Opinion

BOLIVIA NO NECESITA DOCTORES
Di-sentimientos
Judith Apaza
Lunes, 21 Octubre, 2013 - 21:55

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Permítanme comenzar revelando que el presente artículo de opinión no es una crítica a la sacrificada labor de nuestros compañeros médicos, más bien, lo contrario.

Las últimas dos semanas estuve afectada por una severa bronquitis que afectó mis labores cotidianas. Malestar general, dolor de cabeza, estornudos y una tos infernal fueron mis compañeros diarios... Felizmente, gracias a una maravillosa intervención de mis amigos médicos pude retomar mi actividad normal.

Esta penosa odisea me llevo a reflexionar sobre la importancia de los factores que intervienen en la salud... ¿Qué es más relevante: el desempeño individual o los factores externos?

Casi todos mis allegados coincidieron en que el resfriado que sufrí, fue ocasionado por mis bajas defensas, no abrigarme lo suficiente y la insistente manía de salir a la calle con el cabello mojado. Y tienen razón. En cierta medida, pudieron existir factores externos que amenazaron mi salud, sin embargo, mi resfriado y posterior bronquitis fue atribuible al nivel de defensas que no fueron lo suficientemente fuertes como para hacer frente a los virus que circundaban mi humanidad.

En el particular caso de la salud de la economía boliviana, es evidente que cada vez con mayor frecuencia los Organismos Internacionales afirman que nuestro país se encuentra en una situación de crecimiento. Prueba de ello son los recientes informes de la CEPAL y el FMI de agosto y octubre 2013, que se muestran bastante optimistas sobre el crecimiento de Bolivia previsto para el 2014, el cual es declarado como constante y positivo.

Al respecto, vale la pena preguntarse a quién se debe el buen estado de la salud y la actual bonanza económica de nuestro país.

En este apasionante debate, algunos intelectuales sostienen que la actual bonanza económica  se debe a  factores externos positivos tales como los precios de la materia prima y las exportaciones, por su parte, otro grupo realza las cualidades de las políticas fiscales, monetarias y macroeconómicas adoptadas desde hace algunos años.

Esta aparente contradicción puede llevarnos a la equivocada idea de que sólo una de las opciones contiene la respuesta correcta. Es evidente que existieron factores externos que impulsaron el crecimiento, pero¿es eso suficiente para un comportamiento positivo sostenido? ¿Cuál es el rol de las políticas públicas?  ¿La ciudadanía tiene algo que ver en este proceso?

En el caso de mi resfriado la situación es bastante clara, los factores externos estimularon una situación desfavorable y los factores internos no resistieron. En el caso de los países, un estímulo positivo no necesariamente implica un crecimiento económico, esto se hace evidente en situaciones favorables a ciertos países, donde la economía no mejora pues prima el derroche y la exageración en la administración pública.

En consecuencia, podríamos deducir que las amenazas externas siempre existen, pero la clave del éxito reside en cuán preparados nos encontramos para resistir o no.

Lo curioso se encuentra en el hecho que, Bolivia, un país acostumbrado a ser el último en todo, hasta en el fútbol, ahora se perfila como una de las economías más fortalecidas a pesar de la crisis de 2009. Como nunca, Bolivia no requirió que médicos económicos internacionales le den la “receta” para una buena salud… Bolivia prescindió de ellos hace mucho tiempo.

*Judith Apaza es Auditora Financiera