Opinion

HISTORIA Y GLORIA
Llaqta Qhäpariy
Henry Gonzalo Rico García
Lunes, 14 Julio, 2014 - 13:56

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Sin duda que el fútbol, al igual que la fe, conmueve multitudes y ni el Papa Francisco está exento de este deporte universal y espacial también. Pero de ahí a que la derrota de un seleccionado nacional genere violencia e inestabilidad política o caída de gobiernos, son exageraciones de gentes que no ven más allá de circunstanciales goleadas que encajan los equipos de fútbol en general.

El gobierno de Holanda no se desmoronó ni su reinado sucumbió porque su selección no ha logrado el preciado trofeo de la FIFA, a pesar de haber disputado tres finales de la Copa del Mundo.

Lo cierto es que Brasil es historia en la Copa del Mundo que se juega en territorio de la séptima economía del mundo, y Costa Rica y Colombia pasaron a la gloria luego de hacer también historia al llegar a cuartos de final.

El seleccionado centroamericano dejó en el camino a Italia, Inglaterra, Uruguay, Grecia y un empate en tiempo reglamentario y suplementario frente a Holanda, aunque perdió por penales (4-3); en cambio, Colombia cosechó sendos triunfos sobre Costa de Marfil, Japón, Grecia y Uruguay, perdiendo frente a Brasil (2-1).

Lo hecho por los jugadores ‘ticos’ y ‘cafetaleros’ ha marcado historia y también gloria para ambos países, cuyos habitantes, sin distinción de religión, raza o color político, se lanzaron a las calles para recibirlos como héroes y verdaderos atletas del fútbol. Es posible alcanzar resultados cuando la dirigencia, con pleno respaldo de sus gobiernos, encara con formalidad y responsabilidad la preparación de sus deportistas.

La experiencia de Yépez, Armero y Cuadrado, suma la humildad incuestionable y la maestría de James Rodríguez, que con escasos 23 años, constituye motivo suficiente para que lo consideren ídolo, además de ser máximo goleador del fútbol colombiano en torneos mundiales. James David Rodríguez Rubio, nacido el 12 de Julio de 1991 en Cúcuta, no solo que es orgullo colombiano, sino es orgullo de la Patria Grande, de esa Patria que soñó el Libertador Simón Bolívar, no los falsos profetas socialistas. James David es también orgullo boliviano.

El recibimiento que los costarricenses y colombianos brindaron a los jugadores que los representaron en la cita ecuménica, unió a todos, sin excepción, pero lo que más acentuó en ambos seleccionados es el respeto y el acatamiento disciplinario a las instrucciones tácticas de sus entrenadores, Jorge Luis Pinto y José Néstor Peckerman, ambos formadores de perspicaces jugadores.

Costa Rica participó en Brasil por cuarta vez en una fase final de la Copa del Mundo. Antes estuvo en Italia 1990, Corea-Japón 2002 y Alemania 2006. 

Colombia clasificó a los mundiales de Chile 1962, Italia 1990, Estados Unidos 1994, Francia 1998 y Brasil 2014.

Amén de todo, lo cierto y evidente es que no hay suerte, hay una historia, hay muchas cosas bien hechas por la dirigencia de ambas federaciones nacionales y el desarrollo del fútbol en Costa Rica y Colombia es muy importante, y por eso se sienten también con gloria.