Tipnis

Indígenas
A través de un comunicado se hace conocer que la Iglesia apoya a los indígenas del Isiboro Sécure en las áreas de salud y educación.
Política
El presidente de la Comisión de Tierra y Territorio de la Cámara de Diputados, Antonio Molina, propuso hoy sesionar, por segunda vez, al interior del TIPNIS para explicar el proyecto de ley resultado de la consulta en esa región y así evitar el inicio de una X marcha.
Indígenas
Los indígenas de la comunidad Santiago fueron “obligados” a firmar el acta de la consulta realizada por el gobierno sobre el proyecto de construcción de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos, por el TIPNIS, según un manuscrito distribuido por Cáritas Bolivia.
Política
El presidente de la Comisión de Tierra, Territorio de Diputados, Antonio Molina, afirmó hoy que a nivel del Legislativo, y como instructivo del Órgano Ejecutivo, se determinó postergar hasta fines de gestión el tratamiento de la Ley que retirará la intangibilidad del TIPNIS.
Indígenas
Aseguran que lucharán por el medio ambiente defendiendo el TIPNIS, lo que para Ángel Yubanore es una de las razones para que el Ejecutivo haya fraccionado al movimiento indígena de tierras bajas.

MAS VERSUS TIPNIS

Omar Qamasa Guzman Boutier

Con el informe presentado por el Ministerio de Obras Públicas, sobre el proceso de consulta en el TIPNIS se abre una nueva etapa en la pugna entre el gobierno y los indígenas del Territorio Indígena del Parque Nacional Isiboru Sécure (TIPNIS). Este primer paso dado por el gobierno, será seguido ahora con el “debate” en la Asamblea Legislativa, en torno a dicho informe y principalmente, en torno a la Ley 180, aprobada el año 2011 respecto al TIPNIS. De acuerdo a las estimaciones del gobierno, se espera que la Asamblea, apoyada en el informe, modifique aquella Ley. Al contrario, según adelantaron autoridades indígenas del TIPNIS, ellos esperan que se reanuden las movilizaciones sociales en defensa de aquél territorio indígena.

Conviene recordar que el conflicto del TIPNIS ha estallado gracias a la intención del gobierno de construir una carretera, nada menos que por medio del corazón de dicho territorio, con los incalculables daños ecológicos. A raíz de ello, se ha protagonizado el año 2011 la denominada octava marcha de los indígenas de tierras bajas, particularmente de quienes se encuentran asentados en el TIPNIS. Recordemos también que la protesta ha recibido de inmediato el apoyo de los indígenas de tierras altas, agrupados en el Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (CONAMAQ), así  como de varios sectores de las principales ciudades del país.

Menos valorada al inicio por el gobierno, aquella marcha se incrementaba a tal punto que el gobierno tuvo que idear iniciativas orientadas a su desmovilización. Entre estas iniciativas estaba nada menos la puesta en escena de un supuesto secuestro que habría sufrido el canciller, en manos de los indígenas movilizados. Como quiera que tamañazo ardid gubernamental no lograba persuadir a la opinión pública nacional, cada vez más de acuerdo con el rechazo de los indígenas, entonces el gobierno de Evo Morales optó simplemente por arremeter contra los marchistas.

Al mejor estilo de las dictaduras, el ministerio de Gobierno,  entonces bajo la responsabilidad de Sacha Lorenti, ordenó la arremetida. El resultado de tal represión fue peor para el gobierno, porque volcó definitivamente a la opinión pública nacional en su contra. A la vez, pero, desnudó el carácter anti-indígena de Evo Morales y su gobierno, así como la falacia de presentarse como un gobierno democrático, respetuoso de la opinión soberana, de los distintos sectores. Por último, pero, también echó por tierra el disfraz que Evo Morales se había puesto ante la comunidad internacional, de defensor de la madre tierra.

Así las cosas, la marcha fue reanudada y logró llegar a La Paz. Ante ello y temeroso de que el apoyo ciudadano creciera cada día, al gobierno no se le ocurrió otra cosa que aprobar una Ley, de acuerdo al pedido de los marchistas. Lo que, entonces, todavía no sospechaban los indígenas movilizados, era que Morales y el MAS no estaban dispuestos a cumplir con la Ley que habían aprobado y poco tiempo después, adelantaron la realización de una consulta a los “verdaderos indígenas del TIPNIS” (¿?), para la construcción de la carretera.  Aquí, nuevamente perdió el MAS y lo hizo, porque se mostró ante la opinión pública como un gobierno dispuesto a faltar a la verdad (es decir, a mentir) y a no cumplir con los acuerdos que puedan lograrse con los sectores sociales demandantes.

Claro que este último hecho es algo que tiene sin cuidado a Morales y los suyos, porque la presión en pro de la construcción de tal carretera es mayor. Proviene, como todo el país sabe, de los productores de coca del Chapare y su afán por expandir la frontera de los cultivos ilegales de coca, también hacia el territorio del TIPNIS. Morales, desde ya, en tanto principal dirigente de las Seis Federaciones de productores de coca del Chapare, no hace sino llevar un interés sectorial al plano de política nacional. Lo hace, no por el problema de la carretera en sí, sino porque se pretende su construcción en los términos planteados por los intereses cocaleros del Chapare. No olvidemos que en el debate y con el fin de salvaguardar el centro del TIPNIS, ambientalistas, ecologistas y los propios indígenas de aquél territorio han presentado varias alternativas. Todas ellas han sido rechazado por el gobierno, por la sencilla razón de que se aparte de los intereses de los productores de coca del Chapare.

Así las cosas, entonces, el país se prepara para una nueva ronda conflictiva, a propósito del TIPNIS. Desde el gobierno y apoyados en los resultados de las elecciones para Gobernador en el departamento del Beni, se piensa que ahora sí los vientos soplan a su favor. Piensan ello, apoyados en la peregrina idea de la minoría electoral logrado por el ex-diputado indígena, Pedro Nuni, uno de los principales opositores en la Asamblea Legislativa a la intentona gubernamental de destruir el corazón del TIPNIS. En el razonamiento abiertamente infantil del MAS, se dice que el 3% de la votación lograda por Nuni, frente al 43% logrado por el partido de gobierno, en aquellas elecciones, muestran que es una reducida minoría, sin mayor importancia, la que se opone al proyecto de la carretera. Olvidan los hombres del MAS que aún siendo una minoría, su demanda tuvo y tiene la capacidad de impactar en el Estado y de suscitar gran apoyo ciudadano, a nivel nacional. Hablamos, aquí, de una minoría de efecto estatal y su importancia debería ser algo que el gobierno no lo ignore, si no quiere perder aún más popularidad a un año de las elecciones nacionales.

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TIPNIS, CONISUR

Adolfo Moye

Entre los ofrecimientos del gobierno de Evo Morales durante la supuesta consulta realizada a través de los  ministerios de Obras Publicas y Agua y Medio Ambiente a las comunidades del TIPNIS, para que avalen la construcción el trazo de la carretera Villa Tunari San Ignacio de Moxos por el medio del TIPNIS tal como le interesa al gobierno, se encontraría la construcción de viviendas en las comunidades del territorio indígena. Para tal fin, el CONISUR figuraría como organización representativa del TIPNIS.

Hoy el gobierno, presionado por los comunarios, en su intención de dar cumplimiento a sus ofertas,  enfrenta una realidad complicada puesto que las comunidades del CONISUR se encuentran solo en el polígono 7 y poseen espacios territoriales  muy reducidos. Tanta es la complicación que la comunidad del propio presidente del CONISUR, Gumercindo Pradel, es decir Sazasama, cuenta con un área que alcanza a solo  30m de ancho por 40m de largo. La “comunidad” Sazasama cuenta con una cancha de futsal poli funcional, una escuela, la vivienda del maestro, una posta de salud y la vivienda del presidente del CONISUR. Según los datos presentados por el gobierno durante la supuesta consulta, en esta comunidad habitan  entre 19 a 20 familias. En el pequeñísimo espacio que le sobra a la comunidad es  imposible construir 19 o 20 viviendas, ni siquiera destruyendo las infraestructuras mencionadas.

Una opción para darle solución al problema de falta de espacio de las comunidades del CONISUR sería utilizar el sobre suelo, es decir construir edificios de 19 a 20 pisos y colocar a cada familia en un departamento por piso. Así no se afectaría el área de los sindicatos que rodean a estas comunidades. Algo similar a la propuesta de construir un puente por encima de la masa boscosa (aéreo) en el TIPNIS, para unir la carretera que une Villa Tunari San Ignacio de Moxos.
Pero ¿dónde está el conflicto de fondo con el que tropieza el gobierno? Las comunidades del CONISUR como Limo, Puerto Patiño, Sazasama, ubicadas dentro del polígono 7 habitan reducidos espacios,  justo a la orilla de la carretera Villa Tunari San Ignacio de Moxos. Por lo tanto se encuentran rodeadas de chacos y urbanización de los sindicatos de colonos. Tomando el ejemplo de la comunidad Sazasama, en rigor se trata de uno más de los lotes urbanizados de la población Villa Bolívar, perteneciente al sindicato Villa Bolívar. Por este motivo, Sazasama se encuentra cercada con alambre de púas, tal como todos los otros lotes urbanos. Si en esta mini comunidad (Sazasama) se realizó la consulta en la que el gobierno obtuvo los datos del número de familias que la habitan ¿estarían las 19 o 20 familias? Y si estuvieron ¿dónde es que  tienen sus viviendas? O ¿dónde radican? Sin duda viven con los colonos, como sus trabajadores, e incluso realizando trabajos ilícitos como pirateos de madera y otras actividades ilegales.

Lo cierto es que para construir viviendas para las familias de estas mini comunidades analizan la posibilidad de trasladarlos a otras áreas. Estoy de acuerdo en que tienen el derecho a gozar de una vivienda cómoda, pero si la reubicación implica trasladarlos dentro del TIPNIS, precisamente por donde pretenden abrir la carretera Villa Tunari- San Ignacio de Moxos, resulta preocupante ya que han sido obligados a cambiar su modo de vida y sus actividades para subsistir y generar ingresos, razón por la que han quedado reducidos a espacios mínimos y, en otros casos, sus comunidades se han extinguido definitivamente, mientras el área colonizada fue y continua expandiéndose en lo que fueron sus territorios. El peligro es inminente para los tres pueblos indígenas que alberga el TIPNIS, pues esta es la vía para decretar su desaparición.

Además de ello, los habitantes de las mini comundiades del CONISUR deben enfrentar una discriminación tan cruel que los obliga a vivir encerrados en un canchón donde supuestamente cuentan con servicios básicos, una pequeña posta, un maestro y una escuelita con su canchita polifuncional, pero a su alrededor, se observan hospitales, colegios súper equipados, coliseos cerrados, canchas de futbol y parques de recreación, que no pueden utilizar.  ¿Esa es la solidaridad que pregonan los dirigentes colonos empezando desde el ejecutivo de las seis federaciones señor Evo Morales Aima?  ¿Es gracias a esa solidaridad  de los colonizadores que los pueblos indígenas del CONISUR desarrollan, se superan, se civilizan y viven mejor que antes, incluso mejor que los  mismos indígenas que habitan dentro del TIPNIS?
Para mí la realidad de estas comunidades es muy triste, ya que sufren la opresión de ser obligados a cumplir las decisiones tomadas en los ampliados de los sindicatos, centrales, federaciones, incluso políticamente asumidos al partido y obligados a elegir a candidatos.

Como ex presidente del TIPNIS y pensando en nuestro verdadero futuro, puedo afirmar que la demanda de los pueblos del TIPNIS es simple: “Queremos el ejercicio pleno de los derechos vigentes, no estamos exigiendo una ley más”. No necesitamos que nos respondan con la promulgación de más leyes cuando se presentan los conflictos. Como el caso reciente de los Urus en Oruro: se les prometió una ley “integral”, pero ello no responde y menos resuelve el hecho de que les han arrebatado sus tierras, las han contaminado y ahora las cercan con alambre de púas para dejarlos fuera.

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Política
El diputado, Antonio Molina, manifestó que la construcción de la carretera por el Tipnis es un tema de prioridad nacional por lo que se debe agilizar el tratamiento de una Ley que permita la obtención de recursos para su construcción.

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