Opinion

PERCY, VERGÜENZA NACIONAL
Punto de Re-flexión
Omar Qamasa Guzman Boutier
Viernes, 9 Mayo, 2014 - 19:09

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Una de las características del alcalde de la ciudad de Santa Cruz, PercyFernandez, ha sido desde siempre, el atropello a los periodistas y la humillación pública a la mujer. Uno de los actos de esta última característica incluso fue noticia en la cadena televisiva internacional, CNN; ocasión en la que este personaje aparece muy suelto de cuerpo, acariciando la nalga de una mujer autoridad de Santa Cruz, nada menos que en un acto público. Con anterioridad a este hecho, los atropellos a los periodistas de esa ciudad, fueron eventos tan comunes que, poco a poco, al parecer los trabajadores de la prensa tuvieron que resignarse a su triste suerte. El último acto, humillando a una mujer periodista de esa ciudad, por tanto, no constituye novedad alguna en esta lamentable cadena de Fernandez.

Estos hechos bastarían para pintar de cuerpo entero a Percy, como una persona enfermiza. Sin embargo, a estos “méritos” del alcalde de la ciudad de Santa Cruz se añaden otros, no menos vergonzosos. Recuérdese que en una oportunidad, en ocasión de una de las visitas de Gonzalo Sánchez de Lozada -cuando éste ejercía la función de presidente- Fernandez se hincó delante de él, le llamó “su majestad” y le dio la bienvenida. Pocos años más tarde, el alcalde cruceño dio rienda suelta a sus pulsiones racistas y fue ferviente partícipe de los anti-collas de aquella ciudad, comúnmente conocidos como “separatistas”. Apareció en diversas oportunidades llamando abiertamente a la fundación de una nueva república, en base a la región oriental, para dejar que los “collas” se mantengan como república del altiplano. Para algunos, por ello, fue sorprendente que tiempo después PercyFernandez apareciera como aliado político en esa ciudad, del MAS de Evo Morales. Tal es así que, ante la querella penal instaurada por la diputada Marcela Revollo (del hoy opositor Movimiento sin Miedo –MSM) por la última humillación de Fernandez a una mujer periodista, la diputada Marianela Paco del oficialista MAS, saliera a la palestra pública para desvalorar el juicio que pretende instaurar Revollo, en defensa precisamente de la dignidad de la mujer.

Más allá de este breve recuento, por demás conocido por la opinión pública, conviene indagar en torno a las razones que explican la propia presencia de un personaje tan desdeñable, nada menos como primera autoridad del municipio de una ciudad que se pretende “moderna”. Para los teóricos de la democracia representativa, uno de los supuestos del acto electoral es que el elector se identifica con una u otra característica del candidato por el cual votará en las elecciones; para el caso, los votantes que dieron el triunfo a PercyFernandez en Santa Cruz, se identificaron con uno u otro elemento de este enfermizo personaje. Aunque sea doloroso, está claro que existe una sociedad, de donde provienen los votantes a favor de este personajillo, mayoritariamente identificada con el mismo. Ningún analista honesto puede pretender la coartada, en favor de ese electorado, indicando que el mismo votó por Fernandez solamente por un criterio pragmático. Al contrario, asumiendo la existencia de niveles de identificación entre votantes y candidato (para el caso, el hoy alcalde de Santa Cruz), es claro que en el acto electoral primó una cierta racionalidad en la mayoritaria sociedad cruceña, para elegir como primera autoridad a semejante personaje. Las sociedades, pues, no son del todo inocentes con respecto al enfermizo y delincuencial comportamiento que sus autoridades electas pudieran mostrar.

Por otra parte, es válido también pensar que el electorado de Santa Cruz se hubiera encontrado frente a la ausencia de alternativas, razón por la cual tuvo nomás que elegir a Fernandez. Este hecho, ya en la práctica del ejercicio del poder, desde el gobierno municipal de Santa Cruz, demostró que los factores internos de poder político, social y económico de esa ciudad, respaldan a esta autoridad que llena de vergüenza a todo el país. Junto a estos factores internos de la sociedad cruceña, pero, en la última media década al menos, se sumó también el apoyo a Fernandez, por parte del gobierno nacional y su partido, el MAS. Estos últimos, en tanto que novedosos aliados políticos del alcalde cruceño, junto a los factores internos del que hablábamos, explican el virtual silenciamiento de los atropellos y humillaciones a los que el alcalde de esa ciudad somete, particularmente a las mujeres. No son, claro, los trabajadores de los Medios los responsables de ello, sino al parecer los estamentos directivos de estos Medios; ligados a su turno, ya sea con el propio gobierno municipal de Santa Cruz o con el aliado político, el gobernante Movimiento al Socialismo.

Desde nuestro punto de vista, el que este cuadro se presente, muestra algunas interesantes características de la sociología política de esa ciudad oriental. Lo primero que destaca es la supervivencia de una vieja lógica de liderazgo regional. Caracterizada ésta por el atropello y el machismo, tiene en PercyFernandez un verdadero dinosaurio político que, sin embargo, es aún capaz de generar identificaciones electorales, según vimos. Puede decirse que la base en la que se asienta ello, es decir la formación económica-social regional (valga la muletilla), se refleja en la agroindustria, cuyos orígenes no son sino otros los de las dictaduras de la década de 1970, la masiva apropiación de recursos económicos estatales entonces y la formulación de liderazgo anti-democráticos, autoritarios, con fuertes rasgos fascistas. La hacienda, el sistema gamonal y servidumbral de dominación y explotación a la fuerza de trabajo, constituyen pues las concretizaciones de ello.

Muestra también, por último, que el espacio político de Santa Cruz no ha sido capaz de formular nuevas lógicas de liderazgo; menos autoritarias y más democráticas, si se quiere. Los intentos, en su momento, impulsados por la izquierda de la década de 1980 por ejemplo, no han tenido asidero durable y simplemente duraron el tiempo que la ola democratizante del país duró. Después, como se vio, retornó la lógica política machista, autoritaria e inocultablemente racista. La posibilidad de este retorno, nos habla de la persistencia, pues, de una formación económica-social regional anclada en las prácticas dictatoriales de la década de 1970.