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Ramiro Llanos, Director Nacional de Régimen Penitenciario, tiene la figura clara sobre cómo debieran ser las cárceles en el país, con esta idea en la cabeza visita medios de comunicación para difundir lo que él considera "justicia restaurativa" , cuyo respaldo legal se basa en el nuevo Reglamento de Cárceles que contiene 100 artículos, según sus progenitores.
Llanos en términos modernos busca convertirse en el oficial Javert andino, creado magníficamente por el escritor francésVíctor Hugo en la obra "Los Miserables " y los presos tendrían, después de la aplicación del reglamento, que imitar al convicto Jean Valjean, de la misma obra.
Pero la realidad boliviana es arisca y poco moldeable. Renovar las cárceles en Bolivia, implica desmoronar años de historia, corrupción y negocios en los centros penitenciarios administrados por el Estado y esa no será una tarea fácil, por mucho que Llanos declare abiertamente ser un hombre de hierro: "Me doble, pero no me quiebro".
Este cambio que Llanos y el ministro de Gobierno, Carlos Romero pretenden implementar quedará como muchas otras acciones (lucha contra la corrupción), como un simple enunciado de buenas intenciones.
Cómo lograr que los niños dejen las cárceles si viven allí junto a sus padres. Cómo evitar que hagan negocios dentro de los centros penitenciarios si esa es una forma de subsistencia para ellos y sus familias.
Llanos confirma que hay corrupción en las cárceles y quiere acabar con ella , lo que esta en duda es si la policía piensa de la misma manera y si está dispuesta a abandonar las antiguas prácticas para aceptar las reformas y transformaciones a cambio de nada.
El tiempo lo dirá.
Correo de contacto de Fátima López, [email protected]
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