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En un taxi en Santo Domingo, el conductor pregunta “¿son ecuatorianos?”; la respuesta “no, somos bolivianos. ¿Qué sabe de Bolivia “Evo Morales, presidente muy conocido”, señala el conductor. A otro taxista “¿qué sabe de Bolivia?”, respuesta inmediata y espontánea, “coca”. “Tengo unas hojitas ¿le invito?”, risas de ambas partes.
En la década de los años 60 y 70 y parte del 80, en el exterior, Bolivia era conocido por los golpes militares que llamaban la atención de los medios de comunicación, principalmente de las agencias de noticias internacionales que se hacían eco de esos acontecimientos que destacaban como noticia curiosa de ser publicada.
A partir de la década de los años 80 para adelante, después de la recuperación de la democracia, el interés y el conocimiento de los medios estaba centrado principalmente en el tema del narcotráfico, que se fue acrecentando en el gobierno de Luís García Meza y cuyo impacto trascendió en los medios de comunicación extranjeros que dieron cobertura con especial interés, por las repercusiones que aún ocasiona la venta y consumo de cocaína en el exterior.
Con la asunción del presidente Evo Morales Ayma al poder (2006), el mundo puso especial interés en la chompa que vistió el presidente electo en su gira por los países europeos antes de asumir su mandato, chompa que resultó ser muy emblemática para la opinión pública internacional y para las agencias de prensa, por el significado que se le quiso atribuir a nivel mundial y que fue motivo de crónicas, editoriales, noticias y comentarios sobre el tema.
Otro elemento que fue motivo de curiosidad, especulación, motivo de charlas, debates y tertulias de la gente, fue saber si Evo Morales para la posesión como Primer Mandatario del país vestiría traje y corbata.
Grande fue la sorpresa de ver al Presidente con un vestuario confeccionado por una estilista paceña que incorporó en el saco unas tiras de aguayo para identificar al mundo andino, expresado en el vestuario del Presidente. Despejada la duda, Evo Morales jamás usaría corbata porque para él es símbolo de la colonización y de la burguesía.
Evo Morales, como ningún presidente de la República en el pasado, es muy conocido en el extranjero por ser un líder que llegó al poder con el apoyo de los sectores indígenas, los movimientos sociales y principalmente los cocaleros.
Cuando el taxista dominicano dice “Evo Morales, presidente muy conocido” y cuando el otro señala “coca”
o un francés dice “Bolivia, país del diablo”, algunos que perciben que “Bolivia está muy bien” son indicadores de la imagen y presencia del país a través del Mandatario que ha logrado traspasar las fronteras, para bien o para mal.
De hecho, ya no se habla de golpes de Estado como en el pasado, pero sigue existiendo el estigma de la coca, cocaína y narcotráfico que son temas recurrentes de las que la opinión pública extranjera no puede prescindir, porque además los medios de comunicación bolivianos reflejan en sus ediciones cotidianas estos temas, que son una realidad innegable y de preocupación del propio Presidente, que en varias ocasiones manifestó su inquietud, porque se trata de una de las debilidades de su Gobierno.
Considerando que, en gran parte, el presidente Evo Morales genera una percepción positiva en la opinión pública extranjera, conviene que se trabaje en una estrategia de comunicación internacional que contribuya a cambiar y mejorar la imagen que se tiene del país, una imagen distorsionada, incompleta y sin contexto en el que se tiene que trabajar a futuro, para que Bolivia salga de ese estigma con el que nos perciben en otras latitudes de América Latina.
El autor es periodista y docente universitario
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