Opinion

ARTE
Testigo Virtual
Rodrigo Ayala Bluske
Miércoles, 2 Enero, 2013 - 12:10

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“Arte” es la obra de teatro de la francesa Yazmina Reza, que el grupo la “Oveja Negra” está representando en diversos puntos del país.

Como  muchas  construcciones narrativas contemporáneas, “Arte” se desarrolla en un contexto cotidiano para desarrollar tipos y conflictos de carácter universal; en este caso la relación entre tres amigos, situados en la clase media alta de cualquier sociedad occidental, que entra en un  periodo de crisis, merced a la compra de un cuadro por parte de uno de ellos, demasiado costoso en opinión de un segundo.

En cincuenta o sesenta minutos que transcurren  con gracia y  fluidez vemos pasar los juegos de poder, dependencias, manipulaciones emocionales, tácticas de domino y de supervivencia y demás tensiones que caracterizan uno de los tipos de relación básica que desarrollamos los seres humanos. El valor de “Arte” se encuentra en que logra revelar con transparencia la  complejidad de un tipo de relación que todos damos por sentada y ponemos en práctica todos los días. Si quisiéramos utilizar un lenguaje algo grandilocuente, podríamos decir que muestra las “grandezas y mezquindades”  con que los seres humanos alimentamos nuestra psicología. Y detrás de todo el conflicto solo hay una verdad que no por ser de Perogrullo deja tener absoluta validez: nos necesitamos, somos dependientes los unos de los otros, tenemos necesidad de querernos.

En una segunda línea temática Reza, también nos habla con una fuerte carga irónica del “Arte”, de la forma como los seres acomodamos nuestros prejuicios, complejos, intereses y mezquindades a lo que solamente debería ser la valoración de la creatividad estética de los seres humanos. En este caso la discusión sobre el cuadro “blanco, sobre un fondo blanco” nos describe la subjetividad inherente al tema, pero sobre todo las miserias con las que generalmente lo tratamos. En definitiva poco importa el valor artístico de la obra, sino más bien otros temas como el del monto que se ha pagado por ella, los intereses sociales que se acomodan sobre ella  y la forma en que sirve a las conveniencias de los personajes.
“Arte” es una magnífica oportunidad para encontrarse con tres de los actores más destacados de su  generación. Cristian Mercado es uno de los intérpretes bolivianos con mayor proyección internacional;  al margen  de su dilatada trayectoria teatral ha destacado en producciones cinematográficas como “Contracorriente”. A Luigui Antezana lo conocemos (y valoramos) a partir de varias incursiones tanto en el teatro, como en el cine nacional. Por otra parte esta es una ocasión para (re)conocer a Rodrigo “Gori” Patiño, que hace dos o tres lustros migro para desarrollar una destacada carrera como actor y  cineasta y que hoy vuelve a incursionar en el teatro boliviano.

Fernando Arze es el director de la obra, boliviano que también desarrolló su carrera en otros lugares. Su merito es que junto a los tres actores ha logrado hacer una composición de personajes sólida y  equilibrada. Se trata de una de esas representaciones donde el exceso o la falta, puede fácilmente descompensar un conjunto que se basa en el equilibrio de las tres personalidades. El planteamiento escénico es simple y cumple su propósito; facilitar al extremo los diálogos y situaciones entre los personajes, las que en definitiva constituyen el armazón de la comedia.

Adicionalmente, asistir a la representación de “Arte” nos ha confirmado otra satisfacción; a tres meses o cuatro meses de la inauguración del Teatro de la Casa de la Cultura en Tarija, las representaciones que se realizan allí son un éxito. Se está creando un nuevo público para las actividades culturales en la ciudad, lo que demuestra que la falla en estos casos viene por  la falta de infraestructura y de oferta, pero no por la ausencia de demanda de los potenciales usuarios.