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“Miedo y osadía” es uno de los últimos libros escrito por el maestro Paulo Freire (1921-1997) en colaboración con su discípulo Ira Shor (1945), ambos maestros y militantes de una sociedad más igualitaria.
En “Miedo y Osadía”, de una manera muy particular, cuentan sus experiencias vividas en las aulas y de cómo se fueron transformando en los educadores revolucionarios y transformadores que finalmente llegaron a ser.
Paulo e Ira, responden a preguntas fundamentales que se debería hacer todo maestro que quiere abrazar una pedagogía liberadora basada en el diálogo: ¿Qué es la enseñanza liberadora? ¿Cómo transformarnos en educadores liberadores? ¿Cómo empiezan a transformarse los estudiantes? ¿Cuáles son los temores, los riesgos y las recompensas de la transformación? ¿Qué es la enseñanza dialógica? ¿Cómo debemos hablar los profesores en un discurso liberador? ¿Una clase liberadora tiene rigor, autoridad y estructura? ¿Los profesores y los alumnos son iguales en un programa liberador? ¿De qué modo la educación liberadora se relaciona con la transformación política dentro de la sociedad como un todo? ¿Este proceso puede ser aplicado en otros cursos, más allá de la alfabetización y la comunicación? ¿Cómo se pueden transmitir contenidos mediante un método dialógico? ¿Cómo utilizan los profesores liberadores las pruebas y los textos?
Paulo, cuenta que en sus inicios como joven profesor sentía que los textos de la escuela estaban desconectados de la realidad de los estudiantes y que entender ese hecho le ayudó a entender que debía ser creativo y a la vez libre; “Entonces, cambie mi pedagogía, inclinándome por la educación creativa” apunta Freire.
De la misma manera dice que, la realidad de la que habla tiene que ver con las condiciones materiales y sociales en las que se vive; por ejemplo, dice “A medida que comía más, empecé a comprender mejor lo que leía” en clara alusión a la necesidad de estar bien alimentados como condición básica para aprender más, cosa que habitualmente los profesores no toman en cuenta en nuestros estudiantes.
Además apunta “ El sistema escolar ha sido creado por fuerzas políticas cuyo centro de poder se encuentra lejos de la sala de clase” y como tal plantea que la Educación necesariamente debe ser “la palanca de la transformación” de una sociedad desigual a una más igualitaria y eso lo vamos a lograr (dice Freire) si como profesores somos capaces de estimular a las personas a movilizarse o a organizarse para adquirir poder, ese poder que casi siempre está en manos de los de clase alta que a través de la educación oprimen a los débiles. Sin embargo en ese proceso, el educador (según Freire) “deberá iluminar” esa realidad pero sin caer en el paternalismo que crea dependencia indicando que “no hay que hacer nada para los estudiantes, sino con los estudiantes”.
Otro de los aspectos que se aborda en la obra es el temor y el miedo natural que tenemos todos al cambio y a las consecuencias del cambio de nuestra práctica en el aula; “es normal sentir miedo; es una manifestación del hecho de que estamos vivos” indica y plantea la necesidad de no permitir que “mi miedo sea injustificado y que me paralice”, vencer el miedo y evitar que me paralice es el primer paso para comenzar el cambio.
Respecto al rigor y la disciplina que muchas veces los profesores confunden con autoritarismo; en la obra los autores apuntan con toda claridad que,“rigor no es sinónimo de autoritarismo” y que tampoco quiere decir rigidez; “el rigor vive con la libertad, necesitala libertad. No puedo imaginar cómo ser riguroso sin ser creativo; para mí, es muy difícil ser creativo si no hay libertad. Sin libertad, solo puedo repetir lo que me han dicho” apuntan con meridiana claridad y recomiendan como algo importante que el profesor democrático nuncadebe transformar la autoridad en autoritarismo. La autoridad del maestro es necesaria dentro del límite de la democracia “el profesor nunca podrá dejar de ser una autoridad, o de tener autoridad, ya que sin ella es muy difícil modelar la libertad de los estudiantes. La libertad necesita autoridad para hacerse libre” dice Freire y confirma Shor en Miedo y Osadía.
Finalmente, hacen mención al método dialógico de enseñanza que según los autores está basado en el diálogo, pero en el dialogo en el que primero se escucha y que luego se habla; en el diálogo que parta de la realidad de cada uno de los estudiantes y no de los textos de los libros y diálogo que utiliza los textos de los libros y los aplica al contexto de los estudiantes; “nosotros, los intelectuales, primero describimos los conceptos, mientras que las personas primero describen la realidad, las cosas concretas”, este debe ser nuestro punto de partida del profesor liberador “debemos empezar del aquide los alumnos. Debemos ofrecer a los estudiantes su allá pero partiendo de su aquí” ese debe ser el punto de partida de la enseñanza transformadora.
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