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El Gobierno admitió este jueves que sólo envío 18 policías a controlar una masiva protesta entre padres de familia y militantes afines al partido oficialista, que desembocó en un asalto a la alcaldía de El Alto con el trágico saldo de seis personas fallecidas y cerca a veinte heridos.
El viceministro de Régimen Interior, Marcelo Elío, dijo que instalaron dos núcleos policiales, compuesto cada uno de ocho policías y un comandante, cantidad suficiente y normal - según la autoridad - para resguardar el edificio municipal.
“Nadie contaba con la previsión de que iban a generarse infiltrados; eso hay que investigar, de dónde son esos infiltrados que, precisamente, generaron estos hechos violentos, porque las anteriores marchas de padres de familias, fueron completamente pacíficas y se retiraron como correspondía, pero aquí hubo algún (plan) premeditado que tiene que esclarecerse necesariamente”, declaró en una entrevista concedida a la red Atb.
El ministro de Gobierno Carlos Romero habló anoche en una entrevista con la red PAT de miles de padres de familia que concurrieron a la marcha, exigiendo atención de la Alcaldía para mejorar las condiciones de la infraestructura escolar.
Elío sostuvo que los policías asignados fueron agredidos y retirados del lugar a la fuerza, y cuando pidieron refuerzos, un cordón humano impidió el paso de los bomberos. Explicó que a raíz de esta intransigencia, se ordenó el uso de agentes químicos para permitir el ingreso de la Policía.
Reiteró que la alcaldesa Soledad Chapetón jamás se contactó con su autoridad sino con el comando regional de El Alto. Sin embargo la autoridad no pudo explicar por qué llegaron al lugar con dos horas de retraso, siendo que el puesto policial se encontraba a dos cuadras y media del edificio municipal.
El comandante general de la Policía, Édgar Téllez, dijo que no habían previsto la magnitud de la protesta y por eso enviaron policías sólo para la custodia del edificio municipal y una estación de servicio cercana a la Alcaldía.
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