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El partido de los neo-melgarejistas, es decir el gobernante Movimiento al Socialismo (MAS), ha decidido que su principal dirigente, Evo Morales, será quien defina, en última instancia, la lista de candidatos a parlamentarios para las elecciones nacionales de fines de año. Esta perla de las prácticas anti-democráticas pone al descubierto algunos hechos. Entre estos los hay aquellos que con simplemente reiterativos y otros que develan la “estrategia” de los melgarejistas de la actualidad. Lo cierto es que ambos, se articulan para males de la democracia boliviana, como se observará.
Resulta reiterativo escribir que entre los requisitos que ha establecido el partido de los megarejistas de hoy, figuran al menos cuatro. Primero, que los futuros parlamentarios del MAS deberán ser sumisos a los jerarcas del partido. En términos criollos, deberán ser llunkus, a prueba de todo. Segundo, que quienes resulten bendecidos por el dedo de Evo Morales, para llegar al parlamento no deberán tener capacidad alguna de pensar, es decir deberán ser hombres y mujeres sin opiniones propias. No se trata solamente de un requisito (éste, el de ser descerebrados) que busca no hacer sentir en condiciones de inferioridad a los dirigentes del MAS, sino de una exigencia que emana de los propios postulados de este partido, lanzado por García Linera: en el MAS no se aceptan libre pensantes. Tercero, en tanto requisito implícito, deberán ser personas que puedan provenir de dudosos rincones de la politiquería nacional; arribistas, buscapegas, tránsfugas, principalmente. Cuarto, finalmente y vistos así los principales requisitos, deberán ser personas a quienes no les importe traicionar a los ingenuos votantes o cambiar de postura en cualquier debate, de la noche a la mañana; es decir, en síntesis, personas miserables.
En realidad, de alguna manera estos mismos requisitos han estado presente en su momento, incluso en la elección de los actuales parlamentarios, porque también aquí fue el dedo de Morales quien les ungiera como parlamentarios. La salvedad es que, en las pasadas elecciones, al menos no se había anunciado a los cuatro vientos tal hecho. Y por otro lado, en aquella oportunidad el filtro parece no haber funcionado del todo bien, ya que una que otra parlamentaria devino en libre-pensante y hasta con opiniones propias. Alguien podrá decir, hoy, que se trata de un acto de sinceramiento del MAS, pero en realidad, parece tratarse de un menos precio a todo lo que huele a práctica democrática.
Con todo, la precaución que toman los neo-melgarejistas, para otorgar todo el poder a su jefe a fin de seleccionar a los candidatos a futuros parlamentarios, busca al menos dos objetivos de mediano y largo alcance. Estos objetivos se inscriben en una apreciación correcta: el MAS no alcanzará los dos tercios en el parlamento e incluso, la obtención de la mayoría absoluta se torna todavía, hoy por hoy, algo lejana. Por ello, en el futuro de larealpolitik de este partido, los pactos y las alianzas en el parlamento estarán a la orden del día. En tal sentido, la dirigencia del MAS ciertamente requiere de una bancada parlamentaria confiable, como para no poner en peligro los futuros pactos.
Pactos tales que puedan incluir a personajillos moralmente descalificados y apreciados por la opinión pública como muy cercanos a enfermos mentales, como el alcalde de Santa Cruz, PercyFernandez, por ejemplo. O pactos para impulsar eventos internacionales que grandemente sirvan para el derroche de dinero (en un país que sigue en el bloque de los más pobres del hemisférico) como la cumbre del G-77. Para todos estos pactos, inevitables en el futuro mediato, la dirección del MAS requiere que “su” bancada parlamentaria, al igual que hoy, le secunde fielmente, cual borregos (con las disculpas de estos nobles animalitos), en toda iniciativa.
Un segundo objetivo de contar con una bancada con aquellas características, es el de posibilitar un control indirecto, sobre el futuro parlamento. Se entiende que, ante la necesidad de pactos y alianzas, se configurará una modalidad de gobierno diferente al actual; precisamente un gobierno resultado de tales acuerdos. Hablamos de acuerdos políticos con y en el Ejecutivo, luego de cuya concreción se tendrá también un bloque oficialista en el parlamento, resultado de tales acuerdos. Es esta última condición la que nos permite hablar de control indirecto, ya que la ausencia de acuerdos podría suponer consiguientemente, un órgano parlamentario en alguna medida hostil al Ejecutivo. Está claro que aquellos acuerdos incorporarán los intereses particulares de otras fuerzas políticas, al ejercicio del poder, aunque bajo el pretexto de “servir a la patria”. Un pequeño ensayo de esta posibilidad puede observarse en el Gobierno Municipal de La Paz, administrado por el todavía opositor Movimiento sin Miedo (MSM). Como se recuerda, este partido ha adelantado acuerdos con el MAS, a título de servir mejor a la ciudad. En fin …
Todo ello nos muestra la cercanía de algo que venimos anunciados hace tiempo: el desgaste rápido de esta farsa llamada democracia. La nueva configuración en el mapa político nacional, a mediano plazo, no parece desmentir tal hecho. Es válido decir, a la vez, que por medio de aquél desgaste, lo que se re-editará en el país, es la democracia a la deriva. Sin independencia de poderes, en medio de juntuchas de partidos en el ejercicio del poder y con las mediaciones democráticas atrofiadas, ciertamente la democracia caminará dando tumbos a uno y otro lado. Ello, claro, hasta que desde la sociedad civil, nuevamente, surjan las pulsiones democráticas que reencaucen las cosas.
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