Opinion

HAY QUE APRENDER A QUERERTE DÑA. JUANA
Justo y Cabal
Victor Hugo Maidana
Miércoles, 20 Julio, 2016 - 17:26

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Este no es un comentario técnico sobre el cine, ni pretende serlo, tan solo como siempre lo hago, una opinión de lo que los ojos ven y siente el espíritu.
Hay cosas que pasan a diario, en el cotidiano transitar y que llaman la atención, como para dedicarles unas cuantas palabras.
El cine boliviano nuevamente ha avanzado otro importante paso, con la nueva producción del cineasta Boliviano, Jorge San Jinés, cuyo talento para hacer cine social se ha puesto nuevamente de manifiesto con su reciente obra “Juana Azurduy de Padilla, guerrillera de la patria grande”.
Es una película recomendable para todo tipo de público, sobre todo para quienes gustan escudriñar las páginas de la historia en busca de los mensajes que dejan a su paso quienes hacen huella y abren los senderos a su paso por el camino de la vida.
En esta última cinta cinematográfica doña Juana aparece como lo que es; “la capitana valiente de la revolución previa a la fundación de la República de Bolivia. (6 de agosto de 1825).
Doña Juana de repente en vida no recibió nada material (plata, honores, tierras) pero no cabe la menor duda que alcanzo algo más grandes, la gloria de los héroes y heroínas que defendieron sus ideales hasta la muerte.
Para mi entender, por ahí no entiendo nada, doña Juana recibió el pago de todos los que buscan y hacen las revoluciones. La ingratitud y desprecio.
Está muy claro unos mueren para que otros vivan felices, otros sangran para que otros disfruten del poder, se vieron y se ven todos los días, en todas partes.
Pero no por eso se debe dejar de hacer lo que se tiene que hacer, todo ser humano, tiene una misión que cumplir, un servicio que dar, viene al mundo para algo y de ninguna manera para cruzarse de brazos y mirar cómodamente lo que pasa para no molestar.
Molestar por molestar no sirve, hasta puede ser delictivo, pero molestar para que otros seres humanos alcancen nuevos derechos o tengan mejores condiciones de vida, sirve y mucho.
Varios pasajes de la película son elocuentes respecto a lo dicho; humildes y descalzos enarbolando la patria; prestarse fruta para invitar al libertador Bolívar (pobreza de la heroína y así murió); los que lucharon por la patria estirando las manos mientras, otros organizaban grandes banquetes para quedar bien con los libertadores. (Simón Bolívar y José Antonio de Sucre).
Que buena película digo, pero no tiene la taquilla que necesita, claro no es el hombre araña, ni actúan los robots de este tiempo, pero no por eso se la puede dejar de ver. (el cine nos ayuda y enseña tanto).
Juana Azurduy es una película que rinde homenaje a los hombres y mujeres que construyeron la patria y por lo que se ve y puede encontrar más datos en la historia, es como para decir; “hay que aprender a quererte Dña. Juana”.
GRACIAS Y HASTA LA PROXIMA CUANDO VUELVA PARA HABLAR JUSTO Y CABAL