Opinion

SAIPINA
Desde el Chaco
Ubaldo Padilla Pérez
Martes, 17 Septiembre, 2013 - 16:02

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Entre Comarapa y Saipina hay un Río y un Valle que se abrazan amorosamente para producir los alimentos y la vida.
Cuando el jueves 1 de diciembre de 2011 partí de Comarapa a Saipina acompañado por el lugareño Sabino Arnés Gutiérrez en su pequeño auto, no me imaginaba que en el trayecto, mis ojos habrían de presenciar un maravilloso espectáculo natural, que estoy seguro, se quedaría guardado para siempre en la retina de cualquier ojo que lo vea.

A 20 minutos de Comarapa y desde lo alto, ví algo que parecía una represa; “es la represa La Cañada” respondió Sabino (el chófer) ante mi expresión de asombro; “Ahí se construyó un paredón para atajar las aguas del río Comarapa que riega el valle y por encima pasan los vehículos” me explicó mi ocasional acompañante y continuó; “en la represa hay mucho pescado que solo pican en la noche, si usted viene de noche va ver desde aquí muchas lucecitas, son los pescadores” me explicó Sabino.

Mas abajo, nos espera un valle; un valle que me hizo recordar al valle sagrado del Cuzco perú camino a Machupicchu. El valle de Saipina está regado por las aguas de la represa La Cañada; un canal construido con cemento y piedra lleva agua a cada uno de los potreros donde nacen, crecen y maduran  año redondo, papas, café, algodón, caña de azúcar,  tomates, cebollas, toda clase de cítricos e incluso anís del que sacan exquisitos licores.

El día que viajé con Sabino Arnés, en muchos de los potreros estaban cosechando sandía que amontonaban como a piedras a orillas del camino, un grupo de mujeres cosechaba tomates y otro grupo también de mujeres, desyerbaban otra plantación de tomates aun en pleno crecimiento, mientras los turneros regaban sus campos de verduras y hortalizas. “Aquí hay dos ingenios, chancaqueros uno pequeño que funciona y el otro más grande que está abandonado porque su impulsor don José Galvarro se ha muerto” me ilustro Sabino; también me contó que en los buenos tiempos cuando el señor Galvarro estaba vivo del ingenio salía chancaca de todos los sabores y azúcar morena para la exportación al Japón.

Saipina, fundada en 1616 con el nombre de Ángel Custodio de Saipina, se encuentra en la provinciaManuel María Caballero, forma parte de los valles cruceños, es la segunda sección municipal con unos tres mil habitantes. Allí se encuentra un museo con centenares de piezas de piedra y cerámica de alto valor arqueológico; también cuenta con ruinas donde se pueden apreciar pinturas rupestres.

Así es Saipina, encantadora, alegre y productiva; aquí lo único que no se produce es lo que no se siembra, dicen los Saipineños.

Santa Cruz de la Sierra, diciembre de 2011