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No es un mal de este tiempo, hasta se podría decir que es una herencia que ahora ha crecido en lugar de disminuir. Los falsos licenciados en la administración pública suman y siguen.
La semana pasada, un funcionario de “Transparencia” fue pillado con las manos en la masa, con un título falso y haciéndose decir; “doctor” sin serlo, el sujeto en cuestión había sido nada más y nada menos que empleado de la judicatura.
No fue menos escandaloso que otro falso abogado con diploma y todo había estado sentado en una silla de un escritorio de la oficina de transparencia.
El Concejo de la Magistratura en los medios de comunicación social, denuncia con cifras, que hay una gran cantidad de personas con títulos fraguados dentro de la administración de justicia.
Eso quiere decir que es necesario realizar una purga y una revisión cuidadosa de títulos profesionales en la administración pública, muchos gansos caerían en las jaulas. (Nada raro).
La cosa no es simple, estos inmorales, falsos licenciados, ganan sueldos de técnicos, quitándoles el puesto de trabajo a cientos de personas que se queman las pestañas estudiando en las universidades.
Los falsetes, (no musicales- si no falsos de hecho y derecho), sangran el presupuesto público con el cual se podrían encarar planes y proyectos para hacer una gestión pública eficiente. (Sin duda).
Es posible, (pensando en bien) que con el dinero que se llevan estos ganapanes, se podrían organizar instituciones parecidas al ISAP, Instituto de la Administración Pública, de los años 70-80, donde todo funcionario público, antes de ser posesionado en el cargo, desde el mensajero, jefe de departamento y directores, profesionales y no profesionales, pasaban clases para tener un diploma que les habilitaba para trabajar en el manejo de la cosa pública.
Desde luego el ISAP, no fue la solución definitiva para este mal, porque pese a que todo, no faltaban los badulaques que entraban por la ventana con documentación fraguada, haciéndose llamar; “licenciados”. (Los malos ejemplos se aprenden rápido).
La historia nos dice que junto al ISAP se creó así mismo, el Servicio de Calificación de Años de Servicios, CAS, que era un escalafón del trabajador estatal, ambas organizaciones fueron intentos de control para frenar a los pillos, por medio de la Carrera Administrativa, si se logro a no se logró éxito con estas organizaciones, es materia de otro análisis, pero ambas figuran como modelos de gestión pública para el estudio.
Muchos apuestan por que lo de antes, era mejor que lo de ahora, (no pienso lo mismo), el tiempo de antes ya paso y dejo experiencias, el tiempo de ahora también es bueno como el de ayer.
Con tanto falsos licenciados en la administración pública, con razón se encuentran laaargas filas en muchas dependencias del estado para entrevistarse con el “Licenciado” que no había sido “Licenciado”, con el miedoso de poner la firma en un documento, porque no tiene la seguridad de lo que está haciendo, así el perjudicado es el ciudadano, que tiene que ir y venir de un lugar a otro escuchando siempre el famoso San Benito; “Vuelvase Mañana”.
Todos se pueden hacer decir licenciados, hasta parece que no es malo, solo les están diciendo, lo malo es pasar como licenciado y ganar dinero público como tal, eso ya es un delito, ahí está una de las fuentes de la corrupción, porque para el que nada es, le importa un comino mancharse, gusta de la coima, de la ineficiencia, total para estos tipejos, ser quinciño (que recibe quince por ciento sobre contratos como gratificación) hasta le puede resultar un lujo, no tienen nada que perder.
Parece que las genialidades de Roberto Gomes Bolaños, Chespirito, el comediante mexicano que creo al Chavo del ocho y a otros personajes, no solo son ideas o cosas para la comedia, pasan en la vida real, así por ejemplo recordemos a “Lucas y al Chaparrón Bonaparte”, dos locos. Lucas que era un “don nadie” y siempre le salía a Chaparrón con su clásico; “DIGAME LICENCIADO” y la respuesta de Chaparrón también era clásica; “ESO NOMAS LE PAPA”.
Si no se hace una urgente revisión de títulos profesionales en la administración pública, más temprano que tarde, es posible que se multipliquen cientos de truanes que caminen orondos con las manos en los bolsillos y con un chicle en la boca, indicando; “DIGAME LICENCIADO”.
GRACIAS Y HASTA LA PROXIMA CUANDO VUELVA PARA HABLAR JUSTO Y CABAL.
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