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En los periódicos de circulación nacional y en los correos electrónicos de muchas personas parecieron comunicaciones del Gobierno Municipal de La Paz, mencionando nombres de funcionarios ediles que se habrían beneficiado con aumentos salariales, supuestamente “irregulares y arbitrarios”.
De repente conocer estos detalles no debería ser extraño, por cuanto si se trata de la función pública una transparencia tendría que ser el principio esencial del servidor público.
Pero, una cosa es la transparencia y otra cosa muy diferente es publicar cosas para hacer quedar mal a las personas, habitualmente inocente. En este caso se nota a la legua la intensión de levantar los nombres de los trabajadores municipales para descalificar a oponentes políticos.
En principio parece arbitrario publicar nombres de personas sin respetar el derecho que tienen ellas, a la imagen, el honor y la intimidad.
Si bien puede ser arbitrario y abusivo el incremento de salarios con el cual supuestamente se beneficiaron estos funcionarios cuyos nombres fueron lanzados a a luz pública como si fueran grandes pecadores, la culpa no es de ellos, porque cualquiera que sea su condición no tienen responsabilidades sobre el manejo de los sueldos, en otras palabras el sueldo del empleado lo define el empleador, generalmente según su responsabilidad y producción.
Por otra parte, publicar planillas de sueldos, no es una práctica habitual en la comuna paceña y que se sepa tampoco es uso ni costumbre enviar información municipal a los correos electrónicos.
Si los actuales funcionarios municipales responsables de la publicación que se comenta, quieren aparecer como los más honestos y transparentes, al detectar alguna anomalía en sueldos y salarios de estas más de doscientas personas, debieron pasar el dato inmediatamente a la Contraloría General del Estado. Sobre este hallazgo y la derivación a la autoridad que corresponde deberían si desean publicar a los cuatro vientos. Pero no lo hicieron, primero vale el escarmiento al débil.
Algunos políticos con el fin de descalificar a sus oponentes hacen siempre cosas irregulares, pisoteando los derechos humanos de las personas, la prueba es más que elocuente.
Desde luego que hacer quedar mal al oponente político, cortando la pita por el lado más frágil, no es algo nuevo, lo hicieron anteayer y ayer. Lo hacen hoy y probablemente lo seguirán haciendo ciertos personajes abusivos que han hecho de la política un simple show, una parranda y una farándula permanente.
Lamentamente quienes terminan pagando los platos rotos de la boda es gente inocente. Por ejemplo en el pasado reciente el extinto partido político, MSM, al hacerse cargo de la alcaldía paceña, hacen quince años atrás, hizo cosas parecidas y hasta peores.
Algunos de los militantes de ese difunto partido político, que en ese entonces changos (jovencitos), actualmente maduritos (mayorcitos), debutando bien apoltronados en los cargos de decisión municipal gracias a sus mentores a quienes lo niegan tres y mil veces antes que cante el gallo, hicieron lo mismito, publicaron nombres de personas inocentes, detallando sus cargos y sueldos.
También presionaron para que destituyan a otros funcionarios municipales de menor rango, con un ejército de notarios de fe pública a la cabeza. Los echaron sin piedad incluso con transmisiones directas de televisión y radio de por medio, no respetaron antigüedades laborales, méritos ni nada por el estilo.
Estas mezquindades se dan todos los días, la práctica del que “El que a hierro mata a hierro muere o dar de tomar su propio chocolate” es una lección que no olvidan muchos politiqueros y oportunistas que se suben al poder para pisotear lo derechos humanos de las personas.
¿Quién autorizo dicha publicación? ¿es un acto de atropello a los derechos humanos de las personas? ¿es un Show político más, manchando el buen nombre de las personas? ¿Darán la cara los responsables? Seguro que a la hora de la verdad nadie será el responsable. Todo está muy claro; Algo huele mal en el palacio consistorial de La Paz.
GRACIAS Y HASTA UNA PROXIMA CUANDO VUELVA PARA HABLAR JUSTO Y CABAL.
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