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Cuando trabajaba en Santa Cruz de la Sierra, cada vez que mis amigos me preguntaban donde vivía, respondía sin vacilación, VIVO EN CAMIRI y si conocedores de mi lugar de trabajo argumentaban que eso no era cierto, les explicaba, VIVO EN CAMIRI, aquí SOBREVIVO.
A Camiri llegué de vacaciones hace 31 años y desde entonces estoy aquí; muchas veces me fui y otras tantas regresé como quien regresa a casa. Camiri me atrapó con su cerro (Sararenda) y son su Río (Parapetí); su cerro que por más de 70 años entregó su oro negro a la patria desde los más de 150 pozos perforados en su monumental estructura y su Río que corta al cerro en el poniente, para llegar hasta el pueblo, serpentear a sus pies mientras lo ve crecer en silencio.
Si bien el 12 de Julio de 2014 Camiri celebra sus 79 cumpleaños recordando el 12 de Julio de 1935 cuando el presidente de Bolivia José Luís Tejada Sorzano, mediante Decreto Supremo expropia 300 hectáreas de terreno a la señora Carmen Gonzáles Viuda de Vannucci, denominada por entonces “Estancia Isipoti”; en la zona ya vivían los hermanos guaraníes desde hace mucho tiempo y la Standard Oil Company gracias a un contrato de 27 de julio de 1922, ratificado por Ley de 26 de noviembre de 1923 operaba ya en la zona y lo estaba desangrando desde el histórico pozo Camiri Nº 1, ubicado al pie del Sararenda.
Además la Standard Oil, mediante Resolución Suprema de 18 de marzo de 1927 estaba autorizada para instalar una refinería en Sanandita y otra en Camiri con el fin de obtener productos refinados para sus trabajos y mediante Resolución Suprema de 28 de diciembre de 1928 estaba autorizada para vender los excedentes de los productos petrolíferos refinados en dichas refinerías, las mismas que estarían exentas del pago de todo impuesto.
Atraídos por la actividad petrolera y por la obligación de la Guerra, llegaron desde todas partes de Bolivia ciudadanas y ciudadanos que se enamoraron y se quedaron y traídos por la Standard Oil llegaron: Estadounidenses, Alemanes, Escoceses, Holandeses, Irlandeses, Españoles, Chinos, Italianos y Argentinos, quienes ocupaban los cargos jerárquicos de la empresa, mientras los bolivianos hacían de macheteros, cañistas y obreros de boca de pozo .
Por eso en Camiri hay de cada pago un paisano, es el crisol de la nacionalidad; ha sido y lo volverá a ser la billetera del Tesoro General de la Nación; vivir aquí es un privilegio que solo se valora cuando uno se ha ido; pero cuando se vuelve así sea por un 12 de julio sería injusto olvidar a Hernán Pérez, Bernardo Bernal, Cayetano Márquez, Octavio Cabezas, Horacio Urgel, Urbano Patiño, José R. Gonzáles, Magdaleno Almaraz, Nicolás Ortega, Evangelista Rocha, Domingo Pacheco, Juan Álvaro, Nicomedes Márquez, Teófilo Peña, Antonio Aparicio, Fidel Ovando, Raúl Ríos, Lucas Rejas, Germán Gabriel Arana y Modesto Morón; quienes a la cabeza del General Carlos Quintanilla Jefe de la Guarnición Militar, a machete pala y pico abrían las primeras calles y construían la plaza Quintanilla, ahora denominada 12 de julio.
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