Opinion

LOS PICHIRIS MUNICIPALES SON INSUPERABLES
Justo y Cabal
Victor Hugo Maidana Alcoba
Miércoles, 25 Enero, 2017 - 10:30

Valorar: 
sin votos aún

Caminar temprano por la ciudad, al margen de ser una saludable experiencia, significa ver un perfil distinto que se transforma horas después de la madrugada.

Al amanecer la dinámica comienza a moverse, los vendedores de periódicos inician su actividad, muchas personas caminando rápido a sus fuentes laborales, gran cantidad viene de la ciudad del alto, hay café y los famosos calditos en la zona de San Francisco, la ciudad despierta.

En medio de todo últimamente en muchas esquinas hay promontorios de basura, bolsas con desperdicios y canes buscando un mendrugo de alimento.

Lo raro es que esos desperdicios últimamente se quedan por varias horas sin recoger, ¿qué está sucediendo? La alcaldía cambio de empresa de recojo de basura y todo hace ver que la nueva encargada de limpiar la ciudad, no hace pie todavía, que necesita algún tiempo, posiblemente sea cierto, pero no menos verdad, es que este “tiempito” es un lujo que no se lo puede costear una ciudad considerada “Maravilla”.

La Paz siempre ha tenido con sus alcaldes mucho cuidado en este tema, entonces quiere decir que hay experiencias y sabidurías para ejecutar planes y estrategias de limpieza urbana en la ciudad.

Escudriñando la historia y recogiendo las experiencias, el aseo urbano paceño entre los años, 1964 a 1969 y 1971 a 1975, en los inicios del municipalismo paceño, el aseo urbano tuvo especial atención de un alcalde considerado por su trabajo uno de los mejores burgomaestres que tuvo esta ciudad, se trata del Gral. Armando Escobar Uria, de quien se recuerda que construyo los embovedados de los principales ríos de La Paz, rehízo el alcantarillado de la ciudad y también el paseo del prado.

Este alcalde madrugador y trabajador, en cuanto al aseo urbano se refiere, formo batallones de barrenderos y barrenderas, ciudadanos que desde horas muy tempranas, escoba en mano y recogedor de lata al hombro, despertaban a la ciudad como relojes, eran los recordados pichiris (barrenderos).

Los desfiles de teas por las efemérides paceñas eran colmados por cuadras y cuadras de pichiris, quienes a su paso recibían el aplauso de la ciudadanía.

Luego llego a la alcaldía un periodista, Dn. Raúl Salón de la Barra y los pichiris, adquierieron mas fortalezas, tenían carros basureros con las clásicas campanitas que anunciaban su llegada.

Eran vehículos pintados de blanco, llevaban un logotipo con un escudo paceño en los costados y que decía “Municipalidad de La Paz”, (mucha gente los recuerda)

Con el alcalde Ronald Maclean Abaroa, los pichiris siguieron aunque ya se pensaba en la privatización, los tiempos económicos y políticos cambiaban de estación, nuevos épocas venían.

Llegaron a la alcaldía las alcaldesas, Sras, Monica Medina y  Sra. Gaby Candía, en ese tiempo, los pichiris como tal desaparecieron y se hicieron cargo de la limpieza urbana las empresas privadas, por cierto no lo hicieron mal, la ciudad no estuvo sucia.

Después el Alcalde, Dr. Juan Del Granado Cosio, le puso mucho empeño a esta labor del aseo urbano, las empresas andaban pianitos, el alcalde en persona supervisaba que la basura no este tirada en las calles.

Esperemos que en este tiempo del Aclalde Dr. Luis Revilla Herrero, donde se están presentando muchas deficiencias serias en el aseo urbano, no sea la excepción y que no se le escape  el control de la calidad del aseo urbano de las manos, seria algo bochornoso y asi probablemente se escribiria en la historia.

Los pichiris, nunca dejaron la basura botada en el camino, de ellos, las empresas privadas de aseo urbano, tomaron el ejemplo, también pusieron en práctica el sistema de  barrenderos en las calles, que caminan hoy por hoy desde muy tempranas horas del día, para estos trabajadores del aseo urbano, hombres y mujeres, vale la pena una palabra de gratitud, porque los; “los pichiris municipales son insuperables”.

GRACIAS Y HASTA LA PROXIMA SEMANA