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El auto transporte de pasajeros de la ciudad de La Paz adolece de una notoria ausencia de calidad de servicios, se debate dentro de una dinámica poco menos que caótica y se resiste a ordenarse.
Considerando una evolución descriptiva de pocas palabras, situada entre el siglo XX y comienzos del XXI, el autotransporte de pasajeros en la ciudad de La Paz recorre una línea de tiempo que parte de la epoca de los colectivos o buses, pasando por los micros o microbuses, los minibuses o minivans y llegando a los carris, - movilidades más pequeñas que los minivans-
Algo parecido sucede con los taxis, partieron de las clásicas movilidades con el letrerito encima del capo, para llegar a los trufis de las banderitas multicolores que identifican a este servicio que va de un extremo a otro en la ciudad.
Últimamente también se están poniendo en circulación tibiamente los famosos, “toritos”, que son motocicletas con cabinas hechas artesanalmente para que cumplan funciones de taxis, las cuales están ingresando de poco a ciertas rutas. (En algunas zonas de la ciudad del Alto y principalmente Achacachi – prov. Omasuyos de La Paz - son vehículos que tienen libre circulación).
Está claro que a medida que pasa el tiempo, se necesitan más servicios de transporte masivo de pasajeros en la ciudad, la ciudad crece, la población aumenta y las necesidades de transporte urbano también, lo que significa que en el fondo existe un crecimiento rápido en todos los ámbitos de la vida de una ciudad.
El mayor de los problemas de estos servicios es la calidad de sus prestaciones, los vehículos en su mayoría son incomodos, sucios, hay trame ajes, quintos pasajeros, que a la ciudadanía le desagrada, pero no le queda otra que aguantar, porque no hay alternativas para que se movilice en sus actividades
Por cierto este problema no es nuevo, lamentablemente año que pasa en lugar de mejorar desmejora el servicio, las antiguas generaciones de choferes parecen haber pasado sus malas costumbres a las nuevas y así se camina en una especie de círculo, llegando y partiendo del mismo sitio.
Frente a esta realidad, las autoridades municipales han tratado de poner cierto orden, como quien diría el cascabel al gato, ante la evidente falta de calidad de este servicio, pero está visto que es muy difícil la tarea.
Desde el tiempo de los tranvías, para llegar al de EMTA, Empresa Municipal de Transportes, la idea de mejorar la falta de calidad desde la visión del estado, lamentablemente ha fracasado, el transporte de pasajeros por la ciudad sobre por rieles ha desaparecido y lo mismo ha sucedido con los buses EMTA.
Si se trata de ver quien gano y quien perdió, ahí está el resultado, es por demás elocuente y sin mayores explicaciones; el actual sistema de transporte de pasajeros, con minibuses, micros, buses y demás ramas anexas sindicalizadas, ha vencido.
Los choferes hacen lo que quieren, al extremo de que cuando hacen paros, bloquean la ciudad con sus vehículos, se dedican a jugar a la pelota en las calles, chicoteando a sus compañeros de gremio que no acatan sus huelgas y a romper vidrios de los autos que se les acercan.
El día del paro es el del jolgorio para ellos, muchos disfrutan de los goles, al sabor de los choripanes, parrilladas, platitos de comidas y helados, que ofrecen a su alrededor, las y los vivanderos que acompañan a estas movilizaciones, mientras a su alrededor miles de personas tienen que trotar por las calles para cumplir con sus obligaciones, sin saber a quién quejarse.
Últimamente las autoridades municipales intentan poner orden en el desorden, quizás la metodología que emplean de repente no es la más aconsejable, sin embargo a sabiendas que esta apreciación puede ser discutible, no deja de ser un buen intento para poner orden en el desorden y encontrar la tan anhelada calidad de este servicio público.
Conseguir calidad parece una quimera difícil de ser realidad, “los choferes”, parece que tienen la suerte del gato, “siempre caen parados” y no les falta argumentos para hacerse las víctimas.
Sin duda buscar la calidad del servicio público de pasajeros es un problema serio y difícil de resolver, pero esa dificultad no significa que se debe perder el principio de la autoridad, aunque se sepa que el tronco viejo es difícil de en rectar, porque “árbol chueco no se endereza”, hay que seguir intentando ordenar el panorama para conseguir calidad del servicio con derechos, pero también con obligaciones, para choferes y pasajeros.
No obstante de lo dicho, en los pesos y contrapesos, parece haberse encontrado la fórmula de solución con la puesta en marcha de un par de interesantes proyectos, como son los TELEFERICOS Y LOS BUSES PUMA CATARI, los cuales sí es que siguen como van, podrían lograr equilibrar el problema y transformar definitivamente la costumbre del transporte de pasajeros en la ciudad, exhibiendo una alternativa eficiente, como lo están haciendo.
Los buses PUMA CATARI y LOS TELEFERICOS, son hasta ahora las mejores y exitosas propuestas, para frenar el desorden y los abusos provocados por los choferes, lo importante será que tengan consistencia en el tiempo y que no tarden demasiado en sus implementaciones, eso es que se pongan rápidamente más buses, con el sistema de compras por excepción del estado y que las líneas y estaciones de nuevas conexiones del teleférico no tarden demasiado en sus instalaciones y construcciones.
Los Teleféricos, son rápidos dentro de sus tiempos, tienen estaciones limpias, seguras y buen trato al usuario, es bueno destacarlo.
Los buses Puma, por su parte, se han convertido en un patrimonio paceño, llegan puntual a sus paradas, recogen y despiden a sus pasajeros en áreas delimitadas, sus funcionarios y conductores, están aseados, se nota su buena organización.
Hasta Ahora Pumas y Teleféricos, demuestran que son la respuesta al problema de la falta calidad del servicio masivo de transporte de pasajeros, habrá que tomar en cuenta esta situación porque de lo que se trata de ofrecerle al pasajero o usuario una buena alternativa a la que tiene a la mano.
La problemática del transporte urbano de pasajeros parece haber encontrado la ruta de la solución con transporte masivo estatal o municipal, buses pumas y teleféricos, si esta alternativa funciona o se consolida más pronto que rápido que tarde, podría ser la respuesta a los grandes problemas del transporte de pasajeros en la ciudad para superarlo en definitiva, lo que podría significar en los hechos una forma de quitar: “Una piedra en el zapato”.
GRACIAS Y HASTA UNA PROXIMA OPORTUNIDAD CUANDO VUELVA PARA HABLAR JUSTO Y CABAL.
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