Opinion

REVOLUCION EN LA JUSTICIA
Justo y Cabal
Victor Hugo Maidana Alcoba
Lunes, 12 Enero, 2015 - 19:48

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El tema de analisis sobre la crisis en la administración de justicia, no solamentees es un asunto delicado en su tratamiento, si no también significa un tema muy sensible para la sociedad, ya que de su buen o mal funcionamiento dependen muchos derechos individuales y colectivos en todas las materias del derecho.

Incluso realizar un diagnóstico descriptivo altamente resumido, sobre la actual realidad de la administración justicia en Bolivia resulta complicado,  por cuanto existen muchas variables que componen esta problemática.

No obstante de ello mirar lo que sucede en el ámbito de la justicia en este momento, es percibir un estado crítico que no puede ni debe continuar como esta, por lo cual una opinión al respecto puede resultar interesante. 

Lo judicial no solo es la imagen del país, si no también representa la seguridad jurídica de los actos unilaterales, bilaterales y multilaterales, por lo cual  en los  hechos, sus transformaciones necesitan muchas acciones y estrategias inmediatas para evitar que su  actual deterioro sea mayor o se llegue a situaciones caóticas.

La situación crítica en la que ha caído lamentablemente la administración de justicia, tiene diferentes causales, entre las más corrientes están la retardación,  de justicia, la acumulación de la carga procesal; en muchos casos corrupción; condiciones inadecuadas de funcionamiento, como  hacinamientos de juzgados. Hay que sumar a ello también la falta de capacidad en muchos administradores de justicia, la demasiada injerencia política, entre muchas otras muchas otras cosas más, que se pueden mostrar como ejemplos.

Es necesario encarar esta problemática con una visión integral, que muestre un todo y no solamente una parte del problema.

Actualmente, se nota cierta tendencia a ver la problemática desde el punto de vista de lo penal, descuidándose el análisis de lo que sucede en las otras materias, es decir en lo; civil, laboral, comercial, tributario, administrativo, internacional público y privado, municipal, procesal en general, familiar, seguridad social, informático, espacial, etc. etc.

El derecho es demasiado amplio, entonces, mirar el cuadro, solo desde el delito, la investigación, la cárcel, los delincuentes, el rol de los fiscales, los sistemas penitenciarios y otros referidos a la materia, es solo mirar  una parte de la problemática y cerrar los ojos ante  el resto del panorama.   

Tener una mirada reducida de la crisis de la administración de justicia, representa de alguna manera limitar la posibilidad de análisis y diagnóstico, si así sucediera los resultados podrían ser incompletos e imprecisos.

Si las conclusiones resultaren frágiles, el mal podría continuar y  el problema crecer sin la alternativa de un tratamiento exitoso.

Parece prácticamente imposible pensar que la justicia pueda dar un giro de noventa grados de un momento a otro,  si no se siguen metódicamente los cambios.

El actual sistema de administración de justicia debe cambiar, ni duda cabe, sobre todo sabiendo que dentro del presente modelo de estado plurinacional, hay dos justicias como son la originaria y ordinaria, que  se deben conjuncionar armónicamente  y  no colisionar irremediablemente.

Los tratamientos conocidos como parches no funcionan, la elección de magistrados no marcho como se esperaba. Esa es una muestra de que el problema es estructural y no solamente coyuntural.

La construcción de una estructura judicial acorde a los tiempos, que sustituya lo a lo pasado tendría que responder a los clamores de justicia que tiene la gente en un claro rescate de la “Sensación de justicia”, con verdaderos juristas como protagonistas, que desplacen a los togados, tinterillos y pica pleiteros, que tienen su cuota a parte en la profundización de la crisis judicial.

Por  la gravedad de la crisis, de repente sea necesario reparar a la hora de los cambios, pasos sistemáticos y metódicos que respondan a la gran división del derecho, lo público y lo privado, tratando la problemática  por materias, priorizando las  que más atención urgente necesitan. No generalizar el mal e individualizar lo malogrado seria lo conveniente.

El tema indudablemente da para mucho más, lo dicho es apenas un ápice de una descripción de lo que podría ser el planteamiento de la problemática.

Por el momento solo queda esperar que se encuentren las rutas efectivas para que se inicien los cambios en la administración de justicia.

Del cimiento depende la estabilidad de la construcción, del buen material estriba la solidez de la estructura. Es importante reparar el inicio, sin descuidar el resultado, solo de esa manera se podrá evaluar de mejor forma el éxito o el fracaso de una Revolución en la Justicia.

GRACIAS VOLVERE PRONTO PARA SEGUIR HABLANDO JUSTO Y CABAL.