autor de El exilio voluntario. Quedó sorprendido por la dulzura y tersura de las naranjas de El Fuerte. Hace unos días, tras su largo viaje las naranjas custodiadas por Anteo, anidaron en los labios de una hermosa muchacha, Katherine, a quien escribí unos poemas para conquistar su amor; las naranjas cuyo sabor dejó extasiados a dioses griegos, no podían ser ajenas a los poemas. Así como Claudio, ella también exclamó su sorpresa ante tanta dulzura de las naranjas que mi madre no deja de enviar entre los meses de julio y agosto. Aún no sé si las naranjas conquistaron su corazón, pero sí su paladar. Esas fueron las últimas de este agosto. A esperar las próximas hasta el siguiente año. ¿Cómo es que estas naranjas dejaron embelesados a los dioses? Yo imagino que aquel célebre combate entre Anteo y Heracles debió de ser en el Jardín de los naranjos de oro de El fuerte. Anteo era un gigante, hijo de Poseidón y Gea; éste era el precursor de la enigmática ciudad de Tánger (antigua Tingis; en francés Tangier, en árabe, Tanya), ciudad portuaria del norte de Marruecos, en una pequeña bahía del estrecho de Gibraltar. Anteo, seguro de contar con la protección de su madre,  la diosa Tierra, obligaba a todo viajero que se adentraba en su territorio a pelear con él. Se nos cuenta que Anteo siempre y cuando sus pies estuvieran pegados a la Tierra, su madre, era invencible. Por su parte, Heracles, hijo del dios Zeus y de Alcmena, mujer del general tebano Anfitrión. Tras su arrebato de locura y asesinar a su esposa e hijos, Euristeo, influido por Hera, le impuso el desafío de afrontar doce difíciles pruebas, los doce trabajos de Heracles. Y así en su camino hacia las manzanas de oro situadas en el anhelado Jardín de las Hespérides, se encontrará con Anteo. La pelea entre ambos debió ser extremadamente silenciosa y elegante. Aunque el combate, nos dice la mitología griega, se produjo en la entrada del Jardín de las Hespérides, en algún lugar del estrecho de Gibraltar; no obstante, pudo sencillamente haber ocurrido en los accidentados Jardines de las naranjas de oro de El Fuerte y no así en los Jardines donde estaban las manzanas de oro. Heracles debía llegar a las naranjas de oro para superar los doce trabajos y así librarse del remordimiento de su crimen. Ahí, en el huerto de las naranjas de oro, ambos dioses se enfrentaron en recio combate cuerpo a cuerpo, cada uno con su enigma y su certeza. Heracles, descubre que Anteo es vulnerable si está suspendido de la Tierra, su madre. Con un movimiento veloz, Heracles alzó sobre sus hombros y logra vencer a Anteo. Como premio Heracles se llevó consigo las naranjas de oro de El Fuerte y además a Deyanira, esposa de Anteo, a la que desposará pero que más tarde será la causante de su posterior muerte. Las naranjas de El Fuerte, por esa razón más que suficiente, poseen el sabor y la dulzura de Deyanira y la tersura de la piel de Heracles y el color de oro del Jardín de las Hespérides. Sabemos también que hasta el Señor de Quiskira, patrono del hermoso templo de Santa Elena, en el municipio de Incahuasi, de vez en cuando desciende por los laberínticos caminos que llevan hasta el Jardín de las naranjas de oro de El Fuerte para saciar su sed.

 

 

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REPENSAR EL MASISMO

Iván Castro Aruzamen

¿Acaso la nueva burguesía sindical y ramas afines, no buscaron la deificación (divinización) del Jefe en vida? La triste realidad de las revoluciones en Bolivia pasaron por la introducción de nuevas prácticas e instituciones, muchas veces obsoletas; y ni qué decir sobre el desentierro de creencias, ideas e instituciones del pasado, ni más ni menos, semejante al desentierro del pepino en el carnaval paceño; aunque muchas veces las revoluciones acentúan y perfeccionan ciertos o muchos rasgos del régimen al que han desplazado, y, el antecesor nuestro fue el neoliberalismo, que por supuesto pervive en el seno de la denominada revolución socialista del actual gobierno. Entre las características de este gobierno, se cuenta la burocracia política que la administra, los arrestos sin ningún proceso debido, los juicios a puerta cerrada o digitados desde el poder político, la tortura, la intimidación, las autoacusaciones y confesiones, el espionaje generalizado, el insulto y ataque a instituciones creíbles como la Iglesia o los medios de comunicación, todo esto no es sino la consecuencia de la dictadura de un partido único –MAS– y dentro del partido, no cabe duda, el ejercicio de la dictadura de un grupo de políticos, y, finalmente de un solo Jefe, Evo Morales. En 1927 en medio del régimen socialista de la ex URUSS, Bujarín decía: “Entre nosotros también pueden existir otros partidos. Pero aquí –y este es el principio fundamental que nos distingue de Occidente– la única situación imaginable es lo siguiente: un partido gobierna, los otros están en prisión”. Y así ha sido, también en Bolivia estos últimos años; todos aquellos que han osado criticar o decir su verdad sobre el manejo del poder en el país, están en las cárceles o en algún cementerio y otros fuera viviendo en el exilio obligado. El masismo y sus más abominables defensores, deben entender que la planificación económica o la expropiación de capitalistas que fue una práctica común al inicio de su gobierno, no engendra automáticamente el socialismo o un estado comunitario o si se quiere el pluralismo dentro de una nación. No. Se necesita mucho más. El pluralismo está más allá del Estado nacional. Es una visión presente ya en los genes humanos, pero por razones ideológicas se lo ha socavado siempre, privilegiando la angurria y una visión esencialista que supone lo puro e incontaminado.
Deben repensar los ideólogos del masismo, esa obstinada obsesión por ver siempre en todos los errores y escándalos que se ha metido el gobierno y sus personeros, la mano del extranjero, la mano del gringo del norte; se ha llegado a tal paranoia sobre lo yanqui, que hasta en la más pequeña crítica que se hace, se busca ver la mano invisible del poder norteamericano; el pelo en la sopa, para el gobierno es culpa del imperialismo, pero si a uno le duele el estómago es porque no hay atención de salud y de calidad en este estado pluri; y hasta en un tono inquisitorial se ha usado esta frase, sobre todo, por el presidente de la Republica: “el imperialismo y su mano”. No sin razón de lo que digo, se ha creado recientemente la escuela antiimperialista para los militares que aspiren en el futuro al generalato. Y no hace mucho el ministro de defensa, ha llamado ignorantes a quienes no comparten esta idea o han puesto en tela de juicio dicha institución, que por supuesto pone en ridículo a la institución castrense y sus militares, que no es otra cosa que meterles en la cabeza de que la mano negra del imperialismo actúa en todo aquello que al gobierno le sale mal. Seguramente, al seguía o la falta de empleo, de salud y vivienda y la nula industrialización y toda la corrupción y el contrabando y el lavado de dinero del narcotráfico es obra de la mano del imperialismo. La lista de escándalos y otros tejemanejes del gobierno sería interminable y las excusas o la obsesión por la mano del extranjero en todas estas cosas, también. Por muchas otras razones, si el masismo quiere mantenerse en pie, por lo menos hasta el 2020 debe repensar muchos aspectos en los que la brecha entre la teoría y la praxis es insalvable, por el momento.

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¿EL MEJOR ESTADISTA?

Iván Castro Aruzamen

Desde 1825 hasta nuestros días, nuestra vida republicana estuvo marcada por traiciones y conspiraciones de todo tipo; no hemos tenido los bolivianos un solo presidente que haya podido ocupar toda nuestra imaginación en una u otra generación como algo concreto y plausible. Creo que esta anomalía en la conducción del Estado ha marcado profundamente mi generación y, seguramente, las venideras. Pasaron presidentes y presidentes desde la fundación de la república, sin pena ni gloria –incluidos Simón Bolívar y José Antonio de Sucre-; ningún presidente pudo mostrar algo de sentimientos humanos genuinos o aunque sea un incipiente idealismo social, un amor a la vida en cualquiera de sus manifestaciones. Las desmembraciones que sufrió nuestro territorio, amén de las causas externas, se debieron  a la nula visión demostrada por los mandatarios de turno, sometidos a intereses personales detestables. Por esa razón, la vida política del país ha sido un constante tira y afloja entre dos extremos sombríos: los buenos y los malos o el liberalismo y conservadurismo, o entre quienes podían sacar la mejor carnada del momento histórico y quienes ya tenían asegurado su botín. Estos extremos fueron, claramente,  la muestra de épocas oscuras y debilidad de superación. Por tanto, no hubo ni habrá en muchas generaciones un estadista sobre el que no se ciernan nubes negras de hechos y delitos que han sido la impronta presidencial en este país. Quizá, el aislamiento geográfico y político tiene mucho que ver en esta manera de ser presidente. ¿Hubo algún presidente que se preocupara por la justicia social y las igualdades económicas? Ninguno. Una característica de todos los gobiernos en más de 190 años de vida, ha sido sin duda, las disputas, renuncias, intrigas palaciegas, golpes, guerra entre individuos y facciones, partidos y defensores de este u otro caudillo.

Hoy, existen quienes parlotean y propagandean, con tintes melodramáticos y de realismo mágico, que Evo Morales es el mejor presidente de todos los tiempos, el mejor estadista. Y no sólo en las últimas décadas sino en los últimos 150 años. Una percepción particular es que el actual presidente es el peor de todos los que se sentaron en la silla presidencial. Si alguno me preguntara por qué. Mi respuesta sería como sigue: Evo Morales en medio del hirviente caos cocinado por el neoliberalismo de los años 90, emergió ante las masas como el Peter Pan de la nueva política o la “New Deal” boliviana. Desde el inicio de su mandato nunca fue un hombre apuesto ni encantador, mucho menos un tipo alegre, peor inteligente y escasamente agradable y ni pensar en un político audaz. Sin duda, el dirigente cocalero que era antes de ser presidente, en estos 10 años, más que los aciertos lo han estrangulado las debilidades, que van desde las mujeres jóvenes hasta las gulas por el lujo, el despilfarro y abuso de poder descarado. Traicionando abiertamente a su clase. A pesar de que se le asocia a lecturas de libros de cuño indigenista y marxista, no ha dejado de ser un ignorante sin escrúpulos, que no dudó en jugar con la vida y carrera de muchos individuos a quiénes les ha truncado todo un proyecto de vida, sobre la base de acusaciones falsas y temerarias, hasta llegar a persecuciones crueles. Evo Morales, se rodeó de aventureros, hábiles e intrigantes oportunistas; no ha tenido reparos en hacer promesas contradictorias ante grupos locales y extranjeros. Subió al poder con la aureola de ser para los pobres y los desposeídos, una especie de semidiós benévolo capaz de eliminar de un plumazo la miseria y el hambre. Nada. Se erigió –o lo erigieron– como un dios incaico incauto que terminó por llevar a los pobres por un valle de lágrimas. Morales por eso mismo, pertenece a esa estirpe de políticos que centran todo su accionar a partir de un principio único y visión fanática, por ejemplo su tres antis, lo que le ha hecho vivir preso de sus sueños y no le ha permitido comprender a las personas ni los sucesos del mundo actual. Gracias al recurso y concentración del poder y la brusquedad, el presidente, ha pasado por alto muchos sucesos de su alrededor; esta ceguera le ha llevado a falsear los acontecimientos. De este modo la fuerza del caudillo ejerce una gran influencia en sectores inseguros y proclives a encontrar alivio y paz en el puño del jefazo, quien aparece ante sus ojos como un gigante de proporciones sobrehumanas. Así, este caudillo obliga a sus seguidores a decidir entre dos extremos, los buenos y los malos o entre capitalistas y socialistas. De esta ralea de estadistas los ha habido desde los más bonachones hasta los peores malhechores. Nuestro país necesita, no un estadista de estas proporciones, sino uno sencillo y que sea antipolítico y capaz de una sensibilidad centrífuga para poder captar los hechos cambiantes del entorno, local y mundial, para poder integrar a los ciudadanos en las corrientes evanescentes o inasibles de un mundo cada vez más atroz.

 

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ESTATISMO PATERNALISTA

Iván Castro Aruzamen

A pesar de más de 10 años de gobierno socialista, más allá o más aquí del Estado Plurinacional, seguimos siendo una sociedad pre-industrial y estática. El todo fluye y todo cambia de Heráclito o que nadie puede bañarse dos veces en el mismo río, porque las aguas no son las mismas, no cabe dentro del estatismo paternalistas del Estado Plurinacional. Todo el discurso político e ideológico de Evo Morales, García Linera y los otros, invita a bañarse al pueblo siempre en las mismas aguas del estatismo estático.

En Bolivia todavía están vigentes formas de supervivencia, que no han logrado superar el estado de los primeros cazadores/recolectores. La ideología del cambio se ha superpuesto a la realidad nacional. En los hechos, en la realidad espesa en que vivimos, todo nos muestra un estatismo estático; en pocas palabras, el discurso ideológico ha terminado por ontologizarse, por tanto, el modo de vida de miles de bolivianos se ha vuelto rentista, prebendal, de la mano de un Estado paternalista que excluye todo tipo de cambio, o peor, lo que es más preocupante, bloquea el cambio. No es raro, en esas condiciones, que el gobierno se esfuerce por evitar cualquier cambio, y, mucho menos abre la posibilidad a otras alternativas; cualquier otro modo de vida o manera de concebir la sociedad al establecido por el gobierno, es malo, erróneo, camino de perdición, retrógrado y en el fondo, diabólico. Por esa razón, apenas empezó su gobierno,

Evo Morales, insistió hasta el cansancio en una programación colectiva, para moldear la manera de pensar, sentir, organizarse y actuar de las masas; un recurso astuto al que recurrió el gobierno ha sido la visibilización de una religión cósmica, hasta ese momento poco menos inexistente en el país. Esta programación utiliza demagógicamente las narraciones que hablan de los antepasados, los dioses, los líderes de las luchas indígena-campesinas. Estas narraciones, nos dicen, cómo hay que interpretar la realidad, cómo hay que valorarla y cómo debe el pueblo organizarse y vivir.

Tales narraciones más que llevar una carga axiológica, han sido saturadas de contenido ideológico político. De ahí que, en todos los discursos presidenciales y vicepresidenciales, no falten las referencias a los mitos y símbolos de los antepasados y la religión cósmica del mundo andino ¿Cómo es que se bloquea el cambio en una sociedad estática y pre-industrial como la nuestra? Pues, las narraciones dicen a las masas, que esa es la única forma válida de pensar, sentir, actuar y vivir, porque se sustenta en los antepasados, al punto de ser sacralizados al igual que los dioses, lo que otorga a las narraciones un cierto prestigio absoluto, sobre todo, en sectores poco proclives al pensamiento crítico.

Ahora bien, para programar de manera eficaz a los individuos y grupos sociales y así bloquear cualquier tipo de cambio es preciso y necesario indoctrinar, lavar el cerebro, es decir, someter el pensamiento, la valoración, la moralidad al capricho de los líderes; en un escenario de este tamaño, no cabe el libre pensamiento ni la crítica y mucho menos la disidencia. Sin duda, el Estado Plurinacional,  ha fijado para los siguientes años, una sociedad pre-industrial y estática, a través de la indoctrinación, la sumisión y el bloqueo del cambio, que no sólo ha echado por la borda, toda una década de bonanza económica, fruto de los altos precios de la materias primas en el mercado internacional, sino que, además, los pontífices del actual partido de gobierno, buscan quedarse en el poder, para seguir alargando e imponiendo a los ciudadanos una sociedad estática, bajo la máscara de un estatismo paternalista, que no hace otra cosa que socavar el bien común y quebrar el futuro de generaciones.

 

 

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LOS NO POBRES EN BOLIVIA

Iván Castro Aruzamen

Emanuel Levinas escribió en Totalidad e infinito de 1971: “La ideología, inocente o maligna, ha alterado ya nuestro saber. Por ella los hombres se engañan o son engañados”. Y nada más cierto en nuestro país, la maligna ideología de los no pobres (feliz expresión de Michael Amaladoss, teólogo indio), no sólo ha alterado nuestro escaso saber, por ahora malinterpretado, ajustado, politizado, pero, sobre todo, los pobres y excluidos por el Estado Plurinacional, hemos sido engañados y vamos camino a engañarnos con la construcción de un aparente estado de cosas que, maquillan una realidad, absolutamente favorable a los no pobres de este estado ¿Quiénes son los no pobres en Bolivia hoy? En un pasado reciente, los no pobres eran los grandes terratenientes y oligarcas: cuéntese entre los mismos, industriales mineros, banqueros, empresarios, latifundistas y otros. Los no pobres hoy en día la encabezan: Evo Morales Ayma y Álvaro García Linera. Sus ramificaciones se entienden como tentáculos: en primer lugar los familiares del Vicepresidente, pues, hasta la barby locutora de noticias que finge de esposa del señor Vice ha incursionado en la fácil empresa de hacerse con medios de comunicación; y seguidamente, vienen los familiares de Morales, que, ya no son los indiecitos pobres y excluidos, sino cómo es que puede estudiar la hija de este en la Universidad Católica Boliviana, tildada por algunos marxistas de colonialista. Ministros, senadores, diputados y personeros de instituciones públicas, como la ex – directora de ABC (Administradora Boliviana de Carreteras), Patricia Ballivian, que engorda cada mes su cuenta con jugosas cantidades de dinero. Y Alcaldes, concejales y la clase dirigente a fin al partido de gobierno del MAS que, de una u otra forma muerden el diezmo reservado para las licitaciones de toda obra que se ejecuta. Estos no pobres de hoy han hecho algo bueno, algo que valga la pena mencionarse como parte del tan mencionado avance industrial del país. Me temo que la respuesta es no. ¿Dónde quedó el comercio de los pueblos, por ejemplo, con la república de Cuba o el Estado bolivariano de Venezuela? El antineoliberalismo, el anticapitalismo, el anticolonialismo de los no pobres en Bolivia, se ha transformado en un fundamentalismo absurdo. El papa Francisco, no sólo fue claro, preciso y directo en su discurso a la sociedad paraguaya cuando hizo mención a la idea de que las ideologías que no tienen el más mínimo interés en buscar un cambio interior y cultural de los pueblos, están condenadas a derrumbarse a sucumbir ante los voraces intereses de poder de sus voceros. ¿Qué dirección toma el control del poder en el Estado Plurinacional? ¿Hacia dónde va? Ya sabemos de dónde viene. La tesis marxista del materialismo dialéctico y la transformación histórica, oportuna en su momento y que sirvió de pretexto para que gente del grupo Comuna al que pertenencia García Linera, se arrimara al carro de las luchas populares  e indígenas, hoy, ha derivado en un simple Comunalismo político. Esta pequeña élite sólo busca el poder por el poder. Tiene el mismo interés político y económico y usan los sentimientos de reivindicación (justica, igualdad, inclusión) de las multitudes para arrastrarlas hacia el abismo del conformismo y el somnífero de una realidad maquillada, al más puro estilo del realismo mágico, al punto que el pueblo llega a creer que hay niños que nacen con cola de chancho. No obstante frente al totalitarismo y fundamentalismo del comunalismo político cabe la posibilidad de luchar a través de la promoción de una democracia auténtica, en diálogo con las distintas visiones culturales, religiosas y políticas, que forman el mosaico plural de nuestro país. Sin duda que la promoción de la justicia en tono profético es un arma poderosa para los pobres y excluidos, que han quedado adormecidos por la política del mago usada cada día en el papel discursivo del comunalismo político del MAS. Pero, los no pobres un día caerán de su alto vuelo impulsados por la megalomanía de sus más grises intereses. Y caerán como los buitres de la FIFA (Federación Internacional de Futbol) y la FAB (Federación Boliviana de Futbol). “Nada es para siempre”.

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JOSÉ MARIA LEYES: HACER LAS COSAS BIEN

Iván Castro Aruzamen

El mapa político tras las elecciones subnacionales se ha reconfigurado de manera importante; la hegemonía del gobierno central se ha roto. Sin duda que los responsables en alguna medida han sido los lideres, no tanto como oposición cuanto regionales, han sabido jugar un papel fundamental y desequilibrador en la derrota del Movimiento al Socialismo; lograron aglutinar el descontento y la insatisfacción del pueblo, cansado ya del verticalismo sindical, cocalero y el férreo control del jefe o los jefes del MAS a la cabeza de Evo Morales y García Linera. El MAS ha sido un perdedor hacia el interior de las regiones del país. Y una razón, quizá determinante, es que no es un partido, por tanto adolece de una estructura orgánica y de mandos medios y superiores serios.

A pesar de que algunos comentarios hablaban de las 50 sombras de Leyes, los resultados han demostrado las 50 razones por las que el pueblo de Cochabamba eligió a José María Leyes como nuevo Alcalde del Cercado. Los errores de gestión y la falta de liderazgo en la gestión del señor Cholango (Edwin Castellanos) no sólo fueron una campaña efectiva para Leyes en su carrera hacia la Alcaldía, sino que además, han abierto una enorme posibilidad de construir durante estos cinco años de gobierno municipal un verdadero liderazgo nacional de cara al 2020, que proponga un verdadero cambio nacional, sin las ínfulas de grandeza o pretensiones de torcer la historia mundial desde este pequeño país situado en el centro de Sur Ameri(K)a; no, sólo debemos dentro del marco de la humildad como estado proyectarnos en un diálogo sincero y abierto con todas las naciones del mundo, para poder entrar al concierto internacional de las naciones con identidad propia y soberanía. Hay que sacar provecho de la situación privilegiada como país, para hacer del Estado boliviano no solamente plurinacional sino, sobre todo, plural, en todos los aspectos de nuestra realidad; y cuando digo, plural, me estoy refiriendo a que en él puedan caber todos, donde quepa la diferencia del otro sin ningún tipo de prejuicio.

José María Leyes, creo, a riesgo de equivocarme, puede encarnar este cometido desde el ámbito de la política y su propuesta verde. El par de veces que converse con él, antes de su candidatura a la Alcaldía k’ochala, tuve la oportunidad de dialogar con soltura; y antes de convencerme con su postura ideológica, se limitó a escuchar mis puntos de vista; recuerdo que le hablé largo y tendido sobre mi visión de la política, el poder, la religión y otros avatares; con la serenidad de un hombre de diálogo, dispuesto a escuchar antes que ser escuchado, me preguntó sobre mi actividad educativa, mi familia, mis estudios, los libros que leí, mi opinión sobre algunos aspectos políticos; José María Leyes, es un hombre con muchas perspectivas de hacer una buena gestión municipal, más allá de la propuesta electoral, porque bien sabemos que todos los partidos políticos y candidatos, no tienen reparos en escribir sobre el papel lo que se les antoja; y el pueblo, que tampoco es ingenuo y se las traga todas, bien sabe que la política del mago, del ilusionista, es eso, nada más que una ilusión; cómo no caer en la cuenta de la demagogia con ofertas como trenes bala o viajes a la luna o hasta paseos interestelares; José María, tiene a partir de mayo, el enorme desafío de construir una ciudad para todos: sin contaminación,  sin embotellamientos, sin desorden vial, rebajar la informalidad incentivando la producción nacional y la creación de industrias para generar fuentes de empleo; y esa capacidad de escucha y humildad para escuchar y preguntar, hacen de Leyes un líder con enormes potencialidades, sin discursos envenenados ni propuestas de hacer una megapolis de Cochabamba, pueda hacer las cosas bien. Aunque esto no significa desechar por completo la anterior gestión a pesar de sus enormes desaciertos administrativos. Hacer las cosas bien, significa reordenar y volver a poner en orden el plan propuesto, desechando ideas descabelladas y quedándose con aquellas que sí son viables. Hacer las cosas bien, es separar en la comuna cochabambina el trigo de la cizaña.

Iván Castro Aruzamen es teólogo y filósofo

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PADRES TODA UNA VIDA

Iván Castro Aruzamen

Para José Manuel

Cuando uno tiene un hijo, está condenado
a ser padre durante toda su vida. Son los hijos
los que se apartan de uno. Pero los padres
no podemos apartarnos de ellos.

GRAHAM GREENE

A veces pienso si lograré ser un buen padre y vivir en plenitud mi paternidad; hoy más a menudo me asalta por las noches y de cara al cielo, unas preguntas que viajan interminables ante mis ojos; pero, cuantas veces abrumados por las ocupaciones dejamos que las mismas pasen de largo: ¿Qué es ser padre? ¿Cuándo alguien decide ser padre? ¿Cómo vivimos nuestra paternidad? Si antes de haber optado por extender la vida a través de otro ser, lográramos responder estas sencillas preguntas, quizá entenderíamos los seres humanos el profundo significado de la paternidad; pero, no quiero hablar de abrazos o flores o tarjetas cuando ponemos en el centro de nuestra atención, por un día, por ejemplo, la patria, el amor, la mujer, la madre, o los distintos oficios o como hoy día 19 de marzo, recordamos la imagen o figura del padre.

Intentaré trazar desde un enfoque de la negación lo que encierra el hecho de vivir la paternidad como un regalo de la vida. Los ejemplos de cómo entendieron la paternidad, la podemos rastrear desde tiempos remotos. En el centro de la historia humana y en todas las culturas está presente la idea principal, posiblemente discutible, pero que se asienta en la noción primigenia de lo que es la paternidad: se es padre en la medida en que se es hijo o en otras palabras, no se puede ser padre si no existe el hijo o viceversa; por tanto, ser hijo, como diría Aristóteles, es ya ser padre en potencia, aunque en algunos casos nunca llegue a concretarse en la descendencia. La paternidad en el mundo griego estaba marcada por la protección; ¿acaso los mitos sobre los dioses griegos no están repletos de esta idea?; por doquier salta la noción de que el padre debe cuidar del hijo; Zeus, a pesar de su descontrolada paternidad nunca deja solos a sus hijos. Aunque no siempre resulta ser este proceder una norma general, existen excepciones; Esquilo, poeta griego, en su trilogía sobre la Orestíada, cuenta el sacrificio trágico de Ifigenia hecho a mano de su padre Agamenón. Y es desde aquí desde donde quiero partir, desde esta negatividad, desde la locura de Agamenón, un padre desalmado y asesino que acaba con la vida de Ifigenia para saciar su sed de egoísmo, poder, orgullo, demencia y mucho más. Sin temor y aún a costa de que se me considere un soñador, me preguntaría, sin dejar de lado el dolor que produce adentrarse en sus consecuencias: ¿Qué no es ser padre? ¿Qué signos marcan hoy día la paternidad? No es padre quien sólo cree que el hecho de fecundar con un esperma un óvulo le da este derecho. No, absolutamente no. No es padre aquél que abandona a sus hijos en la más completa orfandad a merced del destino. No es padre el hombre que maltrata a sus hijos, a golpes o psicológicamente, intentando buscar al respeto y el cariño de sus hijos. No es padre el que prefiere farrearse la leche, el alimento o el vestido de sus hijos. No. No es padre aquel que no respeta y cuida su familia, por sobre todas las cosas. No es padre quien va a un tribunal de justicia a pelear el sustento mínimo para sus hijos. No es padre el canalla que pelea a toda costa por los bienes materiales antes que la comodidad y seguridad de sus hijos. No es padre ni mecerá serlo nunca quien decide deshacerse de un hijo no deseado. No es padre el maldito que viola y asesina a sus hijos. No es padre el que priva para siempre a los hijos del don y el regalo de tener una madre. Hemos escuchado esa máxima, por cierto indiscutible, de que madre hay una sola sin importar su condición. Con razón, Leonardo Boff, teólogo brasileño, dice, que Dios es madre antes que ser padre. ¿Acaso, los padres, los papás, no debiéramos esforzarnos para ser padres como una madre es para los hijos sin importar nuestra condición?; un padre de verdad, está más allá de lo biológico y, sobre todo, sabe renunciar a sí mismo para procurar la felicidad, aunque sea pasajera en esta vida para sus hijos. Vivir la paternidad con toda intensidad no es sino hacer el esfuerzo por construir un amor indestructible entre padres e hijos en el tiempo que nos ha tacado vivir, finalmente, única medida de nuestra existencia. Se es padre una sola vez en la vida, sin importar la cantidad de hijos. Quisiera terminar esta corta reflexión sobre el ser padre y la paternidad, con unos breves versos de una canción que tantas veces la han bailado, pero, no prestado la atención necesaria. El grupo Ráfaga, en Muero de frio dice: “Necesito decir que te amo/ hablarte al oído, decirte mi amor/ Necesito que sepas que eres el ángel que siempre me cura el dolor/ solamente te tengo en mi almohada y estas en mis sueños en cada rincón de mi corazón/ solamente conozco la casa que habitas de noche cuando sueño con vos”. El amor de un padre cree firmemente que los hijos son ángeles que nos curan de cualquier dolor y los quiere hasta en los sueños y se quedan a vivir en los sueños hasta que, los ojos se nublan al final de la vida.

Iván Castro Aruzamen es teólogo y filósofo

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