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Dicen que la política es muy parecida al futbol, pero simplemente es una aproximación solamente.
En ese sentido aunque las comparaciones siempre son odiosas, veamos algunos ejemplos de estas cercanías; en el escenario futbolero como en el político hay dos bandos, ambos quieren ganar o ganar, aunque no siempre es como lo desean.
Cuando ganan otros lloran, lo más común es que el ganador le cargue tanto al perdedor, hasta sacarle de casillas y hacerle llorar.
Mucha gente de las barras casi siempre juega el rol del tonto útil que sirve de escalera a otros intereses, codicias y ambiciones.
Se habla de goleadas, empates técnicos y de posibilidades matemáticas o ganar por mesa, estos lenguajes valen para los dos escenarios, el futbolero y el político.
Muchos futbolistas son artistas para hacer creer que están seriamente lesionados, sobre todo cuando están cerca del área grande para buscar el penal que le facilite anotar fácil un tanto, a veces logran consolidar el “tongo” como dice la tribuna, se revuelcan en el campo de juego hasta convencer al árbitro que están en los últimos estertores, después de marcada la sanción, se levantan como si nada hubiera pasado.
En la política no faltan los que se hacen las víctimas o se hacen los ingenuos angelitos.
En épocas pre electorales prácticamente se sacan la crema, con verdades, medias verdades y falsedades, pasados el tiempo nuevamente del brazo y por la calle.
Lo mismo que después de un clásico futbolero antes y después del partido atracción de multitudes.
Dicen que en el futbol no hay corrupción, pero parece que no es tan cierto, se denuncian árbitros bomberos, jugadores comprados y hay dirigentes encarcelados, en la en la política pasa algo semejante.
Desde la tribuna, el árbitro casi siempre es tratado como el “ hijo de p…..” y los jugadores “como los perfectos coj…….s”, en la política con la guerra sucia sálvense quien pueda, si pudieran se levantarían detalles de su concepción. Cosa igual grave.
La diferencia probablemente este, en el hecho de que en el futbol no se discute ningún proyecto de estado, es un juego, mientras que en la política hay más sentido se discute una visión de país, de una u otra manera.
En la política quienes salen a la opinión pública tendrían que tener más cautela por que las pasiones de las militancias son más profundas y todo lo que dicen y hacen se queda gravado en la mente de la gente.
Lamentablemente hay políticos que creen que las cosas en el futbol y en la política, van por el mismo camino y por eso agarran las cosas a las patadas inevitablemente.
De repente muchas cosas que pasan sobre todo en momentos pre electoral sean parte de las reglas del juego, compresible e incomprensible, pueda que sea así, la lucha por el poder es demasiada dura.
Sin bien la política y el futbol tienen algo de juego en sus acciones, no se puede pensar que todos los tiempos sirvan para la diversión, el circo algún momento tendrán que terminar por lo menos frenar.
En el futbol las cosas van seguir como están por los siglos de los siglos, pero en la política, los políticos nacionales tendrían que dejar de jugar encendiendo las pasiones de la gente y presentar propuestas para el país, sobre todo ahora que pasaron los momentos electorales donde se dijeron de todo los unos y los otros, se faulearon y farolearon, a su regalado gusto, ¿unos perdieron, otros ganaron qué más quieren?
Aunque es pedir peras al olmo, habria que insinuarles a los políticos más trabajo y menos diversión, aunque el futbol y la política sean parecidos y apasionantes, hay que separar las aguas unas tienen que ver con la distracción y las otras con el país, porque la política no es el fútbol.
GRACIAS Y HASTA UNA PRÓXIMA OPORTUNIDAD CUANDO VUELVA PARA SEGUIR HABLANDO JUSTO Y CABAL.
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