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El título de Doctor Honoris Causa es un grado académico honorífico que otorga una universidad de méritos y trayectorias reconocidas en el tiempo y la historia a personas eminentes, que han destacado en diferentes ámbitos profesionales aunque ellos no sean necesariamente licenciados en una carrera, de esa o de otra universidad.
Históricamente un doctor honoris causa recibe el mismo tratamiento y privilegios que aquellos que obtienen su doctorado académico de forma convencional.
El significado de este título se denomina; “por causa de honor”, es una categoría cuantitativa que observa en el condecorado, su cumplimiento de deberes, respeto a sus semejantes y asimismo, la buena reputación que sigue a la virtud, al mérito o a las acciones de servicio, las cuales trascienden a las familias, personas, instituciones y sus acciones que se reconocen.
No cabe la menor duda que es un alto honor para una persona que muestra testimonio social, reconocido e intachable recibir este título. En la mayoría de los casos, es ser maestro o doctor en todas sus expresiones.
Este laurel honra principalmente a científicos, investigadores, pensadores o artistas de prestigio, políticos y autoridades que destacan, como un justo reconocimiento a su labor.
Cuando una persona o autoridad nacional recibe este título aquí o fuera de nuestras fronteras, en cierto modo también quienes pasamos por las aulas universitarias, nos sentimos un poco halagados, porque este galardón no se lo otorga a cualquiera.
Por eso encontrar a un doctor honoris causa, es hallar, a una persona distinguida, apreciada, es una especie de ejemplo a seguir.
El maestro sabe decir las cosas, en su momento y en su ocasión, como debe decírselas, mucho más si se trata de que esos doctores honoris causa discursan frecuentemente ante diferentes auditorios.
Sin embargo resulta un tanto contradictorio que algunos doctores honoris causa comiencen haciendo parte de su discurso, bromas de mal gusto que pueden herir sentimientos y agredir pensamientos.
En los últimos días la prensa nacional está registrando bromas de mal gusto, si así se las pueden llamar a expresiones de principales autoridades y de otras de menor rango, diciendo y relacionando con huevadas a otra autoridad de estado.
Hasta donde sabemos de esas principales autoridades hay uno que tiene gran capacidad para hacer buenas bromas en sus discursos, es más casi nunca ha ofendido a la gente en lo que dice, puede ser que en determinado momento caigan pesadas, por lo general se entiende con sana critica.
Pero hay otro que por más que intente a aparecer como simpático no lo logra, porque es pesado como una piedra y soso como comida sin sal o café sin azúcar caima.
Si las altas autoridades quieren destituir a otra autoridad publica, que lo hagan pues, pero que no la insulten y mucho menos en público.
Que para ellos lo que dicen quizás, no es insulto y para mi si, de repente tengan la razón, pues ellos son autoridades y yo no, ellos son doctores honoris causa y yo un simple licenciado, docente universitario, hay grandes diferencias en lo que ellos dicen y lo que yo hablo. Ahora si quieren y eso les hace feliz, también yo mismo lo digo, aquí esta la opinión de un simple ignorante que camina por las calles de La Paz y punto.
Hay términos como; lesbiana, marica, gay, ministra cama adentro con jefe encima, feo, indio, gordo, flaco, cumplidor con las mujeres, consejitos casamenteros, viejo, vieja etc, etc., que nunca deberían estar en las palabras de la gente y menos en los discursos de las autoridades, peor de los estadistas que ostentan grandes títulos honoríficos otorgados por prestigiosas universidades, pero están ahí, resaltando como galas absurdas provenientes de facultativos honorarios, que dicen lo que se les antoje para después pedir perdón por lo dicho, entonces la pregunta es: ¿Qué les estará pasando a ciertos doctores honoris causa no?.
GRACIAS Y HASTA UNA PROXIMA OPORTUNIDAD CUANDO VUELVA PARA HABLAR JUSTO Y CABAL
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