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Hay algunas autoridades que mejor deberían tener la boca cerrada, porque cuando la abren dejan escapar sapos y culebras, no propias de una alta investidura, dicho de otra forma menos elegante, hablan huevadas.
No creeo que el señor ministro de salud haya hecho declaraciones sobre la enfermedad que padece el ex magistrado Cusi, después de haber estado de parranda en su despacho, con el arpa y los opas chistes del “cholo Juanito”, como ocurrió con el gobernador de Chuquisaca.
No hay ninguna justificación a lo hecho por este Ministro, ¿Cómo le va a decir públicamente que el Sr. Cusi tiene una enfermedad transmisible grave?, él no es su médico y aunque lo fuera, no tiene ningún derecho a revelar el diagnóstico clínico de su paciente ni de nadie en este caso.
Si el señor Ministro de Salud conocía el historial médico del Sr. Cusi ¿Por qué no guardo la discreción del secreto profesional por ética médica?.
Además que sepamos, esta enfermedad que dice el Ministro que padece el Sr. Cusi, ¿Por qué en los hospitales públicos y del seguro social donde fue atendido el ex magistrado no recomendaron su atención especializada”. ¿Será que cuando se es útil, estaba sano y después ya no?
Realmente hay muchas cuestionantes que surgen como en cascada después del desparpajo del Sr. Ministro.
Hay palabras que sanan, muchos nobles médicos en las salas de los hospitales, hablan con sus pacientes quienes milagrosamente hasta se curan de sus males, porque la peor enfermedad está en el alma. Pero paralelamente hay palabras que matan y lamentablemente son pronunciadas por médicos también.
El ser y el deber ser, la ética y la moral, son lecciones de vida, se aprenden en la cuna y también en las aulas, de las escuelas y las universidades, lamentablemente los que aprueban los cursos con chanchullos saben poco de estos principios humanos.
Aquí no pretendo dar lecciones de moral a nadie, porque como dice el refrán cada quien es arquitecto de su destino.
Hace un tiempo corto me trataron de “escribidor ignorante”, me dolió un poco, pese a los largos años de practicar comunicación social y de escuchar a mis grandes maestros, nunca se está preparado. Pero viendo y escuchando lo que pasa, si de consuelo me sirve, asumo que soy un ignorante, pero también que estoy convencido que, hay otros más ignorantes que yo y fungiendo como autoridades públicas todavia, no serán todos, pero muchos si, como ocurrió ayer, sucede hoy y posiblemente siga pasando mañana. Los dinosaurios no se extinguieron en su totalidad de la tierra.
Aquí ya no hay excusas que valgan, ni disculpas que justifiquen lo injustificable, el mal está hecho.
Como el Sr. Cusi es Abogado, ahora va a tener que exigirle judicialmente al ministro que le pruebe lo que le ha dicho que tiene como enfermedad, si tiene pruebas el ministro, la cosa pueda tener algún giro especial, pero si no las tiene la cosas se pueden tornar color hormiga dependiendo del impulso procesal que pongan las partes.
Desde luego que también pueden llegar a un arreglo, dependerá de don dinerito, nada está absolutamente claro de lo que pueda venir en adelante.
Lo único claro, es que el Sr. Ministro de Salud, él solito, se hizo explotar una bombita de escandalosa y cayó mal parado. Le podrán perdonar los tribunales, incluso el Sr. Cusi lo podría hacer. Podrá también conciliar o hacer durar hasta las calendas griegas el pleito. En fin varias cosas podría hacer y pasar, pero no hay duda laguna que el Sr. Ministro, paso a la historia negativa del comentario público como; el medico que al parecer se olvidó de su juramento hipocrático y prefirió actuar hipócritamente. ¿ Que le paso Sr. Ministro?.
GRACIAS Y HASTA LA PROXIMA CUANDO VUELVA PARA HABLAR JUSTO Y CABAL
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