Recursos

¿BASES SÓLIDAS DEL CRECIMIENTO BOLIVIANO?

Juan Carlos Zuleta Calderón

En un reciente artículo breve publicado el 24 de marzo del año en curso en El Deber (Véase: http://www.eldeber.com.bo/opinion/bases-solidas-del-crecimiento-boliviano.html), se pretende demostrar que el crecimiento de la economía boliviana tiene bases sólidas.

El aporte arranca con una llamada de atención a quienes explicarían el ‘buen desempeño de la economía” mediante “el comportamiento ascendente de los precios de las materias primas” -interpretación aparentemente confirmada por la reciente baja del pronóstico del crecimiento del PIB -en el entendido de que todo esto sólo tendría el objetivo de demostrar la ausencia de gestión de la política económica en el país.

No obstante, como trataré de demostrar a continuación, el análisisno resiste el menor escrutinio técnico. Veamos.
En primer lugar, dice que en 2014 nuestro país creció más que Latinoamérica y el Caribe, en general, y Colombia, Paraguay, Ecuador y Chile, en particular, argumentando más adelante que “la razón se encuentra en la demanda interna” ya que ésta también aumentó en un 6.9%.

Pero, este razonamiento no explica el origen de la demanda interna, particularmente en una economía altamente extractivista como la nuestra. ¿No será que el supuesto crecimiento de la demanda interna sólo fue posible gracias al crecimiento de las exportaciones totales en general y las de gas natural y minerales en particular? Resulta curioso que, según datos del INE, entre 2013 y 2014 el crecimiento de estos dos rubros - que representaron alrededor del 80% de las exportaciones totales – alcanzó a 7.74%.

En segundo lugar, habla de que el crecimiento de América Latina está altamente correlacionado con el desempeño de los precios de materias primas (a pesar de que luegosólo se refiere – “como una muestra” - al comportamiento de los precios del petróleo, citando algunas cotizaciones mensuales, sin ninguna relevancia puesto que en general el análisis considera cifras anuales) para insinuar una consistente relación positiva entre crecimiento y precios del petróleo en dicha región, a tiempo de hacer notar que esto no acontece para nada en el caso de Bolivia.

Sin embargo, utilizando series de tiempo anuales completas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y EnergyInformationAdministration (EIA) de Estados Unidos para el mismo período (2010-2014)considerado, se puede comprobar exactamente lo contrario. En efecto, el coeficiente de correlación entre crecimiento latinoamericano y precios del petróleo es -0.71, mientras que aquél entre el crecimiento boliviano y los precios del combustible fósil alcanza a 0.83. Estos resultados ratifican un par de verdades de Perogrullo que algunos colegas se empeñan en desconocer.

Por último, el artículo concluye – de la manera más desaprensiva - que en vista de la caída del precio del petróleo a 45 dólares, las gobernaciones, municipios y universidades deberán usar sus saldos en caja y bancos para mantener los niveles de inversión pública. Después de leer el último párrafo del relato, uno se queda pensando: ¿Se habrá dado cuenta la autora de que terminó refutando su propia hipótesis?

Juan Carlos Zuleta Calderón es economista.

icono-noticia: 

¿YA PERDIMOS EL TREN DEL LITIO?

Juan Carlos Zuleta Calderón

En mi opinión, el autor de la nota “¿Ya perdimos el tren del litio?” publicada en la víspera por ANF se excede en sus apreciaciones respecto a la realidad del litio en nuestro país y en el contexto mundial y demuestra que el resultado de una investigación “a vuelo de pájaro” no alcanza para responder adecuadamente a su pregunta.

Como la contribución en cuestión no sólo toca el tema de mi predilección sino que más bien da muchas vueltas alrededor de otros asuntos que no me siento en capacidad de abordar, en lo que sigue voy a centrar mi atención apenas en dos cuestiones que muy bien podrían denominarse “verdades a medias” y que requieren una urgente aclaración.  

En primer lugar, el columnista dice:

“Ya Bolivia perdió el tren de que el planeta abriera una senda al país, al perder tiempo y desperdiciar la oportunidad cuando la empresa líder del litio se fue a la Argentina a un salar fúnebre –se llama Salar del Muerto- mucho más pequeño …”

Al respecto, cabe aclarar que Bolivia ni perdió el tiempo ni desperdició oportunidad alguna cuando FoodMachineryChemical (FMC) Corporation (ex LithiumCorporation - LITHCO) decidió abandonar el país para establecer sus operaciones en Argentina. Al contrario, estonos permitió mantener bajo nuestro control las reservas más ricas del Salar de Uyuni y del mundo entero.

Para su información, FMC Corporationse fue de nuestro país tras la negociación fallida con el Estado boliviano de un contrato que a todas luces era atentatorio contra los intereses nacionales. Quisiera hablar de dos cláusulas del mismo que resumen mi posición: Aquella referida a la posibilidad de que la transnacional se quedara en Bolivia por 40 años e incluso pudiera optar a una extensión del contrato por 10 años adicionales, sin explotar un solo gramo de litio; y aquella relacionada con el mantenimiento de la alícuota del 10% del IVA a su favor, a pesar del incremento a 13% determinado en mayo de 1992 por el Estado nacional.

Es más, resulta claro que el  columnista ni sospecha que la negativa de la transnacional a aceptar las enmiendas que el entonces Congreso Nacional interpuso al contrato firmado en febrero de 1992 se debió a las intrincaciones del mercado del litio que mostraba expectativas moderadas de crecimiento para los siguientes 20-30 años, razón por la cual FMC buscaba hacerse con el área más rica del salar sólo para mantenerla durante muchos años en calidad de reserva estratégica.

Por último, se olvida de decir que el liderazgo de FMC duró muy poco tiempo; concluyó con la introducción de la Sociedad Química de Minerales (SQM) de Chile en el mercado 3 ó 4 años más tarde y que hoy en día mantiene sólo un poco auspicioso y probablemente efímero cuarto lugar en el mismo.

En segundo lugar, sostiene:

“Hoy el país parece haber perdido el tren por segunda vez. El avance tecnológico ha mejorado el desempeño del litio añadiéndole azufre en lugar de metales pesados (cobalto, manganeso, níquel) que quizá ni tenemos…. El azufre es barato y bajara el costo de los artefactos. La Nissan, uno de los gigantes de la producción de automotores, utilizará esta tecnología en sus autos eléctricos.”

Luego continúa:

“Mientras tanto, el Gobierno … sigue tirando la plata en proyectos autóctonos de producir baterías con carbonato de litio. O sea, a mi modesto entender, un pronto obsoleto “litio-ion” con pizcas de caros metales pesados, en vez de la tecnología del “litio-azufre”, más barato y eficiente.

Si los responsables del proyecto de baterías en base a carbonato de litio en el Salar de Uyuni no han tomado salvaguardias, ¿será sintomático de que el Gobierno no percibe que ya estamos en la edad de la información, que industrializar es cosa de saber hacer y saber vender?”

Según he podido ver, la única fuente de información que utiliza el comentarista para elucubrar sus puntos de vista en torno a una temática altamente especializada es la revista londinense TheEconomist. Pero, habla otra vez con mucho desparpajo. Asevera que Nissan usará la tecnología litio-azufre en sus autos eléctricos cuando en realidad esta información sólo se refiere a un supuesto comentario del máximo ejecutivo del gigante automotriz japonés en una entrevista en televisión en noviembre del año pasado.

Dice que el azufre - que es más barato - sustituirá a los metales pesados (cobalto, manganeso, níquel), y que esto bajará el costo de las baterías, pero no parece saber que la utilización de litio metálico, un material con un costo muy superior al del carbonato de litio, en el ánodo de las mismas podría generar el efecto contrario.

Adicionalmente, cuestiona el hecho de que el gobierno haya invertido recursos financieros en una planta de baterías con carbonato de litio, pero pasa por alto otros detalles de este desacierto, tales como: que la empresa china contratada bajo la modalidad “llave en mano” no se encuentra en la frontera tecnológica de estos productos; o que hasta el presente utiliza todos sus insumos importados, incluido el carbonato de litio, que el país, a pesar de más de 126 millones de dólares invertidos en los últimos casi siete años, aún no puede producir. No parece estar al corriente tampoco de que por ahora el litio metálico se obtiene precisamente a partir del carbonato de litio, razón por la cual y en vista de que al gobierno no parece interesarle ningún salto tecnológico en este campo,se mantiene vigente en Bolivia el desafío de producir (de manera eficiente) primero este compuesto. 

Por último, aunque de manera jactanciosa sentencia que “el que sabe, sabe”, ignora por completo que las baterías de litio-azufre aún se encuentran relativamente lejos de una comercialización masiva debido principalmente a su todavía bajo nivel de energía práctica específica, su alta capacidad de agotamiento durante ciclaje prolongado y su elevada auto-descarga, tal como se menciona en un artículo publicado en noviembre del año pasado por el Journal of PowerSources, una de las revistas científicas más acreditadas del mundo en este rubro. 

Juan Carlos Zuleta Calderón es analista de la Economía del Litio

icono-noticia: 

TESLA SUPERÓ MI PRONÓSTICO EN 2014

Juan Carlos Zuleta Calderón

Al comentar las perspectivas de Tesla Motors para la producción de vehículos eléctricos, hace aproximadamente medio año argumenté que la empresa siguió mi guía hasta el año 2016. Con esto quise decir que, salvo algunas excepciones, más notables en 2014, los pronósticos de la compañía de vehículos eléctricos más innovadora del mercado mundial hoy en día se parecían mucho a los que planteé hacia fines de 2013. A continuación reproduzco lo que dije específicamente al respecto:

"En primer lugar, para el 2014, sugerí sólo 31.500 Modelos S y 3.286 Modelos X, por un total de 34.786 vehículos eléctricos (EVs). A la fecha, mi pronóstico para el Modelo S parece un poco más bajo de lo esperado por Tesla teniendo en cuenta sus resultados del primer semestre del año, mientras que mi estimación del Modelo X parece demasiado optimista. Por un lado, sin embargo, es probable que la producción del Modelo S disminuya un poco en el resto del año debido al cierre temporal de la planta de Fremont en California unos días atrás, en preparación para una mayor producción que tendrá lugar a la llegada de la Modelo X. Por otra parte, Tesla anunció que en pocos días, dará a conocer sus primeros prototipos beta del Modelo X, que parece que ya ha acumulado más de 18.000 pedidos anticipados y, dado el entusiasmo sobre la giga-planta de baterías tras el acuerdo con Panasonic, no descartaría una sorpresa por parte de Tesla mediante el lanzamiento de la producción de producción de algunos Modelos X hacia el final de este año".

Al final resultó que, en general, estuve correcto en más de un 90% con mi predicción para 2014. En efecto, de acuerdo con los datos preliminares de ventas mundiales de vehículos eléctricos obtenidas del sitio web EV-sales hace pocos días, Tesla Motors logró vender 31.623 carros eléctricos del Modelo S, lo que significa 123 más modelos S de los que predije. Por el contrario, no vendió ningún Modelo X, lo que parece echar por tierra completamente mi pronóstico demasiado optimista de 3.286 para el tan esperado 4x4 en 2014.

¿Significa esto que mi pronóstico para el Modelo X estaba completamente fuera de contexto? No del todo. Las cifras de reservas dadas a conocer sólo unos días atrás sugieren que hasta el 31 de enero 2015 Tesla ya acumuló más de 24.000 pedidos anticipados del Modelo X. Es más, las reservas del Modelo X nunca dejaron de crecer en todas las regiones hasta el año 2014 y, a pesar de que parecen haber llegado a un pico el año pasado, apostaría a que recuperarán su impulso una vez que el Modelo X entre en una etapa de producción en unos cuantos meses.
Esto implica que, si todo va bien con Tesla, este año la compañía disruptiva podría alcanzar mi pronóstico de 3.286 Modelos X para 2014 y 21.000 de estos carros eléctricos para 2015.

Addendum: El texto precedente es la versión corta traducida de mi última contribución a SeekingAlpha, el sitio bursátil más importante de EEUU, que se publicó en la mañana del 11 de febrero de 2015. En la tarde de ese día, Tesla dio a conocer oficialmente sus resultados operativo-financieros correspondientes al cuarto trimestre de 2014 donde informó que en la gestión anterior había entregado un total de 31.655 Modelos S. Este dato se ubica muy cerca tanto de mi pronóstico (31.500) del 28 de diciembre de 2013 como de la cifra de ventas (31.623) que mencioné en mi artículo, con lo que se pudo comprobar la plausibilidad de mi predicción.

Juan Carlos Zuleta Calderón es analista de la Economía del Litio.

icono-noticia: 

PRECIOS DEL PETRÓLEO: LAS 3 MEDIDAS DEL GOBIERNO

Juan Carlos Zuleta Calderón

En principio, quisiera referirme a un comentario introductorio del Vicepresidente del Estado hace unos días con relación a la caída del precio del petróleo y el crecimiento económico (Véase: http://la-razon.com/economia/Gestion-gobierno-aplica-medidas-enfrentar-crudo_0_2207779206.html). El Vicepresidente dijo:

“Pese a la crisis económica por la baja del precio del crudo, Bolivia cerró en 2014 con un crecimiento cercano al 5,5%.”

Al respecto, conviene recordar que la crisis económica empezará sentirse con fuerza recién este año cuando se haga evidente la reducción de los ingresos fiscales por exportación de nuestro gas natural a Brasil y Argentina.  Hay que tener en cuenta que mientras que en el primer caso existe un rezago de tres meses en cuanto a las cotizaciones internacionales de combustibles utilizadas en el cálculo del precio de exportación de nuestro gas (que se pueden aproximar con la cotización WTI), en el segundo, el retraso es de seis meses.  De esta manera, a noviembre de 2014, los precios internacionales aplicados en el caso del Brasil correspondieron a agosto, reflejando sólo un decremento de menos del 7% del precio internacional del petróleo WTI respecto del mes anterior, en tanto que en el caso de Argentina, los precios utilizados se refirieron al mes de mayo que mostraron más bien un aumento de 0,1% respecto del mes de abril. Esto explica por qué al penúltimo mes de 2014 el valor de exportaciones de gas natural cayó (en 1,1% respecto al año anterior), por segundo mes consecutivo, después de cinco años de constante aumento y a pesar de la cada vez mayor producción del energético (Véase: http://www.la-razon.com/index.php?_url=/economia/avance-ventas-frena-anos-crecimiento_0_2186781312.html).

En cuanto a las tres medidas que aplicará el gobierno para enfrentar la baja del precio del crudo, el Vicepresidente habló de inicio de aumentar la inversión productiva del Estado “con los recursos de caja y bancos y con las Reservas Internacionales Netas (RIN)”, lo cual, en principio, parece algo acertado, pero contradice en parte al ministro del área quien hace unos días indicó que “hay la confianza de no utilizar” las RIN “para enfrentar los posibles efectos de ese contexto internacional”. No obstante, independientemente de si se utilizaran o no, algo que no queda claro es cuál es el plan.  Esto nos lleva a analizar otras dos medidas propuestas, a saber: la diversificación de la producción agrícola y la reorientación de los recursos de los municipios y gobernaciones hacia el ámbito productivo.

Sobre la segunda, ya han empezado a surgir voces de disconformidad porque sólo se incluiría en la estrategia a un sector productivo, el agrícola, no necesariamente caracterizado por generar muchos empleos, un aspecto sobre el que Vicepresidente no ha dicho nada.  Por lo pronto, los agricultores del oriente del país, hoy por hoy los niños mimados del gobierno, han sugerido una ampliación del plazo para la función económica social presumiblemente para acceder a créditos con mayor facilidad e invertir esos recursos en la ampliación de la frontera agrícola mediante la incorporación de nuevos rubros de exportación.  Así como están las cosas, todo parece indicar que el plan consistiría en sustituir un rubro de exportación (el gas) por otros (nuevos productos agrícolas) para atender el problema de disminución de divisas en el país como resultado de la baja del precio del crudo, prolongando el carácter primario-exportador extractivista de nuestra economía. Me pregunto si no hubiera sido mejor iniciar ahora una discusión amplia sobre la política industrial que requiere el país, tocando algunos temas de fondo tales como: el papel del sector informal en el desarrollo industrial, la problemática de la ropa usada y el contrabando, el rol de las universidades en el desarrollo de ciencia y tecnología, el apoyo a las MyPES y PyMES en el marco de la implementación de la nueva ley de servicios financieros y las verdaderas ventajas competitivas del país.

En torno a la tercera, habrá que ver cómo desemboca finalmente la reorientación de recursos habida cuenta de que aún no existe información en torno a los tipos de proyectos productivos que se apoyará y la aparente decisión de abrir el menú a los deseos de los diferentes sectores sociales podría llevar a las gobernaciones y los municipios a financiar proyectos no necesariamente factibles o con una expectativa mínima de éxito. En este sentido, lo único que se puede decir por ahora es que se nota la ausencia de una estrategia clara de cómo se pretende encaminar una idea básica - muy plausible, por cierto - de convertir a las gobernaciones y municipios en entidades subnacionales productivas. 

Juan Carlos Zuleta Calderón es Economista.

icono-noticia: 

INFORME DE LA COMISIÓN NACIONAL DE LITIO DE CHILE

Juan Carlos Zuleta Calderón

La Comisión Nacional del Litio de Chile designada en mayo de 2014 por la Presidenta Michelle Bachelet en la que participé como Invitado Internacional culminó el martes pasado su trabajo con la presentación de su informe final (Véase: http://www.minmineria.gob.cl/wp-content/uploads/2015/01/Informe_Comision_Litio_Vfinal.pdf ).

Este documento se compone de una Introducción, cuatro Capítulos (Diagnóstico de la Situación Actual del Litio; Visión Estratégica para una Política Nacional del Litio; Sugerencias para un Marco Legal; y Sugerencias de Regalías, Gravámenes Específicos y otros Cobros por el Uso del Recurso), un acápite de Conclusiones con las principales propuestas para una Política Pública del Litio y seis Anexos (Diagnóstico Detallado de la Comisión del Litio; Alternativas de Chile para Aumentar el Valor Agregado de su Producción de Litio; Posición de Chile para la Construcción de una Política Nacional del Litio:

Cambios Legales para la Nueva Política del Litio; Aspectos Económicos del Mercado del Litio: Renta, Regalías y otros Cobros por el Uso del Recurso; y Aspectos de la Evaluación Ambiental Estratégica). 

Por su importancia y relevancia para Bolivia, resumo a continuación el acápite de conclusiones:

1.    Se constata que los salares constituyen ecosistemas dinámicos, de gran complejidad y fragilidad, en los cuales el componente de principal interés es la salmuera, que contiene fundamentalmente litio, potasio, boro y magnesio.  Las características hidrogeológicas de las salmueras y su complejidad composicional determinan que cualquier intervención requiera de un manejo cauteloso y necesariamente integral de éstas.

2.    Se reafirma el carácter estratégico del litio, dado su alto potencial de uso en aplicaciones energéticas, y se recomienda mantener el carácter no concesionable del mineral, debido a que el sistema de concesiones mineras vigente no se adapta a la particularidad y complejidad del aprovechamiento de los salares.  Asimismo, se recomienda elevar a rango constitucional la no concesionabilidad del litio.

3.    Se sugiere reforzar el rol del Estado como dueño auténtico de estos recursos, que define las condiciones y participa de modo principal en su explotación; maximiza y capta su renta económica con una mirada de largo plazo, destinando parte de la misma al desarrollo de encadenamientos científicos y productivos relacionados; y es impulsor y garante de asociaciones público-privadas que generen mayor valor agregado al país y mayor rentabilidad social en la explotación de los salares, resguardando la sustentabilidad ambiental y la sostenibilidad de los proyectos.

4.    Se constata la necesidad de reforzar la institucionalidad pública ligada a la gobernanza de los salares, para que actúe como contraparte de las empresas que explotan los mismos, generando conocimiento al respecto y proponiendo políticas para su aprovechamiento, teniendo en cuenta todos los minerales que se encuentran en las salmueras. Dicha institucionalidad definirá un marco metodológico integral que asegurará una mejor explotación y manejo de los salares y dotará al Estado de mayores capacidades regulatorias y fiscalizadoras, a lo largo de toda la cadena de valor del litio.

5.    Se considera necesaria la creación de una empresa estatal dedicada al aprovechamiento de los salares, en especial del litio, privilegiando un modelo de negocios de carácter asociativo  público-privado, incorporando el valor compartido como principio rector. En este contexto, las pertenencias mineras actualmente en propiedad de CORFO, CODELCO,  ENAMI, serán entregadas a esta nueva empresa para su manejo.

6.    Mayoritariamente, la Comisión es partidaria de que el Estado, a través de esta nueva empresa, tenga un rol controlador en todos los proyectos de explotación de salares que se desarrollen en el país, aunque un grupo de comisionados considera que el futuro directorio de la nueva empresa debería definir el modelo de asociación público-privada en cada contrato asegurando la maximización de los beneficios para el país y la sustentabilidad del mismo.

7.    Se deben generar políticas para incentivar la investigación y desarrollo tecnológico de su forma de extracción y de sus múltiples usos en las siguientes áreas de trabajo: Desarrollo de procesos productivos de carbonato de litio para la producción  de baterías y sales acumuladoras de energía, tanto para la propulsión de vehículos como para la acumulación de energía en plantas de energías renovables (por ejemplo, solares, fotovoltaicas y eólicas); generación de tritio para aplicaciones de energía nuclear; las aleaciones litio-aluminio y litio-magnesio para producir materiales livianos de alta resistencia; usos en la industria farmacéutica; y posibles sinergias con la nanotecnología.

8.    Se propone generar y fortalecer un clúster sectorial del litio para el fortalecimiento de centros de investigación e innovación asociados a universidades y/o a la industria, así como asociaciones público-privadas para la explotación del metal que permitirán generar conocimientos, tecnologías, investigación y desarrollo.

9.    Dado el crecimiento y enorme potencial de Chile en la generación de energía solar, se deben buscar sinergias para el almacenamiento de energía a través de baterías y sales fundidas para plantas de concentración solar, para cuyo efecto se recomienda realizar los estudios necesarios para vincular y dimensionar las relaciones entre el mercado de la energía solar y el mercado del litio, determinando el aporte del litio e identificando  oportunidades para agregar valor.

10.    Se propone diseñar, junto con CONICYT y CORFO, programas de investigación y desarrollo para el desarrollo de capacidades y conocimientos.

*  Juan Carlos Zuleta es analista de la Economía del Litio

icono-noticia: 

PRECIOS DEL PETRÓLEO Y PRODUCCIÓN DE GAS

Juan Carlos Zuleta Calderón

En un artículo publicado en Bolivia y Estados Unidos (EEUU) hace poco más de dos meses, argumenté que habían al menos tres razones  para pensar que la baja del precio del petróleo no era circunstancial, sino permanente. Estos planteamientos se referían a: (i) La actual deflación en China que aumentaría la desaceleración de su economía, junto con la decisión del gobierno chino de introducir vehículos eléctricos en su parque automotor para paliar los altos niveles de contaminación ambiental y polución del aire, que derivarían en una menor demanda y precio del combustible fósil; (ii)  el boom del gas de esquisto en EEUU que habría conducido a una caída en el precio del petróleo por efecto de un aumento de la producción del mismo ya sea porque un ascenso de este tipo de producción de gas resulta al mismo tiempo en un incremento de petróleo de esquisto o debido a que una parte importante del exceso del gas de esquisto se convierte en diésel, reduciendo la demanda y las importaciones de petróleo de EEUU; y (iii) el agravamiento del cambio climático que habría apurado la sustitución del petróleo por energías renovables y no renovables alternativas y la electrificación de la industria automotriz en el mundo que estaría comenzando a reflejarse en una disminución de la demanda de diésel y gasolina.

Un mes y medio más tarde, mi contribución fue complementada por un artículo difundido el primer día de diciembre de este año por el Washington Post de EEUU como sigue.En primer lugar, se añadió a mi explicación una causa inmediata relacionada con la decisión a finales de noviembre de este año de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de no reducir su producción de petróleo para mantener su cuota parte en el mercado, que dio lugar a una caída aún mayor del precio del energético.

En segundo lugar, a la posible disminución de la demanda china se agregó evidencia sobre una reciente caída del consumo de petróleo en Europa y Japón; con información proveniente de la Administradora de Información Energética (EIA, en inglés), se dio cuenta de que en la actualidad y gracias a la revolución del petróleo de esquisto, EEUU estaba produciendo dos veces más petróleo que hace unos diez años y que otros países (Canadá, Rusia y Siria) habían empezado a producir más petróleo, lo que habría influido en los precios; y se reforzó mi argumento acerca de la electrificación de la industria automotriz global con datos (también provenientes de la EIA) sobre el uso de menos combustible en vehículos en EEUU en 2014 respecto a 2008.

La reacción del gobierno no se dejó esperar. De inicio, las autoridades del área económica y YPFB minimizaron la caída de los precios internacionales del petróleo, insistiendo en que se trataba de un fenómeno coyuntural. Luego, sostuvieron que, aun si así no fuera, la economía estaba blindada para enfrentar la crisis. Por último, como ninguna de estas posiciones pareció muy convincente en la opinión pública, el presidente del Estado se vio obligado a salir al paso para reconocer el fin de la bonanza e instar a debatir sobre la economía.

Al parecer, esta última intervención del primer mandatario de Bolivia no fue del agrado del ministro de Economía y Finanzas Públicas quien en un reportaje publicado hace unos días por  Página Siete intentó retomar el control de la situación. Veamos a continuación lo que dijo el ministro.

El ministrocriticó duramente “los análisis pesimistas sobre el descenso de cotizaciones del energético como si fueran algo nuevo”, señalando que en 2008 el precio del combustible fósil declinó de 140 dólares el barril a 30 dólares el barril, “una caída mucho más pronunciada que la de las últimas semanas”, agregando que “una cosa es ver el precio, pero no sólo se puede ver esto, sino hay que ver el volumen”, a tiempo de sostener que en  el Ministerio de Economía han sido conservadores tanto en precio como en volumen, pero que“la economía puede producir y exportar más volumen  y es lo que compensaría una caída en el precio del petróleo”.

Es cierto que en julio de 2008 la cotización del barril del petróleo alcanzó los 145,15 dólares y en diciembre de ese año cayó a 30,28 dólares. Sin embargo, el ministro se olvidó de decir que al año siguiente el crecimiento del PIB se desplomó de 6,15% a 3,36%. Por tanto, tiene razón el ministro al decir que este descenso no es nada nuevo, pero sería bueno también que reconociera el efecto que esta caída podría tener sobre el crecimiento del país.

Es más, el ministro se olvida de un detalle fundamental: Que la producción de los hidrocarburos en Bolivia está en manos de empresas extranjeras y que es posible comprobar con datos referidos al período 2001-2014 que hay una correlación altamente positiva (0,88) entre el precio internacional del petróleo (WTI) y el volumen de producción promedio de gas natural en nuestro país. Es decir que,normalmente, el volumen de producción de gas natural subirá sólo cuando aumente el precio internacional del petróleo. En consecuencia, resulta muy improbable que ante una tendencia de precios hacia la baja, los operadores transnacionales se interesen en incrementar los volúmenes de producción y menos aún si no existe el mercado ni la infraestructura productiva para ese incremento de producción.

 

* Analista de la economía de la energía

icono-noticia: 

GAS BOLIVIANO PARA BRASIL Y ARGENTINA

Juan Carlos Zuleta Calderón

Mientras un senador electo del partido de gobierno acaba de manifestar su deseo de negociar el próximo contrato de venta de gas natural al Brasil, en los más altos círculos de poder parece haber empezado a cundir el pánico. Esto explica (aunque no justifica), entre otras cosas, la instrucción de la primera autoridad del país a YPFB de invertir en exploración aun a costa de obviar el cumplimiento de la normativa legal en vigencia. Es que a diferencia del flamante legislador, el Presidente del Estado sí parece saber de la gravedad del asunto. Es más, todo indica que está convencido de que si Bolivia no logra certificar suficientes reservas en los siguientes dos o tres años - algo muy difícil de lograr, por cierto - sencillamente no habrá negociación con Brasil, lo que muy bien pudiera no sólo dejar con los crespos hechos al entusiasta senador sino también derivar en una profunda crisis económica y social en nuestra Patria. 

Es evidente, sin embargo, que esta realidad cruda y simple no debiera conducir al gobierno hacia una falta de observación de las leyes, sino más bien a una profunda reflexión sobre el futuro del país. 

Lo anterior trae a mi memoria la conversación que tuve meses atrás con un experto en energía de una potencia extranjera quien me anticipó que Bolivia ya había desaprovechado la oportunidad de explorar cuando debía y que ahora sólo quedaba esperar milagros. En lo que sigue trataré de mostrar por qué de haberse actuado con previsión, hubiéramos tenido al frente una inmejorable oportunidad de negociar un buen nuevo contrato de venta de gas con Brasil y ampliar en términos favorables el que suscribimos con Argentina.  

Pero, antes de eso, cabe articular algunas ideas sobre el manejo de nuestra economía. Lo que pasa es que hasta el presente al gobierno actual le fue bien sólo en la gestión contable de la economía. En efecto, al influjo de los extraordinarios precios internacionales de nuestras materias primas, aspecto en el que el gobierno nada tuvo que ver, el ministro de Economía y Finanzas Públicas junto con cada uno de los diferentes presidentes del Banco Central de Bolivia a lo largo de los últimos nueve años, se dedicaron a registrar y publicitar los exuberantes ingresos provenientes de exportaciones de gas natural primero sólo al Brasil y luego al Brasil y a la Argentina. No obstante,no les fue tan bien en la gestión económica como tal, lo que explica la falta de avance del país en los temas sustantivos, tales como desarrollo, industrialización e incluso seguridad energética, y el total desapego de los más elementales principios de frugalidad y análisis costo-beneficio con que actuaron en los llamados proyectos estrella (satélite, teleférico, G-77 + China, etc.) que si bien facilitaron la reelección, signaron al mismo tiempo un marcado despilfarro del erario nacional. En los siguientes años, nos tocará ver si dichas autoridades son capaces de manejar la economía en medio de una crisis que apenas comienza.
Ahora bien, hay más con relación a Brasil y Argentina. Empecemos con el primero. Así como van las cosas, resulta claro que el Brasil entrará muy pronto (si no lo ha hecho ya) en una situación energética deficitaria a raíz del crecimiento de su economía y población, la insuficiencia de los yacimientos pre-sal encontrados en el Atlántico que, dicho sea de paso, se harán cada vez más inviables ante una caída del precio del petróleo y la preocupante sequía derivada del cambio climático que no sólo amenaza la provisión de agua para la ciudad más poblada de Brasil (Sao Paulo), sino también la generación hidráulica de cerca del 71% de energía eléctrica del país. En este contexto, de contar con reservas certificadas, el gobierno no necesitaría de nada, ni siquiera de un exembajador de Bolivia en Brasil, para lograr magníficos términos en un nuevo contrato. La pregunta es: ¿Podrá hacerlo sin disponer de tal cosa?

Y mi respuesta a esta pregunta es que en realidad para el nuevo contrato de gas podría no haber negociación sino más bien imposición de parte de Brasil porque lo más probable es que nuestro vecino tenga una mayor musculatura que Bolivia  para definir esta situación a su favor, y que nuestro país, en el peor de los escenarios posibles, dado el rentismo y la necesidad artificial de liquidez que se ha creado en años recientes, sucumba a la tentación de comprometer la venta de hasta la última molécula de gas de que disponga al Brasil aun a costa de comprometer el futuro de nuestras próximas generaciones. Por tanto, sí podría haber contrato con Brasil aunque por un volumen de gas mucho más reducido y, por los motivos expuestos más arriba, a precios más bajos, probablemente ya no vinculados a la cotización WTI del petróleo. Lamentablemente, todo esto significaríano sólo una reducción significativa de nuestros ingresos provenientes de exportaciones sino también la renuncia a usar nuestro gas en otros proyectos clave (Mutún, litio, etc.) para el desarrollo nacional.

En cuanto a Argentina, la caída del precio internacional del petróleo y el gas pone en riesgo el desarrollo y eventual explotación de sus yacimientos de esquisto en Vaca Muerta, razón por la cual es igualmente previsible el mantenimiento del interés del vecino país en nuestro gas. Es más, sus requerimientos de gas natural proveniente de nuestro país podrían aumentar en forma substancial debido a la puesta en marcha de dos proyectos de aprovechamiento de litio y otros recursos evaporíticos localizados en la Puna argentina, muy cerca de la frontera con nuestro país y muy próximos también a los ramales de entrada del gasoducto de Bolivia. Conviene tener en cuenta que se trata de los dos nuevos proyectos de esta naturaleza más avanzados en América del Sur y en el mundo, los cuales cuentan con el respaldo financiero y técnico de nada menos que Toyota del Japón, el fabricante de automóviles más grande del planeta y Posco de Corea del Sur, uno de los productores de acero más importantes del mundo.  Si bien en primera instancia las autoridades bolivianas pensarán dos veces antes de embarcarse en un contrato de venta de gas a Argentina que implique un aumento demasiado grande de los volúmenes a ser enviados debido a la posibilidad de que, por el agravamiento de su situación económica, incumpla eventualmente en el pago por las exportaciones de nuestro gas, esto podría cambiar con un viraje político fundamental en las próximas elecciones nacionales. Como para cuando se vuelva a hablar del tema con Argentina, el nuevo acuerdo con Brasil podría ya estar firmado, es muy probable que tengamos que aceptar similares términos y condiciones.  

En estas circunstancias, el gas natural boliviano podría ser virtualmente “canibalizado” por Brasil y Argentina al influjo del paulatino deterioro de las condiciones económicas en nuestro país y la inagotable demanda de rentas y bonos, motivo por el cual es imperativo que reflexionemos a la brevedad posible sobre la necesidad de garantizar el uso óptimo de nuestros recursos de gas remanentes priorizando el consumo interno y la generación de valor, mientras buscamos fuentes alternativas de ingresos para mantener las actuales tasas de crecimiento de la economía.

Juan Carlos Zuleta es analista de la economía energética

icono-noticia: 

BAJA EL PRECIO DEL PETROLEO

Juan Carlos Zuleta Calderón

De acuerdo con una reciente noticia publicada por la Agencia Boliviana de Información (ABI), el presidente de YPFB habría descartado que “la baja internacional en el precio del petróleo afecte a los ingresos para el país provenientes de las exportaciones de gas natural a Brasil y Argentina, tomando en cuenta que esa disminución es "circunstancial" y no representaría una crisis de la economía mundial”.  Es más, con base en “proyecciones del Instituto de Energía  Mundial”, la citada autoridad sería de la opinión de que el precio del petróleo se mantendrá entre 90  y 100 dólares (el barril), añadiendo que “… con 90 dólares como Bolivia estamos en una posición bastante buena”. 

Resulta claro que, dada la enorme dependencia de nuestra economía de las exportaciones de gas natural a Brasil y Argentina, el país podría sufrir un duro embate si los deseos del jefe de  la empresa más poderosa de Bolivia no se cumplieran.

Desafortunadamente, tengo al menos tres razones para pensar que muy bien pudiera ser así.  En primer lugar, me temo que la actual deflación en China podría aumentar la desaceleración de su economía, cediendo paso a una aún menor demanda de petróleo y si, por consiguiente, se tiene en cuenta el poder de compra de combustibles fósiles de la segunda economía del planeta, a una situación de bajos precios del petróleo. A esto se puede sumar, la nueva decisión del gobierno chino de incentivar la introducción masiva de vehículos eléctricos para paliar en algo los altos niveles de contaminación ambiental y polución del aire derivados en gran medida de una matriz energética aún basada en la quema descontrolada de hidrocarburos, que tendría un efecto negativo en la demanda y precio del combustible fósil.  

En segundo lugar, el reciente boom del gas de esquisto (shale gas) en EEUU estaría dando lugar a una caída en el precio del petróleo por efecto de un aumento de la producción del mismo ya sea porque algunos yacimientos de shale gas son también yacimientos de shaleoil (petróleo de esquisto) y un aumento de shale gas resulta al mismo tiempo en un incremento de shaleoil o porque una parte importante del exceso de shale gas producido por EEUU se estaría convirtiendo en diésel (vía procesos del tipo “Gas-To-Liquids”, por ejemplo) reduciendo la demanda y, por tanto, las importaciones de petróleo de EEUU.

En tercer lugar, el agravamiento del cambio climático habría generado una fuerte presión de la opinión pública sobre los gobiernos de muchos países desarrollados y emergentes para acelerar la sustitución del petróleo por energías alternativas renovables y no renovables, así como mediante procesos de electrificación de la industria automotriz global. En el primer caso, se ha observado en los últimos años que la cuarta potencia del mundo (Alemania) viene dando un vigoroso impulso a las energías (solar y eólica) renovables desplazando de su matriz energéticano sólo a la energía nuclear sino también  a los hidrocarburos. Y, en el segundo, los cerca de 700 mil vehículos eléctricos enchufables y más de 7 millones de vehículos eléctricos híbridos convencionales actualmente circulando en la Tierra ya estarían comenzando a reflejarse asimismo en una disminución cada vez mayor de la demanda de los principales derivados del petróleo (gasolina y diésel).

Como quiera que ninguna de las tres razones parece ser meramente coyuntural, me atrevo a argumentar más bien que todo esto explicaría el gran apuro del gobierno en el momento actual por avanzar rápidamente hacia un proceso amplio de exploración de hidrocarburos en diferentes regiones del país para profundizar el modelo extractivista al que ha apostado desde 2006 y porque es la única carta de que dispone para evitar un eventual colapso social en Bolivia. El problema es que todas las inversiones que el gobierno– contra viento y marea – quiere hacer ahora  podrían estar ya a destiempo de una posible crisis de la economía mundial para la que, un país tan desindustrializado como el nuestro – se encuentra muy lejos de contar con blindaje alguno.   

Juan Carlos Zuleta Calderón es economista

icono-noticia: 

BOLIVIA, ¿NUEVA ARABIA SAUDITA DEL LITIO?

Juan Carlos Zuleta

En un blog publicado en 2009 en EVWorld.com, argumenté que para que Bolivia – el país con la mayor cantidad de recursos de litio de la tierra - se convirtiera en la nueva Arabia Saudita del mundo, se tenían que cumplir tres condiciones: En primer lugar, que arrancara la carrera por el carro eléctrico luego del lanzamiento del híbrido enchufable “Volt” por General Motors (GM) en 2010.  En segundo lugar, que Bolivia empezara a producir carbonato de litio en proporción a las necesidades del planeta. Por último, que los precios del litio no aumentaran tanto como para hacer viable la producción de litio mineralizado en lugar de litio proveniente de salmueras.

En relación con la primera condición, como he sostenido en un reciente artículo (Véase: http://www.hidrocarburosbolivia.com/bolivia-mainmenu-117/analisis-y-opinion/67040-tesla-motors-y-la-estrategia-del-litio-de-bolivia-que-esta-en-juego.html), los vehículos eléctricos ya forman parte de nuestra realidad y han llegado a muchos países para quedarse.  Si bien  GM tuvo la visión inicial del camino correcto a seguir hacia la propulsión eléctrica, no tardó en llegar Nissan, con su carro completamente eléctrico “Leaf”, seguido de prácticamente todos los demás fabricantes de automóviles del mundo.  Sin embargo, la adopción de vehículos eléctricos en el mundo resultó ser más compleja y lenta de lo que se esperaba. ¿Qué sucedió? 

Al parecer, el problema mayor fue que ni GM, ni Nissan, ni prácticamente el resto de los automotores que los siguieron, pudieron introducir al mercado un carro con la suficiente autonomía en el modo eléctrico como para enfrentar de igual a igual a cualquier vehículo a combustión interna, a lo que los consumidores reaccionaron con una demanda más bien moderada de este tipo de medios de locomoción. 

Una importante excepción sería Tesla Motors, que en julio de 2012 lanzó su Modelo S con más de 250 millas de autonomía dando inicio a una verdadera revolución en la industria automotriz global. Según información reciente, este automóvil, clasificado como de lujo,  habría empezado a cautivar el interés no sólo de antiguos compradores de vehículos eléctricos híbridos convencionales (como el  Prius de Toyota) sino también de ex usuarios de carros híbridos de lujo, carros de lujo (como diferentes modelos de Mercedes Benz y BMW), vehículos eléctricos de rango extendido (como el Volt) con alrededor de 40 millas de autonomía en el modo eléctrico e incluso carros completamente eléctricos  (como el Leaf) con no más de 100 millas de autonomía en el modo eléctrico.  Si bien a la fecha las ventas globales de Tesla no superaron los 35.000 vehículos, ha comenzado a causar temor entre los demás fabricantes de automóviles del mundo (Véase: http://seekingalpha.com/article/1919101-why-is-almost-everybody-in-the-auto-industry-afraid-of-tesla-motors) el anuncio de que este año lanzará al mercado un nuevo modelo (todavía de lujo) tipo SUV  (el X)  y entre el 2016 y 2017 un carro de tercera generación que costará alrededor de $us.35.000, es decir casi en el rango de precios del Leaf y el Volt, pero con una diferencia fundamental respecto a ellos: una autonomía de funcionamiento en el modo eléctrico de más de 200 millas por carga de batería.   

En  este contexto, Tesla Motors acaba de anunciar oficialmente su plan de construir una giga-planta de producción de baterías de iones de litio con una capacidad de 35 GWh a nivel de celdas de baterías y de 50 GWh a nivel de paquetes de baterías. Con estas capacidades de producción, Tesla Motors se convertiría en un verdadero monstruo del mercado de baterías de iones de litio teniendo como meta fabricar en 2020 más baterías que el conjunto de productores de tales artefactos a nivel mundial en 2013 (Véase: http://www.teslamotors.com/blog/gigafactory). Cabe aclarar que hoy en día en las baterías recargables de alta capacidad como las que usan diferentes tipos de vehículos eléctricos, las celdas conforman módulos, los cuales a su vez constituyen paquetes de baterías. En los últimos años, Tesla ha venido adquiriendo celdas de baterías  de la “clase 18650” de Panasonic (utilizadas en baterías de iones de litio para laptops), habiendo desarrollado su propia tecnología en la fabricación de módulos y paquetes de baterías, considerados “clave” para el funcionamiento óptimo de tales sistemas avanzados de almacenamiento energético. 

La giga-planta - que costará entre 4 y 5 mil millones de dólares estadounidenses y que dentro de 6 años producirá tantas baterías como sean necesarias para activar un total de 500.000 vehículos eléctricos, a ser producidos por Tesla en su planta de Fremont, California - viene a ser una contundente respuesta del nuevo actor de la industria automotriz global a los críticos más enconados de los vehículos eléctricos que, como he indicado en el artículo citado anteriormente, argumentaron meses atrás que Tesla “fallará no porque no pueda vender los vehículos que fabrica, sino porque no va a ser capaz de comprar baterías suficientes y, por lo tanto, de producir bastantes coches como para hacer rentable todo su negocio.” Es más, prosiguiendo en mi reciente razonamiento, “en cierto modo, estos analistas han estado diciendo que Tesla enfrenta graves problemas de suministro de baterías de iones de litio que esencialmente frenarán toda perspectiva del fabricante de automóviles de convertirse en el líder mundial de vehículos eléctricos. Sorprendentemente, ninguno de ellos ha mencionado realmente al litio como un posible obstáculo para el avance de Tesla. De ahí que esos puntos de vista sugieren que el litio está garantizado”.

Esto nos conduce a una discusión renovada de la segunda condición que debe cumplirse para que Bolivia sea la nueva Arabia Saudí del mundo. Antes de ello, sin embargo, resulta fundamental reiterar algo que ya expresé en mi anterior artículo sobre Tesla y el litio boliviano.  Me refiero a que “el éxito de Tesla dependerá no tanto de la superación de alguna restricción en el suministro de baterías de iones de litio como tal, sino de lo que ocurra al comienzo de la cadena de valor del litio”, porque si bien está claro que hoy en día Tesla no podría producir ningún vehículo eléctrico sin baterías de iones de litio, tampoco podrían haber baterías de iones de litio sin litio. 

Con el reciente anuncio respecto a sus prospectos de integración vertical, Tesla está obligada a analizar seriamente algo que ya a principios de 2007 - precisamente cuando GM comunicó su decisión de lanzar el primer vehículo eléctrico híbrido enchufable con baterías de iones de litio al mercado - estuvo en el centro del debate mundial: la posible restricción de suministro de litio que garantice la transición de la industria automotriz global a la propulsión eléctrica.

Y aquí adquieren total sentido los argumentos que he venido exponiendo a lo largo de los últimos seis años respecto a la necesidad de que Bolivia ingrese con pie firme y cuanto antes al mercado del litio. Dadas las actuales limitaciones de la oferta de litio en el mundo para enfrentar en los siguientes años el desafío planteado por Tesla, no sólo que la suerte del nuevo protagonista de la industria automotriz global dependerá de lo que haga Bolivia de aquí en adelante respecto al litio sino que ahora parecería que las autoridades bolivianas ya no tendrán la excusa de la falta de mercado para empezar a producir litio de calidad competitiva a escala industrial y en proporción a los requerimientos tanto de Tesla como de sus próximos competidores.

Entretanto, todo hace presumir que con el último anuncio de Tesla Motors el boom mundial de los vehículos eléctricos ya habría arrancado y que se intensificará a partir de 2016-17 cuando el fabricante de automóviles eléctricos más innovador de la historia lance al mercado su vehículo eléctrico de tercera generación dotado de dos características fundamentales: 1) Una autonomía en el modo eléctrico de más de 200 (322) millas (kilómetros) con carga completa de su batería de iones de litio; y 2) un precio del vehículo de alrededor de $us.35.000, lo que garantizará su accesibilidad a una apreciable masa de consumidores de la Tierra.   Este argumento echa por tierra la suposición del gerente nacional de recursos evaporíticos (GNRE) de que el boom se producirá recién en 2020 (Véase: http://www.boliviaentusmanos.com/noticias/economia/96354/echazuindustrializacion-de-litio-esta-avanzando-y-estara-lista-antes-del-boom-mundial-de-vehiculos-electricos.html).
Pero, antes de ver cuán preparada está Bolivia para asumir el reto de convertirse en el próximo centro energético del planeta, necesitamos saber cuánto litio requerirá Tesla en 2020.  En un  reciente artículo (Véase: http://seekingalpha.com/article/1919101-why-is-almost-everybody-in-the-auto-industry-afraid-of-tesla-motors), he mostrado, con base en datos correspondientes al período enero-noviembre de 2013, que: (1) Tesla Motors habría consumido el año pasado un total de 2.090 toneladas métricas (TM) de carbonato de litio equivalente (CLE), lo que significó un 72 % de todo el litio necesario para la producción de baterías de iones de litio utilizadas por todos los vehículos eléctricos enchufables comercializados en EEUU y el 68% de todo el litio requerido por todos los híbridos y enchufables que se venden en el mismo mercado; y (2) este consumo constituiría el 1,24% del consumo global de litio, o sea que para producir medio millón de vehículos eléctricos en 2020 solamente en Estados Unidos, Tesla requerirá entre 40.800 y 59.442 toneladas de CLE, que se traduce en entre 24,29 y 35,38 % del total de CLE que se consumió en el mundo en 2013.

Estrategia del litio en Bolivia

Ahora debemos revisar la estrategia de litio de Bolivia. En pocas palabras, ésta se compone de tres partes. Primero, producir 40 toneladas mensuales de carbonato de litio (junto con 1.000 TM mensuales de cloruro de potasio) a nivel piloto. Segundo, producir 30.000 TM al año de carbonato de litio (y 700.000 TM de cloruro de potasio al año) a escala industrial. Y tercero, producir baterías de litio.  Como se puede apreciar, con el nivel de producción industrial previsto para los siguientes años, Bolivia no alcanzaría a cubrir ni siquiera la demanda de CLE de Tesla Motors. En el reportaje publicado por la agencia de noticias gubernamental ABI citado anteriormente, el GNRE ha informado que “Bolivia está avanzando gradualmente”. A continuación, intentaremos ver esos  “avances graduales” de la estrategia boliviana del litio.

Como ya he argumentado, desde principios de 2013 el gobierno boliviano ha publicitado diferentes inauguraciones de plantas piloto, tanto para cloruro de potasio como para carbonato de litio. Es más, habría concluido el diseño final de la planta industrial de cloruro de potasio y estaría preparando la convocatoria a empresas para realizar el diseño final de la planta industrial de carbonato de litio, después de un primer intento fallido. Pero, ¿cuánto en verdad ha avanzado el emprendimiento más estratégico de Bolivia?

Para responder a esta pregunta, sólo me queda remitirme a los hechos concretos.  En primer lugar, en su discurso de fin de gestión 2013, el presidente de Bolivia ha dado cuenta de apenas 9 TM de carbonato de litio producidas por la planta piloto ubicada en el Salar de Uyuni y de las notas de prensa de la gerencia nacional de recursos evaporíticos se puede deducir que se habrían producido y comercializado (sólo en el mercado interno) un total de 500 TM de cloruro de potasio.  En torno a estos más bien magros resultados de una inversión de más de $us.100 millones con recursos del Estado boliviano, se debe puntualizar lo siguiente: Primero, que en ningún caso se cuenta con certificación alguna del grado de pureza o calidad de los materiales producidos. Segundo, que la incapacidad del proyecto de cumplir las metas de la fase piloto denota las dificultades encontradas por los responsables del proyecto para “descubrir” un proceso “boliviano” de producción de carbonato de litio que, al parecer, continuaría siendo una tarea pendiente. Tercero, que con base en los resultados obtenidos en la fase piloto, resultaría por demás irresponsable avanzar hacia la fase industrial porque de esta manera se estarían perpetuando las deficiencias evidenciadas en la primera etapa del proyecto.  En lo que sigue, explico por qué considero que aún queda mucho por hacer antes de avanzar hacia la fase industrial del proyecto, tanto en el caso del cloruro de potasio como en el caso del carbonato de litio. 

Respecto al cloruro de potasio, en la primera venta del compuesto ampliamente publicitada por el gobierno se menciona que el grado de pureza ofertado fue del 95% con un precio referencial referido al del mercado nacional (Véase: http://www.evaporiticos.gob.bo/wp-content/uploads/2013/05/TDR-KCl.pdf) y en la segunda convocatoria se habla de un grado de pureza de sólo 60% y un precio referencial de $us. 480 (Véase: http://www.evaporiticos.gob.bo/?page_id=381). Sin embargo, cuando averiguamos los supuestos precios de venta, encontramos que, según información proporcionada por El Deber (Véase: http://www.eldeber.com.bo/empresa-crucena-usa-cloruro-de-potasio-del-salar-de-uyuni/130913202854),  en la primera convocatoria el cloruro de potasio se vendió a un precio de $us. 480 la tonelada, mientras que, según información de La Razón (Véase: http://www.la-razon.com/economia/Venta-empresa-pago-cloruro_de_potasio_0_2001399885.html) en la segunda, el compuesto se vendió a $us. 610  la tonelada. Está claro que existen muchas incongruencias en estos resultados.

La primera cosa que salta a la vista es el precio; no tiene ningún sentido que se cobrara un 27% más por un material (ofertado en la segunda convocatoria) un 37% menos refinado, particularmente en una época en que los precios internacionales del cloruro de potasio se encuentran sumamente deprimidos, al punto que uno de los productores de cloruro de potasio más importantes del mundo, Sociedad Química y Minera (SQM) de Chile, ha experimentado una caída significativa en el valor de sus acciones desde cuando, precisamente, los precios del cloruro de potasio se precipitaron a niveles extraordinariamente bajos (de $us.464,25 la tonelada en septiembre de 2012 a $us.$323,00  la tonelada en enero de 2014, véase: http://www.indexmundi.com/es/precios-de-mercado/?mercancia=cloruro-de-potasio&meses=120). 

El segundo punto que nos debería dejar muy preocupados es que en los últimos meses,  la calidad del cloruro de potasio producido por la planta piloto inaugurada a principios de 2013 habría disminuido ostensiblemente (de 95% de pureza en mayo de 2013 a 60% de pureza en febrero de este año).  Pero, no solamente eso debería empezar a quitarnos el sueño sino también el hecho de que en ninguno de los dos casos la gerencia nacional de recursos evaporíticos habría ofrecido un producto de calidad, basado en estándares internacionales que exigen para esta clase de materiales una pureza de al menos el 99%. 

La tercera es que a pesar de la baja calidad del cloruro de potasio ofertado en días recientes, éste habría sido adquirido a un precio casi dos veces más alto que la cotización internacional ($us.610 versus $us.323). Si bien es cierto que el compuesto importado llegaría a costar en Bolivia alrededor de $us.1.200 la tonelada luego de añadir el flete, el costo de transporte y la utilidad del importador y comercializador, se supone que un proyecto con un costo tan elevado al menos debería haber conducido a una baja fundamental del precio de un insumo agrícola de importancia relativa particularmente en el oriente boliviano. 
Por último, debería quedar claramente establecido que el mercado interno del cloruro de potasio es demasiado reducido (apenas 900 TM al año) como para siquiera pensar que con las últimas ventas realizadas - más otras que podrían realizarse en el futuro - se estaría generando un interesante flujo de caja para el proyecto.  Este no sería el caso porque sólo produciendo a nivel piloto y a un 100% de la capacidad instalada durante un mes se lograría cubrir (en demasía) la totalidad de los requerimientos nacionales. La pregunta que sigue es si en las actuales circunstancias del mercado, convendrá al país proceder casi de inmediato a la implementación del proyecto industrial de cloruro de potasio (que ya contaría con un estudio de diseño final) cuyo objetivo principal sería pasar de una producción anual de 12.000 toneladas año a 700.000 toneladas año.

Carbonato de litio

Sobre el carbonato de litio, luego de revisar el flujograma y balance másico por etapas y la descripción de las composiciones de las soluciones en las etapas de obtención del compuesto químico planteados por los responsables de la planta piloto como parte de los documentos entregados a las empresas interesadas en la elaboración del estudio de diseño final de la planta industrial de carbonato de litio, cuyo proceso de contratación fue abortado hace poco por razones no del todo claras, se pueden mencionar las siguientes limitaciones:
La primera es que todo parece indicar que todavía hay mucho por hacer para definir un proceso “boliviano” óptimo y competitivo de obtención de carbonato de litio en el Salar de Uyuni, razón por la cual aún no resulta aconsejable que se convoque a empresas especializadas para realizar el diseño final de la planta industrial con una capacidad de producción de 30.000 toneladas al año porque al hacerlo sólo se perpetuarán las deficiencias detectadas.  Al respecto, se debe observar primero que el rendimiento obtenido en la planta piloto desde el momento en que arranca el proceso hasta que concluye  es demasiado bajo (40,96%) como para plantear a partir de ahí un escalamiento industrial. 
La segunda dificultad es que en ninguna parte del planteamiento se habla del desarrollo de la cadena de suministro de insumos necesarios para el proceso sugerido.  Este es un tema por demás importante que - tengo la impresión - ha sido completamente ignorado hasta ahora. Está dirigido esencialmente al logro de eficiencia en el proceso, a tiempo de garantizar la competitividad del producto. 

La tercera tiene que ver con la ausencia de un enfoque integral en el proceso que permita la obtención de bi-productos adicionales al cloruro de potasio, tales como óxido de magnesio, sulfato de sodio y ácido bórico, o productos finales distintos al carbonato de litio, tales como hidróxido de litio y otros, que podrían contribuir de manera efectiva a la viabilidad global del emprendimiento.

Finalmente, la cuarta está relacionada con el hecho de que el esquema nacional se basa fundamentalmente en procesos de evaporación solar que sólo conducirían a alargar el ciclo productivo de carbonato de litio en una época en que posiblemente se requiera contar con procesos mucho más ágiles que respondan en forma oportuna a una posible enorme demanda del material, particularmente para la fabricación de baterías de iones de litio recargables dirigidas a la industria automotriz global en los próximos años. Cabe mencionar que ya en 2011 planteé la necesidad de avanzar hacia procesos de evaporación térmica en el salar de Uyuni sin que hasta la fecha se hubiera tomado acción alguna al respecto (Véase: http://oxigeno.bo/o2/opinion/o2qid1050).

Como si todo lo anterior no fuera suficiente, luego de casi seis años de experimentación fallida que no permitió “descubrir” nada, lo mismo a nivel piloto como a nivel industrial, ahora resulta que el proyecto piloto es de la opinión de que el país tendría que dirigir su mirada hacia la fabricación de baterías de litio.

Las baterías de litio

En este marco, en los últimos días, los encargados del proyecto piloto se han esforzado por demostrar la plausibilidad de su planteamiento en relación con la mini-ensambladora de baterías, comprada “llave en mano” de un proveedor chino más conocido como fabricante de partes de baterías que como productor de baterías, que entre bombos y platillos acaban de inaugurar.  En contraste con la propaganda preelectoral  desplegada con gran ahínco al respecto, sin embargo, en el artículo citado anteriormente he argumentado que no se trataría de ninguna planta piloto de baterías sino más bien de un costoso programa de capacitación “en casa” dirigido a unos cuantos funcionarios públicos privilegiados en el manejo de una mini fábrica de ensamblaje de baterías que operará con todos los insumos (incluido el litio, por supuesto) importados. 

Es tal el despiste de todos en este asunto que a pocas horas del show mediático en Potosí, algún viceministro a cargo de otro proyecto descabellado de ensamblaje de laptops declaró ingenuamente que requeriría baterías de iones de litio para este cometido, sin sospechar siquiera que la nueva mini-ensambladora no produciría esa clase de baterías, por lo que el propio GNRE se vio obligado a responderle que había necesidad de “nuevas máquinas” no previstas en el proyecto inicial.  Por último, como para poner el cherry sobre  la torta que nos la tendremos que comer aun a costa de una terrible indigestión, ni cortos ni perezosos, los funcionarios se apuraron en hacer aprobar un soporte adicional del Banco Central por más de $us.34 millones para el nuevo proyecto de baterías anunciando que en cinco años más Bolivia pasaría a ser productor industrial de baterías (Véase: http://www3.abi.bo/nucleo/noticias.php?i=2&j=20140227103638). Ante tanta excitación, ha resultado casi imposible que alguien pudiera acordarse de preguntar si existía algún  documento de proyecto que demostrara la factibilidad y sostenibilidad del emprendimiento y cómo era posible que la mini-ensambladora, aun casi sin funcionar, hubiera tenido tanto éxito en demostrar casi por arte de magia la factibilidad de un proyecto industrial.

A manera de conclusiones

Con base en toda la argumentación precedente, me pregunto si el GNRE podrá todavía señalar que Bolivia estará lista para enfrentar el boom del litio que en su opinión empezará recién en 2020. 

Retomando el tema central del presente análisis, no necesitamos dar muchas vueltas para aseverar que en este momento Bolivia se encuentra muy lejos de constituirse en la nueva Arabia Saudí del litio. Pero, al mismo tiempo, debemos estar convencidos de que Tesla estaría brindando al país una nueva y última oportunidad para ser parte del nuevo paradigma tecno-económico (en actual proceso de desarrollo) con el litio como su factor clave. Está por verse si el gobierno nacional asumirá esta vez el desafío con la suficiente entereza.

Para concluir, corresponde expresar algunas ideas sobre la tercera condición para que Bolivia – principalmente por su litio - se convierta en el próximo centro energético del planeta. Me refiero al aumento de los precios del litio que podrían hacer cada vez más viables algunas operaciones localizadas en yacimientos de litio mineralizado.  La primera idea es que se ratifica la tendencia identificada ya en 2009 respecto a los incentivos que la serie de desaciertos de parte de Bolivia estaría generando para la aparición de tales nuevos competidores en el mercado del litio. Si bien las reservas de litio mineralizado existentes tanto en Australia como en Canadá  tendrían límites muy marcados, esto no significa que el país debería seguir durmiéndose en sus laureles. 

La segunda idea es que un incremento excesivo del precio del litio en el mercado podría actuar como una suerte de boomerang contra los emprendimientos de litio mineralizado caracterizados, por lo general, por tener costos de producción más elevados en relación con las operaciones de litio en salmueras, promoviendo la irrupción de sustitutos en el mercado, posiblemente de la mano del hidrógeno y otros minerales en los que se basan las celdas de combustible, cuyos costos han mostrado una clara tendencia a la baja en los últimos años. 

El tema de los precios del litio merece una consideración especial. En su reciente entrevista con ABI, el GNRE ha dejado entrever su temor de que un exceso de litio "abarrote el mercado y caiga el precio", intentando así justificar el retraso de Bolivia en este tema. Como ya he señalado, sin embargo, aun alcanzando a producir a un 100% de la capacidad a instalarse hasta el 2020, Bolivia no haría gran mella en el mercado pues ni siquiera podría cubrir el requerimiento de CLE de Tesla Motors para ese año.  Pero, aun si efectivamente Bolivia pudiera producir en proporción a los requerimientos del mercado, no tendríamos por qué preocuparnos de una vertiginosa caída del precio. ¿Por qué? Pues, por la sencilla razón de que nuestro país es el único lugar de la Tierra  que - con precios relativamente bajos y estables - podría garantizar el inicio y la consolidación del sexto paradigma tecno-económico con el litio como su factor clave y Bolivia como el nuevo centro energético del planeta. El GNRE pierde la perspectiva al realizar esa clase de comentarios y no parece estar convencido del verdadero rol que Bolivia podría jugar en una coyuntura mundial tan favorable.       

En suma, todas las cartas estarían ahora sobre la mesa. Bolivia tiene al frente el mayor reto de su historia. Puede continuar testarudamente el camino tortuoso y equivocado seguido hasta ahora sin destino definido y a un muy alto costo para las generaciones venideras o puede dar cuanto antes el golpe de timón que - estoy seguro - el conjunto de la sociedad boliviana está esperando.

El autor es analista de la economía del litio.

icono-noticia: 

TESLA MOTORS Y LA ESTRATEGIA DEL LITIO DE BOLIVIA

Juan Carlos Zuleta Calderón

Desde que sugerí que para que Bolivia - la nación con la mayor cantidad de recursos de la tierra - se convierta en la nueva Arabia Saudita del mundo, tenía, entre otras cosas, que producir carbonato de litio en proporción a las necesidades del planeta, no ha acontecido mucho en esta parte del orbe.

Es cierto que desde comienzos del año pasado el gobierno boliviano publicitó diferentes inauguraciones de plantas piloto, tanto para cloruro de potasio como para carbonato de litio. Sin embargo, a la fecha, Bolivia no ha logrado introducirse en el mercado del litio, uno de los mercados más atractivos y prometedores del momento y los años venideros.

Mientras tanto, los vehículos eléctricos ya forman parte de nuestra realidad y han llegado a muchos países para quedarse.  En este contexto, no resulta extraño que en los últimos tiempos haya habido tanta discusión sobre si Tesla Motors ( TSLA ) será capaz de cubrir la demanda de sus coches que incluso los críticos más furiosos de los coches eléctricos, las baterías de iones de litio y el litio han argumentado que el fabricante de automóviles más innovador de los últimos tiempos fallará no porque no pueda vender los vehículos que fabrica, sino porque no va a ser capaz de comprar baterías suficientes y, por lo tanto, de producir bastantes coches como para hacer rentable todo su negocio.

En cierto sentido, estos analistas han estado diciendo que Tesla enfrenta graves problemas de suministro de baterías de iones de litio que esencialmente frenarán toda perspectiva del fabricante de automóviles de convertirse en el líder mundial de vehículos eléctricos.

Sorprendentemente, ninguno de ellos ha mencionado realmente al litio como un posible obstáculo para el avance de Tesla. De ahí que esos puntos de vista sugieren que el litio está garantizado.

En lo que sigue, argumentaré que a partir de cierto punto, el éxito de Tesla dependerá no tanto de la superación de alguna restricción en el suministro de baterías de iones de litio como tal, sino de lo que ocurra al comienzo de la cadena de valor del litio, a pesar de que resulta obvio que no puede haber baterías de iones de litio sin litio. 

*  Artículo publicado originalmente el 28-01-14 en Seeking Alpha  (Véase: http://seekingalpha.com/article/1971851-tesla-motors-and-bolivias-lithium-strategy-whats-at-stake). 
** Analista de la economía del litio.

Por el bien de mi argumento final, a continuación, voy a suponer por el momento que no hay una restricción en el suministro de litio. Dada su capacidad de producción, Tesla debería, por tanto, ser capaz de producir tantos coches eléctricos como los demande el mercado, porque de lo contrario sus principales competidores podrían hacerlo, con todas las consecuencias que esto implicaría para Tesla.
En mi último artículo publicado en Seeking Alpha (Véase: http://seekingalpha.com/article/1919101-why-is-almost-everybody-in-the-auto-industry-afraid-of-tesla-motors), el sitio web sobre temas bursátiles más importante de Estados Unidos (EEUU), he pronosticado que es probable que a partir de 2020 Tesla produzca alrededor de 500.000 vehículos eléctricos al año en su planta de Fremont, California. Suponiendo que Tesla maneja bien la competencia y no sucumbe a la tentación de vender y ser absorbido por una empresa automotriz importante, parece razonable sostener que el camino estará libre para que se convierta en el jugador dominante del mercado emergente de vehículos totalmente eléctricos.

Del mismo modo, las baterías de iones de litio tampoco deberían constituir un impedimento porque si así fuera estaríamos subestimando la capacidad de proveedores experimentados y establecidos por mucho tiempo de celdas y componentes de celdas de baterías, así como la propia capacidad de Tesla para asumir el reto.

Como era de esperar, Tesla acaba de firmar un acuerdo con Panasonic para el suministro de casi 2 mil millones de celdas que se entregarán en los próximos cuatro años, al tiempo de comunicar sus planes sobre la construcción en un par de años de una giga-planta de baterías de iones de litio en previsión del lanzamiento de sus modelos X y E en los Estados Unidos.

Supongamos ahora que a menos que Bolivia se convierta en un protagonista importante en el mercado mundial de litio en los próximos 3-4 años, entre 2019 y 2020 podría haber una restricción de suministro de litio. Aquí me quedo con mi punto de vista original de que Bolivia es clave para la llegada de un nuevo paradigma tecno-económico en el mundo, porque, después de todo, se requerirá mucho (no poco) litio para producir las baterías que estarán destinadas a alimentar los coches eléctricos que Tesla, junto con otros competidores, podría producir en un par de años.

De hecho, existen muchas operaciones nuevas de litio en todo el mundo que se están llevando a cabo. Pero es probable que no produzcan tanto material como para mantener bajo control a los precios del litio ante el advenimiento de una verdadera carrera por el metal. En cuanto a las operaciones antiguas, como ya he argumentado en otra ocasión, la provisión de agua (no las reservas) podría constituir un serio obstáculo para Chile y Argentina para producir litio en el futuro próximo. Esto explica por qué la producción de litio en esos países ha crecido tan poco en los últimos 2-3 años. Por el contrario, Australia podría verse limitada en términos de la cantidad de reservas de que dispone.

De acuerdo con el artículo publicado en Seeking Alpha al que hice referencia al principio, en el período enero-noviembre de 2013, Tesla Motors habría consumido 2.090 toneladas métricas (TM) de carbonato de litio equivalente (LCE ), que significaron un 72 % de todo el litio necesario para la producción de baterías de iones de litio utilizadas por todos los vehículos eléctricos enchufables comercializados en EEUU y el 68% de todo el litio requerido por todos los híbridos y enchufables que se venden en el mismo mercado. Asumiendo una demanda mundial de litio de 168 mil TM para 2013, el consumo de litio de Tesla ese año habría alcanzado al 1,24% del consumo global de litio. De ahí que para se concreten sus perspectivas de producir medio millón de vehículos eléctricos en 2020 en los EEUU, solamente, Tesla requeriría entre 40.800 y 59.442 toneladas de LCE, que se traduce en entre 24,29 y 35,38 % del total de LCE que se consumió en el mundo en 2013.

Del mismo modo, mucho (no poco) litio tendrá que ser utilizado para asegurar la marcha de Tesla a Europa (y en particular a Alemania) y China, un país que acaba de decidir poner en circulación dentro de seis años 5 millones de los que denomina "vehículos de nueva energía", a pesar de que algunos de ellos no serán vehículos a base de litio. Esto es por demás significativo, si se considera que Tesla ya ha iniciado un proceso de expansión a cinco países europeos (Noruega, Países Bajos, Suiza, Austria y Alemania) y ha anunciado planes para la construcción de una red de super recarga ambiciosa - sin descartar la posibilidad de construir una fábrica de vehículos eléctricos -, así como una agresiva política de precios para su Modelo S en China con los que parece estar dispuesta a tomar una gran parte de esos mercados.

Ahora tenemos que revisar la estrategia de litio de Bolivia. En pocas palabras, ésta se compone de tres partes. Primero, producir 40 toneladas mensuales de carbonato de litio a nivel piloto. Segundo, producir 30.000 toneladas al año del compuesto químico a escala industrial. Y tercero, producir baterías de litio.

Tan irracional como parezca,  debido a su incapacidad para "descubrir ", después de más de 5 años de experimentación infructuosa, su propia tecnología para producir competitivamente carbonato de litio de calidad y pureza adecuada tanto a escala piloto como industrial, los funcionarios encargados de este proyecto estratégico recientemente han volcado su atención hacia la fabricación de baterías de litio.

Su planteamiento se puede sintetizar de la siguiente manera:  En primer lugar, han anunciado que tratarán de cambiar el contrato firmado en julio de 2012 con un consorcio formado por las empresas Kores y Posco de Corea del Sur, para que puedan empezar a producir cátodos de litio directamente de las salmueras de Uyuni a nivel piloto. Desafortunadamente, tal vez cansada de esperar una señal clara de las autoridades bolivianas, Posco, la mayor empresa siderúrgica de Corea y líder en el desarrollo de los procesos de los materiales avanzados, habría decidido en los últimos días invertir en el Proyecto de la empresa Lithium Américas en el Salar Cauchari - Olaroz en Jujuy, Argentina. En estas circunstancias, sólo el tiempo dirá si los coreanos mantienen su interés original en su emprendimiento de litio en Bolivia o bien deciden abandonarlo definitivamente.
En segundo lugar, tales funcionarios contrataron a un proveedor chino de materiales de baterías para armar un laboratorio destinado a producir de manera experimental las primeras baterías de litio en Bolivia. A un costo de casi 3 millones de dólares, se espera que la planta piloto inicie sus operaciones hacia el segundo semestre de 2014. Contrariamente al discurso político del gobierno, sin embargo, la planta tendrá que utilizar durante mucho tiempo todos los insumos importados de China ya que según el presidente Morales en 2013 Bolivia fue capaz de producir sólo 9 toneladas de carbonato de litio - de dudosa calidad y pureza, yo añadiría, con lo que este proyecto se reduciría a un esfuerzo de capacitación “en casa” excesivamente costoso dirigido a unos cuantos profesionales privilegiados escogidos a dedo por los responsables del proyecto piloto de litio.

Por último , se ha conocido hace unos meses que el Secretario de Comercio de los Países Bajos ha entregado al gobierno boliviano un plan maestro dirigido a detallar el rol que jugarán los diferentes socios holandeses en una empresa conjunta creada para ayudar en la producción comercial de baterías de iones de litio en Bolivia. De acuerdo con ese plan, la Universidad Técnica de Delft capacitará a profesionales bolivianos que trabajarán en un laboratorio para el desarrollo de baterías de iones de litio; la empresa holandesa BTI – Energy Innovators será la encargada de diseñar y construir la fábrica de iones de litio; el Da Vinci Laboratory Solutions apoyará en la organización del laboratorio; la consultora Boon coordinará los esfuerzos de los diferentes socios. Según una información no divulgada, Bolivia pagará 45 millones de dólares por el laboratorio, la fábrica y la asistencia técnica. Uno tiene que preguntarse en este punto por qué Bolivia decidió no elegir a las empresas en la vanguardia tecnológica para un plan tan amplio.

En resumen, el problema con este enfoque general para la industrialización del litio es que carece tanto de perspectiva como de dirección. No tiene perspectiva, porque nadie sabe cómo los socios coreanos y holandeses, así como el contratista chino van a interactuar entre sí para generar algún resultado significativo para Bolivia, considerando que poseen no sólo diferentes tecnologías, sino también intereses muy distintos.  Asimismo, no cuenta con dirección, ya que parece más bien difícil saber hacia dónde se encaminará la industrialización del litio de Bolivia en los próximos años con una estrategia tan engorrosa.

Providencialmente, no todo parece estar perdido para Bolivia. Gracias a Tesla, las expectativas en torno al litio están hoy en su punto más alto. Pero, por supuesto, el tiempo se acaba para el país. Si no logra corregir de inmediato su estrategia de litio para asegurar su introducción en el mercado del litio mundial en los próximos 3-4 años, los altos y/o inestables precios del litio podrían establecer un mecanismo pernicioso que desaliente un mayor desarrollo tecnológico de las baterías de litio y conduzca al mundo hacia la utilización de sustitutos, uno de los cuales podrían ser quizás las celdas de combustible, tal como ha sido anticipado por Toyota (TM ).

Así que preveo en un futuro próximo muchas más " guerras de palabras" - como las que hemos visto en los últimos días - entre Tesla y Toyota porque lo que está en juego ahora es nada menos que el control de la industria más poderosa del globo.

Algunos de los argumentos expuestos más arriba constituyen una ligera desviación del espíritu general de un artículo anterior mío (Véase: http://www.hidrocarburosbolivia.com/bolivia-mainmenu-117/analisis-y-opinion/65580-ies-este-el-fin-del-litio-opinion.html) en el que sostuve que los retrasos de Bolivia para insertarse en el mercado del litio habrían contribuido no sólo a una búsqueda acelerada de sustitutos de litio por parte de Toyota, sino también a una oportunidad perdida para que la humanidad finalmente desplace a los combustibles fósiles del transporte vehicular y para que Bolivia pueda convertirse en la próxima superpotencia de energía verde en el planeta tierra. Desde entonces a la fecha he llegado al convencimiento de que Tesla ha empezado a distinguirse como un líder en la industria global del automóvil dando esta vez una nueva y quizás última oportunidad a Bolivia de ser parte de una nueva forma de hacer las cosas en el mundo.
En el cierre, tal como se puede observar en la siguiente figura, en los últimos 12 meses Tesla ha seguido asombrando aun a los más escépticos al derrotar por un amplio margen a todos los principales fabricantes de automóviles en el mercado de acciones y valores de EEUU. 

Tesla versus todos los principales fabricantes de automóviles en el Mercado de acciones y valores de Estados Unidos
(28/01/2013 – 27/01/2014)

icono-noticia: 

Páginas