Di-sentimientos

OLVIDÉ MI PASAJE

Judith Apaza

Lunes por la mañana, entre la cómoda vivencia del fin de semana y la agitada agenda del primer día hábil.
Recoge el abrigo, las llaves, la cartera, el infaltable celular y sale al encuentro de los nuevos desafíos que le depara la fría mañana. Son las 7 a.m. Detiene el primer (y único) minibús a la vista. A dos cuadras de su destino descubre horrorizada que no puede bajar del minibús. Olvidó su dinero.

¿Alguna vez le ha pasado algo similar? ¿Qué hace en este tipo de situaciones desesperantes? ¿Hablar con otros pasajeros? ¿Solicitar la indulgencia del “Maestrito”? ¿Descender raudamente y correr lejos de la furia del motorizado? ¿O utilizar el antiguo mecanismo del trueque dejándole un reloj a cambio? Ella opta por la primera opción.

Afortunadamente un joven se apiada de ella y le dice al chofer “Yo pago el pasaje de la señorita”. Ella le sonríe, le dice un tímido “gracias” (muriéndose de la vergüenza) y comienza a correr, el minibús la dejó a 5 cuadras de su destino original.

Aquellos que se han enfrentado a este tipo de escenarios, habrán de entender lo difícil que es sobrellevar la carencia o ausencia de recursos para cubrir las necesidades imperantes. Pero, se han preguntado ¿Cómo será vivir en esta situación todos los días?

Puse esta experiencia (propia) a sabiendas que aquellos que me leen muy probablemente nunca hayan vivido en una situación de pobreza extrema, sin embargo, tengo la esperanza de que a través de esta reflexión puedan advertir de manera cercana un poco más sobre las necesidades sociales y económicas de los sectores más vulnerables de la población, mi intención es que aquellos que leen estas líneas, alcancen a apreciar en carne propia el impacto de una reducción de pobreza del 16% que se materializó en los últimos años, de acuerdo a datos de la CEPAL.

Es difícil, para algunos que tienen un ingreso superior a 1 dólar por día, que duermen en una cama caliente, acceden a 3 comidas diarias, y que nunca han vivido con necesidades, imaginar la vida en sectores del área rural que hasta hace algunos años, vivían en condiciones realmente precarias, que no contaban con acceso a servicios básicos y mucho menos con acceso a internet. Es difícil entender esto cuando no se lo ha vivido.

Recordemos que los escenarios de pobreza no sólo se reducen a una escasez de dinero en efectivo, sino a la falta de acceso a los servicios que satisfacen necesidades básicas, tales como el agua, la energía eléctrica, atención en salud y la educación entre las más importantes. En este sentido, hablar de una reducción de la pobreza extrema en la población boliviana, que entre 2004 y 2012 bajó de 34,7%% a 18,7%, es hablar de avances económicos, pero sobre todo de carácter social.

Sin embargo, me preocupa profundamente que una sociedad que va tornándose más igual económicamente, pueda volverse indolente en la percepción de avances en temas de pobreza, por lo cual quedan para Ud. las siguientes preguntas: ¿Somos felices sabiendo que existen millones de personas que salieron de la extrema pobreza? Siendo sinceros, ¿Nos importa? ¿Estamos dispuestos a reconocer el avance en la reducción de la pobreza, tal como recordamos recoger nuestro pasaje?

Judith Apaza es Auditora Financiera
@judith_apaza

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BOLIVIA NO NECESITA DOCTORES

Judith Apaza

Permítanme comenzar revelando que el presente artículo de opinión no es una crítica a la sacrificada labor de nuestros compañeros médicos, más bien, lo contrario.

Las últimas dos semanas estuve afectada por una severa bronquitis que afectó mis labores cotidianas. Malestar general, dolor de cabeza, estornudos y una tos infernal fueron mis compañeros diarios... Felizmente, gracias a una maravillosa intervención de mis amigos médicos pude retomar mi actividad normal.

Esta penosa odisea me llevo a reflexionar sobre la importancia de los factores que intervienen en la salud... ¿Qué es más relevante: el desempeño individual o los factores externos?

Casi todos mis allegados coincidieron en que el resfriado que sufrí, fue ocasionado por mis bajas defensas, no abrigarme lo suficiente y la insistente manía de salir a la calle con el cabello mojado. Y tienen razón. En cierta medida, pudieron existir factores externos que amenazaron mi salud, sin embargo, mi resfriado y posterior bronquitis fue atribuible al nivel de defensas que no fueron lo suficientemente fuertes como para hacer frente a los virus que circundaban mi humanidad.

En el particular caso de la salud de la economía boliviana, es evidente que cada vez con mayor frecuencia los Organismos Internacionales afirman que nuestro país se encuentra en una situación de crecimiento. Prueba de ello son los recientes informes de la CEPAL y el FMI de agosto y octubre 2013, que se muestran bastante optimistas sobre el crecimiento de Bolivia previsto para el 2014, el cual es declarado como constante y positivo.

Al respecto, vale la pena preguntarse a quién se debe el buen estado de la salud y la actual bonanza económica de nuestro país.

En este apasionante debate, algunos intelectuales sostienen que la actual bonanza económica  se debe a  factores externos positivos tales como los precios de la materia prima y las exportaciones, por su parte, otro grupo realza las cualidades de las políticas fiscales, monetarias y macroeconómicas adoptadas desde hace algunos años.

Esta aparente contradicción puede llevarnos a la equivocada idea de que sólo una de las opciones contiene la respuesta correcta. Es evidente que existieron factores externos que impulsaron el crecimiento, pero¿es eso suficiente para un comportamiento positivo sostenido? ¿Cuál es el rol de las políticas públicas?  ¿La ciudadanía tiene algo que ver en este proceso?

En el caso de mi resfriado la situación es bastante clara, los factores externos estimularon una situación desfavorable y los factores internos no resistieron. En el caso de los países, un estímulo positivo no necesariamente implica un crecimiento económico, esto se hace evidente en situaciones favorables a ciertos países, donde la economía no mejora pues prima el derroche y la exageración en la administración pública.

En consecuencia, podríamos deducir que las amenazas externas siempre existen, pero la clave del éxito reside en cuán preparados nos encontramos para resistir o no.

Lo curioso se encuentra en el hecho que, Bolivia, un país acostumbrado a ser el último en todo, hasta en el fútbol, ahora se perfila como una de las economías más fortalecidas a pesar de la crisis de 2009. Como nunca, Bolivia no requirió que médicos económicos internacionales le den la “receta” para una buena salud… Bolivia prescindió de ellos hace mucho tiempo.

*Judith Apaza es Auditora Financiera

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ENCERRADA EN UNA PIZZERÍA

Judith Apaza

Hace algunos años, una joven estudiante fue a clases como un día cualquiera. No se imaginaba que los hechos que acontecerían esa cálida mañana cambiarían el destino de todo un país y cada uno de sus habitantes.

Al terminar su jornada estudiantil ella debía volver a casa, sin embargo, de pronto, el ambiente cercano a su colegio se convirtió en una zona de guerra: disparos, gente corriendo, gas lacrimógeno, nadie entendía lo que estaba pasando. Desesperada, ella buscó refugio en el lugar más cercano: una pizzería. La gente corrió con ella. El dueño, abrumadotambién, tomó la reja de metal y trancó el ingreso de más gente. Decenas de personas quedaron dentro, escuchando cómo, afuera, la gente gritaba y golpeaba la puerta para poder entrar, el dueño estaba impasible, él también tenía miedo.

Adentro, todo era silencio. Fue una mañana de febrero de 2003.

El desenvolvimiento de los hechos posteriores nos es bien conocido. Han pasadodiez años desde los fatídicos meses de febrero y octubre de 2003, donde cientos de personas fueron heridas o aún peor, murieron, causando un dolor irreparable en sus familias y amigos más cercanos. Diez años desde que el pueblo boliviano se levantó para decir basta, diez años, desde que decidimos tomar las riendas del destino de Bolivia.

Ha pasado tanto tiempo, y aún ahora, algunas personas piensan que la sangre derramada y las muertes ocurridas no tuvieron sentido...

Al respecto, quizás debamos cuestionarnos ¿Cuánto ha cambiado Bolivia? ¿Hemos aprendido del pasado? ¿Preferimos estar adentro de la pizzería haciendo oídos sordos de los que están afuera, o simplemente salir a luchar por lo que creemos?

Estas preguntas me llevan a pensar que es innegable que el 2003 significó para Bolivia un punto de quiebre, un determinante de los nuevos rumbos que tomaría el poder y la mentalidad de la estructura social existente.
Obligó al Estado a reorganizar sus prioridades y a los ciudadanos a asumir y replantearsu rol político.
No obstante, no podemos olvidar que a la fecha, aún existen tareas pendientes, tareas de todos. Aún no se tienen culpables por los casos de genocidio, aún se puede vislumbrar la triste sombra de la impunidad y la desvalorización de la vida de los demás.

Hoy, los invito a recordar a los caídos, como defensores de la soberanía boliviana, del rescate de nuestros recursos naturales para el beneficio de los bolivianos.

En su momento, la guerra del gas despertó un sentimiento de unión, de convergencia hacia un punto de lucha común¿puede esta Bolivia de 2013 resurgir, despertar y ser solidaria con las personas que están afuera de la pizzería? ¿o simplemente se quedará en silencio?

La autora es Auditora Financiera

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PROFESIÓN CON PASIÓN

Judith Apaza

Mis primeros días en la Universidad fueron increíbles, a la par de ir aprendiendo las bases teóricas de la Contabilidad, la Economía, el Derecho y la Administración, fui conociendo un sinnúmero de personas diversas. En ese ínterin, me preguntaba cómo podía ser que personas tan diferentes pudieran cursar una misma carrera¿No se suponía que todos debíamos tener un mismo perfil? ¿Unas mismas metas?

Estas cuestiones me dieron mucho en que pensar, por lo cual, comencé a indagar acerca de la motivación que habían tenido mis compañeros para ingresara la carrera de Auditoría (Contaduría Pública). Las respuestas eran tan diversas como mis compañeros: desde la existencia de un Auditor en la familia, pasando por “en esta carrera se gana mucho dinero”, hasta “mis amigos se inscribieron aquí”.

La amplia variedad de respuestas, demostraba que muy pocos habían ingresado porque realmente lo desearan o porque creyeran quenuestra carrera fuera lo suficientemente apasionante como para dedicarle el resto de sus vidas.
Por tanto, era fácil deducir que en un futuro muchos de mis compañeros estarían destinados a realizar un trabajo sin pasión, sin motivación, por el simple hecho de subsistir, más no existir.

Esta hipótesis pesimista,se ve reforzada y confirmada por el bajo índice de titulados. De acuerdo a la información académica del CEUB, en 2006,  las 11 universidades públicas acogieron un total de 56,398 inscritos; en situaciones  ideales, éstos56 mil estudiantes debieron haberse titulado en 2012 (sin aplazos, con trámites sin observaciones ni demorasy colación de grado incluidos), sin embargo, en 2012, solamente se titularon 18,063 estudiantes,  que representan un 32% de los inscritos en 2006, lo cual indica que de cada 10 inscritos en las universidades públicas, sólo 3 se gradúan en tiempos óptimos.

¿Y el 70% faltante? Algunos cambian de carrera, otros la abandonan para comenzar a trabajar, otros perdieron el año por uno u otro factor… todos estos elementos evidencian que algo anda fallando en el sistema.
En este contexto¿Cuál es la medida que debemos tomar para evitar no sólo un bajo índice de titulados, sino un sinfín de vidas embargadas en la amargura de un trabajo cotidiano por el cual sólo sienten hastío? El sistema educativo y las universidades deben velar por la implementación de programas de orientación vocacional, que coadyuven a que los bachilleres tomen una decisión correcta y se formen profesionales comprometidos a trabajar por el desarrollo del país.

Lamentablemente, podemos observar que el pedido recurrente de las universidades públicas gira en torno a requerimientos monetarios-presupuestarios, a pesar de que sus ingresos tienen una fuerte tendencia ascendente en los últimos años ¿Estas solicitudes van ligadas a una mejora del servicio educativo? ¿Tendremos los estudiantes mejores condiciones para el desarrollo formativo?

Retomando el tema de la falta de pasión y el bajo índice de titulados ¿Hacia quién debe apuntar nuestro dedo culpabilizador? ¿A los estudiantes? ¿Los docentes? ¿El sistema universitario? ¿El sistema educativo?
Quizás todos somos culpables.

Judith Apaza es Auditora Financiera
@judith_apaza

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EL NÚMERO DEL MILLÓN DE DÓLARES

Judith Apaza

Si una imagen puede valer más que mil palabras, creo que es correcto aseverar que una cifra puede llegar a valer más que un millón de palabras, pero como al mundo no le interesan las palabras, sino los números, diríamos que una cifra puede valer más que un millón de dólares. Veamos por qué.

Actualmente, nos vemos bombardeados de cifras y datos estadísticos: reducción de X por ciento, crecimiento de Y por ciento,  eficiencia, PIB, superávit, déficit, excedente, inflación, ejecución presupuestaria… son términos que se han convertido en palabras de uso común en el léxico del ciudadano de a pie. Ésta es una situación bastante paradójica, pues, curiosamente la sociedad (por lo general) presenta una cierta aversión a las matemáticas, sin embargo, parece gozar de una cierta tolerancia y confianza hacia resultados de estadísticas y encuestas.

Sin embargo, ¿Se puede decir que todas las cifras presentadas son ciertas? ¿Qué significan estos números para aquellos no-iniciados en las Ciencias Económicas?

Para responder a estas dos cuestiones, probablemente sea necesario recordar una de las características primordiales de la información: la fiabilidad (o confiabilidad). En términos generales, esta fiabilidad se origina principalmente en 1. La fuente de los datos y 2. Las actividades realizadas para el procesamiento de la información. Esto, nosotros lo sabemos de manera intuitiva y lo utilizamos día a día mientras intentamos comprobar la veracidad o no de cierta información que nos comunican nuestras personas más allegadas.

Lamentablemente, pocas veces logramos verificar datos de fuentes externas, este hecho limita nuestra capacidad de cuestionamiento y por consiguiente, nuestro alcance de la verdad.

En este sentido, nosotros como parte de la nueva “Sociedad de la Información” debemos entrenar nuestra capacidad de análisis para poder segregar la información veraz de aquella que responde a ciertos intereses en particular.

Es nuestro deber coadyuvar al proceso democrático a través de la crítica constructiva, y ello requiere también de nuestra predisposición hacia la búsqueda de información fiable, ello evitará que Instituciones de Investigación (reales o no) logren envolvernos en un torbellino de números sin respaldo ni relación lógica entre las variables. A tal extremo hemos llegado, que algunos podrían asegurar que si en Julio existen más resfríos y por otro lado, existe una mayor venta de abrigos, puede deducirse que la venta de abrigos produce resfriados… (El ejemplo anterior, por cierto no es real, sino meramente ilustrativo).

Al respecto, quizás debamos responder qué es más importante: ¿un dato, la forma de obtenerlo, o su significado real tomando en cuenta todas las variables?

En definitiva deben considerarse todas variables, las fuentes, y el procesamiento de datos. Sin embargo, al final, lo que más importa es la interpretación de la información estadística, así como la relevancia que damos a estas cifras y el nivel de confianza que depositamos en ellos. ¿Alguien está dispuesto a  apostar un millón de dólares a que el análisis presentado por Instituciones de Investigación es totalmente fiable?

* Judith Apaza es Auditora Financiera

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LOS INFORMÁTICOS ME DAN MIEDO

Judith Apaza

Un día conocí un informático. ¿O él me conoció a mí? Es un tanto difícil definirlo por las particularidades de la situación: el día que yo lo conocí,me di cuenta que él ya sabía mi nombre, fecha de nacimiento, estado civil, grado de instrucción, dirección, correo electrónico,número telefónico, número de celular, nombres de mis familiaresy el apodo de mi gato desaparecido hace 8 años.

La gran cantidad de datos que esta persona había recolectado sobre mí me pareció escalofriante, sólo con el tiempo pude entender que ciertas personas poseen una tendencia natural a la investigación, y en algunos casos a la vulneración de accesos a información restringida.

Sin embargo, a la fecha, me sigue dando miedo.

¿Cómo obtuvo la información? Pues basta con datos personales en una base de datos y una persona lo suficientemente hábil para vulnerar ciertos controles o contar con accesos a información, uno sabe que la tecnología puede ser una maravillosa herramienta para estos fines. A pesar de mis deducciones iniciales, supe después que él decidió ir por el camino más fácil: preguntarle todo a mi mejor amiga.

A pesar de ello, en situaciones normales, sabemos que lo que se requiere para una búsqueda de información es lo mencionado anteriormente: base de datos y una persona o grupo de personas dispuestas a indagar diligentemente la información contenida en dicha base de datos. Al respecto, cabe resaltar que en general quienes brindan la información (personal o no) somos nosotros mismos a través de entradas a redes sociales, blogs, o incluso mientras enviamos mensajes, en cierta medida, abusamos de la difusión de nuestra información privada.

Por otro lado, también cabe aclarar que a pesar de que cada uno pueda o no publicar hasta el más mínimo detalle de su vida, esto no debería significar que personas u organizaciones no autorizadas tengan acceso a dicha información. En este punto, el rol de los Gobiernos y de la sociedad es fundamental: La privacidad no es una concesión, es un derecho.

Lastimosamente, este derecho se ha convertido en una herramienta política (como todo), pues quien tiene mayor información, posee mayor poder, y la política no es más que el arte de manejar el poder. Al respecto, no debemos permitir que los derechos adopten las características de un simple bien de intercambio, que se adquieren, venden o se liquidan sin mayor reparo.

Volviendo al tema del miedo, es fácil vislumbrar que el reciente escándalo sobre la información, Snowden y los derechos humanos, ha destapado una serie de acciones, reacciones y sensaciones, tal vez debamos preguntarnos quiénes son los que tienen miedo, y si el temor es infundado o dirigido a las personas correctas ¿A qué o a quiénes deberíamos tenerle más miedo?

Judith Apaza es auditora financiera

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ADIÓS (EL SALUDO PARA DESPEDIRME DE TI)

Judith Apaza

De acuerdo al Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, un saludorepresentala acción de dirigirse cortésmentea alguien al encontrarlo o despedirse de él.  Entonces, el hecho de decir adiós no es más que saludar a otro hasta… quién sabe cuándo. Esta pequeña palabra, sin embargo, lleva dentro de sí misma un gran contenido enigmático, totalizante y a veces hasta un poco deprimente. Un adiós normalmente es asumidocomo una situación irreversible y marca un momento de inflexión a partir del cual nada vuelve a ser igual.
Es por eso, que hoy he decidido decirte adiós.

¿Por qué? Te preguntarás… Pues, porque prefieres verme dormida que despierta, porque me hiciste creer que la felicidad reside en un cálido hogar (con un gato, un perro, 2 hijos, una casa y un auto), porque me cerraste los ojos frente a la desigualdad y me los enfocaste hacia la tranquilidad de conciencia lograda a través de un diezmo y una limosna. Callaste mis deseos de levantar la voz contra la injusticia y me embobaste con una televisión de contenido enlatado.

Posicionaste en mi mente una idea de progreso ligada al status y la imagen, llenaste mi vida vacía de objetos inservibles, impulsándome a comprar lo que no necesito y hasta lo que ya poseía. Insertaste el chip del consumismo en lo más profundo de mi ser, me arrullaste al ritmo de una melodía monótona y cíclica: ganar más, comprar más, botar lo que acabo de comprar… lograste hacerme dormir en una copia mal hecha de un sueño americano. Todo por el confort y la comodidad: promesas que nunca se cumplieron.

Me mantuviste conformista con mi ambiente inalterado, haciendo que me olvide de mí misma y del resto, me llevaste al extremo de no poder vislumbrar quién soy, dónde estoy, y porqué estoy aquí. Me enseñaste a no luchar, a aceptar lo que imponen los demás, a ponerme del lado de la opresión y a olvidarme de la utopía, los sueños, y lo imposible.
Me alejaste de mis libros raros…

Te diré adiós, porque (reitero) hiciste que me olvidara de mí. Me encasillaste en un molde predeterminado sólo para mujeres, me educasteparaactuar dentro de parámetros “normales”, comunes, convencionales… convencionales, pero ¿para quién?

Sé que tu no vas a dejarme jamás, te encuentro por doquier una y otra vez, sostienes que no me haces daño, y no sabes cuánto daño me haces, intentas mantenerme obediente y sumisa, por eso debo alejarme de ti, no puedo seguir así.

No pienses que ésta es una decisión impulsiva, lo llevo pensando hace largo tiempo. Hoy lo he decidido: Te digo adiós, con toda la esperanza de que este saludo no se transforme en un “hasta luego”.

Adiós pensamiento conformista y estandarizado de la clase media!

* Judith Apaza es Auditora Financiera

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LA INDIFERENCIA MATA

Judith Apaza

Hay quien dice que la indiferencia mata pues no hay mejor venganza que el olvido. Yo no estoy de acuerdo, por lo menos nunca he escuchado que alguien haya muerto de indiferencia, de tristeza tal vez, pero ¿de indiferencia?
Cada día, frente a nuestros ojos vemos pasar un cúmulo de gente que circula a nuestro lado, que comparte los mismos aires, los mismos tramos, a veces los mismos problemas, pero aun así somos indiferentes a lo que ellos puedan necesitar o sentir. Vivimos en un mundo cercano a todos los rincones del planeta, gracias a la tecnología, pero alejado de aquellos que están alrededor nuestro.

En este contexto, me pregunto cuál es la incidencia de la estructura social respecto a la percepción del otro y el bienestar común ¿Cuál es el rol de la clase media en el proceso social que enfrenta Bolivia?

La estructura del nivel de ingresos comúnmente ligada a las “clases sociales”, ha tenido un comportamiento interesante en nuestro país a lo largo de los últimos años. Escuchamos de estadísticas sociales y económicas que los niveles de extrema pobreza han disminuido considerablemente (de 38% a 21% entre 2006 y 2012 de acuerdo a los datos contenidos en la Memoria Fiscal de la Economía Boliviana 2012 presentada por el MEFP).

Si hay menos pobreza ¿dónde se encuentra el 17% que ha subido de nivel de ingresos? La respuesta resulta casi obvia y la OIT lo refleja de manera contundente en la presentación delInforme sobre el Trabajo en el Mundo 2013:"Reparando el tejido económico y social", evento en el cual el pasado lunes 3 de junio un representante de esta Organización aseveró que el desarrollo de los países de América Latina se ha incrementado gracias al fortalecimiento de la clase media, una medida favorable, pues fomenta la demanda interna y genera un crecimiento económico.Sin embargo, a nivel sociológico ¿Cuáles son los cambios que implica esta nueva estructura societaria?

Por definición, hemos aprendido que la clase media queda en un ambiente no necesariamente favorable a nivel político, concibiendo barreras respecto a otros grupos sociales, de los cuales no forma parte pero acoge y rechaza a la vez, ya lo decía bien Mario Benedetti en su Poema a la Clase Media:“Desde el medio/mira medio mal/a los negritos/a los ricos/a los sabios/a los locos/a los pobres.” Hay quien diría que la clase media no se preocupa más que por una cosa: la clase media.

En ese ensimismamiento, quizás esta nueva estructura, pueda llevarnos a una “indiferencia” de las necesidades de los menos favorecidos económicamente, pues aquellos que ya se encuentran cómodamente posicionados, han dejado de sentir carencias y se habrían vuelto insensibles al dolor ajeno, por ende ahora viven felices en el medio de la nada, o en medio de todo.

Y a todo esto, tal vez debamos preguntarnos ¿De qué lado estará la clase media? ¿Del lado de los pobres? ¿De los ricos? ¿Del Gobierno? ¿De la oposición? ¿De ambos? ¿O ninguna de las anteriores?
Yo sólo sé que es necesario tomar conciencia de la nueva estructura, Bolivia no es la misma: debemos decidir de qué lado nos encontramos. Esta indiferencia latentees posible que no mate a nadie, pero sípuede matar ilusiones y nuestro sentido de humanidad.

Judith Apaza es Auditora Financiera

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CAMBIO HELADO DE CHOCOLATE POR UN LIBRO

Judith Apaza

Diego y su primo Antonio siempre fueron muy unidos. Corrían lado a lado y compartían secretos y travesuras juntos. Un frío día de junio, Diego le enseñó a Antoniolas bases de una negociación efectiva, a través del sentido de la frase “dar para recibir”.

Ese instructivo día, Diego se encontraba leyendo una fantástica pieza de teatro, Antonio, que vio a su primo bastante concentrado, le pidió el libro por pura curiosidad, “si te lo doy, me quedo sin nada que hacer ¿Qué me das acambio?” le dijo Diego en tono de broma, Antonio pensó que era injusto, pero conociendo las debilidades de su primo ofreció cambiar el libro por un helado de chocolate (que sacó de las reservas de su hermanita menor). Así, Antonio leyó un libro que le cambió la vida y Diego disfrutó de uno de los más deliciosos placeres conocidos por el hombre.
Según usted ¿quién ganó de esta negociación?

Cada uno podrá tener una opinión distinta; sin embargo, cuando hablé con ambos, los dos sentían haber cerrado el mejor negocio de sus vidas.

Antonio, un mes después conoció una bella muchacha que lo convenció de que quien ama otorga sin pedir nada a cambio, así, Antonio le ofreció a su amada el libro de teatro como muestra de su amor, lamentablemente ella no lo amaba, sólo quería regalos sin ofrecer nada a cambio.

Dolido de la realidad, Antonio aprendió que la negociación debe desprenderse deapasionamientos que nos pueden llevar a tomar acciones equivocadas o impulsivas, aprendió que aunque le pese mucho, uno debe estar dispuesto a ofrecer al menos algo que le importe al otro, pero también tiene el derecho de exigir algo a cambio, por lo menos para que la negociación sea interesante para ambas partes.

En la coyuntura actual, quizás muchas veces actuamos como la bella muchacha, queriendo imponer ideas, sin ofrecer algo sincero y real a cambio, o tomamos decisiones impulsivas como Antonio, que debió comprarse otro ejemplar de su libro favorito, lo que hizo que sintiera doblemente su pérdida.

Entonces, ¿podemos pedir sin ofrecer algo a cambio? En definitiva sí, pero ¿es ético? Nuestros pedidos pueden llegar hasta el límite de nuestra imaginación, ése no es el problema, el problema radica en cuánto estamos dispuestos a ofrecer y a ceder para llegar a un acuerdo. Una solicitud debe otorgar un beneficio a ambas partes y debe ofrecer una contrapropuesta, no hay mérito alguno en plantear un pedido sin mencionar el cómo puede ser llevado a la realidad.

En este sentido, llamo a la reflexión a aquellos que velan por el bienestar de los trabajadores y del Estado, no se alejen de la factibilidad: pidan, exijan, planteen, debatan pero sobre todo, propongan, no vaya a ser que Bolivia se quede como mi viejo amigo Antonio.

Querido Antonio, cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia.

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PLANEANDO MI VIAJE A LA LUNA

Judith Apaza

Yo quiero conocer la Luna, es mi deseo más preciado: el poder observar desde un terreno desconocido la magnificencia del pequeño planeta llamado Tierra, donde los mayores problemas que soluciona el hombre, son los que él mismo crea.

Cuando planteé mi deseo de ir a la Luna a mi familia, me dijeron: “que bien hijita”, claro, yo tenía 5 o 6 años y no lo tomaban muy en serio. Si se los planteo ahora, probablemente definan que estoy loca, o “en la Luna”; en el mejor de los casos, tal vez me apoyen. De no ser así, yo les diría: “si alguien está en desacuerdo, que hable ahora o que calle para siempre” al mejor estilo de una boda de novela.

En esta situación, ¿por qué habría de oponerse alguien? Es un derecho legítimo la forma en la que gastaré mi dinero y mi tiempo.

Sin embargo, en mi interior siento que este objetivo no está correctamente planteado, para realizar un objetivo, uno debe analizar su ubicación en el tiempo y los recursos requeridos, entonces mejor lo redefino: el viaje será cuando me jubile, por 2 semanas, y los recursos con los que se financiará el viaje serán mis ahorros personales más mis fondos de jubilación. Problema resuelto.

¿Y los fondos de mi jubilación serán suficientes? claro está que no me voy a jubilar ahora; sin embargo, a raíz del conflicto actual, creo que es necesario analizar el tema de la jubilación, no sólo por mi viaje (que es mi deseo más preciado) sino por las connotaciones sociales y políticas que este tema conlleva.

Es tentadora la idea de jubilarse al 100%, me emociona pensar que puede ser realizable, que tal si vamos a las cifras: Supongamos que mi salario es de Bs2.000 durante toda mi vida, y que trabajo 30 años, si al jubilarme mi esperanza de vida fuera de 15 años, eso querría decir que necesitaría Bs360.000 desde mi jubilación hasta el momento de decir adiós a este mundo.

Pero, ¿no hay una incongruencia aquí? Lo que ganaría en toda mi vida de trabajadora activa alcanza Bs720.000, y lo que necesito tener ahorrado son Bs360.000, si los fondos fueran administrados por mí misma, eso implicaría ahorrar el 50% de mi salario cada mes, o hacer muy buenas inversiones con mis ahorros. Sin embargo, observando las planillas y la papeleta de pago, el descuento para jubilación llega al 10%... entonces ¿cómo llego a cubrir el otro 40%? De acuerdo a las cifras gubernamentales, aparentemente no es posible financiar esta brecha en su totalidad.

Quizás algún fondeo de recursos podría incrementar el fondo social o ¿tal vez sea necesaria alguna medida creativa para financiarlo?Eso se lo dejo a los economistas.

Ahora bien ¿el fondo social es un fondo de libre disponibilidad? De acuerdo a las enseñanzas de los clasificadores presupuestarios y la normativa vigente, podemos visualizar que tanto empleadores como empleados aportamos a este fondo; cada asegurado, por lo general, aporta un 0,5%, entonces ¿cuál es el impacto a nivel individual? En 2012, se recaudó Bs831 millones por este concepto, haciendo números, mi aporte no representa ni el 0,00004%, ello me otorga un poder de decisión sobre el total de los fondos? no lo sé…

Hay quien sostiene que los derechos de uno terminan donde comienzan los de los demás y que los objetivos dejan de ser realizables cuando afectas intereses de terceros, porque es posible que te impidan llevar tu objetivo a la realidad. En el caso de mi viaje a la Luna, es posible que no exista opinión en contrario pues no afecto los intereses ajenos, no perjudico a nadie (espero) con  mi viaje.

Pero ¿y con el dinero de la jubilación? ¿Puedo anteponer los intereses del resto para financiar una renta digna a los que menos ganan, sobre mi deseo más preciado? ¿Hasta qué punto puede llegar mi “solidaridad”?, ¿Quiénes financian este fondo solidario? ¿Somos los empleados, o son los empleadores? Analizando el rendimiento de los aportes, ¿Puedo decir que los intereses que generan las AFPs son los más adecuados? ¿Qué restricciones normativas impiden la diversificación de inversiones de las AFPs? Y lo más importante… ¿Podré viajar?

Espero que la definición del destino de los recursos de la jubilación se tome pronto y de la manera más equitativa posible, no quisiera que de aquí a diez años me digan que el dinero de mi jubilación sólo podrá cubrir un día de paseo al Valle de la Luna.

En todo caso, tal vez tendré que buscar otra forma de financiar mi tan esperado viaje o tal vez ya esté en la Luna y todas estas preguntas no tengan sentido.

Judith Apaza es Auditora Financiera

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