He aquí algunas de las razones por las que triunfó el NO a la modificación de la CPE y, en particular, el artículo 168.
1. Ciudadanía efectiva. Miles y millones de dólares invertidos para convencernos que el SI es lo mejor no lograron su objetivo. El uso y abuso del poder en vez de generar simpatía generó rechazo ciudadano. Entre los propios funcionarios públicos había rabia contenida porque no solo que les descontaron el 10% de su salario sino que, además, les pedían cuotas para afiches, les obligaron salir a pintar paredes y a marchar como zombis en favor del SI. El gobierno invirtió millones y consiguió centavos de retorno. En este sentido la campaña ciudadana fue heroica y se impuso a las estructuras del poder controlados por un solo partido. Los miles de NOs fueron imparables y la estrategia del gobierno de querer meterlos en una sola olla a todos bajo el rotulo de “neoliberales” o “vende patrias” no surtió el efecto esperado. Dispersión y unidad, fueron las claves de la estrategia ciudadana articuladas en miles de voces y acciones, pero un solo mensaje: NO
2. Juventud Rebelde. La incorporación de miles y miles de jóvenes en las acciones y propuestas por el NO fue una de las notas que rompió esquemas en este referéndum. La aparente apática y desinteresada juventud, calló a los pesimistas y escépticos que creían que estábamos ante una generación perdida, una generación sin capacidad de preocuparse por los asuntos nacionales o los valores democráticos. Equívoco total. El 21F despertó a una nueva generación de actores políticos que rompe esquemas y estilos de hacer política. El bono demográfico juvenil de Bolivia, dijo presente para el futuro que se empieza construir.
3. Redes sociales. Durante estos 10 años el gobierno creo una red de emisoras comunitarias (50 en todo el país), fortaleció los medios estatales (BTB, Patria Nueva, Cambio), se apropió de radios, periódicos y canales de Tv privados, formando una red de medios de comunicación para-estatales con el objetivo de capturar y controlar todos los espacios de información, opinión y disidencia. Con esto creían que moldearían la opinión pública a su favor y que la oposición no tendría medios por donde expresar su descontento. Otra vez, millones de dólares invertidos que les dio pocos resultados. La ciudadanía, ante este masquin-censura estatal, se volcó, se apropió inteligente y masivamente de las redes sociales. De esta manera, la opción del NO creó una comunidad plural de más de 260 mil seguidores que supieron reaccionar al toque ante cualquier tema que tuviera que ver a favor del NO o contra el SI. La sociedad dijo, “el gobierno puede comprar y doblegar a todos los medios de comunicación formales, pero no lo podrá hacer con las redes sociales”. El gobierno también masificó el uso de las redes sociales, pero era notorio que la rutina era con intensidad de lunes a viernes, en días de trabajo, produciéndose un ostensible bajón los días sábados, domingos o feriados, demostrando, con esto, que los operadores eran funcionarios antes que internautas convencidos. Esto fue muy notorio los días de carnaval con el caso zapatazo. Estos comicios marcaran un antes y un después en esto de “redes sociales y política” y que merece ser estudiado con más profundidad.
4. Intelectuales orgánicos por el NO. En todo el proceso del 21F, el rol de los líderes y lideresas de opinión publica (ya sea analistas o expertos en temáticas especificas) ha sido una de las cuestiones más importantes para el flujo de información y orientación a favor de la opción del NO. Los líderes y lideresas de opinión pública han ayudado, cada uno por su lado, ya separada o coordinadamente, para que el debate le llegue a la ciudadanía. Los aportes de Carlos Valverde, Amalia Pando y otros es innegable. Algunos observadores, se atrevieron a decir que estos líderes y lideresas reemplazaron con creces a los líderes de los partidos políticos, debido a su respetabilidad y credibilidad.
5. Un solo mensaje. Si bien a un principio los que optaron por el NO tenían un discurso disperso y confuso, poco a poco se fueron alineando en un solo mensaje aunque con miles de acciones plurales. Si al principio algunos pedían el apego a la CPE, otros la renuncia de Evo o el revocatorio, la acción incesante de diálogo entre las redes sociales, las plataformas y las orientaciones a través de los medios de comunicación abiertos por parte de los administradores, voceros y de los opinologos, ayudó a que se vaya separando la paja de la espiga y, de esa manera, afinar el mensaje y objetivo del 21: no es elección de presidencial, solo se pide que se respete la CPE, que no se modifique el artículo 168 para beneficiar a dos personas y que el poder absoluto corrompe. En cuanto a la acción, casi todos consensuaron que la misma no debía ser confrontacional y que debía ser alegre y creativa.
6. Corrupción, desgracia del SI e impulso del NO. El desgaste del gobierno después de 10 años de poder absoluto es un hecho que lo desnuda y lo revela en su impostura. El MAS ya no es futuro sino mucho más parecido y peor que el pasado. Donde se toque salta la corrupción y esto les quita valor y peso. El discurso moral con el que se barnizaron se ha añejado y al resquebrajarse los delata en su apuesta diseñada para asaltar las arcas del Estado bajo el lema: “ahora nos toca”. El año 2004 el 76 % de las contrataciones estatales se hacían por licitación nacional o internacional. El año 2014, más del 98 % se hacen por invitación directa: desde el 2006 se ha montado un esquema para delinquir, señala Diego Ayo, autor de un estudio que demuestra con datos este proceso que permite, a los gobernantes de turno, meter sin control y sin discreción las manos en las arcas del Estado. El descarado y arbitrario manejo del FONDIOC, denunciado e impulsado por el diputado indígena Rafael Quispe, fue la punta del iceberg con la que la ciudadanía se empezó a preguntar: “si ahí se han robado tanta plata, como será en otros lugares?”. Y, sin que se tenga que esperar mucho, aparecieron varios otros casos, como el del lago Poopo o de las barcazas chinas. Sin embargo ninguna de ellas había logrado llegar a la cima del poder, es decir, al Presidente. Siempre se decía que el Presi tenía un entorno corrupto y hasta que era víctima de unos oportunistas. Pero tuvo que llegar un jueves de comadres, 4 de febrero, para que un periodista y analista, Carlos Valverde, saque la denuncia de tráfico de influencias desde las más altas esferas del poder para que la percepción de la gente ya no excluya a la máxima autoridad nacional de posibles actos de corrupción.
Con esa denuncia, la opción por el SI sufrió un golpe de nockout inesperado que los dejó sin reacción. Si ya el tema del FONDIOC estaba minando la credibilidad del entorno gubernamental, el “zapatazo” golpeó en la cabeza del Ejecutivo como no había ocurrido antes, destapando una red de tráfico de influencias que está asentada en las más altas esferas del poder. Si en el FONDIOC se hablaba de 250 millones de dólares mal administrados, en el caso “zapatazo” se habla de más de 500 millones de dólares que comprometen a la deuda externa de todos los bolivianos. De esta manera, unos carnavales que se prometían aburridos y apegados a las tradiciones, fueron el caldo de cultivo para que, en esos cuatro días, con los ingredientes de comentarios/chismes sobrios y exagerados, se cocine la indignación ciudadana. Como nunca antes en estos 10 años, los carnavales fueron el espacio donde la burla y el irrespeto a las máximas autoridades nacionales fueran el centro de las risas y las rabias.
7. Líderes políticos cautos. El gobierno esperaba que los líderes de políticos como Samuel Doria Medina, Rubén Costas, Carlos de Mesa, Tuto Quiroga y otros se suban abiertamente a la campaña del NO y que sean los principales líderes de la misma. Esto no sucedió. El gobierno hizo todo lo posible para que estos líderes cayeran en la trampa, pero la mayoría de ellos no picó el anzuelo y optaron por apoyar la estrategia ciudadana del NO. Los líderes políticos si bien expresaron sus puntos de vista y opción a favor del NO, supieron mantenerse en segundo y hasta en tercer plano, dejando que sean las decenas y decenas de plataformas ciudadanas las que, con sus propios ritmos, propuestas y estilos lideren a lo largo y ancho del país las campañas por el NO. Con reserva los líderes políticos establecieron canales de comunicación y coordinación en favor del NO en aspectos programáticos, organizativos y logísticos. Manfred y Sanchez Berzain, como siempre, aparecieron para querer mostrarse como los guías del proceso del 21F, pero no fueron oídos y si bien el gobierno los usó, ya sus palabras no tiene el eco que ellos creen tener.
8. Vieja estrategia y mal manejo de crisis. El gobierno tiene que reconocer que su vieja estrategia basada en cuatro pilares: volver el referéndum en un plebiscito (sin Evo no hay futuro), polarizar (los que se oponen al SI son vende patrias), meter miedo (si gana el NO, el sol no va salir, te van quitar tu casa…) y usar todo el aparato de Estado, no les dio el resultado esperado. El MAS no renovó sus mensajes, aunque sí cambio de colores: de azul a verde. Este cambio oportunista si bien intentó hacerlo más amigable, también fue una demostración del vaciado de contenidos que sufre el partido de gobierno, donde ya no importa la ideología, los principios ni la gente, solo acaparar el poder a como dé lugar. El MAS huele ya a rancio en sus prácticas y su discurso. La acuosidad ideológica, los está ahogando. También el mal manejo de la crisis del FONDIOC, el zapatazo, las muertes en El Alto y el título profesional del Vicepresidente permitió que las denuncias se conviertan en un asunto de Estado que afectó negativamente al MAS el 21F.
9. Voto y control electoral. La elevadísima desconfianza en el Órgano Electoral motivó a que la gente salga masivamente a votar por el NO, para evitar la manipulación de los datos en base a “votantes” fantasmas y duplicados. Todos hablan que desde el 2009 el padrón electoral, que no permiten sea auditado, sufre de una favorabilidad al oficialismo. Por ello los partidarios del NO incentivaron la presencia ciudadana en las urnas y en el recuentro de los votos. De no haber ocurrido ésta volcada ciudadana por el NO, las condiciones objetivas para su triunfo se hubiesen revertido en su derrota. El control electoral fue clave y así se lo pudo comprobar. En tres departamentos, donde el control electoral fue débil o no bien coordinado, el SI se impuso. En La Paz, si bien el NO ganó contundente en la hoyada, en El Alto y resto de las provincias se perdió porque los lideres emergentes o estuvieron muy ocupados en los líos internos (quema de la Alcaldía de El Alto) o equivocando la estrategia promocionándose en el interior del país como futuro presidente de Bolivia, en vez de ocuparse de consolidar su territorio. En el caso de Cochabamba, los líderes emergentes se encerraron en Cercado y descuidaron las provincias, dejando el terreno libre para que el SI volcara la victoria del NO en la capital. En Oruro, faltó coordinación en las áreas rurales y la victoria del NO en la capital no fue suficiente.
10. Cambios en el OEP. Si bien en el los resultados finales la diferencia entre el SI y el NO apenas llega a tres puntos en favor del NO, es vox populi que esta cercanía en los guarismos no fue producto de las urnas sino de la manipulación, cambio de actas y de votos que no están debidamente auditados. También jugo en contra del gobierno el voto en el exterior que mayoritariamente fue desfavorable al SI, excepción de Brasil y Argentina, pero que no fue gravitante por elevado ausentismo (en el caso de Argentina, al no ser obligatorio el voto, las familias estaban más preocupadas en alistar la inscripción de sus hijo en las escuelas ya que el lunes empezaba en año escolar). La nueva forma de controlar el voto implantado por el propio OEP, se convirtió, paradójicamente, en el instrumento que evitó que la manipulación llegue a extremos que sugirió el Vicepresidente de “empate técnico” que “convierta la alegría (de los victoriosos del NO) en lágrimas de derrota”. Los números no dieron. La publicación, por parte de la Presidenta del OEP, de los datos fotografiados de las actas mostraban holgada victoria del NO. Esta publicación fue clave para evitar el fraude y para que obligue, en medio de tensiones internas, al gobierno y al OEP aceptar la derrota del SI. La decisión del OEP, a pesar de la desinstitucionalización en la que nos desenvolvemos, a la cabeza de su Presidenta, fue importante para evitar que una victoria se convierta en derrota. Sin embargo, esto obliga a que con urgencia, como lo sugirió la propia OEA se audite el padrón electoral, se mejore el conteo de votos con transparencia y rapidez. Un referéndum tan sencillo debió resolverse en máximo 24 horas y no estar sujeto a presiones e incertidumbres sociales y políticas.
Ivan Arias Duran
Ciudadano de la Republica Plurinacional de Bolivia