Opinion

COALICIONES INÚTILES
Llaqta Qhäpariy
Henry Gonzalo Rico García
Jueves, 27 Febrero, 2014 - 18:13

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La ausencia de entendimiento entre los guías opositores en aspectos esenciales para sentar las bases de un proyecto alternativo al del Movimiento al Socialismo de Evo Moraleses una mala noticia para los bolivianos que pensamos diferente al proceso de cambio.

La propuesta de realizar primarias no es de ninguna manera expresiva de las prioridades que reclama la ciudadanía. De poco vale que los opositores se empeñen en escenificar algún acuerdo sobre temas poco urgentessi los bolivianos perciben que sobre lo esencial, el MAS, los librepensantes, los disidentes del MAS y los restantes se mantienen manifiestamente distanciados.

Lo esencial en los momentos actuales es contar un plan de depuración burocrática a corto, medio y largo plazo que cabalgue entre varios, en el que los partidos y movimientos opositores al régimen actual estén de acuerdo.

Igualmente prioritario es un pacto entre éstospara restructurarel aparato del Estado de forma racional y evitar esta exhibición de localismos estrechosque están poniendo en albur la posibilidad de un acuerdo entre los opositores y el saneamiento del Estado.Ambos puntos son más urgentes que todo lo que ha salido de las devaluadas entrevistas y publicaciones en los medios de comunicación social.

Las medidas a acordarse tendrían que ser todas convenientes a los intereses colectivos y algunas de ellas, como reconducir el Estado y auditar los proyectos ejecutados, pueden actuar como atenuantes que permita conocer la calidad de las inversiones. Pero no conviene levantar ilusorias expectativas. Las tensiones políticas locales y nacionales subirán de tono en las siguientes semanas, con algunos fiscales del Ministerio Público serviles a los intereses del Presidente-Estado Evo Morales que, con total torpeza, quieren pasar una factura muy elevada al desarrollo, debate y disidencia intelectual.

Si los representantes de los partidos y movimientos opositores transmitieran la poderosa señal de un acuerdo en materia de programas, de proyectos y de visión de país, Bolivia fortalecería un valiosísimo activo, la confianza, necesario para que vuelvan a renacer las esperanzas de un país solvente y capaz de generar seguridad jurídica, de crecimiento y empleo a largo plazo. De no ser así, la contaminación cocalera y fascimasista, cada día más preocupante, seguirá siendo una amenaza.

La maldad no necesita que aparezca otro “kananchiri” (futuro frío en quechua) al que copiar para refinarse en sus malas artes, pero si aparece, entonces  lo celebra como quien encuentra una tercera mano cuando las dos propias no le bastan. Peor que las acciones que muchos corruptos del MAS han cometido es el mal ejemplo que se extiende a partir de la primera acción. «Todo se pega, menos lo bonito», dice la voz popular. No necesita muestrarios, pero está claro que no desaprovecha ninguno, sobre todo si contiene refinamientos inspirados en las peores ideas, como aquella de “empuñar el fusil bajo el poncho”, o “aquí he aprendido a matar”.

La frialdad. La mayoría se hundiría en el miedo y la culpa al reconocer que han matado a alguien, o que le han robado el Estado, o han destruido bienes públicos. Con la frialdad quieren amilanar a los ciudadanos que buscamos el desarrollo del país, el pleno ejercicio de nuestros derechos constitucionales y el respeto a los derechos humanos.