Opinion

COMO SIEMPRE; CON LA PUNTA DEL ZAPATO
Justo y Cabal
Victor Hugo Maidana Alcoba
Martes, 16 Septiembre, 2014 - 15:57

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Nuevamente los jubilados y jubiladas del país están en las calles y los caminos, esta vez pidiendo un bono de tres mil bolivianos.

Desde luego que el movimiento de estas  personas que en su momento dieron su fuerza de trabajo, en los diferentes sectores productivos, despierta una especial sensación de solidaridad, porque son en su mayoría padres, madres, abuelitos y abuelitas.

Posiblemente no se los puedan cumplir su pedido monetario, pero  quizás se lo  puede cubrir utilizando soluciones imaginativas como por ejemplo la creación de pulperías de alimentos.

Si habría voluntad para solucionar estos problemas, se podría probablemente reducir por ejemplo; los gastos públicos onerosos, como la excesiva propaganda gubernamental  que se difunde en los medios de comunicación masiva con exagerada continuidad, aquellos que con imágenes y canciones se  recuerda  que Bolivia importa y por detrás de bambalinas se dejan entrar por las fronteras, autos chutos a montones.

Bolivia, importa e importará siempre, no se necesitan canciones de todo ritmo que lleguen hasta en la sopa nuestra de cada día.

La interrogante es; ¿por qué las autoridades de turno en el gobierno del estado permiten que estos señores y señoras pasen fríos, hambre y que arriesguen su vida caminando largos trechos por un mendrugo de pan?
El tema es de justicia distributiva y social, hay que considerar alternativas, que siempre las hay,  para evitar que estos ciudadanos, pasen las penurias como las que tienen que pasar.

En su mayoría son personas adultas mayores y como tales las leyes del estado las protegen.

Las personas adultas mayores tienen derechos, garantías y deberes, así como la institucionalidad para su protección según manda la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia y las leyes de la materia.

Tienen derecho a una  Renta Universal de Vejez en el marco del Régimen No Contributivo del Sistema Integral de Pensiones – SIP; Un desarrollo integral, sin discriminación y sin violencia; La promoción de la libertad personal en todas sus formas; El acceso a vivienda de interés social; La provisión de alimentación suficiente que garantice condiciones de salud, priorizando a las personas adultas mayores en situación de vulnerabilidad; La práctica de actividades recreativas y de ocupación social, otorgando para ello la infraestructura, equipamiento y los recursos necesarios para su sostenibilidad; El desarrollo de condiciones de accesibilidad que les permitan utilizar la infraestructura y los servicios de las instituciones públicas, privadas, espacios públicos, medios y sistemas de comunicación, tecnología y transporte; La incorporación al desarrollo económico productivo, de acuerdo a sus capacidades y posibilidades; El reconocimiento de la autoridad, saberes, conocimientos, experiencias y experticia, adquiridos en su proceso de vida; La implementación de programas especiales de información sobre los derechos de las personas adultas mayores; Promoción de la formación técnica, alternativa y superior.

Son tantos los principios jurídicos subjetivos y objetivos que se incorporan en su alcance jurídico de la normativa que regula los derechos y las obligaciones de los adultos mayores, que no son meras especulaciones, están así establecidas en la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia (arts.67, 68 y 69) y la Ley 369 de 1 Mayo, 2013  (Ley General de las Personas Adultas Mayores) promulgada por el Sr, Presidente del Estado Dn. Evo Morales Ayma.

Existiendo la normativa suficiente, los principios jurídico sociales bastantes, no sería bueno que estos ciudadanos reciban un “NO” rotundo a sus peticiones. Soluciones y salidas  alternativas al conflicto, siempre existen en la mesa de la conciliación es cuestión de voluntad política y buena fe.

El objetivo tendría que ser que estas personas puedan vivir bien, como dice la ley, como debe ser en una sociedad más justa y fraterna, que sea menos robótica e indiferente.

El éxito del dialogo es primero buscar y encontrar el sentir del juzgador, para palpitar la “sensación de justicia” en la aplicación de la ley, pero paralelamente hay que encontrar las fórmulas para que la gente, sobre todo anciana, sienta que su estado y su gobierno piensan en ellos, de otra manera  los jubilados podrían seguir  como siempre;  tratados con la punta del zapato.

Gracias, hasta la proxima cuando vuelva, para hablar justo y cabal.