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Excepto para uno que otro recalcitrante militante del MAS, para los empleados públicos que lograron un empleo gracias al partido y para los dirigentes masistas, está claro que este partido ha visto, en los últimos días, desangrar su base y potencial electoral. En realidad se trata de las consecuencias que principiaron en los últimos años, de mal gobierno. Pero, en el fondo, esas no son sino razones secundarias, frente a las razones más profundas, que explican esta sangría.
Se trata del ejercicio de un gobierno que en lo principal, no ha modificado las matrices de las políticas anteriores, es decir de las que los gobiernos de Paz Zamora, Banzer y Sánchez de Lozada, a su turno, ejecutaron. En lo que al manejo económico se refiere, las diferencias entre aquellas administraciones y la actual, no son de fondo. Se trata de diferencias, que a lo sumo, ubican al actual gobierno, en una perspectiva nacionalista, bajo los moldes del capitalismo de Estado. En lo político, las cosas tampoco son muy diferentes. Incluso en este campo es posible hablar de una mayor afinidad, porque cuanto el actual gobierno no hace sino continuar los principios liberales de la organización institucional del Estado y del ejercicio de la práctica política. Lo hace, llevando estos principios al seno del movimiento indígena boliviano que, de suyo propio ni se orienta por la lógica capitalista, ni por la lógica liberal.
En otros términos, lo que a su turno no pudieron cumplir Paz Zamora, Banzer y Sánchez de Lozada, lo intentó con entusiasmo Evo Morales y su partido: vaciar de contenido étnico la vida de los pueblos indígena. Claro está que también el actual gobierno fracaso en ello y por ello el temprano y lúcido distanciamiento de los indígenas de tierras altas (organizados en torno al CONAMAQ) y de tierras bajas (aglutinados alrededor de la CIDOB). Ahí comenzó la sangría que hoy se percibe con cada vez más claridad.
En relación a la clase obrera, particularmente minera, debe recordarse el apoyo que este gobierno presta al sistema minero cooperativista, en contra de la minería nacionalizada. Ello, a no dudar, devela el impulso de Morales, al capitalismo salvaje, en este sector de la producción. Ello, por cierto, es extensivo a otros campos, en los que podría ser valiosa la discusión respecto al cooperativismo. La creación de un partido de los trabajadores, alrededor principalmente de la Central Obrera Boliviana y los trabajadores mineros de Huanuni, nos habla, pues, de una segunda muestra de la sangría anotada.
En tercer lugar debe anotarse la relación del gobierno, con las clases medias de las ciudades, abiertamente represiva y autoritaria. El potenciamiento, en este sector, de opciones electorales tales como el MSM del ex-alcalde paceño, es en gran medida comprensible debido a aquél comportamiento. Los múltiples intentos por eliminar la libertad de expresión, la arremetida en contra de los trabajadores de salud, junto a la tradicional arremetida en contra de los trabajadores de la educación, son las manifestaciones concretas de tal comportamiento y explican la sangría electoral en las ciudades.
En síntesis, puede decirse que con Evo Morales y AlvaroGarcia a la cabeza, el MAS ha despilfarrado una oportunidad histórica para el país, en nuestra tarea de construir una institucionalidad estatal en correspondencia con nuestra formación social heterogénea. El proyecto que, a voz en cuello anunciaban el presidente, el vice-presidente y sus ministros duraría al menos cinco décadas, ha naufragado, visto desde el punto de vista estatal, en menos de cinco años. Es una buena noticia para el país, ciertamente, aunque una muy mala noticia para el MAS y sus aspiraciones dictatoriales. A las razones estructurales, entonces, debe sumarse la presencia de pequeñeces, como el llunkerío de la gran mayoría de los militantes de este partido, para con su jefe. Tal es así que, una de estas muestras ha llevado a que incluso en el departamento de Oruro, de donde es oriundo Morales, en las últimas semanas la población exprese su rechazo al culto a la personalidad, a raíz de la torpe modificación del nombre del aeropuerto internacional de la ciudad de Oruro. En el colmo de los malespara Evo Morales y su partido, en Venezuela se les acaba de morir el padrino. Así las cosas y aunque el apoyo del ex-presidente venezolana no haya sido sino más que simbólico durante los últimos meses, lo cierto que es pierden un referente, que de tanto en tanto y ante la cada vez mayor horfandad, les consolaba, aún sea sólo de manera simbólica.
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