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Los hospitales públicos sobre todo el Hospital de Clínicas de La Paz, desde hace mucho tiempo muestran el penoso rostro del abandonado.
Más allá de los números financieros, hay una cruda realidad que camina como fantasma por las frías salas de los hospitales públicos, como mudos acompañantes del padecimiento de cientos de personas que esperan una curación y tienen como esperanza la ciencia de los médicos y enfermeras que hacen todo lo posible para hacer funcionar equipamientos obsoletos.
Parece una exageración pero la realidad es distinta con relación al discurso brillante de muchas autoridades públicas.
Desde luego que una cosa, es mirar esta problemática como una autoridad que va de paseo por estos nosocomios, y otra muy distinta es estar allí como paciente.
Los sentimientos de los pacientes son incomparables en los lechos de los enfermos, quienes muchas veces esperan un milagro para curarse o esperando que uno de los vetustos equipamientos de medicina funcionen.
Muchos equipos de la era de la cachaña siguen trabajando, porque no falta el personal de mantenimiento hospitalario que ingeniosamente ha encontrado la técnica para sigan funcionando con un mágico alambrito o un fierrito parecido al repuesto que necesita alguna de esas esas máquinas.
En ese sentido separando como quien diría las aguas del río, reclamar por mayor presupuesto para la salud en Bolivia es algo importante y mostrar la realidad de los hospitales públicos también es demasiado importante.
El padre Mateo probablemente inspirado en estos hechos de cruda realidad hospitalaria y del sentimiento de los pacientes ha salido a las calles para pedir un presupuesto del diez por ciento para la salud en Bolivia, porque la salud es un derecho de todos, nunca podría ser subversiva como lo han venido insinuando ciertos poderosos.
Hablar de salud con emoción y pasión de servicio como lo hace el padre Mateo, no puede ser de ninguna manera una acción subversiva y mucho menos creo que asi este sacerdote quiera pretender matar a alguien. Solo en la mente fantasiosa de algún “iluminado”, pueden existir estas situaciones, al extremo de hacerle decir operías que dan vergüenza ajena, porque lo que se espera de una autoridad es que por lo menos haga el intento de escuchar al ciudadano ya que para eso le pagan sus jugosos sueldos y no para agarrar a palos a quien le dice lo que pasan a diario.
Si hay presupuesto para atender la Salud del pueblo como dicen ciertas altas autoridades del gobierno, ¿Por qué entonces los hospitales públicos del tercer nivel tienen tantos problemas a la vista? ¿Quién no cumple con su trabajo, porque la gente sufre todos los días en busca de un equipo de quimioterapia o de diálisis renal u otro tratamiento especializado?
Desde mi punto de vista la petición del padre Mateo para que la Asamblea Plurinacional de Bolivia analice y resuelva este tema, no me parece una acción política peligrosa para el poder, ¿o estoy equivocado?.
Hablar sobre el sentir de mucha gente es decir verdades y hablar sobre las realidad de los hospitales públicos de tercer nivel es mostrar más verdades y las verdades siempre duelen y terminan molestando al poder, así pasó también antes, la historia no es nueva, solo habrá que recordar a un hombre, sencillo, honesto, valiente, verdaderamente revolucionario para su época, que decía y hacia cosas que le molestaba al rey, a su linaje y a la tropa de tira sacos que lo rodeaban, su nombre era Jesús quien nunca se calló ante las injusticias.
Los presupuestos se los pueden mejorar, pero las voces de los que sufren por enfermedades y las condiciones de los hospitales no pueden esperar largos tiempos, para superar el problema hay que hacer mucho y hablar menos, con discursos y pataleos no se va a solucionar el problema, se necesitan acciones inmediatas, el diez por ciento que pide el padre Mateo es para inversión y no para el gasto suntuario, la inversión en la salud de la gente es la mejor inversión.
Por eso y por mucho más, considerando que la salud es para todos los bolivianos y por qué la gente se merece mayor respaldo de parte del Estado, en aplicación de una mejor justicia distributiva interna, no cabe la menor duda que el padre Mateo camina por buenos senderos,
¡Siga haciendo lío padre Mateo!
GRACIAS Y HASTA UNA PROXIMA CUANDO VUELVA PARA HABLAR JUSTO Y CABAL.
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