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Muchos posibles candidatos para las próximas elecciones para Gobernadores y Alcaldes, que quieren quedarse en sus cargos, apelan a la exageración publicitaria mientras están en el poder.
En los últimos meses algunas autoridades públicas que quieren la reelección colmaron los medios de comunicación masivos, con gigantes campañas de publicidad pagada con fondos del erario nacional, es decir con dineros del pueblo.
Resultaría milagroso saber que las facturas por conceptos de publicidad para las alcaldías y gobernaciones, puedan ser pagadas con los dineros salidos de las billeteras de las autoridades.
Pagar tiempos en redes nacionales de televisión, de radio o periódicos de circulación nacional, tienen sus propios costos, generalmente son altos, razones no faltan.
Al margen de mirar las variables de los costos mediáticos, ver la frecuencia de los mensajes traducidos en micro programas, spots televisivos y jingles de radio también resulta interesante, sobre todo cuando estos reflejan claramente las intenciones que tienen ciertas autoridades para lograr por ese medio que otras más altos autoridades que ellos, les ratifiquen en su cargos.
Por ejemplo, en las alcaldías o en las gobernaciones, la estrategia de mostrar una publicidad municipal que beneficie al alcalde o al gobernador, mostrándolos como unos como exitosos gestores públicos, es una manera de construir la imagen del caudillo o del oportunista.
Hay programas sobre todo en radio, que parecen calcadas, es decir que tienen las mismas características y hasta utilizan los mismos fondos musicales, para el gobernador y para el acalde, ¿quién copia a quién?
Quizás la respuesta pueda ser, nadie, porque nada raro seria que la receta provenga un mismo cerebro y sirva para aquí, como para allá.
Con el auto transporte pasa lo mismo, los mensajes y las características de los nuevos transportes de pasajeros masivos son lo mismo que igual, solo cambian las imágenes y la voz del locutor. Después es la misma persona con diferente vestimenta.
Las copias no siempre resultan buenas, pero sirven para hacerse notar que políticamente ciertos personajes están vivos, solo que apelar a estos recursos demuestra también falta de creatividad.
La improvisación por otra parte cuando no se la sabe conducir, resulta un chasco, por ejemplo en un programa de radio donde se debe hablar de obras, se hacen grandes esfuerzos cuando no asiste el jefe y sus colaboradores terminan hablando de recetas y de comiditas, para llenar el espacio.
No menos raro es que para estar vigente los interesados, muestran obras pero de pasadita se hacen decir sobrenombres con los que quieren ser populares. La cosa es aprovecharse del espacio de publicidad pública.
Sin duda que la publicidad estatal es buena cuando no se la hace con exceso y con abuso, porque la gente hace mucho tiempo que se da cuenta cuando hay autoridades que publicitan a voz en cuello los maquillajes, por eso vienen los votos castigos en las urnas electorales.
Pero al mismo tiempo el público sabe también premiar cuando la publicidad habla y muestra trabajos de importancia. Ahí están los votos de confianza.
La gestión pública necesita de información y publicidad, ni duda cabe, pero de ahí a que se hagan descomunales campañas publicitarias indirectas hay diferencias.
El manejo de la publicidad resulta delicado en su manejo, no se debe exagerar con ella, porque en las elecciones es donde se ven los resultados del uso indiscriminado y del exceso de mostrar las obras públicas y sacar ventajas de para su propia imagen, la gente en las urnas sabe hacer probar a muchos políticos el dulce o el amargo del mal uso de la publicidad estatal.
GRACIAS, HASTA LA PROXIMA CUANDO VUELVA PARA HABLAR JUSTO Y CABAL.
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