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La medida gubernamental del doble aguinaldo ha sido percibida por la mayoría de la población como una medida pre-electoral, por parte de Evo Morales y sus muchachos. Con ello, a la vez, ha perdido efecto el inicial y burdo propósito del gobierno, cual era crear al menos un mínimo de simpatía ciudadana en torno suyo. Pese a esta evidencia, conviene pensar acerca de la medida y las consecuencias, tanto para la sociedad como para el propio gobierno.
En primer término, está claro quela medida del gobierno abarca a un universo reducido de trabajadores; específicamente a los trabajadores sujetos a una relación laboral formal. Aquellos trabajadores pertenecientes al denominado ámbito informal y aún, aquellos pertenecientes al universo de los trabajadores por cuenta propia no se encuentran incluidos en la medida del gobierno. En segundo término, de acuerdo a los compromisos logrados entre el empresariado nacional y el gobierno, los trabajadores del ámbito privado recibirán el “doble aguinaldo” el próximo año, poco menos que en cuotas. Quienes resulten beneficiados de manera directa son, pues, los trabajadores del ámbito público, con lo que el universo de los principales beneficiados se reduce a esta mínima porción de la población. Con ello, claro está, emerge el rostro realmente discriminatorio de la medida del gobierno.
Por lo demás, el carácter discriminatorio del gobierno, al igual que en otras oportunidades, queda también en este caso ejemplificado y se basa en la atención preferencial a los empleados y trabajadores públicos. ¿Quién puede negar, entonces, que el mensaje del gobierno no está sino dirigido en principio a este universo laboral? Se trata de un mensaje orientado específicamente a lo que, desde el gobierno, se considera una sólida base electoral (apreciación, por lo demás equivocada, teniendo en cuenta que tantísimos adenistas, movimientistas y miristas entre otros, hoy se han convertido en masistas, todo con tal de mantener el puesto de trabajo en la administración pública) a fin de, por lo menos, garantizar la votación de este sector en la elecciones próximas.
Quienes han percibido el carácter discriminatorio de la medida fueron los jubilados. Las protestas callejeras de los rentistas, en procura de eliminar aquella discriminación con la finalidad de ser incluidos en el beneficio del doble aguinaldo, han inquietado el gobierno hasta extremos llamativos. Varios ministros, dados de bomberos a última hora, se han apresurado a intentar desmovilizar las protestas y con ayuda vergonzosa de uno que otro dirigente de los rentistas, incluso han tenido un éxito pasajero en tal propósito. Pero la eficacia de apagadores de conflictos de aquellos ministros y ministras desde luego no alcanza para reposicionar el demagógico y burdo propósito del gobierno. La medida gubernamental ha quedado desnudada y expuesta en su pobreza y lo más importante, ha impulsado una onda social desfavorable a Evo Morales y su gobierno.
En efecto, la protesta de los rentistas tiene efectos sociológicas (que más tarde se traducirán en efectos electorales, a no dudar) importantes, por la simple razón de la pertenencia de los rentistas, a distintas redes sociales. Todos tenemos, en nuestras unidades familiares, rentistas y personas de la tercera edad marginadas del beneficio gubernamental, por lo que el radio de influencia de tales protestas, suscita un ámbito más extenso de solidaridad con la protesta. Pero, claro, no son solamente las unidades familiares las que conforman aquellas redes sociales que amplifican la protesta, sino también redes sociales simples, tales como las de la vecindad, las de las amistades y otros. En consecuencia, puede decirse que de manera subterránea, la disconformidad para con el gobierno se extiende a lo largo de la sociedad civil boliviana.
Lo hace, finalmente, porque la irresponsable medida gubernamental también ocasiona efectos perversos en la economía familiar. Desde ya, varios sectores (como los transportistas, por ejemplo) han anunciado el incremento del precio de la prestación de sus servicios, a manera de “doble aguinaldo”: otros, particularmente el comercio, simplemente han incrementado los precios, principalmente de los productos de la canasta familiar. Ante este comportamiento de la micro-economía, motivada por la pre-electoral medida del gobierno de Evo Morales, de nada sirven las bravuconadas de uno que otro ministro. El efecto concreto es, pues, el alza del costo de vida, así sea de manera pasajera por las fiestas del fin de año. Dado el carácter discriminatorio de la medida del gobierno, también puede hablarse de un efecto social, consistente en la ampliación de la brecha, entre aquellos sectores beneficiados por la medida y aquellos marginados de la misma. Finalmente, también puede pensarse en unefecto político, de cara a las elecciones que se avecinan.
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