Opinion

NERUDA: 40 AÑOS DESPUÉS
Desde el Chaco
Ubaldo Padilla Pérez
Lunes, 9 Septiembre, 2013 - 13:07

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“Sin que yo la recuerde, sin que yo la mire con mis ojos, murió mi madre, doña Rosa Basoalto; yo nací el 12 de julio de 1904 y un mes después, en agosto, agotada por la tuberculosis, mi madre ya no existía” relata el poeta en sus memorias  “confieso que he vivido”.

Ay mamá, ¿cómo pude
vivir sin recordarte
cada minuto mío?
No es posible. Yo llevo
tu Marverde en mi sangre,
el apellido
del pan que se reparte,
de aquellas
dulces manos
que cortaron del saco de la harina
los calzoncillos de mi infancia,
de la que cocinó, planchó, lavó,
sembró, calmó la fiebre,
y cuando todo estuvo hecho,
y ya podía
yo sostenerme con los pies seguros,
se fue, cumplida, oscura,
al pequeño ataúd
donde por primera vez estuvo ociosa
bajo la dura lluvia de Temuco.

Escribe el más grande de los poetas latinoamericanos, este  poema, que el mismo confiesa, fue su primer poema; dedicado a la que reemplazó a su madre (su madrastra), aquella “angelical mujer” a la que él llamaba, mamadre, porque no le podía decir madrastra, doña Trinidad Canda Marverde.

Una vez pregunté cómo podía yo entender la poesía de Neruda; el profesor CrispinArciénaga, me recomendó que primero leyera sus memorias y en seguida el padre IvanNassini me prestó un ejemplar de la obra. Así me encontré con Neruda, Así conocí al niño de aquel Temuco de lluvias interminables y de bosques con aromas a plantas salvajes, a quien la lluvia perseguía por los huecos del techo de su casa y la pobreza lo espiaba por las rendijas de las maderas podridas de sus paredes; así conocí al muchacho vestido de negro, muerto de hambre y autor  de los “20 poemas de amor y una canción desesperada”.

En 1923 cuando el poeta tenía apenas 19 años, publicó su primer libro “Crepusculario”. Para pagar la impresión tuvo que vender sus escasos muebles, el reloj regalo de su padre, su traje negro de poeta y hasta tuvo que recurrir a un préstamo de un amigo; “Ese día salí a la calle con mis libros al hombro, con los zapatos rotos, pero loco de alegría” cuenta el poeta en sus memorias.

En esos tiempos, la meca del arte era Paris , todos los poetas latinos querían llegar allí. Con apenas 23 años, Neruda salió de Chile pero no a Paris, sino a Rangoon (Asia) a desempeñar el cargo de Cónsul. Así comenzó su vida de viajero; de esos viajes nacieron sus poemas y sus libros y en esos viajes conoce a luchadores como Mandela que lo impresionan y le hacen dar un nuevo sentido a su poesía. Ceilán, Colombo, Singapur, Batavia, Francia, España…..serían sus próximas paradas. En la España de Franco su poesía se politiza, sobre todo, después de la muerte de su amigo, el poeta Federico García Lorca a manos de la dictadura. A partir de allí se hace luchador social y utiliza su poesía como instrumento de lucha, como se retrata en su obra “España en el Corazón”; en este libro, lleno de pasión y encendido por la llama de la cólera, su poesía deja de ser un canto al paisaje y a las lluvias de su infancia, para clamar venganza por los niños españoles a quienes la guerra deja huérfanos.

Así llegamos a su “Canto General”, este libro le costó 11 años de creación, con este libro el poeta quiere entregar a las nuevas generaciones una enciclopedia de la verdadera historia de América.

Personalmente donde más me impresionó Neruda fue en sus “Odas Elementales”; aquí el poeta eleva a la máxima expresión  su sensibilidad por las cosas más simples, pero esenciales; las odas a: la cebolla, al viento, a la alcachofa, a los calcetines, al átomo, al pan etc. etc., son muestras con las que el poeta nos demuestra que la poesía, útil instrumento educativo, existe, que la poesía es poder y un noble oficio.

Oh pan de cada boca,
No te imploraremos,
Los hombres
No somos mendigos
De vagos dioses
O de ángeles oscuros:
Del mar y de la tierra
Haremos pan,
Plantaremos de trigo
La tierra y los planetas,
El pan de cada boca,
De cada hombre,
De cada día,
Llegará porque fuimos a sembrarlo
Y a hacerlo,
No para un hombre
Sino para todos
El pan, el pan
Para todos los pueblos
Y con él lo que tiene
Forma y sabor de pan
Repartiremos.

¿Cuanta cosa más podría decirse de Neruda?; que su poesía es interminable; que fue senador, diplomático, candidato a presidente, perseguido político y que ganó el premio nobel de literatura en 1971. Neruda murió el 23 de septiembre de 1973, 12 días después del golpe de Pinochet, no pudo resistir la muerte de su amigo y compañero Salvador Allende.